martes, 24 de febrero de 2015

CRUCES II

“Ni contrabandistas, ni gendarmes. Trabajadores en la Frontera”[M1] 
Sergio Rodríguez                                                                           
Habrán notado el nombre que le pusimos al seminario, que intenta ser un grupo de investigación al cual están invitados todos ustedes a participar. “Ni contrabandistas ni gendarmes: trabajadores en la frontera”: el nombre busca salir al paso de prejuicios de parte de algunos psicoanalistas y también del “ninguneo”, dirían los cordobeses, que existe también en parte de los neurobiólogos. En algunos, no en todos. Cuando influidos por las lecturas del investigador en neurobiología Eric Kandel, de Antonio Damasio y otros, comenzamos a publicar sobre estas cuestiones, se nos acusó de querer  contrabandear neurología. Tonterías de ignorantes;  recomiendo leer: Cruces entre Psicoanálisis y Neurobiología, editado por Lugar Editorial del cual éste es el 2º tomo.
Por qué cada uno de los cuatro dictantes. Hubiera preferido que estuviésemos los cuatro acá, pero por lo menos estamos tres y cada uno dirá su proyecto. Yo soy médico, trabajé de médico, y hace cuarenta y dos años que trabajo en cuestiones de psiquiatría y como psicoanalista. Roberto Rosler es un poco más joven que yo, tiene una trayectoria también en la medicina y en la neurocirugía, ha pasado por diferentes hospitales, prácticamente está dejando la neurocirugía y se está dedicando a la docencia en neurobiología en varias universidades.

Irma Peusner: Yo soy bióloga. Trabajé para el Conicet, en neurotransmisión. Actualmente ejerzo el psicoanálisis desde hace veinticinco años.

Carlos Názara: Soy médico. Hice la residencia en el servicio de salud mental del Hospital Aráoz Alfaro de Lanús (actual Evita), que tiene una impronta del Psicoanálisis ya desde la época de Mauricio Goldemberg. En el momento en que me tocó hacer la residencia, el servicio estaba fuertemente tomado por el lacanismo. Fui jefe de residentes. Cuando terminé la residencia decidí radicarme en Viedma. Me he dedicado a trabajar ahora más en forma independiente y participo de un grupo psicoanalítico  "El (Øtro) Sur". Algo que me interesa muchísimo es cómo la cuestión del lenguaje se combina con el tema de la biología neuronal. Estoy interesado en cómo los psicolingüistas están muy arraigados por la idea original de un aparato de lenguaje “dado a priori”. Siento que nosotros podemos aportar muchísimo, en la medida en que podamos ubicar el aparato de la lengua como aquello brindado por el Otro, y cómo esto tiene efectos sobre el desarrollo del sistema nervioso central. Me parece que es algo fantástico poder meternos en eso.

Sergio Rodríguez: Proponemos a los alumnos que nos ayuden a investigar. Es el futuro. La combinación de psicoanálisis con fármacos, que ya es importante para esquizofrenias y melancolías, puede llegar a ser curativa y sin efectos colaterales ni contraindicaciones (parkinsonismos, adicciones, toxicidad y suicidios, etcétera.) e influir en acelerar el tratamiento de las neurosis, a la vez que hacerlo más multifacético. Por ejemplo, puede exigirle otro lugar a intervenir sobre familias y parejas. En niños puede llegar a atenuarles duros trayectos en su tránsito a ser púberes, adolescentes y adultos. También, facilitar el tránsito de periodos críticos como pubertad y envejecimientos.

