Sergio Rodríguez
Habrán
notado el nombre que le pusimos al
seminario, que
intenta ser un grupo de investigación al cual están invitados todos ustedes a
participar. “Ni contrabandistas ni gendarmes: trabajadores en la frontera”: el
nombre busca salir al paso de prejuicios de parte de algunos psicoanalistas y
también del “ninguneo”, dirían los cordobeses, que existe también en parte de
los neurobiólogos. En algunos, no en todos. Cuando influidos por
las lecturas del investigador en neurobiología Eric Kandel, de Antonio Damasio
y otros, comenzamos a publicar sobre estas cuestiones, se nos acusó de querer contrabandear neurología. Tonterías de
ignorantes; recomiendo leer: Cruces entre Psicoanálisis y Neurobiología, editado por Lugar Editorial del cual éste es
el 2º tomo.
Por qué cada uno de los cuatro dictantes. Hubiera
preferido que estuviésemos los cuatro acá, pero por lo menos estamos tres y
cada uno dirá su proyecto. Yo soy médico, trabajé de médico, y hace cuarenta y
dos años que trabajo en cuestiones de psiquiatría y como psicoanalista. Roberto
Rosler es un poco más joven que yo, tiene una trayectoria también en la
medicina y en la neurocirugía, ha pasado por diferentes hospitales,
prácticamente está dejando la neurocirugía y se está dedicando a la docencia en
neurobiología en varias universidades.
Irma Peusner: Yo soy bióloga. Trabajé para el Conicet,
en neurotransmisión. Actualmente ejerzo el psicoanálisis desde hace veinticinco
años.
Carlos Názara: Soy
médico. Hice la residencia en el servicio de salud mental del Hospital Aráoz
Alfaro de Lanús (actual Evita), que tiene una impronta del Psicoanálisis
ya desde la época de Mauricio Goldemberg. En el momento en que me tocó
hacer la residencia, el servicio estaba fuertemente tomado por el
lacanismo. Fui jefe de residentes. Cuando terminé la residencia decidí
radicarme en Viedma. Me he dedicado a trabajar ahora más en forma independiente
y participo de un grupo psicoanalítico "El
(Øtro) Sur". Algo que me interesa muchísimo es cómo la cuestión del
lenguaje se combina con el tema de la biología neuronal. Estoy interesado en cómo
los psicolingüistas están muy arraigados por la idea original de un aparato de lenguaje
“dado a priori”. Siento que
nosotros podemos aportar muchísimo, en la medida en que podamos ubicar el
aparato de la lengua como aquello brindado por el Otro, y cómo esto tiene
efectos sobre el desarrollo del sistema nervioso central. Me parece que es algo
fantástico poder meternos en eso.
Sergio Rodríguez: Proponemos a los alumnos que nos ayuden a
investigar.
Es
el futuro. La combinación de psicoanálisis con fármacos, que ya es importante para
esquizofrenias y melancolías, puede llegar a ser curativa y sin efectos colaterales
ni contraindicaciones (parkinsonismos, adicciones, toxicidad y suicidios, etcétera.)
e influir en acelerar el tratamiento de las neurosis, a la vez que hacerlo más
multifacético. Por ejemplo, puede exigirle otro lugar a intervenir sobre
familias y parejas. En niños puede llegar a atenuarles duros trayectos en su
tránsito a ser púberes, adolescentes y adultos. También, facilitar el tránsito
de periodos críticos como pubertad y envejecimientos.
¿Por
qué hablamos de Cajas Negras?
