jueves, 24 de julio de 2008

La crisis social y la ética del psicoanalisis

08 de noviembre del 2003

Jornadas del hospital de Moreno

Le agradezco a Gabriel la invitación, y obviamente a la Asociación Argentina de Psiquiatras. En primer lugar quiere sucinta y tal vez simplificadamente plantearles cuál fue el concepto de Lacan de imaginario. El concepto está relacionado a la imagen, al sentido, al efecto de sentido. Es muy parecido al concepto de representación objeto en Freud, donde Freud articulaba la representación palabra a la imagen. El imaginario sobre la base de reprimir deseos que quedan inconscientes soportan la función de la demanda que articula para bien y para el lazo social, o sea que es el sostén de los enunciados discursivos, y de la posibilidad de los seres parlantes de funcionar en sociedad Enfermedades como la esquizofrenia, y otras demencias como el Alzheimer van destruyendo este registro y su función, que en el ser parlante es decisivo para organizar la relación con los demás. En sus estados avanzados, imposibilitan dicha relación. Fenoménicamente dichos finales presentan una fuerte disgregación de la apariencia humana del afectado. Lo que no ocurre en cambio con paranoias, melancolías y parafrenias, que dificultan los vínculos sociales debido al carácter cerradamente egocéntrico que determina el imaginario reconstituido a partir de alucinaciones y delirios, pero que no llegan a impedirla en términos absolutos. Con excepción de cuando culminan en suicidios.

Llama la atención una fuerte tendencia a la disgregación de las sociedades actuales. Afecta fuertemente a los países más pobres, entre ellos el nuestro y también a algunos de los más ricos, como EE.UU. Algunos indicios: el enorme aumento de la delincuencia urbana y especialmente el aumento de la delincuencia que actúa por fuera de sus tradicionales códigos propios, para decirlo en términos sencillos, por ejemplo, comentaba mucho la cantidad de delincuentes que matan por matar. O sea no como algo adherido al fin del acto delictivo. La corrupción desbocada, terminando todo los estratos de la sociedad y deshilachando el entramado social, en ese sentido no pensemos en la corrupción como algo que sólo ocurre en las cúspides, sería una tontería de nuestra parte. La difusión masiva de diversas adicciones, la degradación económico social de continentes enteros, como el Africano y en parte del sudamericano, la degradación del ecosistema con consecuencias graves como los grandes deshielos y sus efectos sobre mares y clima, la subidas y caídas abruptas de nuevas formas religiosas, como la de los pastores electrónicos o algunos segmentos evangelistas, un reciclamiento de antiguas creencias orientales asociadas a prácticas de formas de vida, hábitos alimentarios y curativos, etc.

También las convulsiones de liderazgos políticos y de corporaciones económico financieras, la ausencia o debilitamiento extremo en creencias políticas, la caída de la influencia de las religiones monoteístas más tradicionales como la católica y la judía, la fragmentación de países (Recordemos lo que pasó en los Balcanes), guerras desencadenadas en contra, como lo que pasa en lo que era la ex Unión Soviética, de la mayoría de la opinión pública mundial y su sistema de representación como la ONU, la decadencia sin sustituciones claras de la familia monogámica paterno céntrica en las geografías en que predominaban.“Transparencia” obscena, banalizada y de mal gusto de los grandes medios masivos de comunicación, particularmente de la televisión al mismo tiempo que generan con sus primeras planas una realidad muchas veces deformada, etc.

Las causas que parecieran soportar esta fenoménica tienen como característica la de funcionar como tales, al mismo tiempo que producirse como efectos. El principal, es la ruina progresiva del imaginario social, su disgregación. Reconozco como principales pero interrelacionadas cuatro causas. 1) La explosión alegóricamente similar a las de la fisión nuclear ocurrida con el desarrollo tecnológico. Particularmente referido a la informática, comunicaciones, materiales duros, robotización de la producción, reingeniería de la comercialización. 2) Como efecto de todo eso, aceleración y condensación de la actividad laboral en quienes se mantienen empleados. 3) Por otro lado hegemonía de la economía por parte de los grandes capitales financieros basados principalmente en las bien llamadas sociedades anónimas. 4) También la obstinación de los seres humanos en reproducirse, combinada con la “epopeya” médica de alargar la vida, que está superpoblando el planeta. No en relación a sus potencialidades naturales y la multiplicación de las mismas por los desarrollos científicos y técnicos, sino porque la modalidad del aprovechamiento de estas y los desajustes que se están produciendo en la estructura productiva, llevan no sólo a que la cantidad de pobladores es muy superior a lo que está en condiciones actuales de soportar, sino que contiene además un número de longevos que revientan los actuales sistemas de seguridad social y familiar, por ejemplo hoy salió en primera plana de los diarios lo que está pasando en Alemania, ustedes recordarán lo que ocurrió en el verano francés.