¿Por qué hablamos de Cajas Negras? Porque no encontramos una metáfora mejor. Son las que tienen información. Si no, resultaría desconocido lo ocurrido en el trayecto de un avión (graba lo ocurrido entre los treinta minutos a dos horas antes del final del vuelo, aterrice normalmente o por accidente).[1]  Eso llega al público general, sólo después de un desastre y con el sensacionalismo morboso que usan los grandes medios masivos de comunicación. Pero la caja negra recoge datos sólo en ese tiempo antedicho. El inconsciente y el sistema neuronal lo hacen con intensidades diferentes, todo el tiempo de una vida. Ambos los ponen en acto cuando se torna necesario. Entonces usan “lo que no cesa de escribirse en lo inconsciente y en el sistema nervioso y hasta muscular”. Si alguno no ha leído a Lacan  o no  entiende sus frases, léalo. Le facilitará entender. Retomo. Usan al síntoma,  “lo que no cesa de escribirse”, para, en la contingencia, tratar algo de lo real, “lo que no cesa de no escribirse”. Insisto, de escribir con lo depositado borromeanamente en la memoria neurológica, muscular, y de los órganos y orificios corporales. Hay un juego de conjunción/disyunción, porque no es lo mismo no se escribe,  que sí se escribe. También hay una relación, no y sí, una relación de oposición y diferencia. Como pueden ver, las propuestas de Lacan para la lógica modal no tienen un mero uso teórico, sino que están fuertemente referidas al Inconsciente y al Sistema Nervioso Central. Cosa que, Lacan nunca dejó de tener presente, simplemente sucede que se murió en 1981, cuando recién había empezado un desarrollo distinto en la neurobiología de esa época, y el desarrollo fuerte en este campo se ha dado prácticamente desde el año  2000 para acá. Si ustedes recuerdan, lo que “no cesa de escribirse” es el síntoma, es lo que nos da información de que algo está “patinando”, lo que hace que tanto el lenguaje como el aparato neuronal traten de hacer algo con lo real, con lo que “no cesa de no escribirse”. Hay tres modalidades lógicas, la cuarta sería “lo posible”, lo escrito. El síntoma es lo que no cesa de escribirse, lo real es lo que no cesa de no escribirse, y la contingencia es lo que se escribe. Lo posible es lo que se escribió.

Complejidades epistemológicas de lo propuesto. Pretendemos cruzar prácticas científicas muy diferentes en tanto acceden a su objeto a través de modos de abordajes muy diversos y con instrumentos muy dispares. Son prácticas distintas, porque investigan con objetivos parciales dispares y en consecuencia con modalidades diversas de investigación, recopilación de datos, experiencias y criterios estadísticos. Para finalmente, formular sus conceptualizaciones referidas a esos objetivos parciales. El mismo “objeto total” en sí, además, tiene diferencias importantes. Empezando por la sexual (están las mujeres y los varones) y siguiendo por etapas de la vida, por condiciones sociales y por contextos culturales de desarrollo. Esos condicionamientos producen diferencias particulares y singulares inclusive, pero sin dejar de repetir, algunas estructuras básicas similares. Todas las prácticas, incluido el psicoanálisis, tienen cajas negras; la colaboración interdisciplinaria puede mejorar los campos de conocimiento, aunque siempre subsistirán cajas negras.

Las diferencias metodológicas complican la colaboración. El saber filtrado y acumulado por la experiencia y la teorización psicoanalítica, ha sido producto de la escucha de millones de historias singulares. Inmersas en relatos sobre generaciones previas a las de quien nos las contó, y elaboradas por éste en el seno de los conflictos que de una forma u otra, se produjeron en las parejas de sus padres y entre el conjunto de hermanos. Dichos relatos nos han ido mostrando, cómo el relator fue reaccionando ante aquellos conflictos y cómo fue armando su plataforma para relatar y tratar los suyos. En este sentido, escuchamos los relatos como mitos. Forman parte de cómo recuerdan y qué recuerdan. La intervención del psicoanalista, desde su neutralidad sostenida en tensión con sus propios ideales, deseos y hábitos de goce, intenta llevar a modificaciones de hábitos y modalidades de goce que obstaculizan la articulación del analizante con sus deseos inconscientes. Los que comúnmente suelen ser más propicios, para que viva mejor. Y así, hasta que el sujeto pasa al acto de dar por terminado su psicoanálisis y seguir su vida, sin la compañía del psicoanalista. Pero dispuesto a utilizar las herramientas recibidas, para continuar analizándose por cuenta propia, hasta el final de sus días. Esto último es muy importante. Una de las cosas a las que presto mucha atención es cómo reacciona el paciente cuando está en su casa y no en análisis, por ejemplo cuando está en el consultorio y dice “el otro día me pasó tal cosa y encima tal otra, y me di cuenta de que era esto”. A partir de ahí la decisión de seguir o no en análisis será de ese paciente.