Porque no encontramos una metáfora mejor. Son las que tienen información. Si no,
resultaría desconocido lo ocurrido en el trayecto de un avión (graba lo
ocurrido entre los treinta minutos a dos horas antes del final del vuelo,
aterrice normalmente o por accidente).[1]
Eso llega al público general,
sólo después de un desastre y con el sensacionalismo morboso que usan los
grandes medios masivos de comunicación. Pero la caja negra recoge datos sólo en
ese tiempo antedicho. El inconsciente y el sistema neuronal lo hacen con intensidades
diferentes, todo el tiempo de una vida. Ambos los ponen en acto cuando se torna
necesario. Entonces usan “lo que no cesa de escribirse en lo inconsciente y en
el sistema nervioso y hasta muscular”. Si alguno no ha leído a Lacan o no
entiende sus frases, léalo. Le facilitará entender. Retomo. Usan al
síntoma, “lo que no cesa de escribirse”,
para, en la contingencia, tratar algo de lo real, “lo que no cesa de no escribirse”. Insisto, de
escribir con lo depositado borromeanamente en la memoria neurológica,
muscular, y de los órganos y orificios corporales. Hay un juego de
conjunción/disyunción, porque no es lo mismo no se escribe, que sí se escribe. También hay una relación, no
y sí, una relación de oposición y diferencia. Como pueden ver, las propuestas
de Lacan para la lógica modal no tienen un mero uso teórico, sino que están
fuertemente referidas al Inconsciente y al Sistema Nervioso Central. Cosa que, Lacan
nunca dejó de tener presente, simplemente sucede que se murió en 1981, cuando
recién había empezado un desarrollo distinto en la neurobiología de esa época,
y el desarrollo fuerte en este campo se ha dado prácticamente desde el año 2000 para acá. Si ustedes recuerdan, lo que
“no cesa de escribirse” es el síntoma, es lo que nos da información de que algo
está “patinando”, lo que hace que tanto el lenguaje como el aparato neuronal
traten de hacer algo con lo real, con lo que “no cesa de no escribirse”. Hay
tres modalidades lógicas, la cuarta sería “lo posible”, lo escrito. El síntoma es
lo que no cesa de escribirse, lo real es lo que no cesa de no escribirse, y la
contingencia es lo que se escribe. Lo posible es lo que se escribió.
Complejidades epistemológicas de lo propuesto.
Pretendemos cruzar prácticas científicas muy diferentes en tanto acceden a su
objeto a través de modos de abordajes muy diversos y con instrumentos muy dispares.
Son prácticas distintas, porque investigan con objetivos parciales dispares y
en consecuencia con modalidades diversas de investigación, recopilación de datos,
experiencias y criterios estadísticos. Para finalmente, formular sus
conceptualizaciones referidas a esos objetivos parciales. El mismo “objeto
total” en sí, además, tiene diferencias importantes. Empezando por la sexual (están
las mujeres y los varones) y siguiendo por etapas de la vida, por condiciones
sociales y por contextos culturales de desarrollo. Esos condicionamientos
producen diferencias particulares y singulares inclusive, pero sin dejar de
repetir, algunas estructuras básicas similares. Todas las prácticas, incluido
el psicoanálisis, tienen cajas
negras; la colaboración interdisciplinaria puede mejorar los campos
de conocimiento, aunque siempre subsistirán cajas negras.
Las diferencias metodológicas complican la colaboración.
El saber filtrado y acumulado por la experiencia y la teorización psicoanalítica,
ha sido producto de la escucha de millones de historias singulares. Inmersas en
relatos sobre generaciones previas a las de quien nos las contó, y elaboradas
por éste en el seno de los conflictos que de una forma u otra, se produjeron en
las parejas de sus padres y entre el conjunto de hermanos. Dichos relatos nos
han ido mostrando, cómo el relator fue reaccionando ante aquellos conflictos y
cómo fue armando su plataforma para relatar y tratar los suyos. En este sentido,
escuchamos los relatos como mitos. Forman parte de cómo recuerdan y qué
recuerdan. La intervención del psicoanalista, desde su neutralidad sostenida en
tensión con sus propios ideales, deseos y hábitos de goce, intenta llevar a
modificaciones de hábitos y modalidades de goce que obstaculizan la
articulación del analizante con sus
deseos inconscientes. Los que comúnmente suelen ser más propicios,
para que viva mejor. Y así, hasta que el sujeto pasa al acto de dar por
terminado su psicoanálisis y seguir su vida, sin la compañía del psicoanalista.
Pero dispuesto a utilizar las herramientas recibidas, para continuar
analizándose por cuenta propia, hasta el final de sus días. Esto último es muy importante.
Una de las cosas a las que presto mucha atención es cómo reacciona el paciente
cuando está en su casa y no en análisis, por ejemplo cuando está en el
consultorio y dice “el otro día me pasó tal cosa y encima tal otra, y me di
cuenta de que era esto”. A partir de ahí la decisión de seguir o no en análisis
será de ese paciente.
La cuestión de la Biología.
Cuando
estudié medicina, lo que se sabía de biología era muy distinto a lo actual. Por
supuesto, Irma Peusner en su capítulo desplegará este tema referido a la
biología. Yo sólo resumo desde
Wikipedia lo siguiente: “Es la ciencia que tiene como objeto de estudio a los seres vivos
y, más específicamente, su origen,
su evolución y propiedades: génesis,
nutrición,
morfogénesis,
reproducción,
patogenia,
etcétera. De este modo, trata de estudiar la estructura y la dinámica funcional
comunes a todos los seres vivos, con el fin de establecer las leyes generales
que rigen la vida orgánica y sus principios explicativos fundamentales. Todos
los organismos perpetúan sus caracteres hereditarios mediante el material genético, que
está basado en el ácido desoxirribonucleico (ADN), que emplea un código genético universal. En la biología del
desarrollo la característica de la universalidad está presente: por ejemplo, el
desarrollo temprano del embrión sigue unos pasos básicos que son muy similares
en muchos organismos metazoos”. Curiosamente, lo mismo ocurre con lenguas y
lenguajes. Hay una estructura formal común, pero luego, cada lengua tiene sus
particularidades. Así también, la estructura de su lenguaje y de cada hablante.
