lunes, 2 de julio de 2012

La Neurobiología Actual Da razones desde la Arquitectura y el Funcionamiento Somato Neural, de por qué el Psicoanálisis Cura


Sergio Rodríguez                                                                           18-IV-2008

Las evidencias de los últimos desarrollos en neurobiología presentan la novedad de explicarnos las bases neurales que desvelaron a Freud, y que ahora fundamentan al psicoanálisis, no sólo desde la experiencia de las curas sino también desde la arquitectura y funcionamiento somato cerebral
Un siglo de aprês coup nos permite decir hoy que la obstinación de los psicoanalistas en defender su práctica como útil para la cura de las neurosis, está justificada también por el develamiento de la arquitectura y el funcionamiento del complejo, somato cerebro neural. Los resultados de las investigaciones y conjeturas de numerosos neurobiólogos incluso de algunos neuropsicólogos brillantes,  lo sepan o no dichos actores, dan el panorama del funcionamiento somato neural sobre el que opera el psicoanálisis y porque. No sólo como tratamiento a través de las palabras, sino también de la modalidad específica de utilizar la asociación libre del afectado  en combinación con  la atención libremente flotante del psicoanalista o de cualquier otro tipo de terapeuta suplementario, y operando a través de interpretaciones y otras intervenciones sobre letras e inconsistencias lógicas que transportan saberes inconcientes sobre deseos y modalidades de goce de aquel. Es muy interesante en este sentido las observaciones de Damasio sobre la función de la vecindad en la memorización fuera de la conciencia de percepciones que fueron vecinas y desapercibidas a la conciencia, de aquellas en estaba fija centralmente la atención (recordemos los restos diurnos descriptos por Freud)  Esas novedades, no sólo tranquilizan aún más de lo que ya lo estaban nuestras almas, sino que también dan elementos de inteligencia que pueden facilitarnos afinar más nuestros actos y explicarnos la incidencia suplementaria de muchas otras actividades humanas que mejoran las psiquis, algunas enumeradas en el boceto de programa para 2º año.
A la vez, nuestra intervención inteligente y no desafiante ni sobradora,  puede facilitarle información a los neurobiólogos y algunos neuropsicólogos, para afinar sus investigaciones a la búsqueda de cuales son las vías que ordenan la actividad somato cerebral. De la investigación de ellos, se aclara: 1º que las neuronas, las neuroglías de sostén y las rutas neurales, son modificables (plasticidad neuronal). Que dicha modificación puede provenir de tratamientos con sustancias químicas, con más eficacia y cuidado de tratamientos por las palabras de otro, de tratamientos sobre el cuerpo (por ejemplo: aerobismo y endorfinas) y de manipulaciones genéticas. 2º que hay grupos neuronales que son regenerables (además de las perspectivas que abren las manipulaciones gen´ñeticas con células madre), además de que todos son sustituibles por otros que se encontraban en estado de latencia. 3º que tratamientos diversos pueden reconfigurar grupos neuronales y neurogliales. Todo esto fundamenta, la articulación entre generalidades cerebrales y la singularidad ineludible de cada complejo somato cerebral.
Donde la neurobiología no llegó
Lo que no han podido determinar, son dos cuestiones fundamentales, en las cual el psicoanálisis lleva una larga experiencia y teorización. Esta son: ¿cual son las rutas principales, en función de las que se ordenan las neurosis, o sea la normalidad humana y por qué lo hacen así? En algunos puntos se acercan y hasta nos ofrecen informaciones altamente favorables para el progreso del psicoanálisis. El principal de esos puntos, es la teoría fuertemente fundamentada por Antonio Damasio, sobre la función de los marcadores somáticos. Advierte y demuestra Damasio que el pensamiento se ha originado en las emociones corporales y que aún actualmente, con el importante desarrollo de la estructura del lenguaje como sostén del mismo, el razonamiento supone siempre una cuota de participación corporal. Luego diferencia con precisión, emoción y sentimiento. Se puede estar emocionado sin saberlo, o suponiendo que se siente otra cosa, típico de algunas neurosis de carácter. Sentir la emoción implica, valga la redundancia, un sentimiento. Coloca en el centro de las emociones sentidas al miedo, que como él dice, puede resultar útil o contraproducente. Para su utilidad le da, al igual que Freud a cierto montante de angustia, la función de señal. Por el mismo camino va a analizar la función de muchos otros sentimientos, odio, asco desprecio, amor, etc. Y fundamentadamente nos muestra como, tanto las sensaciones exteroceptivas como interoceptivas, juegan dichas funciones.
Lo que a los neurobiólogos les falta.
