Esta charla va a ser muy condensada, pero les va a servir de todos modos.
Tengan en cuenta que se van a encontrar con la síntesis de un viejo trabajo de investigación. El mismo causado por mis propias implicaciones con las esquizofrenias.
Decidí utilizar como guía tentativa los nombres de la metodología médica, para poder seguir la lógica del tema, la estructura formal del pensamiento, de la semiológica médica, en especial nos puede ser útil. Por eso les voy a hablar de antecedentes, etiología, etiopatogenia, fisiopatogenia, factores desencadenantes, medidas preventivas y lo imprevisible, tratamiento, contraindicaciones, efectos secundarios y pronósticos.
Antecedentes: Cooper era un antipsiquiatra, de origen sudafricano, pero desarrollaba mucho su práctica en Londres. En un congreso sobre psicopatología planteó que la psicosis siempre se iniciaba en un accidente ocurrido en la tercera generación precedente a aquella persona en la cual la psicosis aparecía. Este concepto fue tomado por Lacan.
Muchas veces he observado esto, pero también he observado que a veces se produce de la primera a la segunda generación aparece dicha enfermedad.
El accidente en la precedente 3ª generación es de un orden distinto que en la paranoia. En esta, va afectar fundamentalmente a funciones del nombre de padre. En cambio en la esquizofrenia, va a afectar la trasmisión del lenguaje desde objetos primeros y primordiales (habitualmente las madres) al futuro esquizofrénico.
Etiología: El accidente deviene en una modalidad de comunicación ambigua y/o, en su formación reactiva, de un absolutismo rígido e inapelable. Por ejemplo hablaríamos de fundamentalismos, inductores ambos de la esquizofrenia. Se observa esa forma de comunicación en los objetos primordiales, en melancolías no desencadenadas que suelen orillar perversiones, en paranoias no desencadenadas y también esquizofrenias no desencadenadas.
A veces se da el caso de que el esquizofrénico es hijo de una madres esquizofrenia, que en ella no ha sido desencadenada. Es más común eso, que encontrar que el esquizofrénico es hijo de una esquizofrénica.
Es lo que describió tan bien Gregory Bateson con la noción de doble vínculo o doble mensaje, en sus estudios sobre esquizofrenia. (si quieren buscar el artículo, se encuentra en una compilación que se llama “Hacia una ecología de la mente” )
Por ejemplo, los políticos y periodistas suelen vulgarizar al señalar en personas que hoy dicen una cosa y mañana o al rato lo contrario. Esto resulta más o menos factible de advertir por los receptores. O sea, si alguien me dice una cosa hoy y otra contraria mañana, es relativamente fácil de advertir. La cuestión se plantea cuando el acto o el enunciado conlleva a un desciframiento imposible por desplegar una lógica paradojal y afectar en un tiempo de desarrollo que dificulta desenredar la “galleta” que produce. Por ejemplo, me tocó un caso donde la Madre de mi paciente, en un mismo acto miraba la televisión con el hijo de 12 años a su lado en la cama, mientras le acariciaba el pene y que cuando el órgano se ponía erecto lo reprendía y le pegaba con un látigo de tres cuerdas.
Los ejemplos más habituales que se dan en el lenguaje es el “Sé libre” o el “Yo Miento” . Alrededor de eso Lacan le hizo una discusión a Beison, la cual considero que fue muy acertada desde el punto de vista de la teoría. A Beison lo que se le escapaba era la división en un mismo acto, entre el sujeto de la enunciación y el sujeto del enunciado. Con lo cual, Lacan decía, en el yo miento el sujeto de la enunciación está diciendo la verdad. Que es que el sujeto del enunciado miente. Imagínense un chico de dos años, tres años, doce años no es un teórico de la lingüista capas de discriminar entre el sujeto de la enunciación y el sujeto del enunciado. Ahí el receptor, es decir el objeto queda paralizado ante ese mensaje del doble vínculo. Si miente está diciendo la verdad y si está diciendo la verdad miente. Con lo cual se queda sin salida.
Creo que a esta altura del siglo XXI no hay que dar por excluido, (Freud no lo hacía) factores genéticos y de la estructura molecular del sistema neuronal central.
En estos últimos diez años se ha desarrollado muchísimo la psiconeuroinmunoendocrinología. Un ejemplo de esto se puede tomar en cuanto a lo que dice el profesor de farmacología de la facultad de medicina, en sus clases, que los psicofármacos y las palabras producen efectos similares sobre las neuronas. Por lo tanto los psicoanalistas tendremos que estar atentos respecto a esto.
Etiopatogenia: Dicha modalidad comunicacional imposibilitará marcar al futuro esquizofrénico con algún rasgo unario, en tanto y en cuanto no se constituyeron condiciones para que se realicen los efectos sujeto y en tanto y en cuanto el viviente no hubiera logrado acceder a alguna manera de defenderse de dicha forma de enunciación por parte del objeto primordial.
El rasgo unario es aquello que permite iniciar y por lo tanto desarrollar la cuenta. El ejemplo que da Lacan es el del cazador. Donde cada vez que baja una presa hace una mueca en el fusil. La presa habrá sido un pato, luego una liebre, luego una perdiz. Pero lo que habrá es uno, uno, uno... Esto es muy importante porque es lo que permite incluir al objeto en una cuenta.
Según mi hipótesis en el esquizofrénico ese rasgo no logra instalarse. Porque al encontrarse el futuro esquizofrénico con esos mensajes de doble vínculo no puede saber nunca si ocupa un lugar en la cuenta. No que lugar ocupa en la cuenta, ya que tiene que ver con los otros neuróticos. Esto se relaciona mucho con la clínica.
Al no producirse esa marca, tampoco se establece la posibilidad que se le presenta al neurótico de ilusionarse con disponer de un lugar más o menos claro en los lazos sociales.
Escuchen lo que digo “de ilusionarse”. Nosotros los neuróticos somos mucho más idiotas que los psicóticos, porque nos ilusionamos con que ocupamos determinado lugar, somos determinada cosa, valemos de determinada manera, etc. La tragedia del psicótico y en especial la del esquizofrénico es que no se puede hacer esa ilusión. Esa ilusión es las que nos mantiene vivos. Si se escucha a alguien melancolizado, se puede decir el mismo que perdió el sentido de la vida. Pero lo que perdió es la ilusión de para que sirve su vida. Esa falta de ilusión tampoco permite encontrar un lugar para el otro. Porque si yo no sé que lugar ocupo, si tengo lugar, si estoy en un lugar, no puedo saber que lugar ocupa el otro para mi y si tiene lugar en mi. Esto que les puede sonar extraño, lo pueden leer bien en un artículo de Freud que se encuentra en la Metapsicología y se llama “El Discernimiento de lo Inconsciente”.