La cuestión de la Biología. Cuando estudié medicina, lo que se sabía de biología era muy distinto a lo actual. Por supuesto, Irma Peusner en su capítulo desplegará este tema referido a la biología. Yo sólo resumo desde Wikipedia lo siguiente: “Es la ciencia que tiene como objeto de estudio a los seres vivos y, más específicamente, su origen, su evolución y propiedades: génesis, nutrición, morfogénesis, reproducción, patogenia, etcétera. De este modo, trata de estudiar la estructura y la dinámica funcional comunes a todos los seres vivos, con el fin de establecer las leyes generales que rigen la vida orgánica y sus principios explicativos fundamentales. Todos los organismos perpetúan sus caracteres hereditarios mediante el material genético, que está basado en el ácido desoxirribonucleico (ADN), que emplea un código genético universal. En la biología del desarrollo la característica de la universalidad está presente: por ejemplo, el desarrollo temprano del embrión sigue unos pasos básicos que son muy similares en muchos organismos metazoos”. Curiosamente, lo mismo ocurre con lenguas y lenguajes. Hay una estructura formal común, pero luego, cada lengua tiene sus particularidades. Así también, la estructura de su lenguaje y de cada hablante. Cada uno tiene una “lalengua”[2] con singularidades que comunican a partir de las identidades de estructuras y no sin malos entendidos frecuentes, ya que no hay lengua íntegra. Todas quedan afectadas por lo que falta para definir lo desconocido –real– cuando se hace presente.
Los cromosomas. Sabemos que el ADN, sustancia fundamental del material cromático difuso (así se observa en la célula de reposo), está organizado estructural y funcionalmente junto a ciertas proteínas y ciertos constituyentes en formas de estructuras abastonadas llamadas cromosomas. Las unidades de ADN son las responsables de las características estructurales y metabólicas de la célula y de la transmisión de estos caracteres de una célula a otra. Estas reciben el nombre de genes y están colocadas en un orden lineal a lo largo de los cromosomas.
Moléculas de ADN

A mí se me había ocurrido un juego, no sé si será para mejor o peor, pero me pareció interesante para observar ciertas similitudes que hay entre la cadena del ADN, la cadena del discurso, y a la vez articulaciones y falta de articulaciones entre filogenia y ontogenia. Mi “creación” es esta, de Cadenas significantes filogenia, ontogenia, traumas:









 


C Ejes metafóricos
┼┼┼┼┼┼┼-φ┼┼┼┼-φ┼┼┼┼φ┼┼┼┼┼trauma “a” Eje Metonímico           …φ  “a”…†
r
u
c
e                                               
┼┼┼┼┼┼┼-φ┼┼┼┼-φ┼┼┼┼……-φ…… “Traum-a”
s                                                                                            -φ … “a” …        
M
e
t
a┼┼┼┼┼┼┼-φ┼┼┼┼-φ┼┼┼┼……-φ Trauma “a”                            
f                                                                                    -φ …… “a” …۞        
†Muerte cristiana, judía۞  musulmana
ó
r
i
c
o
s
El gen es la unidad básica de material hereditario, y físicamente está formado por un segmento del ADN del cromosoma. Atendiendo al aspecto que afecta a la herencia, esa unidad básica recibe también otros nombres, como recón, cuando lo que se completa es la capacidad de recombinación (el recón será el segmento de ADN más pequeño con capacidad de recombinarse), y mutón, cuando se atiende a las mutaciones (y, así, el mutón será el segmento de ADN más pequeño con capacidad de mutarse). Esto es muy importante, porque es justamente, la argamasa receptora neuronal que recibe al lenguaje y la cultura y le generan condiciones para que incidan en el Sistema Nervioso Central.
En términos generales, un gen es un fragmento de ADN que codifica una proteína o un péptido.

El juego que propongo consiste en observar equivalencias entre las imágenes de ADN tratando de articularse a través de recones y mutones, y el esquema que dibujé graficando el discurso y las cadenas significantes. Quiebres, combinatorias, enredos, malos entendidos. Tengan en cuenta además, que estos operarán en las membranas neuronales y su red, articuladas a través de axones dendritas y espículas. Castraciones que impulsan a seguir hablando, buscando nuevas combinatorias.

Filogenia. Se llama filogenia al estudio de la historia evolutiva y las relaciones genealógicas de las estirpes. Las comparaciones de secuencias de ADN y de proteínas, facilitadas por el desarrollo técnico de la biología molecular y de la genómica, junto con el estudio comparativo de fósiles u otros restos paleontológicos, generan la información precisa para el análisis filogenético.

