Sergio Rodríguez
Hacia donde ir
Hacia dónde
apuntar para trabajar sobre la gran “caja negra” común de ambas disciplinas. Lo
primero es captar la importancia de la colaboración interdisciplinaria. Por
ejemplo el caso de Phileas Gage presentado por Antonio Damasio[1] nos
facilitó entender, que el planteo válido de Lacan sobre que los afectos son
efectos del significante, no tiene valor absoluto. Hizo evidente que en los
afectos, también pueden incidir trastornos neuronales. Además de la frecuente combinación
que suele presentarse de ambos factores. También, hasta donde llegan nuestros
conocimientos, la trama en que se combinan significantes, proteínas, aparición
y desaparición de espículas, para archivar y hacer funcionar los archivos como
lectores de las experiencias vividas, para intervenir en las nuevas.
La Frontera -¿Nuestro Destino?
Los más
ambiciosos y delirantes, cómo puedo ser yo, apuntamos a encontrar el punto de
apoyo que necesitaba la palanca de Arquímedes. Otros colegas, más sensatos y
ubicados, prefieren empezar por investigaciones parciales y no tanto. Por
ejemplo, autismos, comparación de tratamientos diversos en depresiones, etc.
Las decisiones de
hacia dónde ir, responderán a la singularidad del deseo de cada uno y a las
condiciones de posibilidad, materiales –económicas y de infraestructuras-
culturales, políticas, etc.
También de la
epistemología en que apoyarse. A grandes rasgos: 1) la que elige transitar lo
particular para llegar a lo general, a través de que suma y síntesis de
particularidades conduzcan a un salto dialéctico. 2) La que busca partir de
avizorar el punto de Arquímedes. En esa, me anoto. Anoto a la vez que ambas
estrategias no son antinómicas sino que se suplementan. Tanto Eric Kandel en
neurobiología, cómo Freud en psicoanálisis, se iniciaron interesados en lo más
general. Las investigaciones, los fueron llevando por caminos particulares que luego,
fueron alimentando cuestiones más generales. En Kandel, nada más ni nada menos
que descubrir la plasticidad neuronal,
que cambió radicalmente todas las viejas concepciones de la neurología pre-1960.
En Freud, a la concepción estructural
del Inconsciente, que cambió lo más importante del saber de entonces, sobre
el funcionamiento psíquico. El que estaba dominado por la idea, de que todo dependía de la conciencia. Generó entonces,
una nueva y más eficaz práctica para la cura de la mayoría de “las enfermedades
nerviosas”.
El Psicoanálisis, su larga y densa ruta
Buscando la cura
de las “enfermedades nerviosas” a través de las particularidades de las mismas,
se fue diseñando una teoría general, culminada por la mostración compleja que
hace Lacan con el nudo Borromeo de la Tercera
de Roma
A lo que agregó después el complejo 4° nudo y la interrelación, entre Nombre del Padre y forjarse
un propio nombre.
En ese curso, se
fue haciendo evidente que el lenguaje y las lenguas, proceden siempre por
interpretación, lo que le da a la comunicación humana su riqueza y sus imposibilidades.
De estas proceden los malos entendidos y sobre ellos opera el psicoanálisis
utilizando la interpretación a la letra y las intervenciones en acto.
Para continuar la investigación, temas y trabajadores
Cómo ya lo
enuncié, me gustaría introducirnos en la investigación del punto de Arquimedes.
Puede argumentárseme en contra, que mi propuesta es excesivamente ambiciosa. No
voy a negar que es ambiciosa, si es excesiva o no, sólo la experiencia podrá
decírnoslo. Pero no solamente eso. Puede ocurrirnos como le ocurrió a
Arquímedes, que no consigamos la palanca. Pero eso no impidió, que su principio
se demostrara y fuera uno de los orígenes de la mecánica.
Mi pregunta y mi punto de apoyo
Según venimos averiguando, el gen es la unidad base de material
hereditario, y físicamente está formado por un segmento del ADN del cromosoma.
Atendiendo al aspecto que afecta a la herencia, esa unidad de base recibe
también otros nombres, según funciones puestas en acción. Por ejemplo: Recon, cuando lo que se completa es la capacidad
de recombinación (el Recon será el
segmento de ADN más pequeño, con
capacidad de recombinarse). Mutón,
cuando se atiende a las mutaciones (el Mutón
entonces, será el segmento de ADN
más pequeño con capacidad de mutarse). Formas que toman de articularse las
cadenas de ADN.
Moléculas de ADN
Sabemos que son cadenas de proteínas diversas, y que en el tráfico de
información y de cambios de potencial eléctrico que se da a través de las membranas
neuronales, son transportadoras a la vez que compuestos y componentes.
Hipotetizo que en ellas, se encuentra la argamasa receptora neuronal que
recibe al lenguaje y la cultura, generándole condiciones para incidir en el
Sistema Nervioso Central y el cuerpo en su conjunto. También creo, que son
puntos en los cuales cambios en las aferencias que recibe un receptor, le
exigen cambios en sus eferencias, para emitirlas a los lazos sociales a “lomo”
de significantes como respuestas. Trabajo vehiculizado, a través de espículas
“brotadas” y también perdidas, de las dendritas neuronales y sus conexiones.
Estimo que sería importante armar un grupo de investigación que trate de
establecer más precisamente cuál es el Puente
Factoría que tramita lo recibido por los sentidos desde diferente tipo de
percepciones y de significantes, de un modo que diferencia a los humanos del
resto de los animales, por la complejidad borromeica antes señalada. Puente
factoría que clasifica, administra lo recibido y lo “archiva”. Pero que a la
vez lo reutiliza para operar tanto frente a lo conocido, como a lo que le
resulta radicalmente desconocido, o sea: ante lo real. En consecuencia, Puente Factoría, que es puente entre el
exterior a cada uno de nosotros y el Sistema Nervioso Central. Pero no es un
puente pasivo como los que atraviesan accidentes geográficos o fronteras. Lo
imagino como un puente desde el que el SNC recibe de las percepciones imágenes
–entre ellas significantes- que califica, clasifica, archiva, para usarlos en
las oportunidades que lo exigen. Desde ese archivo aporta a través de las
espículas a los “obreros” –proteínas- material también proteico, proveniente de
las percepciones en general y centralmente de los significantes. Se produce así
la argamasa, que opera sobre el resto del cuerpo. Por eso lo bautizaría: Puente Factoría. Como lo explica
Roberto Rosler[2],
seguramente la corteza pre-frontal, el cuerpo calloso y el Gyrus Cinguli juegan
una función fundamental que, continuando con la metáfora, sería de “puente – factoría”.
Significantes y demás percepciones se articulan en la red de engramas previos
como información operativa, en proteínas que vuelven a operar cuando las
circunstancias lo requieren. Trabajadas por, y desde, esa factoría puente.
Sergio Rodríguez
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