martes, 17 de abril de 2012

Desvistiendo Histéricas Históricas

Autor: Sergio Rodríguez.

El del psicoanálisis, como cualquier otro discurso, en razón de no poder no tener efectos imaginarios, no puede no producir ideología. La que resulta, no es del psicoanálisis, sino del psicoanalista que lo dice. Cada cual, propone su utopía.

Mi ‘utopina’ -tal como llamó a la suya el lapsus de un analizante, consiste en procurar que no se resignen, los habitantes del infierno cotidiano.

Me conformo, -con no re- signarme. SR

“Como disponemos del significante, hay que entenderse, y precisamente por eso no hay quien se entienda.

/...En todo caso, una cosa es cierta: si esto le va al hombre más mal que bien, es gracias a un asunto que lo permite, de entrada porque lo hace irresoluble.

Esto es lo que significa el discurso de la histérica, industriosa como es.

Así vemos que la histérica fabrica, como puede, un hombre – un hombre que está animado por el deseo de saber.”[1]

“Simplemente, el discurso de la histérica revela la relación del discurso del amo con el goce, en la medida en que el saber ocupa el lugar del goce. El propio sujeto histérico, se aliena por el significante amo como sujeto al que este significante divide –al que, en masculino, representa al sujeto-, este sujeto que se opone a hacerse su cuerpo. A propósito de la histérica se habla de complacencia somática. Aunque el término sea freudiano, ¿no podemos darnos cuenta de que es bastante extraño y que se trata más bien de rechazo del cuerpo? Al seguir el efecto del significante amo, el sujeto histérico no es esclavo.

Ahora démosle el género de sexo en el que este sujeto se encarna más a menudo. A su manera ella hace una especie de huelga. No entrega su saber. Sin embargo, aun manteniéndose solidaria con la función del amo, la desenmascara, poniendo de relieve lo que hay de amo en el Uno con U mayúscula, substrayéndose como objeto de su deseo.”[2]

En la década del 70 Francoise Perrier escribía lo siguiente: “Una familia rezagada aún en el anacronismo cultural [3] de una aldea perdida producirá todavía enfermos como los de Charcot y casos de conversión para los museos de la nosología; en cambio, las hijas de la intelligentzia parisina demostrarán con bríos los últimos progresos de la caracterología histérica a través de las anécdotas libertarias de una hiperactividad sexual.

Entre ambos extremos, la histérica –condicionada de todas maneras por la cuestión del deseo sexual- se presentará para nosotros ya sea por el lado de la ofensiva, ya por el de la defensiva.”[4]

Freud planteó en la Introducción de Una Neurosis Demoníaca en el Siglo XVII lo siguiente: “Las neurosis de la infancia nos han enseñado que en ellas se conoce sin trabajo, a simple vista, mucho de lo que más tarde sólo es posible discernir mediante una investigación exhaustiva. Esperamos algo semejante respecto de las enfermedades neuróticas de siglos anteriores, y así ocurrirá, en efecto, con tal que estemos preparados para reconocerlas bajo rótulos diversos que los de nuestras neurosis de hoy. No nos asombre que las neurosis de esas épocas tempranas se presentaran con vestidura demonológica, puesto que las de nuestra época apsicológica aparecen con vestiduras hipocondríacas, disfrazadas de enfermedades orgánicas.[5]” Sentó entonces, indicaciones metodológicas, que nos facilitan a los psicoanalistas, captar fenómenos como los referidos por Perrier.

Me parece conveniente, para tratar el tema que pretendo, tomar en cuenta y analizar estas afirmaciones de los maestros fundadores y de quien a través de sus escritos trasmitía una clínica viva y talentosa.

Recordar los fragmentos de Lacan que están en el epígrafe, busca replantear algunos elementos de la estructura de discursos que nos sacan de la pura fenoménica y no nos dejan caer en humanismos y sentimentalismos que vuelven a tentar a los no avisados, o a los que no han podido sacar de sus propios análisis y de los que conducen, elucidaciones necesarias, sobre las verdades de lo que condiciona a la condición humana.

Entre el amo y la histérica

Leyendo los dichos de Lacan.