Árbol filogenético de los seres vivos basado en datos sobre su ARN Ácido
Ribonucleico. Otros árboles basados en datos genéticos de otro tipo resultan similares pero pueden agrupar algunos organismos en ramas ligeramente diferentes, en apariencia debido a la rápida evolución del ARN. Se nos plantea ahí una caja negra: desde lo común en los genes, ¿cómo se llega a la particularización de las lenguas y lenguajes y más específicamente a la lalengua de cada uno? Hay un video de Patricia Kuhl circulando en Internet, www.ted.com, sobre la genialidad lingüística de los bebés. Es muy interesante. Transcribo textualmente lo que esta señora dice porque considero que es una experimentación importante. “¿Qué hemos aprendido? Que los bebés de todo el mundo son lo que me gusta denominar  ‘ciudadanos del mundo’: pueden discriminar todos los sonidos de todos los idiomas sin importar el país en que estemos ni el idioma que estemos usando. Eso es notable porque ni ustedes ni yo podemos hacer eso. Somos oyentes cultura-dependientes. Podemos discriminar los sonidos de nuestro propio idioma pero no los de los idiomas extranjeros. Entonces la pregunta que surge es: ¿en qué momento estos ciudadanos del mundo  se vuelven los oyentes cultura-dependientes que somos nosotros? La respuesta es: antes de su primer cumpleaños. Durante la producción del habla, cuando los bebés escuchan, están tomando estadísticas del lenguaje que escuchan. Y esas distribuciones crecen. Lo que hemos aprendido es que los bebés son muy sensibles a las estadísticas y las estadísticas del inglés son muy, muy diferentes de las del japonés. El inglés tiene muchas ‘R’ y ‘L’ (…) Y la distribución del japonés es completamente distinta, donde vemos un grupo de sonidos intermedios que se conocen como la ‘R japonesa’. Los bebés absorben las estadísticas del idioma y eso cambia sus cerebros –fíjense que ella coloca al cerebro en dependencia de la lengua[3] eso los transforma de ciudadanos del mundo, en los oyentes cultura-dependientes que somos. Nosotros, como adultos, ya no absorbemos esas estadísticas. Estamos gobernados por las representaciones mentales que se forman tempranamente en nuestro desarrollo. Lo que estamos viendo aquí está cambiando nuestros modelos del periodo crítico. Sostenemos desde el punto de vista matemático que el aprendizaje de material lingüístico se hace más lento cuando nuestras distribuciones se estabilizan. Eso genera muchas preguntas sobre las personas bilingües. Los bilingües deben tener en mente dos grupos de estadísticas a la vez y alternar entre ellos, uno tras otro, dependiendo de con quién estén hablando. Entonces nos preguntamos  ¿Pueden los bebés sacar estadísticas de un idioma completamente nuevo? Y lo probamos exponiendo bebés estadounidenses –que nunca antes habían oído un segundo idioma– al mandarín por primera vez durante el período crítico. Cuando hicimos las pruebas monolingües en Taipei y Seattle con los sonidos del mandarín, mostraron el mismo patrón. A los seis, ocho meses, son totalmente equivalentes. Dos meses después ocurre algo increíble. Los bebés taiwaneses van progresando, no así los bebés estadounidenses. Expusimos a los bebés estadounidenses durante este período al mandarín. Era como hacer que los parientes mandarines vinieran de visita por un mes y se quedaran en su casa por doce sesiones. /.../ ¿Qué les hicimos a sus pequeños cerebros? (risas). Tuvimos que armar un grupo de control para asegurarnos de que sólo por venir al laboratorio no se mejoraba el conocimiento del mandarín. Así que un grupo de bebés venía a escuchar inglés. Y podemos ver en el gráfico que la exposición al inglés no mejoró su mandarín. Pero miren lo que les sucedió a los bebés expuestos al mandarín por doce sesiones. Mejoraron hasta quedar igual que los bebés taiwaneses, expuestos al mandarín por diez meses y medio. Lo que esto demostró fue que los bebés toman estadísticas sobre un nuevo idioma. Toman estadísticas de lo que sea que les pongamos enfrente.