Pero los neurobiólogos no llegaron a captar la función de las zonas erógenas para ordenar la topografía topológica de las emociones, los sentimientos, el uso del lenguaje y la formación de las neurosis y el carácter. A la vez debo decir, que Damasio le da más fundamento a las afirmaciones freudianas sobre las pulsiones, que a las restricciones que planteó Lacan sobre ellas. Damasio incluye la piel, la sensibilidad artromuscular propioceptiva, la interoceptiva que se aplica a las sensaciones causadas por estímulos iniciados en los órganos internos y viscerales. Y ni que decir las exteroceptivas, una de cuyas misiones más importantes es enviar al cerebro, las señales procedentes de los sentidos, las sensaciones. Pero no capta en toda su dimensión, las funciones pulsionales ordenadoras y desordenadoras, expresadas en el uso de la lalengua, la formación del carácter y la estructuración de las neurosis. Y tampoco dispone de la topología del nudo Borromeo que ofrece el registro, de cómo se presentan dichas sensaciones.
Tampoco disponen de la formalización de la estructura edípica, la que apartándonos del cuentito, oferta las siguientes invariantes funcionales y singulares: lugar del cuerpo materno, lugar del cuerpo del bebé, lugar del falo, lugar del tercero o Nombre del Padre, lugar del objeto a. 
La articulación entre pulsiones e invariantes de la estructura edípica, pueden servirles de referencias a los neurobiólogos para investigar en la arquitectura y funcionalidad somato neuro cerebral, cómo se ordenan las rutas principales a partir de las cuales se organiza el comercio entre las representaciones disposicionales y sus disparos.
Las terapias cognitivas surgen de reconocer que el psicoanálisis estuvo acertado en advertir el valor curativo de las palabras. Pero se quedaron a mitad de camino, al no lograr entender que dicho valor proviene de los caminos de contacto corporal con quien haya funcionado como madre, del lugar jerárquico, tercero y tercerizador, que haya o no ocupado quien funcionó como padre y la precipitación de estos acontecimientos en las formas del lenguaje  y de la lengua que estructuraron al ser hablante y con las que éste se tratará de hacer representar. Esta es la razón de la asociación libre, humus exquisito para facilitar la germinación y florecimiento de las verdades del inconsciente reprimido, en el lazo social con las del analista. Analista  obligado por su ética a operar dejándose tomar en su atención flotante por aquellas verdades del analizante, para que en ese vínculo social, en ese, entre el Inconsciente produzca una nueva verdad más adecuada a las posibilidades – imposibilidades del hablante en cuestión. Al dejar de lado estas complejidades, los cognitivismos se ven reducidos a una función más o menos sofisticada de educadores. Y lo sabemos, la educación rinde sus frutos a través de abarcar con generalizaciones, pero al precio de fracasar con las mayorías en tanto no puede por estructura del principio generalizador, apelar a la singularidad del objeto de sus pasiones reformadoras.
Los neurobiólogos parten del principio de la supervivencia, al igual que Freud cuando lo hizo del principio del placer. Pero la clínica y la observación de la 1ª guerra mundial de 1914, llevó a éste a plantearse la hipótesis de la pulsión de muerte. La disquisición de Lacan a partir de situar el tour de la pulsión y su posibilidad de satisfacerse en su propio borde, articulada a aquellos tipos de narcisismo que en vez de funcionar moebianamente lo hacen circularmente encerrando a sus sujetados en una topología esférica, le dio explicación esta pulsión y hasta lo llevó a decir que no hay dos modalidades pulsionales, -de vida y de muerte-, sino solamente una, la pulsión de muerte. Los neurobiólogos ni se plantean el problema, pues no les surge el interrogante desde la arquitectura y funcionamiento neuro cerebral. Y el psicoanálisis que ellos conocen rechaza el concepto de pulsión de muerte (norteamericano) o lo sostienen mitificado (kleinianos) Nosotros tenemos que acercarles el planteo de Freud y la fundamentación de Lacan en una lalengua transmisible para generarles la incógnita que los lleve a investigar, si eso resultara viable, cómo se soporta en la arquitectura y funcionalidad somato neuro cerebral, dicho fenómeno. No olvidemos que una de las pocas fundamentaciones que dio Freud para el mismo, se apoyaba en la tendencia universal de los seres no mono celulares, a volver a lo inanimado, a lo no vivo.
Si introducimos en quienes investigan neurobiología en estas cuestiones, estaremos informándoles sobre la verdad de la castración, útil a ser investigada también en ese terreno. Damasio diciéndolo de otra manera, pero tiene ciertas intuiciones sobre la misma. Dicha verdad es útil no sólo para investigar lo que pueda haber de soporte neural para ella, sino también para afinar la metodología de investigación de los neurobiólogos.
Finalmente. El trabajo de investigación en que nos estamos metiendo puede terminar resultando muy útil para pensar colaboraciones, en patologías que no son las neurosis y que hasta ahora nos resultan imposibles, como autismos, Downs, perversiones debilidades mentales, y otras que son un poco más abordables para el psicoanálisis pero fuertemente resistentes a sus accionares más inteligentemente llevados, como melancolías (no depresiones), esquizofrenias y paranoias.
Queridos compañeros de aventura, creo que el esfuerzo, verdaderamente valdrá la pena.

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