miércoles, 23 de julio de 2008

Módulo II-Clase Nº 7

10-08-2005

Seminario Siglo XXI Novedades en la dirección de la cura.
Criterios de evaluación de la cura

Criterios para calcular el valor de diversas presentaciones, momentos y situaciones de una cura, a partir de diferentes preguntas sobre la misma.

Para asentar los que me parecen adecuados, parto del criterio de Valor en Saussure: “...la parte conceptual del valor está constituida únicamente por relaciones y diferencias con los demás términos de la lengua, se puede decir otro tanto de su parte material. Lo que importa en la palabra no es el sonido mismo, sino las diferencias fónicas que permiten distinguir a esa palabra de todas las demás. Pues son ellas las que llevan la significación”. Anecdóticamente, en esa frase esta fundado el comienzo de una corriente de pensamiento en las ciencias sociales que abarcó el siglo XX. Uno puede hacerle una serie de críticas pero yo por lo menos, sigo reivindicándola como la corriente más importante que tuvo el siglo: el Estructuralismo. Es distinto a la sistémica. Mucha gente confunde sistema con estructura y no es lo mismo. Mucho menos el estructuralismo de Lacan que tiene como núcleo, que la estructura está fallida. Los sistémicos se ilusionan conque se podría armar un sistema perfecto. Es una diferencia clave. Saussure va destacar que aquellas diferencias se producen en dos ejes del funcionamiento de la lengua: el vertical, sincrónico, metafórico –que diferencia produce que se use una palabra y no otra en cada emisión. Y el horizontal, diacrónico, metonímico –las diferentes palabras y puntuaciones que se van usando, van produciendo relaciones y diferencias entre ellas.

Yendo a una enunciación de moda a partir de la velocidad de las comunicaciones, el eje metafórico funciona en tiempo real (sincrónico) y el metonímico (diacrónico), en tiempo sucesivo, retardado. La redefinición del significante por parte de Lacan para su uso en la práctica del acto interpretativo y operacional con el hablante en análisis, le produjo como efecto a él mismo, discriminar los tres registros que derivan de la existencia de dicha redefinición del significante y la necesidad de anudarlos topológicamente según la lógica del nudo borromeico en virtud de su propiedad principal, la de que si se desanuda uno los otros también caen. Insisto, Saussure piensa al significante en relación a un funcionamiento del lenguaje en el cual lo inconsciente no deja su marca o sino se torna despreciable. Saussure era un lingüista no se proponía nada en relación a la cura de nadie. Habla de psicología lingüística y es otra cosa. Es una psicología que no pone en cuestión por ejemplo la función del sujeto gramatical ni tampoco la función del sujeto filosófico. Lo de Lacan es radicalmente distinto. Eso es lo que lo obliga a él a tomar nota y producir registro de que efecto produce la existencia del significante. Es un movimiento posterior. Inclusive Lacan se pasó 15 años de su enseñanza sin llegar a la definición de significante, usando todavía definiciones lingüísticas. Algunos colegas toman posiciones de los últimos períodos de Lacan donde él plantea la equivalencia entre los tres registros y entonces dan por supuesta la caída de la primacía del significante. Lo cual es un error, porque lo simbólico también es un efecto del significante como los otros dos registros, y es a partir de esa primacía del significante, que hay equivalencia entre ellos.

La necesidad de los humanos de existir funcionando en lazo social, a la vez que anuda, deriva en ex-sisitir, en la imposibilidad de complementarse en los enlaces, lo que tiende a desanudar. Esto ocurre por: 1) precipitación de reales entre los que se asocian y 2) como resultado también, de la diferencia de intereses que genera la diversidad de posiciones en cada discurso. Lo que conlleva la imposibilidad de un anudamiento borromeico consistente, sin fallas. Advertido eso, Lacan tuvo que agregar un cuarto nudo que re-anude contingentemente con nominaciones y/o relaciones que velen y suplan la falla. Con nominaciones y/o relaciones porque muchas veces aparece con relación a la producción y al producto del sujeto. Otras veces, con eso no alcanza. Otras veces está más centrado en las modalidades de relación social de ese sujeto, lo cual incluye las relaciones de pareja. El fracaso en las relaciones de pareja puede empujar a alguien a la melancolía, a la esquizofrenia y sin llegar tan lejos, ante un fracaso de relaciones de pareja hay un período de conmoción donde no es fácil reubicarse. Lo mismo con respecto a las cuestiones del trabajo. Por eso es tan grave lo que ocurrió en el país en el 2001 y que ahora pareciera está mejorando, ya que se registró un índice de desocupación mucho menor (12.5%). No es simplemente la menor cantidad de comida que se lleva a la casa sino la pérdida de lo lazos sociales que se establecen en el trabajo. Yo hacía una columna en un programa radial hace 12 años aproximadamente, era el pico de desocupación en España. Había un 27 % de desocupados. Al mismo tiempo era un estado rico que podía pagarle a los desocupados un salario cercano al salario nominal de un empleado. Sin embargo había aumentado enormemente la violencia familiar, el alcoholismo, la drogadicción y las psicosis.