Pero nos preguntamos qué papel representa el ser humano en este ejercicio de aprendizaje. Por eso a otro grupo de bebés les suministramos la misma dosis, las mismas doce sesiones, pero frente a un televisor y a otro grupo de bebés sólo los expusimos a un  audio con un oso de peluche en la pantalla. ¿Qué les hicimos a sus cerebros? Aquí ven el resultado del audio  –no hubo ningún aprendizaje–  y el del video –tampoco hubo aprendizaje–. Se necesita un ser humano para que los bebés tomen estadísticas.[4] El cerebro social controla los momentos cuando los bebés toman estadísticas. Queríamos meternos dentro del cerebro y ver qué sucede cuando los bebés se enfrentan al televisor versus cuando se enfrentan a seres humanos.
Afortunadamente tenemos una nueva máquina, el magneto-encefalógrafo, que nos permite estudiar esto. Parece un secador de pelo marciano (foto), pero es completamente seguro, no invasivo y silencioso. Estamos viendo una precisión milimétrica en cuanto a lo espacial, y una precisión de milisegundos en lo temporal, usando 306 SQUIS  –dispositivos superconductores de interferencia cuántica– para detectar campos magnéticos que cambian a medida que pensamos. Somos los primeros en el mundo en registrar bebés con estas máquinas mientras están aprendiendo. Esta es Emma (video), tiene seis meses y está escuchando varios idiomas en los audífonos que tiene puestos. Pueden ver que puede moverse. Seguimos su cabeza con unas bolitas en la gorra de modo que pueda moverse con absoluta libertad. Es una maravilla tecnológica.
¿Qué estamos viendo? Estamos viendo el cerebro de un bebé, a medida que el bebé oye palabras en su idioma las áreas auditivas se encienden y, posteriormente, las áreas circundantes  –que pensamos están relacionadas a la coherencia, encargada de coordinar el cerebro en sus diferentes áreas– y la causalidad, una zona del cerebro que provoca la activación de otra.
Nos estamos embarcando hacia una grandiosa edad dorada del conocimiento del desarrollo del cerebro infantil. Vamos a poder ver el cerebro infantil a medida que experimenten emociones, a medida que aprendan a hablar, leer, que resuelvan problemas matemáticos y que tengan una idea. Y vamos a poder inventar intervenciones quirúrgicas cerebrales para niños con dificultades de aprendizaje. Como lo describieron poetas y escritores, vamos a poder ver, creo, esa  maravillosa, total y absoluta[5] apertura de la mente infantil. Investigando el cerebro infantil vamos a descubrir verdades profundas de qué significa ser humano y en el proceso, quizás podamos ayudar a mantener nuestras mentes abiertas al aprendizaje durante todas nuestras vidas.
Homeostasis: la adaptación al cambio. Continúo citando a Wikipedia: “La homeostasis es la propiedad de un sistema abierto de regular su medio interno para mantener unas condiciones estables, mediante múltiples ajustes de equilibrio dinámico controlados por mecanismos de regulación interrelacionados. Los genes codifican la información necesaria para sintetizar proteínas, las que a su vez, juegan un gran papel influyendo (aunque, en muchos casos, no lo determinan completamente) en el fenotipo final del organismo” –es decir, en lo modificable para reaccionar ante lo real–.[6] “La biología humana es la denominación de un campo de estudio interdisciplinario principalmente incluido dentro de la biología y por tanto de las ciencias naturales, aunque dada su implicación con el ser humano como objeto también puede enumerarse entre las ciencias humanas o ciencias sociales.”
En los humanos, la biología encuentra como uno de sus condicionantes importantes al lenguaje y sus hablantes, con su operatoria sobre y a través de la experiencia general del cuerpo y particularmente las pulsiones y sus zonas erógenas como fundamentales. En este sentido, a mí me parece, lo que es bastante más freudiano que lacaniano, que las funciones de las zonas erógenas son clave, pero también son condicionantes fundamentales la piel y los músculos. Esto lo planteaba Freud y Lacan se lo discute. Yo estoy más de acuerdo con Freud.
La biología humana incluye el estudio de la variación genética entre las poblaciones humanas del presente y el pasado; la variación biológica relacionada con el clima y otros elementos del medio ambiente; los determinantes de riesgo de enfermedades degenerativas y enfermedades infecciosas en las poblaciones humanas (epidemiología); el término “desarrollo humano” entendido desde una perspectiva biológica; la biodemografía, etcétera.
