lunes, 2 de julio de 2012

Metáfora, Metonimia, disposiciones representacionales, provocaciones de lo real: LA CREATIVIDAD


Sergio Rodríguez                                                 24-III-2008
Ahora quiero poner en juego unas reflexiones que me están aconteciendo, sobre la base de desplazamiento y condensación en Freud, Metáfora y  metonimia en Lacan y disposiciones representacionales, marcadores somáticos y sus disparos en función de razonar en Damasio.

La pregunta que me acosa desde que comencé a leer a Kandel gira en función de discernir cómo se crea, se inventa se produce una nueva conjetura ante impactos de lo Real.

Lo que pienso hasta ahora transita por los siguientes andariveles.
1)    siguiendo a Lacan, llamo Real a lo que se nos aparece de vez en cuando como algo radicalmente no sabido que al incidir sobre cada uno, nos obliga a tramitarlo para dar cuenta de eso y poder hacer algo. Es radicalmente no sabido, pero no puede no tener alguna vecindad con algo previamente sabido y que se mantiene inconsciente, consciente o en distintas formas en ambos territorios.
2)    Al hacerlo, dispara una serie de sentimientos corporales y disposiciones representacionales asociadas por vecindad en el cerebro. Lo que nos presenta un primer texto metonímico que intenta dar cuenta del fenómeno con el que hemos entrado en contacto a través de uno o más de nuestros dispositivos sensoriales. Dicha reacción, produce algún tipo de relación y efecto con dicho fenómeno. Dicha reacción cabalga en alguna forma de deseo que busca resolver la relación con el mismo en un sentido de supervivencia, de placer. Pero no al margen de las claves de goce, de memorias instaladas por sucesivas sensibilizaciones y habituaciones de experimentaciones previas con fenómenos similares, equivalentes, parecidos. El, o los actos originados por dicho trabajo somato cerebral, encuentran exutorio si el resultado es favorable o sienten el error y la operatoria se reinicia.
3)    Entonces, o el éxito de la operatoria instala una nueva metáfora que pasa a instalarse en vecindad, o sea deriva a un nuevo campo metonímico. La metáfora, la invención, es para bien y para mal, lo único que nos diferencia en cualidad del resto del reino animal, como verdaderamente lo otro. Dicho de otra manera, es el efecto sujeto, que como sabemos no es el que con más frecuencia nos ocurre.
4)    El yo, red de signos, de lo que significa algo para alguien, para cada ser en cuestión, no sale de la repetición, lo que no es despreciable, pues mientras tanto, sostiene al susodicho. Pero al precio de no crear, no inventar. Les confieso una experiencia personal que vengo tramitando desde muy chico. ¿Cómo reconocer un acto artístico? No digo cómo evaluarlo. Era una vieja discusión entre mis padres y el núcleo de intelectuales con los que solían reunirse, particularmente cuando yo era muy pequeño –prepolieduramente-. Por ejemplo discusiones sobre el cubismo, el surrealismo, la pintura no figurativa, la obra con mensaje o sin él. Ustedes saben que a veces se me ocurre escribir poesía, pequeños relatos. A veces corrijo más, a veces menos. Siento que está terminado cuando me lo dice una sensación en el cuerpo. Si resulta mudamente melodiosa a mi oído, si alguna emoción que distingo me embarga, si la métrica sobre la pantalla satisface mi mirada. Entonces me digo, será mejor o será peor, pero para mí es arte, hay creación. Entonces me tranquilizo y le doy fin. Seguramente cuando me vuelva poner en contacto tiempo después, ya no tendrá el mismo ángel, pero algo conservará. Creo entonces que cuando culminé dicho acto, hubo sujeto y cierta dilución del yo en lo desconocido. Algo así me pasa también, cuando encuentro alguna novedad en mis conjeturas como psicoanalista en acto o en escritura teórica. Creo que en esos puntos, el sujeto en la verdad, produjo goce creador.


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