A mi me pasó toda una historia en ese sentido. Entré a la psiquiatría y al psicoanálisis por vía de la esquizofrenia, la mía y la de mis pacientes. Mis pacientes esquizofrénicos me recitaban su complejo de Edipo, con lo cual hicieron que empezara a centrar mi atención en Freud. Sin embargo hace diez años que me di cuenta que la cosa más aguda sobre la etiopatogenia de la esquizofrenia estaba en ese artículo de Freud.
Este hecho está en la estructuración de la estructura que fragilaza a lo imaginario y por ende a lo que anuda al nudo. O sea si uno no sabe si ocupa un lugar y no encuentra un lugar para el otro, no se dan las condiciones básicas para que se establezca la condición imaginaria. La relación imaginaria no es algo despreciable, es lo que anuda las relaciones entre los seres humanos. Por ejemplo las últimas elecciones. En cualquiera de las variantes que cada uno de ustedes halla estado en el momento de la votación. X votó porque creía que entendía el programa de aquel que votaba o porque estaba en contra de la practica que había desarrollado determinado politico, contra el que se votaba. Esto es bien del orden de lo imaginario. Si eso se fragilaza es muy difícil entrar en los vínculos sociales. Es decir no hay “como” entrar en los vínculos sociales.
Por otro lado Lacan planteaba en relación al nudo borromeo que es el que anuda los tres registros, simbólico, imaginario y real, que si se corta uno de los nudos los tres se desanudan. En realidad no es que se desanudan los tres, sino que se desanuda el nudo. Lacan en “Síntoma y Sinthome” termina planteando que el nudo está anudado por lo imaginario. Por lo tanto si ese registro está frágil, lo que está frágil es la articulación de los tres.
Fisiopatogenia: En consecuencia lo que queda por fuera de lo simbólico y forcluido en lo real, es el rasgo unario y el lugar que delimita que en principio es el cuerpo del viviente en juego. Esto va a tener mucha importancia en la práctica clínica.
Al quedar por fuera el S1 de lo simbólico, también queda el S2, en tanto no puede significar lo forcluido. Es decir, en el significante que representa al sujeto, el rasgo unario no entra dentro del comercio significante, ya que el S2 no lo puede significar.
Lacan empieza tomando el concepto de significante como un concepto clave. El mismo lo toma de Saussure. Ya cuando lo toma hace un trabajo por el cual invierte y liquida determinadas cuestiones. Pero más o menos se mantiene con el concepto de Saussure sobre significante. Cuando pasan los años y él va desarrollando su práctica y su experiencia, termina produciendo una propia definición sobre significante, que es la definición que vale para el trabajo con inconsciente. O sea que vale para el psicoanálisis. Lo cual no invalida la definición de Saussure para la lingüística, que es otro territorio científico. Este es una definición donde Lacan hace una pequeña transformación porque lo que necesita es tomar en cuenta al sujeto del inconsciente, para su definición de significante. A Saussure ese problema no se le planteaba, ya que trabajaba sobre la lingüística, la sintaxis, etc. Entonces Lacan va a deinir que un significante es lo que representa a un sujeto para otro significante. Ahí ya no queda en el lugar de Saussure de definir al significante por la relación entre significante, que es lo más avanzado de Saussure. Saussure empieza por la nominación, o sea el significante como lo que le da nombre a las cosas.
Lacan introduce al sujeto del inconsciente. Por lo tanto esto cambia radicalmente al significante lacaniano respecto del significante saussuriano.
Si en realidad quedan por fuera ambos significantes, quedan forcluídos. Como consecuencia queda afuera de lo simbólico la estructura del significante, como la concebía Lacan.
Tengan presente que en la esquizofrenia también hay metáfora. Lo que el psicótico no puede es metaforizarse a sí mismo. Por lo menos en relación a determinadas regiones de a su vida, le queda excluido. Si lo que está forcluído es la estructura del significante como tal, también está forcluído el significante del nombre del padre, el cual forma parte de la estructura del significante. Con lo cual la diferencia no está en si la paranoia es la forclusión del nombre del padre y en la esquizofrenia no hay forclusión del nombre del padre. En la esquizofrenia también hay forclusión del nombre del padre. Sólo que acá la forclusión es una dimensión mucho mayor. Por eso también la esquizofrenia dejada a su propio destino, lleva a la disgregación y a la demencia. Tenían razón los viejos psiquiatras y Freud cuando hablaban de la esquizofrenia como la demencia precoz. El paranoico no va nunca a la demencia.
Esta cuestión donde al quedar afuera de lo simbólico la delimitación del lugar otro, provienen los sincretismos, las simbiosis, los extrañamientos, las despersonalizaciones. Esa serie de manifestaciones en el esquizofrénico, donde lo que se pierde es el límite entre el yo y el otro. Por ejemplo el hablar en tercera persona de si mismo. También de eso proviene el intento de representar con pedazos del cuerpo los significantes que en sentido psicoanalítico, no hay.
Les voy a contar algo de una clínica donde trabajaba, que a mi me impresiono mucho. Teníamos un paciente esquizofrénico que cuando sabíamos que la madre iba a visitarlo nos desesperábamos para excluir por donde él andaba cualquier elemento cortante. Porque si él conseguía esto, se cortaba los ojos. Tenía muy comprometida la zona de los ojos debido a muchos cortes. Cuando se le preguntaba porque había hecho eso, él decía que era porque no había que mirar a la madre. Él no podía hablar de su mirada incestuosa, erotizada, agresiva, etc., sobre la madre. No tenía con que decirlo, por lo tanto lo decía con pedazos de su cuerpo.
Ustedes me pueden preguntar, como llegan hasta la pubertad, la adolescencia y a veces hasta primera y segunda juventud sin que se desencadene la esquizofrenia como tal.
Hay un artículo de Helen Doich, sobre las esquizofrenias donde se puede entender esto. Ella lo que capta es que, en esquizofrénicas que había atendido, habían pasado por períodos donde funcionaban como símil neuróticas, pero tomando algo prestado de sus objetos inmediatos, como por ejemplo sus amigas, sus novios etc., la imagen. Es decir lo que tomaban era el como presentarse y el como funcionar. En ese momento Helen Doich, inventa la frase “como sí” . Como si me pasara tal cosa, como si me pasara tal otra. Helen Doich dice, “personalidades como sí”. Toda la persona es tomada en un como sí. Helen Doich relata un caso, el cual sospecho que era una de las hijas del emperador Francisco José. La hija de dicho emperador en determinado momento se hizo comunista. Imagínense una princesa comunista en el año 1920. La misma pasó por una cantidad de personalidades como sí, hasta que desembocó en la esquizofrenia. Les traigo este ejemplo porque es así, tomando distintas personalidades, como se sostienen. Se sostienen a partir de utilizar ortopédicamente, lo que yo llamaría una mimesis con el objeto que pasa a ser más valorado en cada momento para ellos. Por eso los psiquiatras hablaban de personalidades múltiples a fines del siglo XIX, comienzos del siglo XX.