De la existencia de los tres registros derivó también, que aquellos dos ejes saussurianos trazados según la geometría plana, en la cual un enunciado o juicio sólo puede originar uno y solo uno de los términos como verdadero o falso, resultara insuficiente. En cambio Lacan advirtió como más útil, la topología. Que es una rama de las matemáticas que estudia las propiedades de las figuras geométricas o los espacios que no se ven alteradas por transformaciones continuas sino que mantienen exactamente las mismas propiedades topológicas. O sea, que en ella, está permitido doblar, estirar, encoger, retorcer... los objetos pero siempre que se haga sin romper ni separar lo que estaba unido (la transformación debe ser continua) ni pegar lo que estaba separado (la inversa también debe ser continua). Por ejemplo, grandes topólogos son los peones de las empresas mudadoras.

Ethel Greinzerstein: en Grecia la mudanza se llama metáfora

Sergio: es cierto, me hiciste acordar. Por dichas propiedades hubo objetos topológicos que a Lacan le resultaron más adecuados, para mostrar las propiedades de los registros, consecuencia de la primacía del significante. Por ejemplo, en topología un triángulo es lo mismo que un cuadrado, ya que se puede transformar uno en otro de forma continua, sin romper ni pegar. Pero una circunferencia no es lo mismo que un segmento (ya que habría que partirla por algún punto). Un chiste habitual entre los topólogos (los matemáticos que se dedican a la topología) es que «un topólogo es una persona incapaz de distinguir una taza de una rosquilla». El reconocimiento de los tres espacios que abre el significante y su particular modo de anudamiento, liquida la concepción lineal sobre el mismo y su funcionamiento. Por lo tanto, si la parte conceptual del valor está constituida únicamente por relaciones y diferencias con los demás términos de la lengua, estas relaciones y diferencias se producen en las tres dimensiones y en la cadena de anudamientos entre los nudos que la componen a los que Lacan nominó como Cadenudos. Un ejemplo, dijo Chiche Duhalde: "Espero que se vayan dando cuenta todos los candidatos de que la gente está harta de nosotros. "[1] A conciencia seguramente quiso decir: Espero que se vayan dando cuenta todos los candidatos de que la gente está harta ellos. Fíjense que en la frase siguiente pasa a la tercera persona del plural: “No pongan eso como título, pero la gente no quiere ver a los políticos agrediéndose, diciendo cosas muy, muy terribles de los candidatos o de los que están relacionados con ellos.” Como digresión, pero no sin importancia, quiero hacerles notar que al igual que Chacho Álvarez y en general muchos periodistas mediáticos como Marcelo Bonelli, en los enunciados se otorgan la función de portavoces de la gente, sin haber sido designados representantes por alguien, o antes de serlo. Dejo de lado también el dequeísmo, que uno nunca sabe si es lo inconsciente o lo ignorante de la maestra.

El equívoco sustituye, ellos por nosotros. Lo que produce efectos en los tres registros. En lo simbólico la incluye entre los que hartan a la gente, en lo imaginario la pone en maestrita de los otros candidatos y en lo real denuncia su angustia por la incertidumbre sobre los futuros resultados electorales y en consecuencia su futuro político. Una diferencia significante produce efecto en los tres registros. Lo que anuda a los tres registros en la falla que le introduce lo real de unas elecciones inciertas, es su nominación de candidata a senadora. Este es su cuarto nudo actual. Su verdad es que está atrapada como “a” entre esos tres nudos y su nominación. Si hubiera dicho harta de ellos, el efecto de sentido la hubiera ubicado imaginariamente en rival, dispuesta simbólicamente a mostrarse diferenciada y realmente a la espera de los mismos resultados inciertos. Pero el Inconsciente la obligó a trasmitir su deseo de envolver a todos los candidatos con el hartazgo de la gente y poder imaginarse no aislada en esa posición, lo que debe ser el fantasma que la persigue. Típicamente está en la posición de agente en el Discurso de la histérica: Ella estaría hablando al periodista, en realidad a través de él al público, buscando un saber que queda necesariamente en disyunción con ella como objeto. De ahí la angustia de esta señora. Es curioso porque en el mismo reportaje levanté otro que Silvia Sisto lo mandó por info de www.televerdades.com y no seguí levantando, porque me pareció mucho.

Silvia: ella dice que va a controlar a Cristina en el Senado. Se da por perdedora.

Sergio: claro. Angustiada demandándole a la gente que esté harta de todos los candidatos y no la dejen aislada por efecto de un saber que no reconozca su valor de objeto.
Como ven, he producido, ayudado por el concepto lacaniano de significante y su consecuencia productora de tres registros anudados borromeicamente y asegurados por una nominación como cuarto nudo, un diagnóstico de la posición de objeto de ese hablante –Chiche Duhalde- en ese punto de enunciación. No es un diagnóstico psicopatológico, no estoy diciendo que ella sea una histérica sino que lo es, en ese punto de enunciación. Esto es muy importante, porque lo que estamos trabajando hoy es como evaluar el transcurso de una cura. El transcurso tiene innumerables circunstancias diferentes y hay que evaluarlas una a una. También en que discurso se inscribe ahí, en cual de sus lugares, y como que letra. En esta circunstancia, como agente en función $ y sostenida por su verdad de a.