Cada uno tiene una “lalengua”[2]
con singularidades que comunican a partir de las identidades de estructuras y
no sin malos entendidos frecuentes, ya que no hay lengua íntegra. Todas quedan
afectadas por lo que falta para definir lo desconocido –real– cuando se hace
presente.
Los cromosomas. Sabemos
que el ADN,
sustancia fundamental del material cromático difuso (así se observa en la
célula de reposo), está organizado estructural y funcionalmente junto a ciertas
proteínas y ciertos constituyentes en formas de estructuras abastonadas
llamadas cromosomas. Las
unidades de ADN son las responsables de las características estructurales y metabólicas
de la célula y de la transmisión de estos caracteres de una célula a otra.
Estas reciben el nombre de genes y están colocadas en un orden lineal a lo
largo de los cromosomas.
Moléculas
de ADN
A mí se me había ocurrido un juego, no sé si será para mejor o peor,
pero me pareció interesante para observar ciertas similitudes que hay entre la
cadena del ADN, la cadena del discurso, y a la vez articulaciones y falta de
articulaciones entre filogenia y ontogenia. Mi “creación” es esta, de Cadenas significantes filogenia, ontogenia,
traumas:
C
Ejes metafóricos
┼┼┼┼┼┼┼-φ┼┼┼┼-φ┼┼┼┼φ┼┼┼┼┼trauma
“a” Eje Metonímico …φ
“a”…†
r
u
c
e
┼┼┼┼┼┼┼-φ┼┼┼┼-φ┼┼┼┼……-φ……
“Traum-a”
s -φ
… “a” …
M
e
t
a┼┼┼┼┼┼┼-φ┼┼┼┼-φ┼┼┼┼……-φ
Trauma “a”
f -φ
…… “a” …۞
†Muerte cristiana, judía۞ musulmana
ó
r
i
c
o
s
El gen es la unidad básica de material hereditario, y físicamente está
formado por un segmento del ADN del cromosoma. Atendiendo al aspecto que afecta
a la herencia, esa unidad básica recibe también otros nombres, como recón,
cuando lo que se completa es la capacidad de recombinación (el recón será el
segmento de ADN más pequeño con capacidad de recombinarse), y mutón, cuando se
atiende a las mutaciones (y, así, el mutón será el segmento de ADN más
pequeño con capacidad de mutarse). Esto es muy
importante, porque es justamente, la argamasa receptora neuronal que recibe al
lenguaje y la cultura y le generan condiciones para que incidan en el Sistema Nervioso
Central.
El juego que propongo consiste en observar equivalencias entre las
imágenes de ADN tratando de articularse a través de recones y mutones, y el esquema
que dibujé graficando el discurso y las cadenas significantes. Quiebres,
combinatorias, enredos, malos entendidos. Tengan en cuenta además, que estos
operarán en las membranas neuronales y su red, articuladas a través de axones
dendritas y espículas. Castraciones que impulsan a seguir hablando, buscando
nuevas combinatorias.
Filogenia. Se llama filogenia al estudio de la historia
evolutiva y las relaciones genealógicas de las estirpes. Las comparaciones de
secuencias de ADN y de proteínas, facilitadas por el desarrollo técnico de la biología molecular y de la genómica,
junto con el estudio comparativo de fósiles
u otros restos paleontológicos, generan la información precisa para el análisis
filogenético.
Árbol filogenético de los seres vivos basado en
datos sobre su ARN Ácido
Ribonucleico.