La neurobiología –sobre la que escribirá Roberto Rosler–, como especialidad de la biología, se concentra en investigar las funciones y dependencias del Sistema Nervioso y particularmente del Sistema Nervioso Central y sus relaciones y no relaciones con la filogenia. Es muy interesante seguir las explicaciones de Rosler a partir de su planteo que ronda la siguiente pregunta: “¿Cómo hacemos los humanos, con el cerebro del paleolítico para pensar en la actualidad?”. Es interesante porque plantea justamente esta cuestión de las relaciones entre filogenia y ontogenia en relación con el antropomorfismo más que milenario.
A tres de estas cuatro disciplinas[7], se nos plantea una gran dificultad. Para investigar sobre humanos, los que vivimos en países del “tercer mundo” no disponemos de magneto-encefalógrafos ni en general de aparatos con esa sofisticación. Además, como repudiamos los métodos “Mengele”, no podemos hacer otra cosa que investigar a partir de las experiencias de los tratamientos a enfermos. Lo que excluye la comparación con supuestos sanos. Biólogos y neurobiólogos pueden comparar con lo que vienen estudiando a través de disecciones, microscopios, resonancias magnéticas diversas, incluidas las micro video grabaciones, y seguramente muchas otras técnicas que ignoro. La  zoobiología puede, y lo hace, experimentar con animalitos sanos, lo que Eric Kandel supo utilizar para cuestiones de la memoria humana. En Argentina, dentro de esos límites, elaboramos lo que podemos. Parte de esa elaboración es la producción en común de este libro.
Irma Peusner: La ontogenia recapitula la filogenia, que es el principio de la biología. Siempre la ontogenia recapitula la filogenia.
Sergio Rodríguez: Por eso me pareció interesante traer lo de Patricia Kuhl. Ella da un ejemplo muy preciso, fundamentado, experimentado e investigado sobre en qué momento el cerebro se va orientando hacia un idioma. Y cómo después de eso, la relación con los sonidos del propio idioma pasa a ser muy diferente, que con  los sonidos de otrasa lenguas.
Carlos Názara: En determinado momento, el estímulo que se va generando, genera el desarrollo de determinadas características. No solamente de la pronunciación de los sonidos de la lengua materna, sino de la escucha de esos sonidos de la lengua materna, y lo más interesante que se puede ver en ese sentido es que a partir de este momento el órgano, que es la glotis pero también el de la percepción que pertenece al Sistema Nervioso Central, cierra el camino de siquiera poder captar los sonidos de otras lenguas. Supera al “no poder entender”, ni siquiera se captan. Es interesantísimo eso, porque justamente el cerebro crece a demanda. Es interesantísimo poder pensarlo así. Se da el ejemplo también con los famosos gatos ciegos, a los que les tapan los ojos cuando nacen y se los destapan a los tres, cuatro meses. Son ciegos de por vida porque en los primeros tiempos no se estimuló ese órgano. La misma lógica se da también en estas otras cuestiones: en la medida en que no haya un otro ahí, como indica Patricia Kuhl, no hay manera de que eso se estimule. Me parece que lo que ella dice es, con respecto a las pruebas del televisor, que cuando apagan el aparato no es lo mismo, entonces no es simplemente una cuestión estadística cuantitativa, sino también en el orden de lo cualitativo.
Otra intervención: En el caso de los niños salvajes, que se crían con animales en la selva, aprenden las costumbres y la comunicación de estos animales que los crían.
Sergio Rodríguez: Al respecto de esto que están comentando, remarco la importancia del papel que tienen las madres en el desarrollo psíquico de los hijos. Y ahí hay un problema en el desarrollo de la conceptualización por parte de Lacan. Es histórico, es decir que tiene condicionamientos históricos, en donde se daba cuenta que algo de eso le estaba pasando. En la polémica con Melanie Klein y con la psicología del yo, en relación con la cuestión de la función del lenguaje y las lenguas y la función del En Nombre del Padre (lo digo como él lo decía en los comienzos, porque creo que fue su mejor formulación en ese sentido). Es cierto que si está forcluido el nombre del padre, tenemos ahí tierra fértil para psicosis. Pero tendríamos también, y esto lamentablemente se ve en casos muy extremos, tierra fértil para cosas diría yo, peores que aquellas psicosis, cuando la ausente fue la madre. Los chicos han ido muy temprano a parar a los orfanatos, y han retornado mucho tiempo después. La vida resulta muy complicada para ellos. Pre Lacan, todo estaba centrado en la madre, entonces lo que les quedaba de lado era la función del nombre del padre. Creo que es muy importante para nosotros volver a replantear la importancia esencial de la madre por lo menos hasta después del año. Una de estas funciones es nada más y nada menos que el aprendizaje del lenguaje, que se plantea en los primeros meses, como muestra Patricia Kuhl.