En el caso del periodista, estuvo en el lugar del otro a la vez que como amo de la situación. En los reportajes el amo de la situación estructuralmente es el periodista. Tal es así que es una discusión que divide a los periodistas, sobre cómo manejarse en los reportajes. Mi posición es que hay que tratar que la gente despliegue lo más posible sus ideas. En cambio periodistas como Neustad, buscan ir arrinconando al reporteado para hacerle decir las ideas del periodista. No obstante, desde un punto de vista estructural, ambas posturas están en posición amo.

A partir de este ejercicio introductorio, vuelve la pregunta que titula la clase de hoy: Criterios de evaluación de la cura.
Los mismos deben ser hechos, no en función de ideales, deseos o goces nuestros, sino según el deseo del analista en función de los deseos del analizante, la relación con sus goces y su articulación a los lazos sociales que vaya descubriendo como más deseados y en la posición en el discurso que le resulte más conveniente a las articulaciones señaladas. No hay que tener prejuicios, porque sino se pueden enojar con la posición de esclava/o que tiene mucha gente y van a tratar de sacarlo de ahí. Eso hay que observarlo, y quizá el mejor fin de análisis de esa persona esté en esa posición. No es por una cuestión bondadosa de hacer lo que él quiera sino porque cada uno viene preparado con determinada dotación borromeica y eso es inmodificable por el análisis. El análisis lo que hace es facilitar que se re-anuden los componentes de esa dotación. Pero es a partir de los insumos que el analizante trae, no a partir de inyecciones de ideología que le puede dar el analista.

Participante: sino, hacés ortopedia.

Sergio: sí pero ortopedias que fracasan, que no sirven. No me estoy refiriendo al tratamiento de las esquizofrenias particularmente ni las melancolías y paranoias en las que son más complejas las cuestiones.
Es muy importante no confundir ideales del yo del analizante con deseos inconscientes de los mismos.

Cierta vez me tocó atender a una persona que vive en una capital de provincia donde es muy conocida como una de las artistas más famosas de ese lugar. Se había analizado ocho años con una de las analistas lacanianas también más famosas de ese lugar. Supuestamente había terminado el análisis. Al año esa mujer tenía una angustia muy importante, lloraba todo el tiempo. Unos amigos me proponen que la atienda porque ella no se animaba a ir a otro psicoanalista del lugar justamente porque era muy conocida. Lo cual me daba todo un dato. Acepto, y cuando viene la escuchó un par de veces. Una primer cosa que se me arma en la cabeza, era que tenía que lograr que esta mujer se pudiera resituar de tal manera, que pudiera analizarse en su lugar con otro analista, porque a mí sólo podía venir a verme una vez cada quince días. En ese año que trabajamos, lo que se hizo muy evidente fue que la analista había confundido el ideal de esta paciente que era llegar a ser la top en la rama artística que cultivaba, a lo que había llegado, pero que en realidad era el ideal del yo del padre de ella. Me acuerdo que la primera vez que surge por un acto fallido de ella, no me acuerdo muy bien pero transcurre en la cocina, se cayeron una cantidad de cacerolas y que seguido muy minuciosamente dicho acto apareció un deseo de ella de tener un hijo. Se puso furiosa conmigo y estuvo a punto de dejar el análisis. Por suerte volvió. Al tiempo de eso apareció un sueño donde ya era innegable hasta por el yo de ella dicho deseo. A partir de ahí se empezó a abrir la posibilidad de que efectivamente buscara alguien en su ciudad de origen y continuara su análisis allá lo cual ocurrió unos meses después. Le di un nombre, ella terminó buscando un analista por su cuenta y en este momento es una señora feliz, casada, con hijos y que cultiva top su práctica artística. El problema había sido que la colega había confundido ideal con deseo, lo que fue grave porque lo que había logrado fue reforzarle el superyo. La angustia provenía de la crítica obscena de éste que le ordenaba gozar y gozar cada vez más ahí, obstaculizándole su deseo de hijo. Mientras más se le reforzaba el ideal y el superyo, más en deuda se sentía con ese superyo.

Participante: ¿qué te hace pescar esa diferencia?

Sergio: el deseo siempre es inconsciente en cambio el ideal generalmente aparece conciente. Cuando a mí alguien me habla muy claramente de su deseo yo ya huelo mal. El deseo va a aparecer por vía de las formaciones del inconsciente. El título que le puso Lacan al seminario II es muy inteligente "El deseo es su interpretación". El deseo nunca se presenta desnudo, siempre requiere una interpretación que puede ser hecha por el propio sujeto o por el analista. Yo por ejemplo, quería ser abogado y acá estoy. Me fui a inscribir a la facultad de derecho con una seguridad absoluta. Era abanderado de la justicia. Por suerte entré... la facultad es muy grande, entonces me dije: ¿qué hago acá? ¿Cómo me voy a anotar a una carrera sin conocer los programas? Pedí los programas y los leí. No tenía nada que ver con eso con lo cual entré en un desconcierto infernal, hasta que logré más o menos entrar en medicina. Que tampoco es la profesión en la que terminé.