Otros árboles basados en datos genéticos de otro tipo resultan similares pero
pueden agrupar algunos organismos en ramas ligeramente diferentes, en
apariencia debido a la rápida evolución del ARN. Se nos plantea ahí una caja negra: desde lo común en los
genes, ¿cómo se llega a la particularización de las lenguas y lenguajes y más
específicamente a la lalengua de cada uno? Hay un video de Patricia Kuhl circulando en Internet,
www.ted.com, sobre la genialidad lingüística de los
bebés. Es muy interesante. Transcribo textualmente lo que esta
señora dice porque considero que es una experimentación importante. “¿Qué hemos
aprendido? Que los bebés de todo el mundo son lo que me gusta denominar ‘ciudadanos del mundo’: pueden discriminar
todos los sonidos de todos los idiomas sin importar el país en que estemos ni
el idioma que estemos usando. Eso es notable porque ni ustedes ni yo podemos
hacer eso. Somos oyentes cultura-dependientes. Podemos discriminar los sonidos
de nuestro propio idioma pero no los de los idiomas extranjeros. Entonces la
pregunta que surge es: ¿en qué momento estos ciudadanos del mundo se vuelven los oyentes cultura-dependientes
que somos nosotros? La respuesta es: antes de su primer cumpleaños. Durante
la producción del habla, cuando los bebés escuchan, están tomando estadísticas
del lenguaje que escuchan. Y esas distribuciones crecen. Lo que hemos aprendido
es que los bebés son muy sensibles a las estadísticas y las estadísticas del
inglés son muy, muy diferentes de las del japonés. El inglés tiene muchas ‘R’ y
‘L’ (…) Y la distribución del japonés es completamente distinta, donde vemos un
grupo de sonidos intermedios que se conocen como la ‘R japonesa’. Los bebés
absorben las estadísticas del idioma y eso cambia sus cerebros –fíjense que ella coloca al cerebro en
dependencia de la lengua–[3]
eso los transforma de ciudadanos del mundo, en los oyentes cultura-dependientes
que somos. Nosotros, como adultos, ya no absorbemos esas estadísticas. Estamos
gobernados por las representaciones mentales
que se forman tempranamente en nuestro desarrollo. Lo que estamos viendo aquí
está cambiando nuestros modelos del periodo crítico. Sostenemos desde el punto
de vista matemático que el aprendizaje de material lingüístico se hace más
lento cuando nuestras distribuciones se estabilizan. Eso genera muchas
preguntas sobre las personas bilingües. Los bilingües deben tener en mente dos
grupos de estadísticas a la vez y alternar entre ellos, uno tras otro,
dependiendo de con quién estén hablando. Entonces nos preguntamos ¿Pueden los bebés sacar estadísticas de un
idioma completamente nuevo? Y lo probamos exponiendo bebés estadounidenses –que
nunca antes habían oído un segundo idioma– al mandarín por primera vez durante
el período crítico. Cuando hicimos las pruebas monolingües en Taipei y Seattle
con los sonidos del mandarín, mostraron el mismo patrón. A los seis, ocho
meses, son totalmente equivalentes. Dos meses después ocurre algo increíble.
Los bebés taiwaneses van progresando, no así los bebés estadounidenses.
Expusimos a los bebés estadounidenses durante este período al mandarín. Era
como hacer que los parientes mandarines vinieran de visita por un mes y se
quedaran en su casa por doce sesiones. /.../ ¿Qué les hicimos a sus pequeños
cerebros? (risas). Tuvimos que armar
un grupo de control para asegurarnos de que sólo por venir al laboratorio no se
mejoraba el conocimiento del mandarín. Así que un grupo de bebés venía a
escuchar inglés. Y podemos ver en el gráfico que la exposición al inglés no
mejoró su mandarín. Pero miren lo que les sucedió a los bebés expuestos al mandarín
por doce sesiones. Mejoraron hasta quedar igual que los bebés taiwaneses,
expuestos al mandarín por diez meses y medio. Lo que esto demostró fue que los
bebés toman estadísticas sobre un nuevo idioma. Toman estadísticas de lo que
sea que les pongamos enfrente.
Pero nos preguntamos qué papel representa el ser humano en este ejercicio de aprendizaje. Por eso a otro grupo de bebés les suministramos la misma dosis, las mismas doce sesiones, pero frente a un televisor y a otro grupo de bebés sólo los expusimos a un audio con un oso de peluche en la pantalla. ¿Qué les hicimos a sus cerebros? Aquí ven el resultado del audio –no hubo ningún aprendizaje– y el del video –tampoco hubo aprendizaje–. Se necesita un ser humano para que los bebés tomen estadísticas.[4] El cerebro social controla los momentos cuando los bebés toman estadísticas. Queríamos meternos dentro del cerebro y ver qué sucede cuando los bebés se enfrentan al televisor versus cuando se enfrentan a seres humanos.