Factores desencadenantes: De todo esto resulta que los desencadenamientos se producen básicamente en función del encuentro con el objeto. Esta es una gran diferencia con la paranoia. Lo que pasa es que a veces el encuentro con el objeto puede ser con el objeto padre. Con lo cual uno se confunde fácilmente y se supone que lo que funcionó fue la forclusión del nombre del padre.
Los primeros brotes esquizofrénicos es frecuente que sean en la pubertad, adolescencia y primera juventud. Los psiquiatras como dato semiológico importante para dirimir entre esquizofrenia y paranoia van a utilizar la edad en que se produce el primer brote. Un brote paranoico raramente se produce antes de los cuarenta años, en cambio un brote esquizofrénico como primer brote raramente se produce después de los treinta y cinco años. Muchas veces la esquizofrenia queda velada por muchos años, por una relación simbiótica y hasta sincrética con la madre y el padre. Lo cual evita el desencuentro con objetos exogámicos. Cuando ocurre esto muchas veces lo que se encuentra por ejemplo son, madres viudas, divorciadas. Donde se observa que hay un hijo o hija que se ha quedado a vivir en la casa de dichos padres. En realidad muchos lo interpretan como que se ha quedado a cuidar a la madre. Pero lo que sucede es que no se han podido despegar de la madre. Lo cual como resultado trae que al mismo tiempo que es una relación muy estrecha, cercana, apegada, las peleasentre madre e hija son brutales. Lo que para el neurótico es encuentro fallido, para el pre-esquizofrénico por lo menos en algún punto se torna encuentro imposible.
Prevención primaria y lo imprevisible: Lo primero que hay que prevenir es la mala praxis iatrogénica. Es decir si a nosotros nos llega una consulta de pre-esquizofrénico y lo tratamos como si fuera un neurótico común, en cualquier momento podemos producir esa situación por la cual al pre-esquizofrénico pasamos a hacerle absolutamente real. Ahí se produce el desencadenamiento. Con lo cual esta es una cuestión donde hay que tener cuidado.
Lo segundo que se puede intentar es cuando se advierte la posibilidad de encontrarse ante una pre esquizofrenia, se debe estar muy atento a como se va desarrollando la relación con objetos que se rodea o que lo rodean. Acá se deben buscar maniobras. En este punto si uno capta que empieza a subir la tensión agresiva en esa relación de objeto, se debe tratar de encontrar salidas para que esa tensión baje. Esto último no es por la vía de la interpretación en general. Les doy un ejemplo de mi práctica. Había un paciente esquizofrénico el cual ya había tenido varios brotes. Estaba en una época de estabilización, donde inclusive había formado pareja, con una mujer que si bien no era psicótica, era muy loca. Esta señora se levantaba a las siete de a mañana para ir a trabajar y se ponía furiosa porque él se quedaba durmiendo hasta las diez u once de la mañana. Él no trabajaba porque vivía de rentas. En medio de todo eso se empieza a armar otra discusión. Esta señora era católica y a este muchacho como efecto de los brotes previos la había quedado la certeza de que él era eterno, inmortal. Cuando discutían alrededor de este tipo de cuestiones, ella se ponía loca tratando de convencerlo de que eso que él creía no era así. Con esto yo me daba cuenta de que iba subiendo la tensión entre ellos, motivo que lo empujaba a un posible desencadenamiento. Yo no sabía que hacer hasta que se me ocurrió decirle que los seres humanos en general somos religiosos, unos creen en dios, otros en la ciencia, otros son judíos, otros católicos, etc. Pero que cada uno tiene su dios. El tema es que los seres humanos creemos que nuestro dios es el único dios verdadero. Le digo, yo que usted le diría a su señora que lo que pasa es que usted tiene una religión particular y que no es la religión que ella tiene. Donde usted está convencido de que va a ser eterno, de que no se va a morir nunca. En la sesión siguiente me dice que no discutieron más y que ella respetará su religión particular.
El trabajo debe ser muchas veces más directivo y organizador con familiares y amigos y poco interpretativo. La interpretación inadecuada puede llevar a una deriva disgregante. Pero hay algo que se bebe tener presente, en la esquizofrenia el psicoanalista no deja de trabajar como psicoanalista, sólo que no utiliza los instrumentos habituales que el psicoanálisis utiliza en análisis de las neurosis. No obstante de todo esto, existe lo imprevisible. Lo imprevisible proviene en el mejor de los casos cuando se logra reintegrar al esquizofrénico, en el lazo social. No se está a salvo ni el esquizofrénico, ni el psicoanalista de encuentros con objetos que lo confronten con su real irrealizable. Es decir nosotros podemos idealizar que el esquizofrénico por ejemplo vuelva a su trabajo, si a éste le gusta. Uno lo observa y ve que se va poniendo mucho mejor. Pero por ahí se encuentra con un jefe arbitrario que produce algún paso que inclusive puede que no sea arbitrario, pero para nuestro paciente si, entonces se puede desencadenar el brote otra vez.