Laura de Pietri: Irma Peusner, cuando dijiste que la ontogenia recapitula la filogenia, y que lo mismo ocurre con la lengua, ¿hay alguna metáfora que se pueda usar desde la lengua? Otra inquietud es acerca de los ciudadanos del mundo, como los llama Patricia Kuhl: lo que planteaba Chomsky hasta un cierto límite, que lo innato alguna vez fue aprendido también. También está esto otro de que algo de innato tiene, como dice Chomsky.  Porque nosotros no tenemos la capacidad de conseguir ese tipo de estadísticas, pero cuando nos mudamos a otro país, cuesta al principio pero no es tan complicado aprender otro idioma.
Irma Peusner: Claro, pero lo que no se logra es la pronunciación, lo que se logra es la lengua.
Sergio Rodríguez: Algo curioso que me sucedió cuando iba de vacaciones a Brasil e intentaba hablar lo poco que sé de portugués, era que los mozos me preguntaban si era italiano.
Intervención: Intentando reflexionar algo respecto de que la ontogenia recapitula la filogenia en las lenguas, esto sería como la historia de las lenguas, porque no fueron siempre iguales, sino que tuvieron un recorrido en cuanto a la gramática y un montón de cuestiones. En la historia del sujeto también pasa lo mismo. Los sujetos también hacen adquisición primero de las palabras sueltas, después de las frases simples, después se complejiza, etcétera. En ese sentido, se podría apoyar la hipótesis de que la ontogenia recapitula también la filogenia en las lenguas. La historia de las lenguas también es una historia, así como la historia del desarrollo embriológico, de la evolución y de los seres vivos.
Sergio Rodríguez: Quisiera dar, con respecto a esto que decís, dos ejemplos. Conversé hace unos cuantos años con alguien de la Academia Argentina de Letras. Sabe muchísimo, conoce varios idiomas, mucho de etimología.
Por otro lado, he trabajado con gente de las villas, en las villas.  Lo cual nos dio la oportunidad de conversar con esta persona, sobre la temática del desarrollo de las lenguas. Es un hombre al que le interesa mucho todo lo que tiene que ver con la historia de las lenguas. Vengo de Flores de Sur, que cuando era chico estaba lleno de baldíos, no era un barrio carenciado pero sí bastante humilde, y siempre estuve muy acostumbrado al barrio. Donde estaban las canchas en las que yo jugaba al fútbol hoy hay una villa, y más allá, la cancha de San Lorenzo. Ahí hablábamos una lalengua muy barrial, pero que se mantenía pegada al porteño, que era más o menos el que se hablaba en las décadas del 30 al 50, y nos había sido transmitido en gran medida por nuestros padres. Por supuesto éramos más groseros entre nosotros para hablar que cuando estábamos en familia. El punto es que cuando trabajé muchos años después en las villas me sorprendió que les pasaba algo que a nosotros no nos pasaba en aquella época. Zygmunt Bauman habla de “sociedades líquidas”, y coincido con él en cómo va cambiando el tema de la lengua y el lenguaje. Recuerdo, en la villa, haber visto el recomienzo de la utilización de la palabra “bondi”. Esta era una palabra de la generación de mis padres, en mi generación se dejó de usar y cuando volvió fue para referirnos al tranvía. Luego, en estos tiempos,  apareció otra vez, pero en la villa. Entonces observé que esa palabra reaparecía con otro sentido que el  que nosotros  utilizábamos,  ahora significaba “pelea”, “gran fiesta” o “gran quilombo”, o también para referirse a un “trabajito”. Lo que trato de dar a entender es cómo la palabra mutó en su sentido. De tranvía pasamos a colectivo, y ahora, una fiesta descontrolada, o riña. Esto lo contaba porque una de las cosas que captó este hombre con que conversaba es que en general las lenguas provienen, de las lenguas vulgares. El francés, español o italiano no provienen del latín culto, que sólo se dijo hasta hace no muchos años en las iglesias, los idiomas que utilizamos provienen del latín vulgar. Cuando intenta definirse algo, se necesita un significante muy por fuera de la lalengua que se habla. Puede ocurrir la sorpresa de que cuando se recurre a un diccionario etimológico, se encuentra que lo que se está hablando como nuevo es  algo que ya venía del latín vulgar del año 1000 antes de Cristo. Es difícil de explicar y yo no tengo respuestas para ello, pero sí me resulta apasionante, y es por eso que me parece que vale la pena llevar a cabo este tipo de investigación. Creo que hay un goce de la lalengua, que goza con inventar.