Silvia: tengo una paciente que habla de su deseo de escribir y las dificultades que tiene para ponerse a hacerlo y hace varias sesiones que estamos con eso. Al pasar, cuenta que empezó yoga. Le digo: empezaste a moverte. Se queda sorprendida y se pone a llorar y me dice que en realidad ella hubiera querido ser bailarina pero que nació con una mal formación en la cadera y que la tuvieron que operar de muy chiquita. Que ahora está bien pero nunca hubiera podido ser bailarina. Yo le digo: no hubieras podido ser la primera bailarina. Ahí empieza la cuestión de que los padres siempre esperan de ella que sea la mejor, la primera. La primera con esa mal formación no podría haber sido, entonces no fue ninguna. Decidió ponerse a escribir, lo que en realidad es lo que más la aleja del movimiento porque tiene que estar muy quieta, muy concentrada. Además no pone en juego toda esa cuestión.

Marta: en tu caso, Sergio, tiene más que ver con el ideal que con el deseo.

Sergio: totalmente. Tenía que ver con mí posición política de esa época.

Ethel: ¿La facultad de medicina te pareció más chica que la de derecho?
Risas.

Sergio: dos anécdotas. Voy a la facultad de medicina para inscribirme y llevaba, estaba leyendo eso, El origen de la familia, la propiedad privada y el estado de Engels. Subo las escaleras y cometí el error de mirar para arriba y no terminaba nunca la facultad y encima había como ocho o nueve tipos de piedra que se podían caer arriba. Me pegue un susto terrible. Pedí los programas, ví que los tres primeros años no me iban a gustar, pero el resto sí. Me inscribo, salgo y me voy a tomar un café al bar de los estudiantes. Me voy a mí casa, ¿qué me olvidé? La propiedad privada.... (Risas)

Es muy importante no confundir ideales del yo del analizante con deseos inconscientes de los mismos. Dicha confusión puede llevar a reforzar encadenamientos a su superyo con las consecuencias consiguientes. A partir de estos criterios se cruzan para evaluar las marchas de las curas elementos de distinto orden. Y estamos en la cuestión del valor. El valor surge como una ilusión, como un modo de suponer las cosas. Surge como una forma de buscar como hacer equivalencias entre elementos de distinto orden en el comercio. Hace 4.000 años, si tenía que cambiar un cordero a otro que me ofertaba a cambio una canoa ¿un cordero vale igual que una canoa? Toda esa historia lleva al dinero como arribo, es toda una historia que sigue trayéndole problemas al ser humano.

En psicoanálisis los elementos de distinto orden son: 1) Situación de ambos partenaires en el discurrir transferencial. 2) Modificaciones sinthomáticas en los anudamientos del analizante. Los desplazamientos sintomáticos que se van produciendo en el desarrollo de una cura que van desembocando en lo que Lacan escribió Sinthome, condensación entre síntoma y hombre, que está referido a varias cosas: a) la función de anudamiento de la que hablábamos antes. b) el síntoma no se pierde sino que se lo transforma y se sabe hacer algo con eso. Esto tiene que ver con lo que decía antes de que tengamos una dotación significante y no otra. Es con eso que vamos a producir. Un colega que tiene como 25 años de trabajo en la profesión me contaba que estaban terminando algunos análisis que estaba conduciendo y decía: ¡por más que lo leí mil veces y que lo sé, como me sorprende esta cuestión de que se reactivan todos los síntomas! 3) Acceso a modalidades más deseadas de discurso y a lugares en ellos más deseados. 4) Cada una de estas cuestiones ir cruzándolas con la lógica temporal por la que van transcurriendo. Instante de ver, tiempo de comprender, momento de concluir. 5) En lo que hace al fin de análisis, cruzar esta cuestión de la lógica temporal con lo imposible cuando emerge como tope, esforzarse para advertirlo en diferenciación con la impotencia. El neurótico recurre a nosotros para resolver una serie de impotencias por las que está afectado. El desarrollo de un análisis lleva también a que algunas cuestiones que aparecían como impotencias para esa persona son imposibles. Suponer que el análisis resuelve todo es un error.

Noemí: o que resuelve hasta donde uno quisiera.

Sergio: hay cuestiones que son del orden de lo real para ese sujeto y por lo tanto son imposibles. Hay que saber decir, hasta aquí llegamos.
Este entrecruzamiento resulta clave en mi experiencia, para determinar si nos encontramos ante un valor suficiente para considerar que ese análisis ha llegado a su fin. Volviendo a Saussure: Tomo fuertemente en cuenta, las relaciones y diferencias entre estos dos elementos.
Recurro a Marx, para hacerme cargo del valor de cada momento de un análisis, incluyendo los finales, a partir de sopesar: “la cantidad de trabajo materializado en su valor de uso, por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción”

Marx = TA = S2 a $ $ S2
TC a S2 S1 S1 a

Trabajo abstracto (TA) es la materialización del trabajo en cuanto a cantidad de trabajo y tiempo de trabajo. El trabajo concreto (TC) es la mercancía producida. El objeto producido puede ser nuevamente fuerza de trabajo. Lo hago equivaler a la segunda parte del matema del discurso del amo antiguo de Lacan que de paso también es la parte derecha de su discurso del capitalista en donde el saber del trabajador va a producir el objeto que le demanda el amo. Lo cual nos lleva al discurso del analista. En el discurso del analista, la función del analista semblante de objeto causa del deseo, incide sobre la escisión del sujeto y le hace producir un nuevo significante. En definitiva, el análisis es básicamente eso. Lo planteaba Winnicott por ejemplo, que concebía al análisis con efectos de descubrimiento. Hay todo un trabajo entre el agente y el otro para producir eso. En la apertura de la partida, segundo matema, matematicé las diferencias que se encuentra el analista en la presentación de la demanda y tomando en cuenta las cuales deberá ejercer su función sin desubicarse de su posición.