La explosión tecnológica ha generado la capacidad de producir cada vez más con menos mano y seso de obra. Para lo cual se requiere una alta capacidad y concentración en los que manejan las nuevas máquinas. Efecto de eso y también del desarrollo de las comunicaciones (el teléfono celular y el mail son ejemplos patentes) se acelera la actividad de los que se mantienen empleados, tomando un paso demasiado alejado del paso humano Hay un echo de lenguaje ocurrido en este último tiempo entre los que tienen entres ejecutivos y directivos de las grandes corporaciones que es que así como los profesores universitarios, los médicos hablábamos de trabajo full time, ellos ahora hablan de que trabajan a full life. Es impresionante pero no se dan cuenta que están diciendo que entregan el tiempo de su vida a la empresa. Pero la posibilidad de producir con menos manos y seso de obra, cruzada con la tendencia de los amos a exigir la regla del máximo beneficio, que no depende de buenas o malas voluntades de los amos sino de la repercusión en las posibilidades de competir, expulsa trabajadores del mercado laboral. Lo que está llevando a la paradoja de que se produce para precios cada vez más bajos a la vez que para un mercado de clientes cada vez más estrecho. Habrá que ver si los economistas, patronos y políticos se ingenian para resolver esa crisis, de lo contrario la especie peligra. Hay un artículo muy interesante sobre eso, de Joel Solo, que nadie puede suponer de izquierda, en las jornadas de México a comienzos del año pasado, cuando está preparando la guerra de Irak y hoy salió en el diario de que ha armado un fondo con otros grandes capitalistas para tratar de impedir que Bush ganes las elecciones. Estamos así ante otra paradoja: a la vez que crece el desempleo estructural, aumenta en tiempo y condensación la actividad de quienes conservan sus empleos. Lo que se manifiesta en estrés, agotamientos físicos y mentales, mayor sensibilidad para el desencadenamiento de cuadros depresivos, sicóticos, fenómenos psicosomáticos y síntomas anoréxicos y bulímicos.

La hegemonía del capital financiero (fondos de inversión (AFJP), bancos, corporaciones para la compra reingeniería y venta de empresas, trae como resultado que se pierde el “oficio” del capitalista y la única referencia pasa a ser la obtención de mayores ganancias dinerarias. Lo explico muy rápidamente, antes era un orgullo para los Ford pertenecer a la familia Ford, eran los que habían inventado y desarrollado el automóvil. Para los Gayls es un orgullo pertenecer a la familia Gayls, en cambio lo que está tomando la hegemonía del capital son esos capitales anónimos, no aparecen casi nombres, de vez en cuando, por supuesto, podrás escuchar de alguien en Argentina o un X en EE.UU. pero que su trabajo es comprar empresas, hacer una gran reingeniería, remozarlas y venderlas nuevamente. Por lo tanto ustedes se dan cuenta que no tienen un significante que los represente digamos, están puramente en relación a la producción de dinero. Creo que esto le da sustento a una afirmación de Lacan que en su momento me costó bastante entender donde él, en el seminario de “La carta robada” el “dinero es el significante que mata todas las significaciones”[i]. Es un capital que no promueve para las masas ninguna ilusión sobre su razón de ser, sobre la razón de ser de esos capitales. Es un capital que tienta a desembarazarse del riesgo y el esfuerzo de encabezar producciones industriales. Es mucho más fácil hoy si ustedes tienen unos mangos en el bolsillo depositarlos en algún banco en el exterior y obtener intereses que decidirse a ponerse una empresa. Apuesta a punto y banca. Por otro lado es un capital que ha perdido la relación presencial, cuerpo a cuerpo, cara a cara, con los trabajadores de las empresas en que invierte. Le dejan esa función a los ejecutivos de sus corporaciones. De esa manera los trabajadores no son más que números en planillas. Se les torna más fácil borrarlos, sin sentirse afectados los sentimientos. Por ejemplo esta crisis que alcanzó la Argentina, a mi me ha tocado más de una vez algún paciente mío o algunos pacientes míos dueños de empresas desesperados en el momento que tenían que armar la lista de despidos, porque eran gente que conocían hacía 15, 20 años. Me acuerdo un muchacho que era hijo del fundador de la empresa, y que decía: “yo venía a jugar a la fábrica y jugaba con ellos, y jugando con ellos aprendí lo que era la fábrica, ¿cómo voy ahora a echarlo? Bueno, eso a esos señores que sólo miran planillas no trae ningún conflicto.

La longevidad estimulada por la medicina actual promueve la subsistencia de masas cada vez mayores de seres humanos marginados de la producción y pendientes de los seguros sociales, a la vez que con estados debilitados por la transferencia de ganancias a las empresas privadas, que pasan a ser verdaderamente privadas a la comunidad.

El entrecruzamiento de todos estos factores ha volteado en dominó a los que la Cultura rosada llamó grandes relatos y la neoliberal ideologismos. En nuestra lalengua lacaniana nosotros (inaudible) imaginarios. Al no estructurarse alternativas para reemplazarlos, lo que se tiró abajo fue todo tipo de ilusiones fuera del dinero. El dinero no sólo es incapaz de impedir la disgregación, sino que la estimula. El dinero solo, no da imágenes ni rasgos para la identificación. Hay lugar solamente para deseos puros, puros deseos sin objeto que se planteen en fantasías, escenas de realización. El deseo puro impulsa al sacrificio y/o la agresión, al matarse por matarse y al matar por matar. Fíjense el crecimiento de suicidios que está habiendo en las tropas estacionadas en Irak, por ejemplo, y el aumento de la delincuencia sin códigos que yo planteaba antes.

Dentro de todo esto merece un párrafo aparte la función de la religión y en particular la religión Católica. Los intelectuales, en gran proporción, cultivamos el ateísmo, o nos declaramos agnósticos y de prácticas laicas, entre ellos yo. Eso nos ha llevado mayoritariamente a operar críticamente hacia las religiones. Recorrió el planeta la afirmación de Carlos Marx: “La religión es el opio de los pueblos”. Apoyada en la gula de rating de los medios y en cierta ayudita de personajes y capitales tipo Bush, se ha extendido una campaña de denuncias contra perversiones sexuales extendidas entre algunos curas y obispos católicos en EE.UU. y Centroamérica (caja de resonancia de su norte). Lo llamativo fue que la misma tomó más cuerpo durante la guerra contra Irak y con denuncias sobre hechos ocurridos treinta y hasta cuarenta años antes. ¿Habrá tenido algo que ver esta repentina campaña moralizadora de los mass media, con que el Papa tomó una decidida posición contra dicha guerra? Las religiones más tradicionales juegan una función importante en el sostenimiento de un imaginario que soporta al vínculo social. Ahí está el beneficio que aportan y también el perjuicio. Beneficio en tanto pueden favorecer una relación más civilizada entre la gente, sabemos que no siempre lo han hecho. Por ejemplo el sector fundamentalista dentro del Islam, actualmente, fue usados en los católicos en otra época. Perjuicio en tanto favorecen un conservadorismo no siempre beneficioso, que obstaculiza las novedades, a veces favorables. Ocurre con ellas como con la televisión (o sea con las religiones ¿no) son efectivamente opiáceas. Pero sin algunas formas de opiáceos, los seres humanos se matarían mucho más de lo que aún con opios lo hacen.

La gran diferencia que tienen con las prácticas de pastores electrónicos y brujos y brujas de barrio, está en que el paraíso lo ofrecen para el más allá, lo que les permite mantener encendidas las esperanzas y su función de ligar a la gente, de religar a la gente. Los pastores electrónicos prometen todo ya. Salvar, curar, conseguir trabajo, arreglar problemas de amores, etc, en medio de grandes shows hipnóticos que generan atmósferas transitorias de enamoramientos. Salidos del templo o de la casa del brujo vuelven a encontrarse con la dureza de la vida y los efluvios caen hechos trizas. Por eso e esas prácticas, a la vez que atraen permanentemente grandes masas, logran retenerlas escaso tiempo. En general son lugares de tránsito. En general no logran producir un imaginario.

Lo que planteo que frente a las religiones como ante cualquier fenómeno humano, hay que hacer funcionar la capacidad de análisis para detectar los pro y los contra que traen en función de las circunstancias que se atraviesan en cada tiempo. En estos momentos, las religiones están favoreciendo mucho más el sostenimientos de imaginarios necesarios que prácticas económicas, políticas y de comunicación masiva que, por el contrario lo están destruyendo.

[i] “La carta robada” en Los Escritos

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