Laura Lueiro: La evolución de las lenguas y del lenguaje, y algunas otras cuestiones, harían pensar que es innato la triple decodificación, en términos biológicos, porque me parece que tiene que ver más con eso. Por ejemplo, es universal usar los gestos de afirmativo y negativo. El “ajó” de los bebés o el laleo, también son universales. Las expresiones faciales son universales y con meses de vida los bebés ya detectan y diferencian una cara feliz de una enojada, también los tipos de voz. Lo que quiero decir es que hay un montón de cuestiones en donde se me hace un agujero negro, como una caja negra, porque, ¿en dónde se aprende eso? ¿Qué hay antes del laleo?
Intervención: Me parece que inicialmente, y acá estoy pensando en voz alta, lo que hay es movimiento por imitación. Cuando hay ingreso del otro puede haber identificación. Pero en realidad lo que vos planteás es algo que es anterior, que tiene que ver con algo en el orden de lo universal.
Intervención: Cómo se hace para que los músculos empiecen a funcionar de una manera, por ejemplo.
Intervención: Bueno, en el caso del amamantamiento es un reflejo.
Intervención: Me parece que lo que decís es un primer lenguaje, es el que debería tener el homo sapiens antes de hablar. Ahí tendría que ver algo de la ontogenia y filogenia. Nosotros no conocemos bien las etapas, pero eso podría ser tranquilamente una primera etapa, y por eso es universal. Es un primer lenguaje, y sobre ese lenguaje se va a montar todo lo demás, sería el embrión del lenguaje, lo que habría que ver es qué es todo lo que es embrión.
Sergio Rodríguez: Si no recuerdo mal, es Bulgaria el país en donde los movimientos de cabeza para el sí y el no están invertidos. Pero, por ejemplo, los japoneses están todo el tiempo haciendo como que asienten, con los chinos también pasa eso. Lo mismo lo que vos decías de los gestos y todo ese tipo de cosas. A mí me quedó muy grabado algo que me pasó una vez que estuve en China, allá por 1970, y yo veía que las parejitas iban sin tomarse de la mano por la calle, y le digo a un chino que estaba conmigo y hablaba español: “Ustedes acá son muy poco eróticos”, y él me contestó: “¿Le parece, camarada? Somos una de las poblaciones más grandes de la Tierra, ¿cómo se cree que se hicieron?” (risas). François Perrier[8] escribió un libro sobre la histeria, y las dividió en histerias defensivas e histerias ofensivas. Lo que describía era cómo había cambiado la histeria desde Freud hasta entonces (1970, más o menos). Hoy hay toda una gestualidad en relación a la sexualidad, que es desaforada para nosotros, los de la vieja generación. En otros países puede resultar desaforada incluso para sus jóvenes. Eso también es lenguaje. Otra batalla que tuvo que dar Lacan en su momento fue hacer entrar la función del significante para las subjetivaciones; empezó utilizando a Saussure y terminó dando sus propias formulaciones. Hay muchos colegas hoy que todavía creen que sólo es válido lo que la gente dice verbalmente, entonces sus instrumentos de análisis se acotan enormemente. Y los pacientes pierden, porque el gesto en relación con el contexto, es significante. Cuando llegan mis pacientes a la escalera y les pregunto cómo andan, me contestan primero con un gesto, y eso ya dice mucho.



[1] Wikipedia.
[2] Neologismo inventado por Lacan para indicar las singularidades de cómo cada hablante habla su lengua.
[3] Dicho mío.
[4] Destacados son míos (S.R.).
[5] Lo de absoluta, corre por cuenta de las ilusiones de la señora Patricia Kuhl.
[6] S.R.
[7] Biología, neurobiología, psicología y psicoanálisis
[8] Psicoanalista francés (1922-1990).


 [M1]Sí, porque es un criterio epistemológico nuevo entre psi.

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