Tratamiento: en primer lugar, no le hagan asco a los neurolépticos, tampoco empujen a que sean usados indebidamente. En ese sentido es bueno hacer una buena alianza con psiquiatra. De aquellos que creen que el trabajo del psicoterapeuta es tan bueno como el del tratamiento psiquiátrico. De este modo se puede combinar entre psiquiatra y psicoterapeuta como ir manejando la cuestión de los medicamentos. Tengan en cuenta que el esquizofrénico, es más o menos como si ustedes conectaran un aparato eléctrico preparado para 110w que si lo enchufan a u enchufe de 220w, no meteiendo un transformador en medio de ambos. El aparato de quema. Los neurolépticos juegan bastante la función de transformador, pero hay que graduarlos. No hay que dejar de posicionarse como analistas de tal manera de leer tan finamente como con los neuróticos las producciones inconscientes. Pero absteniéndose de ponerlas en acto, ya que el esquizofrénico no dispone de la estructura y los lugares capaces de tramitar los significantes que representan al otro, como en el caso del neurótico. Tampoco el que los representa. De ahí el anteriormente referido peligro de deriva y disgregación. ¿Para qué leer las formaciones del inconsciente?, si uno no las va a poner de manifiesto, es decir no se las va a decir al esquizofrénico. Para situarse en como ir manejándose, utilizando lo más a fondo posible la dotación de significantes saussurianos de que disponga el esquizofrénico. Es decir ir colaborando para que se amplíe su yo. En este punto les recomiendo que lean el “Proyecto de Psicología para Neurólogos”, de Freud el capítulo sobre el yo. Suplanten lo que el llama neurona psi, por significante, en el sentido sassuriano. Con lo cual van a tener una idea compleja y profunda de cómo se estructura y funciona la red del yo. Es en lo que en la esquizofrenia tendemos a ampliar, ya que es lo que entra a funcionar ortopédicamente en lugar de los rasgos unarios que no estan, es decir el lugar de los S1 que no están. Por supuesto que como cualquier aparato ortopédico funciona fallidamente. El intento es que el yo haga de soporte en ese hueco que deja la inexistencia de rasgo unario y de espacio para la deriva del sujeto del inconsciente. Esta misma maniobra es delicada en tanto si la reducirnos al campo del yo, nos reduce al campo de lo imaginario y por lo tanto de la dialéctica, fascinación- agresividad propia de ese campo y sus consecuencias amor narcisista-odio. Promotoras de la unificación la ortopédica que produce la imagen especular y otra de la fragmentación, es decir del cuerpo morsiyadoado que estimula la agresividad y que en el esquizofrénico lo que estimularía sería la disgregasión. Los esquizofrénicos como suele mostrarlo el test de Weschler, tienen áreas del funcionamiento intelectual en las que apoyarse para producir ciertos re-anudamientos que aunque frágilmente pueden sostener e incluso desplegar. En este punto una película muy interesante de ver es “Mente brillante”. Porque es un caso verdadero y que sigue siendo tan esquizofrénico como antes. Donde la mujer es quien funciona ortopédicamente, y hace que él pueda aprovechar lo aprovechable que había en él y llegar al lugar que llegó.
Contraindicaciones: Jamás confronten con esquizofrénicos. Cuando vean que se ponen tensos o agresivos, lo mejor es hacer “la verónica” y que el paciente no lo note. Es decir que el paciente no sienta que su psicoanalista o psiquiatra puede estar despreciando lo que él dice. Lo mismo debe realizarse en las paranoias. Pero la diferencia es que en la paranoia la confrontación puede llevar a la disgregación, es decir a una exacerbación de las alucinaciones y al delirio paranoico. También están contraindicadas las interpretaciones. Cuando se advierte que no hay una trama simbólico-imaginaria en la cual la interpretación pueda anudarse. Pero se debe tener en cuenta que no toda interpretación está prohibida en las esquizofrenias. El tema es que se tiene que captar a donde va a caer una interpretación.
Efectos secundarios: estos son los brotes. Para los psiquiatras la esquizofrenia es una enfermedad que evoluciona por el brote. En esto trinen razón. Pero lo que los psiquiatras no captan es que eso no es sólo porque una secuencia de reaparición de brotes. Tiene que ver con las circunstancias que vive el esquizofrénico en su vida real y que lo empujan otra vez al brote. La introversión de la libido, como lo plantaba Freud no a la fantasía como en el neurótico, sino al sostenimiento del sí mismo. Eso que se observa en el esquizofrénico más o menos estabilizado, pero el mismo tiempo que está en el borde de sentirse amenazado por el brote. Con lo cual se puede observar en ellos que son muy egocentrismo, son muy voraces, muy demandantes, no aceptan prácticamente la existencia de un mundo por fuera de ellos. Pero esto es absolutamente lógico, porque lo que están tratando desesperadamente es sostener el sí mismo que se les va de las manos. Es como si el sí mismo fuera arena que se les disgrega de los dedos. Entonces si esto se interpreta como en el neurótico como una fijación y una regresión a determinada zona erógena y a determinada fase libidinal se queda corto. Por en realidad el problema del esquizofrénico es muy previo a esto. Lo que necesitan es sentir el cuerpo que no pueden representar. Esto es lo que los lleva a retraer la libido de su propio cuero y ejecutarla en acciones que muchas veces son dañinas para el propio cuerpo. Cambio dde casete El cuerpo deviene como la única cosa de que hablar en estabilizaciones asentadas en el vacío (de S1 y también de alucinaciones y de delirios. Peligro del pasaje al acto, otras veces derivación a hipocondrías). En realidad es la forma que un yo aun existente, le permite soportar esa disgregación que sienten en el cuerpo, a través de los micro delirios hipocondríacos.
Pronósticos: dependen de una serie de variables sobre determinantes. El concepto de Freud de sobredeterminación es un concepto a veces olvidado y es una pena. Porque la gran diferencia de Freud, como también de Lacan, Winnicott, etc., con el pensamiento occidental es que salen de la lógica binaria, para instalarse en una lógica sobredeterminada. Para Freud no existe lo fundamental, lo en última instancia. Ya que esto es lo que impide captar que el viviente y el ser parlante están en permanente movimiento y atravesando multiplicidad de circunstancias, respondiendo desde diversidad de lugares, según su estructura simbólico, imaginario, real. Con lo cual esta cuestión de los sobredeterminantes es muy importante.
La esquizofrenia puede ser grave, como por ejemplo las esquizofrenias ebefrénicas, donde el primer brote ya arrasa completamente con el universo simbólico, imaginario del afectado y lo deja absolutamente perdido en un mundo real. También las esquizofrenias pueden ser medianas o leves. Más de un aparentemente neurótico grave, suele ser una esquizofrenia breve. Todo eso suele estar en relación con la gravedad de la cocina de lalengua (en una sola palabra) en que se crió el sujeto en cuestión. Este concepto lalengua de Lacan es muy importante, al cual no se le da la importancia que verdaderamente tiene. Este neologismo de Lacan es equivalente a lo que nosotros ubicamos como jerga. Pero con la particularidad que Lacan lleva este neologismo al terreno del sujeto. El lunfardo o jerga está más en el terreno de microculturas. Por ejemplo la microcultura carcelaria, de los porteños, de los correntinos etc. Pero lo que capta Lacan es que esas microculturas en realidad son el efecto del funcionamiento del inconsciente en los sujetos. Es decir que por el medio social se transforman en palabras de uso común. En este sentido hay lalengua más pobres y hay lalengua más ricas. Pero hay que tener en cuenta que cuanto más rica es lalengua en que el sujeto se cría, más posibilidad hay de responder a lo real. A todo esto debe agregarse la circunstancias y efectos de las modalidades y hechos producidos por cada brote. Tipos de tratamientos recibidos. Distintas modalidades de estabilización y recurrencia y por lo tanto como consecuencia de gravedades.