a S1
S2 $

La gente llega al analista de mil maneras. Ayer llegó un señor muy ansioso que me lo manda la familia como una urgencia. Pensé que me iba a encontrar con un psicótico y todavía no estoy seguro si lo es o no. El señor, preso de una ansiedad feroz, hacía cuatro días que no dormía. Él hablaba y hablaba y estaba seguro que tenía una enfermedad grave que los médicos no se la descubrían. Trajo todos los análisis, las radiografías, etc. en ese sentido venía fantástico que yo fuera médico, pude hacer un buen semblante. La cuestión básica era que él tenía algunas sensaciones que no podían no ser por una enfermedad grave. –“Vio doctor, entre el culo y el inicio del pene, ahí pasa algo. Además a veces en el pene tengo unas sensaciones. Además hay un huevo que lo tengo muy grande”. Bueno, le digo, en general hay un huevo más grande que el otro. –“Sí, pero es muy grande.”

Noemí: médico y varón.

Sergio: más o menos, tené en cuenta que lo que está transcurriendo es inconsciente. Cuando se encuentre con el varón en su imaginario...

Noemí: se le frunce el culo (Risas)

Sergio: entonces el hombre me relata toda su situación y me relataba todas las veces que había ido a médicos. Notaba que lo que adquiría mayor subraye en lo que decía, no sólo en como lo decía sino en todo el cuerpo y el gesto era: y entonces me hicieron tacto rectal. Al cuarto tacto rectal le digo: ¿y el resto de su vida? ¿De qué trabaja? Me empieza a contar una serie de cuestiones por las cuales, siendo un hombre que ronda los sesenta, se le ha abierto la posibilidad cierta de que teniendo una posición económica muy desahogada, por esas vueltas de la vida y además por él dejarse estar, en tres años se va a quedar sin la base que le genera esa posición económica. Todo esto, porque él usufructuaba por muy pocos pesos un lugar que primero era de un matrimonio. Se murió el viejito. Él muy entrador y amigo de la viejita se quedó. Se murió la viejita y quedaron los sobrinos. Le digo: -“le rompieron el culo los sobrinos. Es como para ponerse inquieto. Me dice: -“en cierto modo” Sí pero no porque la sensación que yo tengo sea en ese lugar. La pescó en el aire. Lo mediqué porque hacía cuatro días que no dormía. Me habló hoy y estaba más tranquilo, supuestamente por la medicación pero obviamente está jugando lo otro también. Él viene en S1, no viene partido. Viene con todo un autodiagnóstico sobre sus genitales y el mundo se le redujo a eso. Tengo que hacer apariencia un rato hasta que por ahí, logre meterle el dedo en el culo. (Risas)

Participante: no todos vienen así.

Sergio: no, algunos vienen más en posición de analizante. Tomo esto porque es lo más difícil.

Noemí: pero es lo más habitual.

Participante: ¿te parece que es lo más habitual?

Sergio: sí, actualmente.

Participante: pensé que venían más como resto.

Sergio: esos son los que vienen melancolizados.

Noemí: me parece que lo interesante es que la barradura la pusiste vos con la interpretación. Esa es la difícil maniobra que a uno le dice, acá se podrá iniciar un análisis o no.

Sergio: no sé si se inició, pero por lo menos lo coloqué en otra posición.

Noemí: la respuesta defensiva de él, da cuenta.

Sergio: en un trabajo que escribimos juntos con Del Carril que vamos a ver si se publica en algún lugar, Del Carril plantea una cosa muy interesante y es que uno de los efectos del DMS IV es que la gente viene autodiagnosticada.

Noemí: “vengo por un ataque de pánico”.

Sergio: esa gente ya viene identificada a un significante, el tema ahí es como se las arregla el psicoanalista para que pase a estar agujereado.

Noemí: para que pierda consistencia.

Sergio: exacto, y que ese significante no le obstaculice el observar su sufrimiento, el poder trabajar con él. Retomemos, en la apertura de la partida, segundo matema, matematicé las diferencias conque se encuentra el analista ante la presentación de la demanda y tomando en cuenta con cuales deberá ejercer su función sin desubicarse de su posición. Claro que la evaluación antedicha, que se apoya en el concepto de Marx sobre el valor, no mensuramos en horas de trabajo reloj sino, en momento lógico temporal de valorización de dicho uso.

Ethel: otra vez.

Sergio: Lo que quiero decir es que a diferencia del cronometrista de la empresa que está evaluando cuantos objetos produce el obrero en qué cantidad de tiempo, nosotros lo que estamos produciendo como valor de uso son cambios de posición en el sujeto en relación a una lógica temporal con la que también estamos trabajando. Este punto es clave, particularmente para acompañar afirmativamente o no, una proposición del analizante de llegar a su momento de concluir ese análisis, o una decisión del analista de dar por comenzado un psicoanálisis.
Desde aquí, vuelvo al principio que no enuncié hoy pero que referí en la primera clase del primer módulo.