1) Disponer del significante nos genera la creencia de que debemos y podemos entendernos. De esa creencia deriva que no nos entendamos. También de otras cosas. De la castración que habita al significante, de la singularidad de lo que causa nuestro deseo, de la del significante que nos representa (S1) y de la de nuestras modalidades y lugares de goce. Y también, de que no podemos hablar más que desde un lugar por vez, a la vez que quienes nos escuchan y significarán el mensaje, lo hacen desde lugares y circunstancias subjetivas diferentes y singulares. En consecuencia, estamos condenados al malentendido, y a enunciar verdades sólo a medias. Y justamente porque esto es irresoluble, no nos queda otra salida que insistir, entrando en el malentendido, para tratar de entendernos.

2) El discurso de la histérica, agenciando su demanda a través del síntoma, el olvido o el equívoco, significa eso. Es lo que la torna “industriosa”, fabricante de hombres que se desvelan para entenderla, resultando de ello saberes diversos. Producidos por hombres condenados al fracaso, ya que por estructura, el saber que produzcan quedará en disyunción con la verdad de la histérica, que sólo goza sintiéndose objeto causa del deseo de ese hombre, o sea ni poseída, ni interpretada por él. Goce que la desposee de su propio cuerpo femenino y la encadena a su -“Deseo de deseo insatisfecho[6].

3) Pero como señala Lacan, entre el discurso de la histérica y el del amo (antiguo) hay un giro de letras importante. En el de la histérica el amo, S1 en el lugar del otro, (ya que ella es la que agencia en posición masculina) es puesto a producir el saber (S2) antedicho. La histérica no es esclavo. El esclavo produce, en el discurso del amo objetos, y con ellos –plusvalía-. Producida, con su saber, sustento y herramienta de su goce del trabajo. Es este goce, el que lo encadena a dejarse sustraer dicho plus de valor por el amo. O sea, cuando predomina el discurso del amo antiguo, el otro produce mercancías, y esencialmente, plusvalía. Esta relación del discurso del amo con el goce se sobrecarga, en tanto el amo goza apropiándose de la plusvalía que produce el saber del otro. Ello obstaculiza la necesidad del amo de que las “cosas funcionen”[7], necesidad compartida por los explotados, y en razón de la cual reconocen y sostienen a aquél en su lugar de agente cediéndole el plus de su goce. Otra vez, entre la verdad que sostiene al agente (en este discurso su deseo causado por cierta falta en el saber) y el producto del otro, hay disyunción. Cuando se gira al discurso de la histérica, la demanda de ésta (en su función sujeto –género masculino) presiona al amo a producir un saber sobre esa demanda. Saber, que por supuesto, resultará principalmente impropio, además de insuficiente. La disyunción entre verdad y producto no cesa, y la histérica paga con la sustracción de su cuerpo a gozar con el cuerpo del otro, la libertad que se toma y la ambición que paladea. Al alienarse al significante amo (que al aparecer fálico, aparece masculino) y que la representa como significante que representa al sujeto en el lugar del otro, queda dividido/a en oposición a “entregar” su cuerpo a ese otro. Dicha alienación al significante del amo la mantiene solidaria con la función de aquel, pero al no entregarle su saber, lo desenmascara. Pone de relieve lo que hay de amo en él, al sustraérsele como objeto de goce, haciendo una especie de huelga, empujándolo a producir un saber inservible. Por eso la histérica a diferencia del esclavo no sostiene al amo en su lugar de agente, “reina” sobre él, reina pero no gobierna. Cuando el/la histérica queda en agente, el amo queda desenmascarado en su imposibilidad estructural de producir saber sobre “ella”. Y se viven situaciones de impotencia general, que pueden hasta bordear lo caótico.

Entre intensión y extensión

Lacan articulaba nuestra práctica en diferentes contextos, definiéndola de la siguiente manera para los mismos: “... el psicoanálisis en extensión, es decir todo lo que resume la función de nuestra Escuela en tanto que ella presentifica el psicoanálisis en el mundo, y el psicoanálisis en intensión, o sea el didáctico, en tanto que él no hace más que preparar ahí operadores.” [8] Somos preparados como operadores en nuestros psicoanálisis en intensión -en ellos se forja nuestra reserva de saber hacer inconsciente referido por Lacan, cuando registra que “el analista no sabe lo que dice pero debe saber lo que hace[9]. En dicha Proposición ratifica, como efecto del anudamiento entre ambas instrumentaciones de nuestra praxis, nuestra responsabilidad ética de intervenir con ella en los campos que caigan bajo su pertinencia, ya que: “... es en el horizonte mismo del psicoanálisis en extensión donde se anuda el círculo interior que trazamos como abertura del psicoanálisis en intensión.”[10] Para analizar desde nuestra función también las dificultades sociales, a diferencia de otras disciplinas, instrumentamos la lectura a la letra del discurso del Otro. Eso subraya nuestra posición: -interpretar, no desde un saber referencial sino desde el saber textual, o sea desde la lectura de las enunciaciones del Otro. Por lo tanto el psicoanalista puede intervenir como tal, sobre cuestiones sociales y/o culturales, siempre que se atenga a esa ley de hierro que le da razón a su deseo. Por más que sepa, su intervención como psicoanalista no es desde ese saber previo (objeto idealizado), sino desde lo que en el Otro manifiesta la falla en su saber (la castración en el Otro).