Afortunadamente tenemos una nueva máquina, el magneto-encefalógrafo, que nos permite estudiar esto. Parece un secador de pelo marciano (foto), pero es completamente seguro, no invasivo y silencioso. Estamos viendo una precisión milimétrica en cuanto a lo espacial, y una precisión de milisegundos en lo temporal, usando 306 SQUIS –dispositivos superconductores de interferencia cuántica– para detectar campos magnéticos que cambian a medida que pensamos. Somos los primeros en el mundo en registrar bebés con estas máquinas mientras están aprendiendo. Esta es Emma (video), tiene seis meses y está escuchando varios idiomas en los audífonos que tiene puestos. Pueden ver que puede moverse. Seguimos su cabeza con unas bolitas en la gorra de modo que pueda moverse con absoluta libertad. Es una maravilla tecnológica.
Pero nos preguntamos qué papel representa el ser humano en este ejercicio de aprendizaje. Por eso a otro grupo de bebés les suministramos la misma dosis, las mismas doce sesiones, pero frente a un televisor y a otro grupo de bebés sólo los expusimos a un audio con un oso de peluche en la pantalla. ¿Qué les hicimos a sus cerebros? Aquí ven el resultado del audio –no hubo ningún aprendizaje– y el del video –tampoco hubo aprendizaje–. Se necesita un ser humano para que los bebés tomen estadísticas.[4] El cerebro social controla los momentos cuando los bebés toman estadísticas. Queríamos meternos dentro del cerebro y ver qué sucede cuando los bebés se enfrentan al televisor versus cuando se enfrentan a seres humanos.
Afortunadamente tenemos una nueva máquina, el magneto-encefalógrafo, que nos permite estudiar esto. Parece un secador de pelo marciano (foto), pero es completamente seguro, no invasivo y silencioso. Estamos viendo una precisión milimétrica en cuanto a lo espacial, y una precisión de milisegundos en lo temporal, usando 306 SQUIS –dispositivos superconductores de interferencia cuántica– para detectar campos magnéticos que cambian a medida que pensamos. Somos los primeros en el mundo en registrar bebés con estas máquinas mientras están aprendiendo. Esta es Emma (video), tiene seis meses y está escuchando varios idiomas en los audífonos que tiene puestos. Pueden ver que puede moverse. Seguimos su cabeza con unas bolitas en la gorra de modo que pueda moverse con absoluta libertad. Es una maravilla tecnológica.
¿Qué estamos viendo? Estamos viendo el
cerebro de un bebé, a medida que el bebé oye palabras en su idioma las áreas
auditivas se encienden y, posteriormente, las áreas circundantes –que pensamos están relacionadas a la
coherencia, encargada de coordinar el cerebro en sus diferentes áreas– y la
causalidad, una zona del cerebro que provoca la activación de otra.
Nos estamos embarcando hacia una grandiosa
edad dorada del conocimiento del desarrollo del cerebro infantil. Vamos a poder
ver el cerebro infantil a medida que experimenten emociones, a medida que
aprendan a hablar, leer, que resuelvan problemas matemáticos y que tengan una
idea. Y vamos a poder inventar intervenciones quirúrgicas cerebrales para niños
con dificultades de aprendizaje. Como lo describieron poetas y escritores,
vamos a poder ver, creo, esa
maravillosa, total y absoluta[5]
apertura de la mente infantil. Investigando el cerebro infantil vamos a
descubrir verdades profundas de qué significa ser humano y en el proceso, quizás
podamos ayudar a mantener nuestras mentes abiertas al aprendizaje durante todas
nuestras vidas.”
Homeostasis: la adaptación al
cambio. Continúo citando a Wikipedia:
“La homeostasis es la propiedad de un sistema
abierto de regular su medio interno para mantener unas condiciones
estables, mediante múltiples ajustes de equilibrio dinámico controlados por mecanismos
de regulación interrelacionados. Los genes codifican la información necesaria
para sintetizar proteínas, las que a su vez, juegan un gran papel influyendo
(aunque, en muchos casos, no lo determinan completamente) en el fenotipo
final del organismo” –es decir, en lo
modificable para reaccionar ante lo real–.[6]
“La biología humana es
la denominación de un campo de estudio interdisciplinario
principalmente incluido dentro de la biología
y por tanto de las ciencias naturales, aunque dada su implicación
con el ser humano
como objeto
también puede enumerarse entre las ciencias
humanas o ciencias sociales.”
En los humanos,
la biología encuentra como uno de sus condicionantes importantes al lenguaje y
sus hablantes, con su operatoria sobre y a través de la experiencia general del
cuerpo y particularmente las pulsiones y sus zonas erógenas como fundamentales.
En este sentido, a mí me parece, lo que es bastante más freudiano que
lacaniano, que las funciones de las zonas erógenas son clave, pero también son condicionantes
fundamentales la piel y los músculos. Esto lo planteaba Freud y Lacan se lo
discute. Yo estoy más de acuerdo con Freud.