Tengan en cuenta que se van a encontrar con la síntesis de un viejo trabajo de investigación. El mismo causado por mis propias implicaciones con las esquizofrenias.
Decidí utilizar como guía tentativa los nombres de la metodología médica, para poder seguir la lógica del tema, la estructura formal del pensamiento, de la semiológica médica, en especial nos puede ser útil. Por eso les voy a hablar de antecedentes, etiología, etiopatogenia, fisiopatogenia, factores desencadenantes, medidas preventivas y lo imprevisible, tratamiento, contraindicaciones, efectos secundarios y pronósticos.
Antecedentes: Cooper era un antipsiquiatra, de origen sudafricano, pero desarrollaba mucho su práctica en Londres. En un congreso sobre psicopatología planteó que la psicosis siempre se iniciaba en un accidente ocurrido en la tercera generación precedente a aquella persona en la cual la psicosis aparecía. Este concepto fue tomado por Lacan.
Muchas veces he observado esto, pero también he observado que a veces se produce de la primera a la segunda generación aparece dicha enfermedad.
El accidente en la precedente 3ª generación es de un orden distinto que en la paranoia. En esta, va afectar fundamentalmente a funciones del nombre de padre. En cambio en la esquizofrenia, va a afectar la trasmisión del lenguaje desde objetos primeros y primordiales (habitualmente las madres) al futuro esquizofrénico.
Etiología: El accidente deviene en una modalidad de comunicación ambigua y/o, en su formación reactiva, de un absolutismo rígido e inapelable. Por ejemplo hablaríamos de fundamentalismos, inductores ambos de la esquizofrenia. Se observa esa forma de comunicación en los objetos primordiales, en melancolías no desencadenadas que suelen orillar perversiones, en paranoias no desencadenadas y también esquizofrenias no desencadenadas.
A veces se da el caso de que el esquizofrénico es hijo de una madres esquizofrenia, que en ella no ha sido desencadenada. Es más común eso, que encontrar que el esquizofrénico es hijo de una esquizofrénica.
Es lo que describió tan bien Gregory Bateson con la noción de doble vínculo o doble mensaje, en sus estudios sobre esquizofrenia. (si quieren buscar el artículo, se encuentra en una compilación que se llama “Hacia una ecología de la mente” )
Por ejemplo, los políticos y periodistas suelen vulgarizar al señalar en personas que hoy dicen una cosa y mañana o al rato lo contrario. Esto resulta más o menos factible de advertir por los receptores. O sea, si alguien me dice una cosa hoy y otra contraria mañana, es relativamente fácil de advertir. La cuestión se plantea cuando el acto o el enunciado conlleva a un desciframiento imposible por desplegar una lógica paradojal y afectar en un tiempo de desarrollo que dificulta desenredar la “galleta” que produce. Por ejemplo, me tocó un caso donde la Madre de mi paciente, en un mismo acto miraba la televisión con el hijo de 12 años a su lado en la cama, mientras le acariciaba el pene y que cuando el órgano se ponía erecto lo reprendía y le pegaba con un látigo de tres cuerdas.
Los ejemplos más habituales que se dan en el lenguaje es el “Sé libre” o el “Yo Miento” . Alrededor de eso Lacan le hizo una discusión a Beison, la cual considero que fue muy acertada desde el punto de vista de la teoría. A Beison lo que se le escapaba era la división en un mismo acto, entre el sujeto de la enunciación y el sujeto del enunciado. Con lo cual, Lacan decía, en el yo miento el sujeto de la enunciación está diciendo la verdad. Que es que el sujeto del enunciado miente. Imagínense un chico de dos años, tres años, doce años no es un teórico de la lingüista capas de discriminar entre el sujeto de la enunciación y el sujeto del enunciado. Ahí el receptor, es decir el objeto queda paralizado ante ese mensaje del doble vínculo. Si miente está diciendo la verdad y si está diciendo la verdad miente. Con lo cual se queda sin salida.
Creo que a esta altura del siglo XXI no hay que dar por excluido, (Freud no lo hacía) factores genéticos y de la estructura molecular del sistema neuronal central.
En estos últimos diez años se ha desarrollado muchísimo la psiconeuroinmunoendocrinología. Un ejemplo de esto se puede tomar en cuanto a lo que dice el profesor de farmacología de la facultad de medicina, en sus clases, que los psicofármacos y las palabras producen efectos similares sobre las neuronas. Por lo tanto los psicoanalistas tendremos que estar atentos respecto a esto.
Etiopatogenia: Dicha modalidad comunicacional imposibilitará marcar al futuro esquizofrénico con algún rasgo unario, en tanto y en cuanto no se constituyeron condiciones para que se realicen los efectos sujeto y en tanto y en cuanto el viviente no hubiera logrado acceder a alguna manera de defenderse de dicha forma de enunciación por parte del objeto primordial.
El rasgo unario es aquello que permite iniciar y por lo tanto desarrollar la cuenta. El ejemplo que da Lacan es el del cazador. Donde cada vez que baja una presa hace una mueca en el fusil. La presa habrá sido un pato, luego una liebre, luego una perdiz. Pero lo que habrá es uno, uno, uno... Esto es muy importante porque es lo que permite incluir al objeto en una cuenta.
Según mi hipótesis en el esquizofrénico ese rasgo no logra instalarse. Porque al encontrarse el futuro esquizofrénico con esos mensajes de doble vínculo no puede saber nunca si ocupa un lugar en la cuenta. No que lugar ocupa en la cuenta, ya que tiene que ver con los otros neuróticos. Esto se relaciona mucho con la clínica.
Al no producirse esa marca, tampoco se establece la posibilidad que se le presenta al neurótico de ilusionarse con disponer de un lugar más o menos claro en los lazos sociales.
Escuchen lo que digo “de ilusionarse”. Nosotros los neuróticos somos mucho más idiotas que los psicóticos, porque nos ilusionamos con que ocupamos determinado lugar, somos determinada cosa, valemos de determinada manera, etc. La tragedia del psicótico y en especial la del esquizofrénico es que no se puede hacer esa ilusión. Esa ilusión es las que nos mantiene vivos. Si se escucha a alguien melancolizado, se puede decir el mismo que perdió el sentido de la vida. Pero lo que perdió es la ilusión de para que sirve su vida. Esa falta de ilusión tampoco permite encontrar un lugar para el otro. Porque si yo no sé que lugar ocupo, si tengo lugar, si estoy en un lugar, no puedo saber que lugar ocupa el otro para mi y si tiene lugar en mi. Esto que les puede sonar extraño, lo pueden leer bien en un artículo de Freud que se encuentra en la Metapsicología y se llama “El Discernimiento de lo Inconsciente”.
A mi me pasó toda una historia en ese sentido. Entré a la psiquiatría y al psicoanálisis por vía de la esquizofrenia, la mía y la de mis pacientes. Mis pacientes esquizofrénicos me recitaban su complejo de Edipo, con lo cual hicieron que empezara a centrar mi atención en Freud. Sin embargo hace diez años que me di cuenta que la cosa más aguda sobre la etiopatogenia de la esquizofrenia estaba en ese artículo de Freud.
Este hecho está en la estructuración de la estructura que fragilaza a lo imaginario y por ende a lo que anuda al nudo. O sea si uno no sabe si ocupa un lugar y no encuentra un lugar para el otro, no se dan las condiciones básicas para que se establezca la condición imaginaria. La relación imaginaria no es algo despreciable, es lo que anuda las relaciones entre los seres humanos. Por ejemplo las últimas elecciones. En cualquiera de las variantes que cada uno de ustedes halla estado en el momento de la votación. X votó porque creía que entendía el programa de aquel que votaba o porque estaba en contra de la practica que había desarrollado determinado politico, contra el que se votaba. Esto es bien del orden de lo imaginario. Si eso se fragilaza es muy difícil entrar en los vínculos sociales. Es decir no hay “como” entrar en los vínculos sociales.
Por otro lado Lacan planteaba en relación al nudo borromeo que es el que anuda los tres registros, simbólico, imaginario y real, que si se corta uno de los nudos los tres se desanudan. En realidad no es que se desanudan los tres, sino que se desanuda el nudo. Lacan en “Síntoma y Sinthome” termina planteando que el nudo está anudado por lo imaginario. Por lo tanto si ese registro está frágil, lo que está frágil es la articulación de los tres.
Fisiopatogenia: En consecuencia lo que queda por fuera de lo simbólico y forcluido en lo real, es el rasgo unario y el lugar que delimita que en principio es el cuerpo del viviente en juego. Esto va a tener mucha importancia en la práctica clínica.
Al quedar por fuera el S1 de lo simbólico, también queda el S2, en tanto no puede significar lo forcluido. Es decir, en el significante que representa al sujeto, el rasgo unario no entra dentro del comercio significante, ya que el S2 no lo puede significar.
Lacan empieza tomando el concepto de significante como un concepto clave. El mismo lo toma de Saussure. Ya cuando lo toma hace un trabajo por el cual invierte y liquida determinadas cuestiones. Pero más o menos se mantiene con el concepto de Saussure sobre significante. Cuando pasan los años y él va desarrollando su práctica y su experiencia, termina produciendo una propia definición sobre significante, que es la definición que vale para el trabajo con inconsciente. O sea que vale para el psicoanálisis. Lo cual no invalida la definición de Saussure para la lingüística, que es otro territorio científico. Este es una definición donde Lacan hace una pequeña transformación porque lo que necesita es tomar en cuenta al sujeto del inconsciente, para su definición de significante. A Saussure ese problema no se le planteaba, ya que trabajaba sobre la lingüística, la sintaxis, etc. Entonces Lacan va a deinir que un significante es lo que representa a un sujeto para otro significante. Ahí ya no queda en el lugar de Saussure de definir al significante por la relación entre significante, que es lo más avanzado de Saussure. Saussure empieza por la nominación, o sea el significante como lo que le da nombre a las cosas.
Lacan introduce al sujeto del inconsciente. Por lo tanto esto cambia radicalmente al significante lacaniano respecto del significante saussuriano.
Si en realidad quedan por fuera ambos significantes, quedan forcluídos. Como consecuencia queda afuera de lo simbólico la estructura del significante, como la concebía Lacan.
Tengan presente que en la esquizofrenia también hay metáfora. Lo que el psicótico no puede es metaforizarse a sí mismo. Por lo menos en relación a determinadas regiones de a su vida, le queda excluido. Si lo que está forcluído es la estructura del significante como tal, también está forcluído el significante del nombre del padre, el cual forma parte de la estructura del significante. Con lo cual la diferencia no está en si la paranoia es la forclusión del nombre del padre y en la esquizofrenia no hay forclusión del nombre del padre. En la esquizofrenia también hay forclusión del nombre del padre. Sólo que acá la forclusión es una dimensión mucho mayor. Por eso también la esquizofrenia dejada a su propio destino, lleva a la disgregación y a la demencia. Tenían razón los viejos psiquiatras y Freud cuando hablaban de la esquizofrenia como la demencia precoz. El paranoico no va nunca a la demencia.
Esta cuestión donde al quedar afuera de lo simbólico la delimitación del lugar otro, provienen los sincretismos, las simbiosis, los extrañamientos, las despersonalizaciones. Esa serie de manifestaciones en el esquizofrénico, donde lo que se pierde es el límite entre el yo y el otro. Por ejemplo el hablar en tercera persona de si mismo. También de eso proviene el intento de representar con pedazos del cuerpo los significantes que en sentido psicoanalítico, no hay.
Les voy a contar algo de una clínica donde trabajaba, que a mi me impresiono mucho. Teníamos un paciente esquizofrénico que cuando sabíamos que la madre iba a visitarlo nos desesperábamos para excluir por donde él andaba cualquier elemento cortante. Porque si él conseguía esto, se cortaba los ojos. Tenía muy comprometida la zona de los ojos debido a muchos cortes. Cuando se le preguntaba porque había hecho eso, él decía que era porque no había que mirar a la madre. Él no podía hablar de su mirada incestuosa, erotizada, agresiva, etc., sobre la madre. No tenía con que decirlo, por lo tanto lo decía con pedazos de su cuerpo.
Ustedes me pueden preguntar, como llegan hasta la pubertad, la adolescencia y a veces hasta primera y segunda juventud sin que se desencadene la esquizofrenia como tal.
Hay un artículo de Helen Doich, sobre las esquizofrenias donde se puede entender esto. Ella lo que capta es que, en esquizofrénicas que había atendido, habían pasado por períodos donde funcionaban como símil neuróticas, pero tomando algo prestado de sus objetos inmediatos, como por ejemplo sus amigas, sus novios etc., la imagen. Es decir lo que tomaban era el como presentarse y el como funcionar. En ese momento Helen Doich, inventa la frase “como sí” . Como si me pasara tal cosa, como si me pasara tal otra. Helen Doich dice, “personalidades como sí”. Toda la persona es tomada en un como sí. Helen Doich relata un caso, el cual sospecho que era una de las hijas del emperador Francisco José. La hija de dicho emperador en determinado momento se hizo comunista. Imagínense una princesa comunista en el año 1920. La misma pasó por una cantidad de personalidades como sí, hasta que desembocó en la esquizofrenia. Les traigo este ejemplo porque es así, tomando distintas personalidades, como se sostienen. Se sostienen a partir de utilizar ortopédicamente, lo que yo llamaría una mimesis con el objeto que pasa a ser más valorado en cada momento para ellos. Por eso los psiquiatras hablaban de personalidades múltiples a fines del siglo XIX, comienzos del siglo XX.