En las primeras entrevistas y a veces en muchas más, o ante sorpresas en el decurso de un análisis que nos exijan reubicarnos: ¿Cómo podemos definir de que paciente se trata y cual puede ser la estrategia y las sucesivas tácticas para incidir sobre su posición en el discurso (o sea en el vínculo social) a través de lo que lo inconsciente indica en relación con sus enunciados (imaginarios) y lo que se desprende como Real, como no significado? La respuesta se nos precipitará si logramos observar los detalles que nos transmite la relación que como objeto a, tiene ese ser parlante con cada registro desde su atrapamiento en un nudo que está fallando como sostén.

Propongo aproximarnos, a través de definir lo tratable y sus condiciones de posibilidad para psicoanalizarlo. Lo defino, a partir de responderme sobre qué tiene que trabajar un analista y digo: “Sobre la precipitación de alguna/s de las formas del malestar en la Cultura, en algún punto de calce entre registros y en determinada circunstancia (modo y tiempo) de la lógica temporal por la que transcurren el, o los, atrapados en dicho afloje del anudamiento. Dicha precipitación se distingue, porque repite determinado tipo y forma de discurso y de posicionamiento en él”

Acá hay colegas que hacen psicoterapias de grupos, colegas que hacen análisis personales pero a todos nosotros la pregunta que nos tiene que precipitar es esa. Me parece que no tenemos automáticamente que proponerle a la gente entrar en un grupo, tampoco automáticamente proponerle un análisis personal. Incluso en medio de un análisis puede ocurrir que uno decida hacer ingresar al consultorio a otra persona por alguna razón en particular. El tema es como precipita el malestar en la cultura. Ante que precipitación del malestar en la cultura estamos y entonces como trabajamos con eso. Si pensamos así, el objeto no se define por su envoltura personal, sino por como y a través de quien o quienes se presenta dicha precipitación traumática del malestar. Traumática porque en definitiva el objeto cuando empuja a buscar análisis es porque está empujando a través de su cara real.

En función de esta pregunta he llegado últimamente a la conclusión de que: lo radical del "a" (tanto como posición propia como la del (O)otro) y de su pérdida, es: poder. Significante sin sentido, sólo precipitación esencial de lo que podría ser verbo, adverbio, sustantivo o adjetivo. Poder a secas, sin sujeto, sin predicado. Abierto a toda su plurisemia que dependerá de su combinación con otros significantes. De su carácter de acción, deviene lo no especularizable del objeto "a"[2]. Dice Lacan: "Mi S1 sólo tiene el sentido de puntuar ese cualquier cosa, ese significante -letra que yo escribo S 1, significante que sólo, se escribe si se lo hace sin ningún efecto de sentido. Resumiendo, es lo homólogo de lo que acabo de decirles del objeto "a". Finalmente, cuando pienso que me he divertido un rato haciendo un juego entre este S1 que yo había llevado hasta la dignidad del significante 1, que he jugado con este Uno y con el "a" anudándolos por medio del número de oro, ¡esto vale mil![3]". Luego lo imaginario, lo irá encarnando en la propia persona, en los otros, en la cúpula del aparato del estado, de las fuerzas armadas, de las corporaciones o de cualquier organización artificial de masas, en algún Dios, en los fenómenos naturales, etc. Y siempre se presentará perdido o cuando menos insuficiente, como efecto de la castración fundamental, la del lenguaje. El deseo, causado por el objeto (poder) perdido y nunca tenido, se sostiene en el fantasma, escena que de alguna manera promete recuperarlo. El deseo, siempre es de: poder.

Laura: quiero hacerte una pregunta, en el grafico de la derecha trabajo abstracto, trabajo concreto, ponés un igual al lado otro del discurso del amo. ¿Por qué ponés un igual al discurso del analista? estas haciendo equiparar el lado otro del discurso del amo con el discurso del analista.

Sergio: no, el igual está puesto apresuradamente para la clase de hoy. Tendría que poner congruente ahí. Congruente es algo que inventó Lacan en su momento, no sé si es de la matemática, lo encuentran en La instancia de la letra, es sobre la base de agregarle una especie de infinito al igual. Es congruente en el sentido de que hay trabajo en el discurso del amo antiguo, en la cuestión de como piensa Marx al valor hay trabajo y en el discurso del analista también hay trabajo. La diferencia está en que el que trabaja es el paciente y produce como efecto de su trabajo nuevos significantes. Lacan insiste mucho en eso, los que trabajamos no somos nosotros sino los pacientes. Aunque creo que eso no excluye que nosotros también trabajamos.

Laura: entonces es congruente con el lado otro no con todo el discurso.

Sergio: con todo el discurso en el sentido de que en definitiva es el discurso el que produce este efecto pero básicamente sí, con el lado otro.