La biología humana incluye el estudio de la variación genética entre las poblaciones humanas del presente y el pasado;
la variación biológica
relacionada con el clima
y otros elementos del medio ambiente; los determinantes de riesgo de enfermedades degenerativas y enfermedades infecciosas en las
poblaciones humanas (epidemiología); el término “desarrollo
humano” entendido desde una perspectiva biológica; la biodemografía, etcétera.
La neurobiología –sobre la que escribirá
Roberto Rosler–, como especialidad de la biología, se concentra en investigar
las funciones y dependencias del Sistema Nervioso y particularmente del Sistema
Nervioso Central y sus relaciones y no relaciones con la filogenia. Es muy
interesante seguir las explicaciones de Rosler a partir de su planteo que ronda
la siguiente pregunta: “¿Cómo hacemos los humanos, con el cerebro del
paleolítico para pensar en la actualidad?”. Es interesante porque plantea
justamente esta cuestión de las relaciones entre filogenia y ontogenia en
relación con el antropomorfismo más que milenario.
A tres de estas cuatro disciplinas[7],
se nos plantea una gran dificultad. Para investigar sobre humanos, los que
vivimos en países del “tercer mundo” no disponemos de magneto-encefalógrafos ni
en general de aparatos con esa sofisticación. Además, como repudiamos los métodos
“Mengele”, no podemos hacer otra cosa que investigar a partir de las experiencias
de los tratamientos a enfermos. Lo que excluye la comparación con supuestos
sanos. Biólogos y neurobiólogos pueden comparar con lo que vienen estudiando a
través de disecciones, microscopios, resonancias magnéticas diversas, incluidas
las micro video grabaciones, y seguramente muchas otras técnicas que ignoro. La
zoobiología puede, y lo hace,
experimentar con animalitos sanos, lo que Eric Kandel supo utilizar para
cuestiones de la memoria humana. En Argentina, dentro de esos límites,
elaboramos lo que podemos. Parte de esa elaboración es la producción en común
de este libro.
Irma Peusner: La
ontogenia recapitula la filogenia, que es el principio de la biología. Siempre
la ontogenia recapitula la filogenia.
Sergio Rodríguez:
Por eso me pareció interesante traer lo de Patricia Kuhl. Ella da un ejemplo
muy preciso, fundamentado, experimentado e investigado sobre en qué momento el
cerebro se va orientando hacia un idioma. Y cómo después de eso, la relación
con los sonidos del propio idioma pasa a ser muy diferente, que con los sonidos de otrasa lenguas.
Carlos Názara: En determinado
momento, el estímulo que se va generando, genera el desarrollo de determinadas
características. No solamente de la pronunciación de los sonidos de la lengua
materna, sino de la escucha de esos sonidos de la lengua materna, y lo más
interesante que se puede ver en ese sentido es que a partir de este momento el
órgano, que es la glotis pero también el de la percepción que pertenece al Sistema
Nervioso Central, cierra el camino de siquiera poder captar
los sonidos de otras lenguas. Supera al “no poder entender”, ni siquiera se captan.
Es interesantísimo eso, porque justamente el cerebro crece a demanda. Es interesantísimo
poder pensarlo así. Se da el ejemplo también con los famosos gatos ciegos, a
los que les tapan los ojos cuando nacen y se los destapan a los tres, cuatro
meses. Son ciegos de por vida porque en los primeros tiempos no se estimuló ese
órgano. La misma lógica se da también en estas otras cuestiones: en la medida
en que no haya un otro ahí, como indica Patricia Kuhl, no hay manera de que eso
se estimule. Me parece que lo que ella dice es, con respecto a las pruebas del
televisor, que cuando apagan el aparato no es lo mismo, entonces no es simplemente
una cuestión estadística cuantitativa, sino también en el orden de lo
cualitativo.
Otra intervención:
En el caso de los niños salvajes, que se crían con animales en la selva,
aprenden las costumbres y la comunicación de estos animales que los crían.
Sergio Rodríguez:
Al respecto de esto que están comentando, remarco la importancia del papel que
tienen las madres en el desarrollo psíquico de los hijos. Y ahí hay un problema
en el desarrollo de la conceptualización por parte de Lacan. Es histórico, es
decir que tiene condicionamientos históricos, en donde se daba cuenta que algo
de eso le estaba pasando. En la polémica con Melanie Klein y con la psicología
del yo, en relación con la cuestión de la función del lenguaje y las lenguas y
la función del En Nombre del Padre
(lo digo como él lo decía en los comienzos, porque creo que fue su mejor formulación
en ese sentido). Es cierto que si está forcluido el nombre del padre, tenemos
ahí tierra fértil para psicosis. Pero tendríamos también, y esto
lamentablemente se ve en casos muy extremos, tierra fértil para cosas diría yo,
peores que aquellas psicosis, cuando la ausente fue la madre. Los chicos han
ido muy temprano a parar a los orfanatos, y han retornado mucho tiempo después.