Factores desencadenantes: De todo esto resulta que los desencadenamientos se producen básicamente en función del encuentro con el objeto. Esta es una gran diferencia con la paranoia. Lo que pasa es que a veces el encuentro con el objeto puede ser con el objeto padre. Con lo cual uno se confunde fácilmente y se supone que lo que funcionó fue la forclusión del nombre del padre.
Los primeros brotes esquizofrénicos es frecuente que sean en la pubertad, adolescencia y primera juventud. Los psiquiatras como dato semiológico importante para dirimir entre esquizofrenia y paranoia van a utilizar la edad en que se produce el primer brote. Un brote paranoico raramente se produce antes de los cuarenta años, en cambio un brote esquizofrénico como primer brote raramente se produce después de los treinta y cinco años. Muchas veces la esquizofrenia queda velada por muchos años, por una relación simbiótica y hasta sincrética con la madre y el padre. Lo cual evita el desencuentro con objetos exogámicos. Cuando ocurre esto muchas veces lo que se encuentra por ejemplo son, madres viudas, divorciadas. Donde se observa que hay un hijo o hija que se ha quedado a vivir en la casa de dichos padres. En realidad muchos lo interpretan como que se ha quedado a cuidar a la madre. Pero lo que sucede es que no se han podido despegar de la madre. Lo cual como resultado trae que al mismo tiempo que es una relación muy estrecha, cercana, apegada, las peleasentre madre e hija son brutales. Lo que para el neurótico es encuentro fallido, para el pre-esquizofrénico por lo menos en algún punto se torna encuentro imposible.
Prevención primaria y lo imprevisible: Lo primero que hay que prevenir es la mala praxis iatrogénica. Es decir si a nosotros nos llega una consulta de pre-esquizofrénico y lo tratamos como si fuera un neurótico común, en cualquier momento podemos producir esa situación por la cual al pre-esquizofrénico pasamos a hacerle absolutamente real. Ahí se produce el desencadenamiento. Con lo cual esta es una cuestión donde hay que tener cuidado.
Lo segundo que se puede intentar es cuando se advierte la posibilidad de encontrarse ante una pre esquizofrenia, se debe estar muy atento a como se va desarrollando la relación con objetos que se rodea o que lo rodean. Acá se deben buscar maniobras. En este punto si uno capta que empieza a subir la tensión agresiva en esa relación de objeto, se debe tratar de encontrar salidas para que esa tensión baje. Esto último no es por la vía de la interpretación en general. Les doy un ejemplo de mi práctica. Había un paciente esquizofrénico el cual ya había tenido varios brotes. Estaba en una época de estabilización, donde inclusive había formado pareja, con una mujer que si bien no era psicótica, era muy loca. Esta señora se levantaba a las siete de a mañana para ir a trabajar y se ponía furiosa porque él se quedaba durmiendo hasta las diez u once de la mañana. Él no trabajaba porque vivía de rentas. En medio de todo eso se empieza a armar otra discusión. Esta señora era católica y a este muchacho como efecto de los brotes previos la había quedado la certeza de que él era eterno, inmortal. Cuando discutían alrededor de este tipo de cuestiones, ella se ponía loca tratando de convencerlo de que eso que él creía no era así. Con esto yo me daba cuenta de que iba subiendo la tensión entre ellos, motivo que lo empujaba a un posible desencadenamiento. Yo no sabía que hacer hasta que se me ocurrió decirle que los seres humanos en general somos religiosos, unos creen en dios, otros en la ciencia, otros son judíos, otros católicos, etc. Pero que cada uno tiene su dios. El tema es que los seres humanos creemos que nuestro dios es el único dios verdadero. Le digo, yo que usted le diría a su señora que lo que pasa es que usted tiene una religión particular y que no es la religión que ella tiene. Donde usted está convencido de que va a ser eterno, de que no se va a morir nunca. En la sesión siguiente me dice que no discutieron más y que ella respetará su religión particular.
El trabajo debe ser muchas veces más directivo y organizador con familiares y amigos y poco interpretativo. La interpretación inadecuada puede llevar a una deriva disgregante. Pero hay algo que se bebe tener presente, en la esquizofrenia el psicoanalista no deja de trabajar como psicoanalista, sólo que no utiliza los instrumentos habituales que el psicoanálisis utiliza en análisis de las neurosis. No obstante de todo esto, existe lo imprevisible. Lo imprevisible proviene en el mejor de los casos cuando se logra reintegrar al esquizofrénico, en el lazo social. No se está a salvo ni el esquizofrénico, ni el psicoanalista de encuentros con objetos que lo confronten con su real irrealizable. Es decir nosotros podemos idealizar que el esquizofrénico por ejemplo vuelva a su trabajo, si a éste le gusta. Uno lo observa y ve que se va poniendo mucho mejor. Pero por ahí se encuentra con un jefe arbitrario que produce algún paso que inclusive puede que no sea arbitrario, pero para nuestro paciente si, entonces se puede desencadenar el brote otra vez.
Tratamiento: en primer lugar, no le hagan asco a los neurolépticos, tampoco empujen a que sean usados indebidamente. En ese sentido es bueno hacer una buena alianza con psiquiatra. De aquellos que creen que el trabajo del psicoterapeuta es tan bueno como el del tratamiento psiquiátrico. De este modo se puede combinar entre psiquiatra y psicoterapeuta como ir manejando la cuestión de los medicamentos. Tengan en cuenta que el esquizofrénico, es más o menos como si ustedes conectaran un aparato eléctrico preparado para 110w que si lo enchufan a u enchufe de 220w, no meteiendo un transformador en medio de ambos. El aparato de quema. Los neurolépticos juegan bastante la función de transformador, pero hay que graduarlos. No hay que dejar de posicionarse como analistas de tal manera de leer tan finamente como con los neuróticos las producciones inconscientes. Pero absteniéndose de ponerlas en acto, ya que el esquizofrénico no dispone de la estructura y los lugares capaces de tramitar los significantes que representan al otro, como en el caso del neurótico. Tampoco el que los representa. De ahí el anteriormente referido peligro de deriva y disgregación. ¿Para qué leer las formaciones del inconsciente?, si uno no las va a poner de manifiesto, es decir no se las va a decir al esquizofrénico. Para situarse en como ir manejándose, utilizando lo más a fondo posible la dotación de significantes saussurianos de que disponga el esquizofrénico. Es decir ir colaborando para que se amplíe su yo. En este punto les recomiendo que lean el “Proyecto de Psicología para Neurólogos”, de Freud el capítulo sobre el yo. Suplanten lo que el llama neurona psi, por significante, en el sentido sassuriano. Con lo cual van a tener una idea compleja y profunda de cómo se estructura y funciona la red del yo. Es en lo que en la esquizofrenia tendemos a ampliar, ya que es lo que entra a funcionar ortopédicamente en lugar de los rasgos unarios que no estan, es decir el lugar de los S1 que no están. Por supuesto que como cualquier aparato ortopédico funciona fallidamente. El intento es que el yo haga de soporte en ese hueco que deja la inexistencia de rasgo unario y de espacio para la deriva del sujeto del inconsciente. Esta misma maniobra es delicada en tanto si la reducirnos al campo del yo, nos reduce al campo de lo imaginario y por lo tanto de la dialéctica, fascinación- agresividad propia de ese campo y sus consecuencias amor narcisista-odio. Promotoras de la unificación la ortopédica que produce la imagen especular y otra de la fragmentación, es decir del cuerpo morsiyadoado que estimula la agresividad y que en el esquizofrénico lo que estimularía sería la disgregasión. Los esquizofrénicos como suele mostrarlo el test de Weschler, tienen áreas del funcionamiento intelectual en las que apoyarse para producir ciertos re-anudamientos que aunque frágilmente pueden sostener e incluso desplegar. En este punto una película muy interesante de ver es “Mente brillante”. Porque es un caso verdadero y que sigue siendo tan esquizofrénico como antes. Donde la mujer es quien funciona ortopédicamente, y hace que él pueda aprovechar lo aprovechable que había en él y llegar al lugar que llegó.
Contraindicaciones: Jamás confronten con esquizofrénicos. Cuando vean que se ponen tensos o agresivos, lo mejor es hacer “la verónica” y que el paciente no lo note. Es decir que el paciente no sienta que su psicoanalista o psiquiatra puede estar despreciando lo que él dice. Lo mismo debe realizarse en las paranoias. Pero la diferencia es que en la paranoia la confrontación puede llevar a la disgregación, es decir a una exacerbación de las alucinaciones y al delirio paranoico. También están contraindicadas las interpretaciones. Cuando se advierte que no hay una trama simbólico-imaginaria en la cual la interpretación pueda anudarse. Pero se debe tener en cuenta que no toda interpretación está prohibida en las esquizofrenias. El tema es que se tiene que captar a donde va a caer una interpretación.
Efectos secundarios: estos son los brotes. Para los psiquiatras la esquizofrenia es una enfermedad que evoluciona por el brote. En esto trinen razón. Pero lo que los psiquiatras no captan es que eso no es sólo porque una secuencia de reaparición de brotes. Tiene que ver con las circunstancias que vive el esquizofrénico en su vida real y que lo empujan otra vez al brote. La introversión de la libido, como lo plantaba Freud no a la fantasía como en el neurótico, sino al sostenimiento del sí mismo. Eso que se observa en el esquizofrénico más o menos estabilizado, pero el mismo tiempo que está en el borde de sentirse amenazado por el brote. Con lo cual se puede observar en ellos que son muy egocentrismo, son muy voraces, muy demandantes, no aceptan prácticamente la existencia de un mundo por fuera de ellos. Pero esto es absolutamente lógico, porque lo que están tratando desesperadamente es sostener el sí mismo que se les va de las manos. Es como si el sí mismo fuera arena que se les disgrega de los dedos. Entonces si esto se interpreta como en el neurótico como una fijación y una regresión a determinada zona erógena y a determinada fase libidinal se queda corto. Por en realidad el problema del esquizofrénico es muy previo a esto. Lo que necesitan es sentir el cuerpo que no pueden representar. Esto es lo que los lleva a retraer la libido de su propio cuero y ejecutarla en acciones que muchas veces son dañinas para el propio cuerpo. Cambio dde casete El cuerpo deviene como la única cosa de que hablar en estabilizaciones asentadas en el vacío (de S1 y también de alucinaciones y de delirios. Peligro del pasaje al acto, otras veces derivación a hipocondrías). En realidad es la forma que un yo aun existente, le permite soportar esa disgregación que sienten en el cuerpo, a través de los micro delirios hipocondríacos.
Pronósticos: dependen de una serie de variables sobre determinantes. El concepto de Freud de sobredeterminación es un concepto a veces olvidado y es una pena. Porque la gran diferencia de Freud, como también de Lacan, Winnicott, etc., con el pensamiento occidental es que salen de la lógica binaria, para instalarse en una lógica sobredeterminada. Para Freud no existe lo fundamental, lo en última instancia. Ya que esto es lo que impide captar que el viviente y el ser parlante están en permanente movimiento y atravesando multiplicidad de circunstancias, respondiendo desde diversidad de lugares, según su estructura simbólico, imaginario, real. Con lo cual esta cuestión de los sobredeterminantes es muy importante.
La esquizofrenia puede ser grave, como por ejemplo las esquizofrenias ebefrénicas, donde el primer brote ya arrasa completamente con el universo simbólico, imaginario del afectado y lo deja absolutamente perdido en un mundo real. También las esquizofrenias pueden ser medianas o leves. Más de un aparentemente neurótico grave, suele ser una esquizofrenia breve. Todo eso suele estar en relación con la gravedad de la cocina de lalengua (en una sola palabra) en que se crió el sujeto en cuestión. Este concepto lalengua de Lacan es muy importante, al cual no se le da la importancia que verdaderamente tiene. Este neologismo de Lacan es equivalente a lo que nosotros ubicamos como jerga. Pero con la particularidad que Lacan lleva este neologismo al terreno del sujeto. El lunfardo o jerga está más en el terreno de microculturas. Por ejemplo la microcultura carcelaria, de los porteños, de los correntinos etc. Pero lo que capta Lacan es que esas microculturas en realidad son el efecto del funcionamiento del inconsciente en los sujetos. Es decir que por el medio social se transforman en palabras de uso común. En este sentido hay lalengua más pobres y hay lalengua más ricas. Pero hay que tener en cuenta que cuanto más rica es lalengua en que el sujeto se cría, más posibilidad hay de responder a lo real. A todo esto debe agregarse la circunstancias y efectos de las modalidades y hechos producidos por cada brote. Tipos de tratamientos recibidos. Distintas modalidades de estabilización y recurrencia y por lo tanto como consecuencia de gravedades.
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