Noemí: me quedé con una duda que es una duda que me vuelve de la práctica. Es esta cuestión de lo que es impotencia e imposible para cada uno de los pacientes. Este límite, este decir hasta acá llegamos con esto. Estaba pensando en un paciente que hace poco interrumpió su tratamiento en un punto en el que a mí me parecía y me parece que era anticipado en relación a lo que veníamos trabajando. Esto es lo que a mí me parece, es la valoración que yo tenía hecha respecto del trabajo con ese paciente. Era muy obsesivo, bastante difícil de bordear que pudiera pasar a realizar alguna de las cosas que decía desear. Cada encuentro con el deseo era una cosa terriblemente conflictiva para él, daba vueltas, volvía a retroceder, una cosa que venía hace como cuatro años. Sin embargo me pregunto ¿sería que era anticipado o sería el límite de lo real en esa posibilidad, hasta ahí? Tendría que dar más precisiones del caso pero ¿de dónde me vuelve a mí esta pregunta? ¿Cómo valorar exactamente si se trata de un real imposible, si se trata de impotencia, de impotencia de ese análisis y no del analista, del paciente? No es una situación que se ve con claridad, es una situación que me trae dificultad poder verla.

Sergio: es interesante que hayas traído esto porque me hiciste acordar de algo que es un problema muy habitual en el psicoanálisis que tal vez fue el problema que más desvivió en sus últimos tiempos a Lacan y donde él mismo confiesa que fracasó. Es el tema de como evaluar el fin de análisis. Por supuesto él está en contra de la idea de IPA, un analista didacta, tres años y medio de trabajo cuatro veces por semana, eso lleva a un fin de análisis. Tengo la experiencia personal de haber analizado unos cuantos analistas de APA después de analistas didactas y que por ahí han estado estacionados 10 o 12 años en el nuevo análisis y que realmente había que analizarlos. La cosa de IPA la dejamos, porque fue un error grave del movimiento psicoanalítico. Lacan plantea el tema del pase fundamentándolo en la necesidad de investigar el fin de análisis. Digo esto porque después el movimiento lacaniano lo tomó como el jurado para determinar si se daba o no el pase. Secundariamente Lacan lo había planteado así, pero si ustedes leen con atención la Proposición del 9 de octubre, van a ver que lo que él plantea es que el gran problema es investigar el fin de análisis o sea que él no tenía tampoco una idea clara. Haciendo unos malabarismos tanto la gente de Miller como otra gente, toman algunas frases de Lacan que además son claramente conversables como definiciones de Lacan sobre el fin de análisis. No es así porque él cuando en la Proposición habla de movimientos de pase de analizante a analista no lo habla como fin de análisis sino lo plantea como cuestiones que ocurren dentro del análisis. Lo que quiere decir es una cosa muy sencilla, que a partir de ese movimiento que ha ocurrido en el análisis en relación a esa serie ese analizante queda en posición de analista de su propia serie. Efectivamente un buen fin de análisis va a dejar al analizante en posición de analista de sus propias producciones inconscientes. Les he relatado más de una situación en este sentido. Tanto de cuestiones que a veces alguno de nosotros hace personalmente como anécdotas interesantes del movimiento psicoanalítico, una por el lado desgraciado de Arminda Aberastury. Cuando se deprimió fuertemente toco el timbre de una serie de colegas, ninguno se animó a tomarla. Terminó suicidándose. No digo que se suicidó por culpa de los colegas, sino que no se pudieron hacer cargo de esa transferencia. Probablemente era muy difícil porque era la maestra de ellos que les venía deprimida, pero se suicidó. A la inversa, Mimí Langer se deprime y le pide a Ulloa que la analice. Ulloa había supervisado con ella, entonces le dijo que no. Ella insiste y Ulloa le propone encontrarse una vez por semana en Frank, fíjense el inconsciente del analista le propone encontrarse en un restaurante alemán, y ahí conversar. Estuvieron un tiempo conversando así, Mimí salió de su depresión pero a partir de ese momento lo instalaron como hábito y se seguían encontrando ahí todos los viernes. A veces contaba cosas ella y las analizaba él y otras veces contaba cosas él y las analizaba ella.

Pichón Riviere, creo que eligió mal lamentablemente, pero cuando andaba muy mal le pidió análisis a un ex supervisante de él. Creo que le erró al viscachazo en el sentido de que no era uno de los más capaces de sus ex supervisantes pero estuvo analizándose.
Primero, es un tema a investigación. Segundo, es un tema que no va a dejar de estar castrado nunca, no se va a poder decir el fin de análisis es esto. Como cuando se escucha decir muy ligeramente el fin de análisis es el atravesamiento del fantasma. ¿Qué quiere decir el atravesamiento del fantasma? El vaciamiento de goce... ¿qué me decís con eso?
Miguel estuvo hablando mucho de eso, pero es distinto porque la teoría del vaciamiento de goce es en relación al desplazamiento de goce. Es el vaciamiento de goce del síntoma para llevarlo o la sublimación o al sinthome, no es que se vacía de goce la persona.

Una vez me agarró una milleriana en una presentación que yo había hecho en donde había presentado el fin de análisis de un homosexual que se había producido a partir de que este homosexual, que siempre la había jugado de activo y que se consideraba homosexual pero hombre, un día descubrió su goce pasivo anal. (Risas) a partir de ahí hizo una crisis que casi se suicida, pero atravesada esa crisis el hombre lleva una vida feliz con todos los problemas que la vida plantea siempre. Además se desplegó en su profesión a unos niveles que nunca se había podido desplegar. Fue muy evidente el desplazamiento de goce, por un lado a gozar de ese agujero que realmente deseaba hacía mucho tiempo y no se animaba por ideales, y por otro lado a gozar de su profesión sin entrar en rivalidades con sus maestros, lo que para él fue muy importante.