La vida resulta muy complicada para ellos. Pre Lacan, todo estaba centrado en
la madre, entonces lo que les quedaba de lado era la función del nombre del
padre. Creo que es muy importante para nosotros volver a replantear la importancia
esencial de la madre por lo menos hasta después del año. Una de estas funciones
es nada más y nada menos que el aprendizaje del lenguaje, que se plantea en los
primeros meses, como muestra Patricia Kuhl.
Laura de Pietri: Irma Peusner,
cuando dijiste que la ontogenia recapitula la filogenia, y que lo mismo ocurre
con la lengua, ¿hay alguna metáfora que se pueda usar desde la lengua? Otra
inquietud es acerca de los ciudadanos del mundo, como los llama Patricia Kuhl:
lo que planteaba Chomsky hasta un cierto límite, que lo innato alguna vez fue
aprendido también. También está esto otro de que algo de innato tiene, como
dice Chomsky. Porque nosotros no tenemos
la capacidad de conseguir ese tipo de estadísticas, pero cuando nos mudamos a
otro país, cuesta al principio pero no es tan complicado aprender otro idioma.
Irma Peusner: Claro, pero lo
que no se logra es la pronunciación, lo que se logra es la lengua.
Sergio Rodríguez: Algo curioso
que me sucedió cuando iba de vacaciones a Brasil e intentaba hablar lo poco que
sé de portugués, era que los mozos me preguntaban si era italiano.
Intervención: Intentando reflexionar
algo respecto de que la ontogenia
recapitula la filogenia en las lenguas, esto sería como la historia de las
lenguas, porque no fueron siempre iguales, sino que tuvieron un recorrido en
cuanto a la gramática y un montón de cuestiones. En la historia del sujeto
también pasa lo mismo. Los sujetos también hacen adquisición primero de las palabras
sueltas, después de las frases simples, después se complejiza, etcétera. En ese
sentido, se podría apoyar la hipótesis de que la ontogenia recapitula también la
filogenia en las lenguas. La historia de las lenguas también es una historia, así
como la historia del desarrollo embriológico, de la evolución y de los seres
vivos.
Sergio Rodríguez: Quisiera dar, con respecto a esto que decís, dos
ejemplos. Conversé hace unos cuantos años con alguien de la Academia Argentina
de Letras. Sabe muchísimo, conoce varios idiomas, mucho de etimología.
Por otro lado, he trabajado con gente de
las villas, en las villas. Lo cual nos dio
la oportunidad de conversar con esta persona, sobre la temática del desarrollo
de las lenguas. Es un hombre al que le interesa mucho todo lo que tiene que ver
con la historia de las lenguas. Vengo de Flores de Sur, que cuando era chico
estaba lleno de baldíos, no era un barrio carenciado pero sí bastante humilde, y
siempre estuve muy acostumbrado al barrio. Donde estaban las canchas en las que
yo jugaba al fútbol hoy hay una villa, y más allá, la cancha de San Lorenzo.
Ahí hablábamos una lalengua muy barrial, pero que se mantenía pegada al
porteño, que era más o menos el que se hablaba en las décadas del 30 al 50, y
nos había sido transmitido en gran medida por nuestros padres. Por supuesto éramos
más groseros entre nosotros para hablar que cuando estábamos en familia. El
punto es que cuando trabajé muchos años después en las villas me sorprendió que
les pasaba algo que a nosotros no nos pasaba en aquella época. Zygmunt Bauman
habla de “sociedades líquidas”, y coincido con él en cómo va cambiando el tema
de la lengua y el lenguaje. Recuerdo, en la villa, haber visto el recomienzo de
la utilización de la palabra “bondi”. Esta era una palabra de la generación de
mis padres, en mi generación se dejó de usar y cuando volvió fue para
referirnos al tranvía. Luego, en estos tiempos, apareció otra vez, pero en la villa. Entonces observé
que esa palabra reaparecía con otro sentido que el que nosotros utilizábamos,
ahora significaba “pelea”, “gran fiesta” o “gran quilombo”, o también
para referirse a un “trabajito”. Lo que trato de dar a entender es cómo la
palabra mutó en su sentido. De tranvía pasamos a colectivo, y ahora, una fiesta
descontrolada, o riña. Esto lo contaba porque una de las cosas que captó este
hombre con que conversaba es que en general las lenguas provienen, de las lenguas
vulgares. El francés, español o italiano no provienen del latín culto, que sólo
se dijo hasta hace no muchos años en las iglesias, los idiomas que utilizamos
provienen del latín vulgar. Cuando intenta definirse algo, se necesita un
significante muy por fuera de la lalengua
que se habla. Puede ocurrir la sorpresa de que cuando se recurre a un
diccionario etimológico, se encuentra que lo que se está hablando como nuevo es
algo que ya venía del latín vulgar del
año 1000 antes de Cristo. Es difícil de explicar y yo no tengo respuestas para
ello, pero sí me resulta apasionante, y es por eso que me parece que vale la
pena llevar a cabo este tipo de investigación. Creo que hay un goce de la lalengua, que goza con inventar.
Laura Lueiro:
La evolución de las lenguas y del lenguaje, y algunas otras cuestiones, harían
pensar que es innato la triple decodificación, en términos biológicos, porque
me parece que tiene que ver más con eso. Por ejemplo, es universal usar los
gestos de afirmativo y negativo. El “ajó” de los bebés o el laleo, también son
universales. Las expresiones faciales son universales y con meses de vida los
bebés ya detectan y diferencian una cara feliz de una enojada, también los tipos
de voz. Lo que quiero decir es que hay un montón de cuestiones en donde se me
hace un agujero negro, como una caja negra, porque, ¿en dónde se aprende eso? ¿Qué
hay antes del laleo?
Intervención:
Me parece que inicialmente, y acá estoy pensando en voz alta, lo que hay es
movimiento por imitación. Cuando hay ingreso del otro puede haber identificación.
Pero en realidad lo que vos planteás es algo que es anterior, que tiene que ver
con algo en el orden de lo universal.
Intervención: Cómo se hace
para que los músculos empiecen a funcionar de una manera, por ejemplo.
Intervención:
Bueno, en el caso del amamantamiento es un reflejo.
Intervención:
Me parece que lo que decís es un primer lenguaje, es el que debería tener el homo
sapiens antes de hablar. Ahí tendría que ver algo de la ontogenia y
filogenia. Nosotros no conocemos bien las etapas, pero eso podría ser tranquilamente
una primera etapa, y por eso es universal. Es un primer lenguaje, y sobre ese
lenguaje se va a montar todo lo demás, sería el embrión del lenguaje, lo que
habría que ver es qué es todo lo que es embrión.
Sergio Rodríguez:
Si no recuerdo mal, es Bulgaria el país en donde los movimientos de cabeza para
el sí y el no están invertidos. Pero, por ejemplo, los japoneses están todo el
tiempo haciendo como que
asienten, con los chinos también pasa eso. Lo mismo lo que vos decías de los
gestos y todo ese tipo de cosas. A mí me quedó muy grabado algo que me pasó una
vez que estuve en China, allá por 1970, y yo veía que las parejitas iban sin
tomarse de la mano por la calle, y le digo a un chino que estaba conmigo y
hablaba español: “Ustedes acá son muy poco eróticos”, y él me contestó: “¿Le
parece, camarada? Somos una de las poblaciones más grandes de la Tierra, ¿cómo
se cree que se hicieron?” (risas). François
Perrier[8]
escribió un libro sobre la histeria, y las dividió en histerias defensivas e
histerias ofensivas. Lo que describía era cómo había cambiado la histeria desde
Freud hasta entonces (1970, más o menos). Hoy hay toda una gestualidad en
relación a la sexualidad, que es desaforada para nosotros, los de la
vieja generación. En otros países puede resultar desaforada incluso para sus
jóvenes. Eso también es lenguaje. Otra batalla que tuvo que dar Lacan en su
momento fue hacer entrar la función del significante para las subjetivaciones;
empezó utilizando a Saussure y terminó dando sus propias formulaciones. Hay
muchos colegas hoy que todavía creen que sólo es válido lo que la gente dice
verbalmente, entonces sus instrumentos de análisis se acotan enormemente. Y los
pacientes pierden, porque el gesto en relación con el contexto, es
significante. Cuando llegan mis pacientes a la escalera y les pregunto cómo
andan, me contestan primero con un gesto, y eso ya dice mucho.
[1] Wikipedia.
[2] Neologismo inventado por Lacan para indicar las singularidades de
cómo cada hablante habla su lengua.
[5] Lo de absoluta,
corre por cuenta de las ilusiones de la señora Patricia Kuhl.
[M1]Sí,
porque es un criterio epistemológico nuevo entre psi.
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