Cuando el discurso gira desde el del amo antiguo al de la histérica, es indicio de carencia, de que el saber previo no resulta eficaz, de que hay demanda de un saber por venir que aún no se sabe. De otra manera el síntoma no se habría hecho presente y no nos sentiríamos convocados a operar. Es un buen momento para que el psicoanalista, siguiendo las leyes de su arte, emita su palabra.

De la Cultura al sujeto

Desde estas bases, interrogaré y trabajaré dos observables en la Argentina.

1) Conduciendo psicoanálisis, cada vez se escucha a menos hombres quejarse de reticencia femenina para el goce erótico. A la inversa, es cada vez más frecuente escuchar a mujeres quejarse de la “falta de hombres”, particularmente después de los treinta y cinco, cuarenta años. Incluso, de encontrar cada vez más dificultades para lograr en sus portadores, la erección del pene.

2) Contrariando sus tradiciones, la masa trabajadora demanda cada vez menos, disminuye su resistencia a la cesión de plusvalía a los amos. Lo que no quiere decir que no se queje. Pero queja, no es lo mismo que demanda. Cada vez hace menos huelgas. Incluso llama la atención, que las últimas trincheras de su resistencia tienen como protagonistas a los antiguamente llamados trabajadores de cuello blanco (maestros, empleados del estado, etc.) y no a los trabajadores manuales y menos aún a la masa de desocupados o semiocupados.

No ignoro la incidencia en todo esto de razones que no abordaré. Políticas -como la caída de la bipolaridad de sistemas sociales y de la no alineación de los países del tercer mundo (llamados ahora, con elegancia corporativo-financiera, -mercados emergentes) . Tecnológicas: fundamentalmente el desarrollo de la informática y la robótica, con sus consecuencias, -un desalojo enorme de fuerza humana de trabajo- y la multiplicación geométrica del poder de la información y del desplazamiento en tiempo real de enormes masas de dinero. Con consecuencias devastadoras, porque ha facilitado la hegemonía y el poder de concentración del capital financiero[11]. Pero trataré de desbrozar algunos otros acontecimientos de la Cultura, que inciden en los observables anteriormente mencionados, y que en parte, también se relacionan con los nuevos fenómenos someramente aludidos en las líneas precedentes.

Me refiero particularmente a la caída del matrimonio “bendecido hasta que la muerte los separe” y la devaluación de la función del Nombre del Padre, acelerados con la asunción al cenit, en las décadas de los 80 y los 90, del discurso del capitalista[12]. La caída del matrimonio monogámico patriarcal, comienza con el ingreso masivo de las mujeres a la producción industrial, requerida para apurar el nacimiento del capitalismo. Ingreso que en El Capital escandalizaba a Carlos Marx, pues traía obligadamente, el descuido de la prole de los proletarios. Otros efectos, más que la caída de la “sacrosantainstitución matrimonial, fueron el alcoholismo y la posmodernamente rotulada violencia familiar. Son las décadas del 40 y del 50 (o sea de la inmediata pos segunda guerra mundial) las que, especialmente en los Estados Unidos y en otros países del centro capitalista, protagonizaron el nacimiento de un fenómeno que en estos finales de siglo se ha tornado masivo. Por ejemplo en Argentina, los raros del aula, en la escuela primaria y secundaria, cada vez más, son los niños cuyos padres no estén separados. Muchas familias están constituidas por la ocasional pareja y –“tus hijos, los míos y el, o los nuestros”-. Los jóvenes postergan cada vez más su casamiento, prefiriendo la vida en pareja sin certificación jurídica, que recién suelen formalizar –y no siempre- cuando aceptan algún embarazo o cuando nace el primer hijo. Ni que decir también, que se tiende al descenso de la natalidad. Con excepción de los segmentos más marginales y pobres.

Es lógico preguntarse que estimuló semejante splitting de la familia tradicional judeo cristiana y que efectos trajo. Seguramente las respuestas serán diversas y no simples. Tal vez no haya sido un punto menor, que el optimismo histórico (casi maníaco) que generó el desarrollo de la ciencia, la industria, el capitalismo y las revoluciones socialistas triunfantes, comenzaba a declinar y a engendrar cierto escepticismo que impactaba en los diversos sistemas sociales y con respecto a sus liderazgos. O sea, en Ideales del Yo de masas enormes. El capitalismo en su nacimiento y en buena parte de su desarrollo utilizó el paraguas de la fe religiosa de las clases dominantes y de las masas. Esa fe, en el fascismo y en el comunismo se desplazó a sus líderes en vida (Nikita Jruschov la llamaba “culto a la personalidad[13]). El debilitamiento de dichos ideales, probablemente influyó en el aflojamiento de la creencia en las instituciones que ellos sostenían, entre otras, la Función del padre y el matrimonio paternocéntrico.

Pero ahora, en sectores de la sociedad, hay un fenómeno que abarca cifras importantes, muy notables en los relatos que escuchamos en las consultas, aunque no pueda aportar estadísticas. Está referido a lo enunciado supra, la queja de mujeres (especialmente) mayores de 35 de que ya no hay hombres y la extensión en éstos, de impotencias transitorias, en menor proporción –permanentes, y de eyaculación precoz. En cambio ellas, aparecen como grandes gozadoras, multiorgásmicas”. Frenteras[14], según el decir de los hombres. Se hace difícil distinguir (según ellas mismas relatan) cuándo realmente llegan al orgasmo, de cuando lo fingen. Y por lo menos en apariencia, no son nada reticentes de sus cuerpos. ¿Se proponen como objeto?. Sólo a la mirada; en la acción, se reivindican como sujetos. En lalengua porteña[15] de estos tiempos, han aparecido en muchas mujeres, giros discursivos que así lo enuncian. Por ejemplo: “me cogí a un mino” o “me levanté un mino”[16]. También resulta no poco común, en las fiestas de la muchachada joven, que ellas sean la(o)s que saquen a bailar a ello(a)s. Se extiende, particularmente en hombres mayores, la llamada bisexualidad. Se ha hecho hábito, la moda unisex. Se torna muy común en las mujeres a las que me estoy refiriendo, lo que en otros tiempos hubiera sido llamado promiscuidad sexual. Acostadas [17]con partenaires diferentes en un mismo período. Son argumentadas con razones diversas, pero que de una manera u otra aluden a insatisfacción por impotencias de diferente índole, en los supuestos machos. Aumenta la frecuencia de mujeres que habiendo llevado hasta la adultez avanzada una decidida heterosexualidad, pasen a establecer parejas homosexuales, manteniendo o no las heterosexuales.

El ser parlante como efecto distinto de discursos diversos

Lacan había descripto además del discurso del Amo Antiguo, al que llamó del Amo moderno y/o de la Universidad. Lo caracterizó como el de la burocracia. Que detentaba el poder en ese entonces, en los países cuyos gobernantes decían haber conformado un sistema socialista mundial. Y con otros modales, también en los del “Welfare State”. Tiene el efecto de producir división y síntomas en el otro, -objeto. Recordemos el matema que lo escribe:

En el socialismo soviético, la producción y el desarrollo tecnológico se estancó hasta el colapso. En el estado de bienestar la producción tendió a desorganizarse y se extendieron huelgas y crisis, incluso en sus universidades. Recordemos el período 1968/72. El burócrata y el profesor universitario suelen ser productores de histéricas objeto que buscan su subjetivación, como decía Lacan, reinando sobre ellos. Cuando lo logran, juntos van al desastre. En el esquema que nos ofrecía Perrier: serían las ubicadas como ofensivas.

Lacan en 1972 escribió ese quinto discurso, al que llamó del capitalista. Lo formalizó y formulizó, según suponemos así:

a. Discurso que fue y es sustentado por la revolución neoconservadora de Thatcher – Reagan y sus terceras vías. Discurso que tomó alas con los nuevos/viejos burócratas que sustituyeron a los “socialistas”, en la vuelta abierta al capitalismo en su forma más mafiosa y salvaje (Boris Yeltsin es uno de los ejemplos más representativos). En nuestro país se destaca el populista Felipe Cavallo, que analiza todo –según enunció en diferentes oportunidades- a partir de un axioma muy simple: lo que es rentable sirve, lo que no, hay que cerrarlo. Enunciado que vela tenuemente la verdadera enunciación: regir la economía por la maximización de los beneficios para el capitalista, centrada en maximizar la extracción de plusvalía. Los desarrollos tecnológicos (informática, comunicaciones, robotización) indicados supra, dieron sustento material a este discurso para que se haga posible (se escriba). La característica fundamental que ha tomado como producto de la hegemonía del capital financiero, es que el significante que distinguía a cada capitalista de otro (ser textil, de ser minero, metalúrgico o de la construcción, etc.) resulta cada vez más secundario. La escena capitalista está dominada por los llamados fondos de inversión. En sus tours permanentes, facilitados por la informática y las comunicaciones vía satélite, y aprovechando la legalidad asentada por la globalización, recorren países, bolsas de valores, bancos, comprando y vendiendo empresas. No les importa que producen, sino que rentabilidad les trae: compra, venta, y reciclajes, destinados a multiplicar el precio de venta. El significante que ha terminado de develarse como aparente centro y fundamento, es el dinero, que como decía Lacan “aniquila todas las significaciones”. Curiosidad del azar, en el matema escrito por Lacan en Italia, en el lugar del agente y apariencia, aparece el $ (sujeto tachado, dividido) con el mismo signo con que se simbolizan para nosotros (los argentinos) los pesos (el dinero).

¿Se puede matematizar más de cuatro discursos?

Interrogantes:

1) Cabe la pregunta: ¿Por qué, que yo sepa, Lacan no volvió a mencionar este matema? Es más, en El Envés del Psicoanálisis dijo: “Si parece fundado que la cadena, la sucesión de las letras de esta álgebra no se puede alterar, cuando realizamos esta operación del cuarto de vuelta obtenemos cuatro estructuras, no más[18], la primera de las cuales les muestra de algún modo el punto de partida./.../ Esto sólo para especificar un aparato que no tiene nada de impuesto, como se diría desde cierta perspectiva, nada de abstracto respecto de ninguna realidad. Por el contrario, está ya inscrito en lo que funciona como esa realidad de la que hablaba hace un momento, la del discurso que está ya en el mundo y lo sostiene, al menos el mundo que conocemos. No sólo está ya inscrito, sino que forma parte de sus pilares[19]. Leído a la letra, como él y Freud nos recomendaban a los psicoanalistas leer a cualquier autor, hago notar el “si parece fundado...” que indica una seguridad, no absoluta. Y fundamentalmente la relevancia que le da a que sean discursos que ya estén inscritos en la realidad que sostienen al mundo.

2) En el Saber del Psicoanalista y en la conferencia citada habló del discurso del capitalista, pero sólo en ésta escribió el matema.

3) Cuando planteó las condiciones para formular los matemas de discurso en El Saber..., dijo en referencia al tetraedro que arman: “...tiene esto de particular y es que, si sus lados, a saber, esos pequeños trazos que ven, que unen lo que se llama en geometría los vértices, si a esos pequeños trazos los vectorizan, es decir, les marcan un sentido, alcanza que planteen como principio que ninguno de los vértices resultará privilegiado por esto, que sería forzosamente un privilegio -puesto que si ocurriera, habría al menos dos que no podrían beneficiarse- si plantean entonces que en ninguna parte puede haber convergencia de tres vectores ni en ninguna parte divergencia de tres vectores del mismo vértice [20] /... /

es decir que todos los susodichos tetraedros serán estrictamente equivalentes y que en todos los casos podrán, por supresión de uno de los lados, obtener la fórmula por la cual equematicé mis cuatro discursos: Apariencia Goce

Verdad Plus de Gozar [21]

que es la propiedad de uno de los vértices, la divergencia, pero sin ningún vector que llegue para nutrir al discurso, sino inversamente, del lado opuesto, ustedes tienen este trayecto triangular. Esto basta para permitir diferenciar en todos los casos, por un carácter que es absolutamente especial, estos cuatro polos que enuncio como términos de la Verdad, de la Apariencia, del Goce y del Plus de gozar".

Esta es la topología fundamental de donde surge toda función de la palabra ...”

En el matema del discurso del capitalista, varían algunos de los vectores. El de la izquierda invierte su sentido y desaparece el que va del agente al otro. Dicha variante no viola el principio de que ninguno de los vértices resultará privilegiado. Sí, ocurren dos situaciones que exigen valorar si se presentan en la realidad que sostiene el mundo.

1) La inversión de letras ($ queda arriba y S1 abajo) creo que no es lo único que indica la inversión del vector. Al dejar en lugar del agente al sujeto deseante, por sobre la verdad del significante amo insensato, puro, (sin sentido) hace que el deseo de ese sujeto resulte también puro, sin límite.Ese tipo de deseo condiciona para empujar al sacrificio al Dios oscuro, según nos aclaraba Lacan en el final de Los cuatro conceptos.... Deseo puro e insensato, de dinero. ¡Más y más, puro dinero!.

2) En virtud de lo cual se quiebra cualquier apariencia de relación entre el agente y el otro (su goce). A eso los capitalistas lo llaman flexibilización laboral. Lo que aún resiste en el movimiento obrero lo denuncia como precarización del trabajo. Los planes neoliberales (conservadores) liquidan los puestos de trabajo, los reintegros sociales, las indemnizaciones por despido, rebajan los salarios. Todo acuerdo laboral pasa a ser transitorio, dura sólo lo que dura la producción contratada.

3) A esto, se suma la caída de la importancia de la fuerza humana de trabajo como masivamente indispensable. Creo que la desaparición del vector superior horizontal, con sentido desde el agente (apariencia) al otro (goce), fue la captación anticipada por Lacan de estas rupturas en dicha relación.

La crisis del discurso capitalista y de los machos que lo sostienen

Lacan además de escribir este discurso como indicamos arriba, dijo de él lo siguiente: "...[22] la crisis, no del discurso del amo, la del discurso capitalista que es el que lo sustituye, está abierta.

No les digo en absoluto que el discurso capitalista sea débil, tonto, al contrario es algo locamente astuto, ¿verdad?

Muy astuto pero destinado a reventar, en fin es el discurso más astuto que se haya jamás tenido. Pero destinado a reventar. Porque es insostenible... mediante un juego que podría explicarles... porque el discurso capitalista está allí, vean (indica las fórmulas en el pizarrón) una pequeña inversión simplemente entre el S1 y el $ que es el sujeto... es suficiente para que eso marche sobre ruedas, eso no podría correr mejor, pero justamente eso marcha así velozmente a su consumación, eso se consume, hasta su consunción".

Prólogo de los momentos actuales, aquéllos se distinguían de los previos, por un capitalismo que inducía fuertemente a consumir. Lo rotulaban: Sociedad de consumo. Ahora resulta más evidente, con los desplomes de Bolsas y Economías emergentes, que fundamentalmente se autoconsume. Es la paradoja en que queda sumido el capitalismo actual, se centra en producir clientes para lo cual disputa ferozmente en el terreno de bajar costos, depreciando los salarios. Lo que afecta a los trabajadores, o sea a los clientes potenciales. Creyeron resolverlo con la sociedad dual, en las que unos trabajan 12, 14 horas y otros están desempleados. El efecto ha sido que se armen grandes masas migratorias de las periferias a los centros. Lacan, que raramente pretendía “anticipar”, era psicoanalista y su fuerte estaba en la retrosignificación, esta vez lo hizo y acertó. La modalidad hegemónica en la actualidad capitalista va a reventar. La inversión en el vector izquierdo y la desaparición del horizontal superior, muestra la astucia y la locura que lo torna insoportable. Lo que más tiene de locura, es su tendencia a extender el “único síntoma social, el individuo”[23] al promover la destrucción de los vínculos sociales (o sea –de discurso). Lo preocupante, es que no se advierte aún, que pueda sustituirlo. Se proponen para esa misión, fundamentalismos diversos.

En este contexto se despliegan los observables que indiqué en los comienzos del artículo. Caída del matrimonio tradicional, de la función del nombre del padre y de la virilidad masculina (aunque suene redundante) aparición de un nuevo tipo entre las histéricas.

Un nuevo tipo de histéricas ofensivas -síntoma de impotencias capitalisculinas [24]

Freud descubre que "los muchachos (púberes) se dicen [25]:.../con cínica corrección/... a pesar de todo no es tan grande la diferencia entre la madre y la prostituta, pues ambas en el fondo hacen lo mismo". Anotemos que dicho descubrimiento tiene un antecedente, el del cálculo por los infantes (principalmente femeninos) de la primera ecuación: heces = regalo = dinero = pene = niño.

Para cierto imaginario femenino, dichos púberes tienen razón. Pero no solamente en relación a madres y prostitutas, sino de una manera más generalizada a muchas esposas, novias y amantes. Lo que se debe no sólo a que desarrollan la misma actividad sexual, sino también a la función que juega el dinero en la relación entre dichas mujeres y ciertos hombres. Mi tesis consiste en que ello se articula así, por el lugar que ha ido tomando en la Cultura (tanto para ellas, como para ellos) el dinero como significante.

No olvidemos la relación que Freud establece entre el dinero y los complejos sexuales reprimidos, tanto en el artículo aludido [26], como en Sobre la iniciación del tratamiento. En la afirmación de Lacan de que es: "...el significante más aniquilador que hay de toda significación, a saber, el dinero..."[27] podemos observar que al usar para significante, el artículo definido -el-, nos indica al dinero como el único significante con ese grado de capacidad aniquiladora de significaciones. Al representar a todas las mercancías y funcionar como equivalente universal, las "mata" en su particularidad. Si desde que existe fue así, los cambios descriptos, lo han llevado hasta la exasperación de aparecer casi como la única mercancía valorable.

En la práctica clínica, lo que establezco como tesis, se me ha presentado de las siguientes maneras.

1) La más común. Las discusiones recurrentes en los matrimonios sobre la escasez de dinero. Suelen tomar la forma de acusaciones al marido porque trae poca plata a la casa, y a la esposa, porque gasta mucho. A veces con una variante, que instala la cuestión en el orden del ser: -sós muy gastadora.

2) Requerimientos de las amantes a sus hombres de ayuda económica. A veces abiertos, otras encubiertos. En ocasiones, no la requieren. Suele ocurrir entonces, que dichos hombres toman la iniciativa y hacen regalos económicamente importantes, o directamente dinero, lo que las llena de alegría y satisfacción.

3) Entre las prostitutas las variantes son diversas. Como dice Elena Reynaga presidenta de AMMAR[28] están las "de calle". Sienten que lo hacen por necesidad. Es la única manera que encuentran de hacerse de una suma de dinero considerable que les permita mantenerse y criar a sus hijos. Le cobran dinero a hombres más o menos anónimos, a cambio de hacerlos gozar eróticamente. A veces, simplemente por escucharles sus cuitas y mimarlos un poco. Las más caras, que la jerga popular suele llamar "gatos", más jóvenes y cuidadas corporalmente, prestan sus "servicios" a cambio de sumas considerablemente más altas. Sus pretensiones son mayores, pagarse el pisito, el auto, la telefonía móvil, y algunas, su carrera universitaria. Están también las que funcionan como señoras de su casa. Casadas, ejercen su actividad, a veces a espaldas del marido, otras con su anuencia. "No les alcanza con el dinero que él trae a la casa". A veces esto es más o menos cierto, otras, solamente fantaseado. Supe de una de ellas que tenía en su placard 60 pares de zapatos, además de innumerable vestuario.

Podría seguir desgranando ejemplos, pero no lo creo necesario. Las variantes son diversas y dan para un trabajo múltiple. Por ejemplo, caminos ya transitados por otros psicoanalistas (entre ellos Freud y Lacan), que captaron el efecto que les produce de sentirse reconocidas como falo imaginario, a través del valor de desprendimiento fálico que le otorgan al regalo.

Pero se hace evidente que en muchas mujeres, el deseo de recibir dinero de los hombres, -esposos, novios, amantes, "clientes", resulta de atribuirle a la moneda esa representatividad, pero además, del deseo de hacerse reconocer en su femineidad, que confunden con la castración imaginaria. Lo que también indica su creencia de que el varón no estaría castrado. Recibir dinero de ellos, es vivido también, como ser valorizada por su femineidad, por su ser de mujer, su ser carente.

Cierto feminismo trata de eludir estos dilemas renegando de las diferencias sexuales, lo que inevitablemente lo lleva a la disputa con los varones por una igualdad, que masculiniza a las mujeres que entran en ella. Una paciente de fuerte contextura física, se ufanaba de cargar bolsas mejor que sus peones. No considero al feminismo causa ni razón de estos observables. Es sólo una variante más de los mismos.

Finalmente entonces, al discurso del capitalista que levanta su altar al dinero, hay mujeres que le responden ofertándose como objetos a la supuesta función fálica del otro, buscando que dicho falo S1, reconozca su castración dándole eso que el otro tanto valora: dinero. Discurso oferta de la Histérica, del capitalista post industrial.

Oferta que transporta una demanda, que como siempre no es lo que se cree. Como consecuencia, se encuentran con que ese otro produce un saber inservible y arrastra un órgano con dificultades para funcionar. Se ofertan como objeto a la mirada de él. Para, una vez atrapada esa mirada, pasar a ocupar, como reacción especular, la función sujeto en el lugar agente. Con lo que “él” pasa, a estar en objeto. Se apropia ella en su verdad, de un saber (S2) que la sostiene, y el objeto produce un S1 sin sentido encarnado en su pene dificultado. Ese tipo de hombre, para el que la libido se ha concentrado en el dinero, en la expansión del capital, y desplazado de esa “miserable cosita” que pende entre sus piernas, se desconcierta completamente al encontrarse en posición de objeto, lo que agrava su inhibición sexual. Discurso de la Histérica a la ofensiva, sobre el capitalista post industrial.


[1] Jacques Lacan: El Reverso del Psicoanálisis, pag. 34 editorial Paidos traducción de Enric Berenguer y Miquel Basols

[2] Idem: pag. 99

[3] Los subrayados son míos (SR)

[4] Estructura histérica y diálogo analítico en Acto Psicoanalítico. Teoría y Clínica compilado por Juan David Nasio.

[5] Pag. 73 Editorial Amorrortu, traducción al español de José Luis Etcheverry

[6] Lacan: Seminario 2 y Escritos: Intervención sobre la transferencia

[7] Lacan: La Tercera de Roma.

[8] Proposición del 9 de octubre de 1967. Traducción al español de Víctor Fischman. Revisión Juan Carlos Cosentino e Isidoro Vegh –1976-. Subrayado y negritas son míos (SR)

[9] Proposición del 9 de octubre de 1967.

[10] Ibídem.

[11] Es llamativa la posición que han tomado los gobiernos de los grandes países capitalistas de permitir y hasta propiciar que se juzgue a los genocidas que ellos mismos acuñaron. Es evidente que eso marcará a sus sirvientes habituales en las fuerzas armadas y los tornará más reticentes a “servirlos a la antigua”. La única explicación que se me ocurre a semejante “descuido”, reside en que las armas de museo que portan los generales de los poéticamente llamados países emergentes, no tienen ninguna importancia en comparación con el efecto de los muy conocidos por nosotros los argentinos desde la década de 80, golpes de mercado.

[12] Copia mimeografiada en italiano. Discurso discernido en estado embrionario por Lacan, en 1972, en la conferencia dada en La Univesitá degli Studio Milano, a invitación del Instituto de Psicología de la Facultad de Medicina y el Centro Cultural francés, por iniciativa de G. Conti

[13] Informe al XXº Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (año 1956)

[14] Porteñismo que alude a un tipo de mujeres, activas, que toman la iniciativa en el cortejo sexual. De las que entonces dicen que -van de frente y al frente.

[15] Así se le dice a los habitantes de la ciudad de Buenos Aires.

[16] Mino es trasformar en sustantivo común masculino al habitual mina que en lunfardo se utiliza como sustantivo común femenino. Goger designa en la misma lalengua a fornicar y levantar a seducir.

[17] Porteñismo que alude a coito.

[18] El subrayado es mío (SR)

[19] Seminario I –Producción de los cuatro discursos.

[20] El subrayado es mío (SR)

[21] Sabemos que equivalen a otras escrituras con que los presentó: agente otro

verdad producto

[22] Los puntos suspensivos indican suspensión, por falta de transcripción en el original del que se tomó la revista Psyche para la publicación. Publicación debida a la información suministrada por Raúl Sciarreta y acercada y traducida por José Grandinetti.

[23] Lacan: La Tercera de Roma.

[24] Condensación en español, entre las palabras: capitalista, masculinas, y culo.

[25]En: Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre.

[26] Sobre las transmutaciones de las pulsiones y el erotismo anal.

[27] Seminario de la carta robada. (El subrayado es mío)

[28] Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas.

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