Participante: siguiendo el planteo que hacías vos Noemí, pensaba que a lo mejor es algo para ver un tiempo después, por ahí no mucho, pero un tiempo después porque me dio la impresión de que lo traías como algo reciente y por ahí ni él, ni vos, ni nosotros escuchándote podemos evaluar si fue apresurado o no y a lo mejor dentro de un tiempo esto se resignifica.

Noemí: sí, lo que vos decís es cierto y te lo agradezco porque me das respiro para tomar un tiempo. Pero me parece que además es una cosa difícil porque uno está tomado en la situación, poder leer el borde de lo imposible en relación a la impotencia y donde está jugando, cuál de las dos cosas. Me parece que no hay objetivación.

Sergio: sí, efectivamente la cuestión es como la conversaron ustedes. Les voy a dar un ejemplo sobre el que sigo con todas las antenas paradas. Primero en mis seminario siempre dije que es bueno que un analista pase por más de un análisis. Por una cuestión de estructura, porque analizar no es solamente saber en el sentido de los libros sino tener las orejas destapadas y uno las va a tener destapadas en relación a determinadas cosas y en relación a otras si ahí se topó con su imposible no las va a tener destapadas. Les cuento un caso que sigo observando a distancia. Es una colega que se analizó muchísimo tiempo conmigo pero me di cuenta que había algo en la vida personal de ella que en ese análisis no se resolvió. Era algo duro, fuerte que incluso a mí me hacía sospechar sobre que si no estaba muy endurecida en cuanto a una identificación, un ideal de posición sexual y en realidad se deseo tal vez iba por otro lado. Tratamos de trabajarlo en el análisis porque esas cosas aparecieron. También dimos muchas vueltas alrededor de un fantasma que además aparecía muy corporizado en un sueño de repetición que esta persona tenía. Ella es una excelente analista, buena docente, da buenos seminarios con su propio estilo. Cuando ella empieza a plantearse terminar con el análisis, que a mí me parecía que conmigo no iba más, lo que no quería decir que yo supusiera que ella había terminado su análisis, empieza a aparecer la frase repetida cuando termine este análisis. Se la dejé pasar, cuando estuvo instalada le digo: “cuando termines este análisis ¿cuál otro pensás empezar?” “Ninguno, yo ya termino”. “Sin embargo decís este análisis”. Llegamos al final, nos separamos bien de todo punto de vista. Unos meses después empieza a tomar distancia de mí fuertemente, una persona que había sido muy cercana, de un modo casi les diría que yo no podría enterarme nada de ella. Por supuesto que el mundillo de Villa Freud hace que uno se entere. Que yo sepa no empezó otro análisis pero yo creo que ella tendría que seguir analizándose. Creo que hay algo que a ella le aparece como del orden de lo imposible y que a mí me sigue pareciendo que es del orden de la impotencia.

Lacan plantea algo enigmático, que es lo imposible en relación al discurso del amo y del analista y la impotencia en relación al discurso de la histérica y de la universidad. No da muchas explicaciones. Al mismo tiempo del discurso del amo dice que el amo lo que quiere es que la cosa funcione, la imposibilidad vendría cuando las cosas no funcionan. Típico del discurso de la histérica que se cruza en ese punto. El discurso del analista lo plantea del orden de lo imposible justamente porque tensa hasta confrontar al sujeto con lo real, con lo imposible. Son definiciones muy generales, después en particular, en cada caso coincido con la conversación que hubo entre ustedes, hay que dejárselo al tiempo, a la persona que se analizó, el analista tiene que correrse, tener claro que cayó y cayó. Eso tampoco es fácil especialmente si uno se encariña con los pacientes y demás. En este momento tengo en proceso de terminar, supongo que esta semana o la otra va a terminar, una paciente que hace tres años que le vengo diciendo que ese análisis ya está. En la última sesión yo decía ¿de qué me habla? Habló de los hijos de no sé quien, después los hijos de la hermana, los hijos del amante, ella no tiene hijos. De repente me doy cuenta de que en el imaginario de ella eran todos hijos que de algún modo estaban haciendo sufrir a los padres porque estaban levantando vuelo. La deje hablar y casi al final le digo: ¿no será que no terminas tu análisis porque tenés miedo de dejarme una herida muy fuerte a mí? Se quedó, puede ser, me dijo. Le dije: “Quedate tranquila yo puedo sobrevivir”.



[1] Ver: www.televerdades.com
[2] Cito porque estimo relacionable este planteo con el siguiente enunciado de Lacan: “... sucede que el objeto a puede trocar su lugar con el significante amo, puede sustituirlo en el lugar seudo rector, y desde allí funcionar como debe funcionar el analista. El analista funciona en el análisis como representante del objeto a; a fin de cuentas no es seguro que yo mismo capte incluso todo el sentido de esta fórmula, pero estoy convencido de que tal es, efectivamente la manera que eso tiene de escribirse, y esto es lo que expresan exactamente los cuatrípodos que designan el discurso del amo y el discurso analítico.” En: Sobre la experiencia del pase –3 de noviembre de 1973- Publicado en Ornicar? El saber del psicoanálisis (en castellano)
[3] Lacan: La Tercera de Roma

No hay comentarios: