De los fracasos del siglo XX a sueños nuevos para el XXI
Paso a la clase, no les voy a repetir lo que les dije la clase anterior, simplemente recordarles de que la centré en la cuestión de los fundamentos del inconsciente, la cuestión de que el inconsciente produce socialmente, aunque esté habitado por insumos singulares y que el discurso que funda el inconsciente, tiene la estructura de lo que Lacan llamó “el discurso del amo antiguo” en tanto la relación entre el que hace apariencia de emisor, que hace de agente, con el que hace de otro que recibe el mensaje, al articular los significantes que a cada uno los representan, producen el efecto de represión, que es lo que funda el inconsciente. A partir de eso también les contaba de que eso mismo hace de que los psicoanalistas no podamos creer en teorías cerradas. Freud se opuso muy tempranamente a la idea de que los psicoanalistas podíamos armar una Welthanschaung (en alemán), o sea una cosmovisión. Lo que tal vez Freud no vio y si fuimos viendo con el tiempo, es que en realidad ninguna disciplina científica, ni las sociales, ni las ciencias duras pueden armar ninguna cosmovisión de nada. Porque el problema está en que es el lenguaje el que está fisurado, es el lenguaje el que está lastimado, dicho en terminología psicoanalítica, está castrado, al no poder nunca dar cuenta totalmente de lo real. Más o menos esa es la base de lo que les di la vez pasada.
Ese tipo de descubrimiento nos lleva o debería llevarnos, a ofertar el psicoanálisis para cooperar con otras disciplinas en la tramitación de ese desencuentro que inevitablemente se produce entre teorías. Inevitablemente, por esa misma razón, el economista piensa desde el punto de vista económico, el sociólogo desde el punto de vista social, los psicoanalistas desde el punto de vista del inconsciente, por lo tanto siempre hay puntos donde va a haber divisiones, diferencias, complicaciones, desencuentros. La interpretación psicoanalítica, puede relanzar lo simbólico y desatar de significados fijos, y por el contrario abrir, a través de nuevas posibilidades combinatorias, a nuevos efectos de sentido, que exploren ese real que se le viene encima al sujeto, a la sociedad, a los grupos etc. Eso lo hace a partir de las letras que con diversas vestiduras, como explicaba la clase anterior, quedan boyantes en los bordes agujereados del discurso. En eso que el discurso no logra terminar de explicar, dichas letras a veces toman la forma de equívocos, sueños, actos fallidos, pero también insistencias. Por ejemplo, cuando ustedes escuchan que alguien insiste mucho en una palabra, traten de preguntarse que será lo que hace que esa persona recurra tanto a esa palabra. Insistencias, matices... se puede decir una cosa en el consultorio, a mi me ocurre a veces en el consultorio, que le digo a algún paciente, “sabrá disculpar, sabés que soy un mal hablado”-y me mando una grosería -, en cambio por hay con otro paciente soy un Dr de la Sorbonne. Esos matices transmiten algo, fracturas lógicas, que son muy interesantes en pacientes obsesivos, que uno los ve que vienen serios, organizados, ordenados, todo perfecto, hay que dejarlo hablar nada más. Winnicott decía, “la adolescencia es una enfermedad que se cura con el tiempo”, al obsesivo hay que dejarlo hablar, con eso se cura, porque hay un momento en que se encuentra con la fractura de su supuesta lógica, que él pensaba que podía recubrir todo. Entonces, fracturas lógicas, tonalidades, por supuesto que no es lo mismo decir una palabra suavemente, que gritando, o llorando, elección de una palabra y no de otras, para expresar algo aparentemente (singular) similar, etc. Bueno, ahí tienen un equívoco “singular” y es interesante. Creo que el equívoco transmite una cierta verdad, en el sentido de que en realidad uno se de cuenta o no, mientras habla, por ejemplo yo ahora, está tratando de simular todo el tiempo, está tratando de no decir estrictamente lo que le sale. Por supuesto si yo diría acá estrictamente lo que me sale, cundiría el desconcierto sobre mi trabajo. Las palabras sirven para armar esa apariencia de orden, pero detrás de algo aparentemente similar, que se elija una palabra y no otra, también nos puede estar dando una indicación de la diferencia (similar es contrario a singular).
El sujeto concibe la realidad desde lo que su narcisismo, su amor propio, imagen de sí le propicia y lo entrampa. De esto hablamos bastante la clase anterior, paso rápido, recuerden la estructura moebiana del narcisismo articulada a la estructura de la pulsión, que es capaz de satisfacerse en su propio borde. Por lo tanto, las virtudes y las trampas a que nuestro narcisismo y nuestras pulsiones nos pueden llevar, todo eso hace, que en general se goce transaccional y equívocamente, lo cual también es absolutamente lógico. Por eso Freud escribe “El Malestar en la Cultura”, algunos dicen que cuando lo escribió lo hizo porque estaba deprimido, yo creo que no. Lo escribió porque se avivó en el 20, en lo que se había metido. Entonces Freud dice: lo que pasa, es que para vivir en sociedad, hay que reprimir los deseos y hay que inhibir las pulsiones. Obviamente, si yo hago todo lo que quiero, hay un montón que alrededor mío no van a subsistir, o que van a tratar de que yo no subsista. La civilización es eso, pero eso también produce una paradoja, la de que entonces una cantidad de cosas que yo deseo no se efectivizan y que entonces como gozo haciendo transacción hay equívoco. Porque no es estrictamente el goce al que yo aspiro. De ahí voy a a parafrasear a Carlos Marx, hombre al cual ustedes me van escuchar nombrar más de una vez. Para evitar equívocos, de entrada les quiero decir que es uno de los personajes de la historia mundial que más merece mi respeto, que más ha merecido mi respeto y que más lo sigue mereciendo, a pesar de que se van a dar cuenta a lo largo de seminario que hay una serie de diferencias que a esta altura, tengo con él. Pero digamos que lo que él se animó a pensar, no fueron muchos los que se animaron, y por lo tanto cometió errores y equivocaciones como también las cometió Freud. Parafraseando a Carlos Marx pero no para quedarnos en lo que en él se reveló desacertado, en vez de decir que el ser social condiciona la conciencia social, yo diré que el hábito de goce condiciona el accionar del ser parlante y sus deseos condicionan la puesta en cuestión de lo instituido. Esto nos lleva también a captar que la lógica social debe ser analizada según las circunstancias y como se articulen en ellas los tres registros de la experiencia humana. A la vez advertimos que dicha lógica es moebiana, cualquier sector social puede ocupar una cara de la banda que lo favorece y pasar a la otra inadvertidamente. En la reunión anterior hablábamos de un típico caso de estos momentos, Sadam Hussein. La experiencia muestra que el afincamiento de goce, o sea el enraizarse a una modalidad de goce, el anclarse a una modalidad de goce, no depende meramente de la voluntad de cada ser parlante, sino también de cómo ese ser parlante se halle plantado. Se arma ahí una gran diferencia entre el psicoanálisis y el marxismo. El marxismo creía realmente en la conciencia y creía que la conciencia podía resolver los problemas sociales. Nosotros sabemos, por todo lo que fui planteando anteriormente en relación a lo que falla en el lenguaje, que eso es inalcanzable. Por lo tanto como se posicione, no depende sólo de la voluntad de cada uno, sino de cómo se halle plantado socialmente, que hábitos tiene, que intereses y que pertenencia a corporaciones. Aquí ven también un cierto acercamiento. Nada más que ahí anuncio algo que en el seminario va a ir adquiriendo cada vez más cuerpo. Creo que Marx cometió un error poniendo su mirada en las clases, error comprensible para esa época. Y eso es otro cosa, es muy fácil hablar de determinadas cuestiones, ahora que pasaron ciento cincuenta años de experiencia. No es lo mismo que cuando se está tratando de engendrar la experiencia. Pasada dicha experiencia, me parece que es más importante poner el ojo en las corporaciones, o sea en aquello en lo que se organizan los seres parlantes. Y cuando digo las corporaciones, me puedo estar refiriendo tanto a corporaciones transnacionales como la Trilateral, pero también me puedo estar refiriendo a las asociaciones de trabajadores del estado, a la E.F.B.A o a la que fue Herramienta Freudiana, la institución que de la que fui presidente. Quiero decir, no lo tomo como una mala palabra, sino como algo que se repite y sin lo cual los seres humanos no pueden vivir, pero que por eso merece ser estudiado a fondo. Los psicoanalistas cuando participamos como actores en los movimientos sociales, supónganse, cuando yo firmé la solicitada que apareció hace dos domingos, sufrimos los mismos condicionamientos que cualquiera. No podemos estar en nuestra función, sino tomados por la lógica de los acontecimientos y de capacidad de respuesta a los mismos. Cuando me proponen que firme la solicitada, yo no me voy a poner a pensar en el deseo, el goce, el objeto a, el falo y ver si entonces lo solicitada encaja y en que lugar del nudo Borromeo. Me fijo, me parece que está bien la firmo, me parece que está mal no la firmo. Ahí verdaderamente estoy operando como un ciudadano común y está bien que así lo haga-esa es mi idea-. Hay tres ingredientes que exigen pensar la estructuración de la estructura, -lo digo apropósito, de esa manera casi redundante- en el ser humano. Las observaciones de Lacan, apoyado en comparar descubrimientos de la etología, como los de Konrad Lorenz, así como otros de la psicología como Henry Wallon, o del psicoanálisis, particularmente Freud y Winnicott, que lo llevaron a captar:
1. Que en el ser humano, se ha perdido el instinto animal.
Por eso es un error el humanismo. Por ejemplo, mañana van a ver los diarios plagados de lagrimeos humanistas diciendo por los hechos de Brukman: ¡hay que animalada!. Los animales no harían lo que hicieron, ni la cámara, ni los obreros, ni la policía, ni el pequeñito grupo izquierdista que halla servido a esos fines. Los animales no pueden hacer esas cosas. Esas cosas sólo los humanos somos capaces de hacerlas, justamente porque hemos perdido el instinto animal, lo cual ha sido sustituido por las identificaciones y las identificaciones son perturbadas por lo que reprimen, por los deseos. Deseos que no dejan de pasar por el otro, porque fíjense que el deseo de cualquiera de nosotros en relación a cualquier cosa, siempre tiene como referencia lo que el otro usa,-para decirlo en términos sencillos-, pero que sin embargo luego toma una forma muy singular, en cada uno de nosotros, que tiene más relación con lo que la ausencia o exceso que la causó y no podemos recordar y que no es exactamente eso que vimos en el otro.
2. Por esta misma razón, la necesidad en el ser humano está pervertida y se transformó en deseo y en goce.
Con esto les quiero decir: un tigre puede matar a un elefante para comer, porque el tigre no puede hacer una operación quirúrgica, donde se lleve el pedacito que va a comer y deje vivo al elefante, pero va a comer lo que su instinto, su necesidad le pide que coma, no más. El resto se va a pudrir ahí, o lo van a comer los animales carroñeros. Pero ¿quienes somos los que los fines de semana, nos atragantamos y nos chupamos hasta despertarnos a la madrugada con una acidez que no nos deja dormir? como me contaba una paciente hoy, los seres humanos. A los animales eso no les pasa, por lo menos de esa manera, o sea que en ese sentido la necesidad ha quedado pervertida en nosotros.
3. La prematuración nos obligó a eso según la hipótesis de Lacan, bastante afirmada por otros biólogos. Mucho de todo esto ocurre, porque el ser humano nace prematuro.
El ser humano que nace a los embarazo nueve meses no está terminado de hacer, neurológicamente, o sea no está totalmente mielinizado, eso hace que sea absolutamente dependiente de su mamá. Lo que genera todas las condiciones para esta cuestión de la perversión, no porque las madres sean perversas, sino porque el intercambio de dones se lleva a cabo por los agujeros del cuerpo y con la palabra que los va acompañando. Pero si la prematuración nos obligó a eso, la letra y el significante, cruzados con la mano que al poder contraponer al pulgar, a todos los otros dedos toma una fineza de movimientos, que permite operar con ellas de una manera mucho más compleja, lo hicieron posible. Hay un trabajo, que es El papel de la mano en la transformación del mono en hombre de Federico Engels que se centró en esta cuestión de la mano. En eso se equivocó, creo que saber usar la mano así, se combinó con que el hombre empezó a usar el significante. El cruce entre disponer del significante y disponer de esa capacidad de la mano, hace del hombre ese bicho particular, que ha construido este mundo que ustedes ven alrededor todos los días, con sus desgracias y sus virtudes y que ni aun los animales más laboriosos como las hormiguitas han podido construir de esta manera. Insisto, para bien y para mal. La pregunta que me hago y les hago a quienes me escuchan es la siguiente: ¿esto fue un producto lineal de los instintos perdidos, las capacidades adquiridas y de los objetos logrados?. Es una pregunta importante, porque está íntimamente ligada a la del sujeto buscando constituirse, no formulada explícitamente hasta que el niño crece, pero implícitamente presente en todos los movimientos que van haciendo de entrada para desenvolver y ordenar su vida, tanto el niño como la madre, y que como planteó Lacan en su momento se puede formular así, ¿qué quiere el otro de mi?...cambio de cassette a los dos meses y medio va a sonreír ante la aparición de la cara de la madre, porque ha adquirido la experiencia que la aparición de esa cara, le va a producir un efecto benéfico. Entonces, aunque no se halla hecho la pregunta, la pregunta estuvo. Propongo que esas preguntas las resumamos en una, después van a ver porque -no es por capricho-. ¿Qué valgo para el otro? Otro tanto con mayúscula como con minúscula, o sea tanto como Otro en lugar del Inconsciente, el lugar al cual uno le supone el saber, el lugar que es el tesoro donde se guardan los significantes, del que dispone ese Otro. Y también como otro, ese par nuestro, ese compañero, ese amigo, etc., que es nuestro par. Entonces las preguntas, ¿qué valgo para el otro, que vale el otro para mi? me parece que resume aquellas preguntas previas. Planteo al mismo tiempo que es una pregunta que de por sí se formula aunque quede implícita, o sea aunque el que la formula no se de cuenta que la está formulando. Vuelvo a recomendar “Palabras mayores”, si ustedes la siguen, como ahí le van dando la edad de los pibitos, leerán, como se va reubicando la criatura dentro del lenguaje, o sea no que la criatura va reubicando al lenguaje. La criatura se va reubicando dentro del lenguaje y por supuesto, sí, el lenguaje va reubicando a la criatura. Entonces van a escuchar, que frente a un problema más o menos similar, un pibe de dos años responde de una manera, uno de tres años de otra, uno de cuatro de otra, uno de diez de otra y ustedes lo que van a ver es un reposicionamiento subjetivo, en la respuesta de cada una de esas criaturas.
Es una pregunta imposible de responder, yo puedo creerme que a mi mujer puede explicar lo que yo valgo. Vagas ilusiones, me puedo creer que sé lo que yo valgo, vanas ilusiones nuevamente. Karl Marx, hizo un intento muy importante con su teoría del Valor. Hoy lo voy a tomar muy por arriba, porque hemos invitado a un riguroso marxista de la Argentina, Cristian Castillo, actualmente director de la Escuela de Sociología, a que venga a darnos algunas clases sobre el tema del valor, del valor de cambio, del valor de uso, del modo de producción, algunos conceptos claves del marxismo, para que después cada uno de nosotros pueda decir lo que le parece. Pero hoy necesito preanunciar algo. Karl Marx, hizo un intento con su teoría del valor, pero por parcial resultó incorrecta, no por incorrecto el cálculo, sino porque calculó por un solo lado de la cuestión, que era la producción del trabajador manual y lo necesario para su reproducción, sobre esa base calculó el plus valor se embolsaba el capitalista y el valor que perdía el obrero. ¿Por qué parciales? porque su cálculo lo centró en el gasto energético del trabajador, para producir el producto producido por él. Los que han seguido al marxismo recordarán, que Marx llamado trabajo abstracto al gasto de energía del trabajador en la producción y trabajo concreto al objeto producido. Es muy fácil hacerlo equivaler dentro del discurso del amo antiguo trabajo concreto con objeto producido, ya que equivale a lo que está del lado del goce en el trabajador. Y la pérdida, la producción, el producto, en el esquema de Lacan queda el objeto a, ahí Lacan va a hablar de objeto a. Creo que por efecto de su ideal, recuerdan la diferenciación que hice la clase anterior, entre ideal y deseo, por efecto de su ideal de que existiera una sociedad de iguales, ustedes recuerdan que la meta final de Marx, era llegar a la sociedad de productores libres, donde cada uno produjera según sus posibilidades y cada uno recibiera según sus necesidades, entonces por efecto de su ideal, de que existiera una sociedad de iguales, de productores libres, creyó que el agente de la producción que no es el trabajador manual, sino quien aparece como amo, podía ser desechado. Sin embargo el gran laboratorio social que fue el siglo XX, mostraría que eso es imposible. Ya que está en la mesa de hoy el tema de Brukman, en Brukman ha habido hasta hoy -por lo menos-, un muy interesante intento cooperativo y donde ha habido vínculos de solidaridad muy grandes y de los que han participado mucha gente. Ahora, si ese intento lograra desplegarse con el tiempo, en este tiempo empezarían cosas que Marx también advertía, lo que pasa que no les dio el valor que esas cuestiones tenían. Aparecería lo que Marx llamaba la concurrencia, o sea las contradicciones entre los propios trabajadores, las diferenciaciones en jerarquías, las diferenciaciones por lo tanto en ganancias y aparecerían las cuestiones humanas más generales, donde estarían los que se querrían quedar con parte del producto, los que se opondrían a eso, lo que querrían seguir con una cuestión solidaria. Cada uno quedaría cuidando su propio huerto. Algo de eso lamentablemente también tuvimos como experiencia en este último año. Hubo el furor del trueque, donde parecía que se había logrado llegar nuevamente a la utopía de los comienzos, no había dinero, la gente era buena y trocaba. Muy rápidamente hizo falta algo que funcionara como un máximo común denominador. Entonces aparecieron las unidades de valor, y lo que lo que terminó destruyendo la cuestión, lo primero que empezó a aparecer fueron los pobres que tenían algún dinerito en el bolsillo, porque habían cobrado ese mes y entonces iban y compraban por dinero mayor cantidades de unidades de valor que lo que esas cantidades de valor representaban. Era lógico, el que tenía las unidades de valor y no tenía plata, necesitaba plata para poder ir a comprar al supermercado y el que tenía la plata y no las unidades de valor, aprovechaba las circunstancias, para tener más unidades de valor y logra “mejores trueques”. Así empezó a pudrirse eso, después aparecieron los estafadores, los tipos que entraron a falsificar unidades de valor. Este gran laboratorio social que fue el siglo XX, mostraría, que la sociedad de iguales, de productores libres es un imposible. En ese sentido personajes burgueses como Elisa Carrió, que hablan de una república de iguales no hacen otra cosa que demagogia.
Lo más incalculable es el valor de ese agente del discurso que no es mensurable en horas fuerza de trabajo y de energía gastada, el valor del agente depende de su capacidad para dirigir y su disposición al riesgo y ninguna de estas dos se pueden medir matemáticamente. Sobre estas facultades lo que si opera es el mercado. Acá se van a creer que soy neoliberal, pero no soy neoliberal. He hecho la experiencia, como psicoanalista desde hace treinta y pico de años y especialmente en más o menos diez años para acá, de observar diferentes capitalistas que venían a analizarse conmigo. Capitalistas que cuando empezó el furor del reciclamiento, apoyado en el desarrollo tecnológico y en el deseo de mayor ganancia de los capitalistas más poderosos, a los otros se les empezó a plantear que hacer. Como en general nunca tuve en análisis-una sola vez- capitalistas verdaderamente de fuste, sino que eran de pymes, uno veía lo que se les planteaba. Me acuerdo de uno que vino desesperado, era un joven judío progresista, de estos creyentes en las tradiciones de su etnia, pero a la vez progre. En un momento estudia la situación de su pyme-era una pyme importante- y se da cuenta que si quiere seguir subsistiendo, primero, tiene que renunciar a tener marca propia y segundo cerrar las bocas de expendio propias. Ambas cuestiones hacen que tenga que echar a doce obreros, él era hijo del patrón que estaba llegando a ser patrón también. El muchacho estaba desesperado porque los que tenía que echar se contaban entre sus amigos, sus conocidos. Finalmente decide que no le quedaba otra, los reúne y les dice que les va a pagar un 60 % de indemnización, entonces los obreros que tenían mas experiencia que él, agarran viaje rápidamente. Excepto uno que no discutió, sino que se fue al sindicato a quejarse. Entonces los del sindicato fueron a ver a mi analizante y le dijeron que estaba loco, que como iba a dar un 60 %, que les diera un 40 %, que ellos le arreglaban el asunto y cobraban un retorno de un 10 % . Vino a la sesión descompuesto, nauseoso. Eran reacciones conversivas, obviamente estaba llano de asco el tipo, luego entró en concurso de acreedores y ahora puede ser que zafe. Me tocó seguir el análisis de otro que empezó como obrero tornero, que venía de una familia de obreros alemanes que habían emigrado a la Argentina, porque eran socialistas en la época del nazismo. Eran del club Worwaert, este club que fue fundado por obreros socialista alemanes sigue existiendo aun hoy. Había llegado también a tener una pyme. También cuando se empiezan a plantear los problemas del reciclamiento, él se empieza a plantear problemas sencillos y no tan sencillos, como por ejemplo que él para dirigir la fábrica tenía que pasar a estar en el primer piso, para poder mirar toda la fábrica. Pero para eso tenía que dejar su torno, le llevó un año a ese hombre renunciar a trabajar en su torno, para poder dirigir la empresa. Se darán cuenta que un año en estos diez, doce años, un año de pérdida de tiempo en cuanto a ser patrón se paga. Ahora no lo veo, interrumpió su análisis, la fábrica estaba al borde de la quiebra, no se como habrá terminado, ojalá que haya zafado, porque la verdad que era un muy buen tipo. Lo que estoy tratando de transmitirles con esto, es de que hay cuestiones de la estructura que sobrepasan a los sujetos singulares, que los sujetos singulares se las tienen que arreglar con esas cuestiones. Es entonces cuando los discursos humanistas no sirven para nada, para lo único que sirven es para mandar al matadero a la gente. Otra cosa, es tratar de hacer lo que estamos tratando de hacer nosotros. Tratar de pensar que nueva vuelta de rosca se le puede dar a este cambalache.
La pregunta por el valor es imposible de responder, pero no de hacerla. Como les planteaba antes, ella dirige toda la constitución subjetiva, porque la pérdida del instinto exige que para accionar se recurra al otro. Porque esa es la otra cuestión que le pasa al ser humano, que tiene que ver con lo que les decía antes, de que lo inconsciente se produce socialmente, es imposible vivir sin recurrir al otro, hay que recurrir al otro, para recurrir al otro hay que demandar, hay que pedir, para demandar y para pedir, hay que tener en cuenta al otro. Ya no se puede pedir desde el arbitrio del deseo absoluto. Hay todo un movimiento en Lacan, desde el seminario de La ética..., donde creía en el deseo puro, para después en los Cuatro conceptos..., va a criticar esa creencia y sostener que dicha creencia en el deseo puro como factible fue el nazismo. Él lo dice ahí con otras palabras. Hay que entrar a negociar, hay que entrar en transacciones, etc., Claro que no me refiero a las negociaciones concientes solamente, sino y principalmente a las inconscientes, que se desenvuelven por la vía de lo que resta. El deseo inconsciente queda entre demandas cruzadas. Es en ese punto donde la pregunta se plantea desde la estructura aunque no fuera formulada en palabras. Es desde ahí lo que nos lleva a algo que Marx advirtió. El error que significaba confundir valor con precio. Lo que me parece que ahora nosotros podemos empezar a explicarnos el porque. La constante de todas las sociedades es la pregunta por el valor de cada uno de nosotros, para saber también que lugar podemos jugar en el intercambio. Pero al ser estructuralmente imposible de responder es respondida por el engaño de los valores de uso, por eso es que las modas se imponen.
Una pregunta que se formuló en uno de los talleres, fue: ¿por qué se defendía más la propiedad privada que la vida? Me acuerdo que sin ser psicoanalista, era médico antes, yo me hacía la pregunta: ¿cómo puede ser que al gente prefiera gastar en comprarse un anillo de compromiso, en vez de pagar los remedios para que su futura esposa se cure de x cosa?. Trabajaba en guardias hospitalarias y veía ese tipo de fenómenos habitualmente, yo no podía entenderlo, no me entraba en la cabeza, o supónganse, era muy típico ver a madres que venían con chiquitos con anginas, uno le indicaba un medicamento y venían a los tres días a protestarnos, porque no se habían curado, uno le preguntaba si le habían dado el remedio y contestaban que no se lo habían comprado, porque tenían plata para gastar en otra cosa y no para los remedios. Eso contestaban, yo no entendía, pero tiene que ver con esto, este es un problema de fondo que hoy no lo vamos a desarrollar, si tienen ganas léanse un libro que ahora está agotado pero, si me pagan la fotocopia les fotocopio un capitulo de ese libro, se llama “El gasto Inútil” den tro de la “Parte Maldita”, de Georges Battaille donde él trabaja el tema del Potlach: La gente prefiere darse valor frente al otro, a través de las cosas que se cuelga, que se muestran. Entonces se ve que efectivamente la vida pasa a un lugar secundario, sino es inexplicable que los médicos sean los profesionales que menos ganan. Seguro que va a ganar más un buen químico en un laboratorio importante que un médico que está haciendo visitas domiciliarias, por cualquier prepago, obra social. Pero así somos los seres humanos. Fíjense que esta temática es muy interesante. Piensen algo que a partir de esto va a tomar otro valor. ¿Qué hacen los etnógrafos y los arqueólogos? Desentierran lo que encuentran y luego hacen una lectura de cómo funciono esa sociedad, según de lo que encontraron. O sea que los valores de uso tomaron el valor de letras, que van a escribir los significantes que van a permitir entender como y porque una sociedad funcionó o funciona de una manera determinada.
Abel Langer: yo quería en función de esto último que planteó Sergio, estaba pensando en la Patagonia nuestra de arqueólogos trabajando y el valor que le dan, entonces a mí se me ocurrió plantear lo siguiente, hay valor en la sociedad que usó esos objetos y esos instrumentos, pero hay un plus de valor dado por los que van a trabajar ahora desde este lugar, con lo que pasa por ejemplo en Bagdad, con la destrucción de las piezas o el robo de las piezas arqueológicas, es decir que no es solamente el valor que tenían para ese momento, sino también que nosotros ahora les damos, hay una doble condición de valor también ahí distribuido.
Sergio Rodríguez: lo que plantea Abel es importante e interesante además por lo siguiente, esto también Marx en buena medida lo pescaba, porque Marx insistía mucho en diferenciar valor de precio, él decía yo me voy a referir al valor y entonces, hace todo el cálculo económico alrededor del valor. Dice que después viene el precio, entonces él planteaba, el precio mas en relación al valor de uso y Marx en ese sentido era muy astuto, y creo que Lacan dice por eso que el que descubrió el síntoma fue Marx. Porque el que lo que Marx pescó fue que el valor de uso no tiene que ver solo con las necesidades más inmediatas, planteó que el valor de uso puede tener que ver, tanto con las necesidades del estómago, como de la fantasía[1]. En realidad lo que está captando Marx ahí es el deseo y el goce y también esta preanunciando la transacción. Entonces lo que plantea Abel torna más interesante la cuestión, porque uno ve cosas que no tendrían ningún valor, por ejemplo, lo típico son las antigüedades, cosa que en su momento tuvieron un precio x y que doscientos años después las encuentra alguien y las vende y tiene un precio infinitamente mayor y no hubo ningún trabajo sobre eso prácticamente. Justamente lo que dicen los diarios, lo que hubo en Bagdad, fueron bandas organizadas, saqueando y que ya están circulando por Europa vendiendo. En el grupo de docentes conversábamos una cuestión, cuando pensábamos esta clase, que es la siguiente paradoja, hay gente que compra obras robadas, de pintores como por ejemplo, Leonardo Da Vinci o Botichelli o cualquiera de los grandes maestros, para tenerla guardada en su casa y no mostrársela a nadie, porque claro si se la muestran alguien y entra a correr la noticia va preso, porque son pinturas robadas de museos, fíjense ustedes la locura humana, “pero el yo de ese señor siente, que él ha tenido los millones de dólares necesarios para tener la Gioconda en su casa”. Por eso el tema de valor de uso...cambio de casete en sus horas de trabajo, porque nadie se lo va a pagar, pero tal vez si la firma de ese artesano se conoce, veinte años después la cosa va a ser distinta.
Comentarios:
Alumno: lo relacionaba con lo que decías recién, en cuanto a los médicos. Hay algunos que con respecto a la posesión de objetos, de cosas, lo clasifican arbitrariamente, pero me parece que tiene que ver con una especie de grado creciente de narcisismo, por ejemplo algunos hablan de placer de uso, quiero tener un objeto que me interesa, que es útil, no sé, un coche, una lapicera, lo que sea, incluso puede ser que me guste, que sea de buena marca y realmente voy a ser realmente uso de eso, otro grado es el placer de acumulación, es decir lo tengo y tengo el placer tenerlo para mi y en algunos casos que nadie lo vea, sino yo solo que miro y tengo el placer de ver la colección completa en donde por supuesto si falta algo de la colección me desespero y la otra cuestión es el placer de ostentación, muy frecuente hoy por hoy, que sería “mira lo que tengo que vos no tenés”, me parece que todas tienen que ver todas con distintas investiduras narcisiticas. Cuando hablabas de el tema de los médicos, o la atención médica, es que la atención médica, sacando algunos casos en que alguien se precia de estar atendido por un gran profesor y que eso pasa a formar parte del placer de ostentación, en realidad no da ningún prestigio, yo mismo siendo médico no estoy dispuesto a pagar atención médica, en cambio si gastaría en un objeto bueno, que si me provocara placer su uso.
Estaba pensando con esto, en las formas de placer en la posesión de la cosa y que hay actividades que tienen mucha más actividad social, pero que no se engarzan con este placer.
Roberto Vechiarelli: a mi me hizo pensar esto más en lo cotidiano y en nuestro país, o sea llama poderosamente la atención, en esto que se hablaba del valor y de la vida o arriesgar hacia la muerte, por ejemplo con algo tan simbólico como son las 4 x 4, cuantas muertes hay de quienes son asaltados por las cuatro por cuatro y se resisten, por no ser desposeídos de ese símbolo de poder.
Raquel Jaduzliwer: respecto al comentario de recién, respecto al coleccionismo, me acordé de un comentario de Beatriz Sarlo, donde lo que plantea es que en este momento de consumo desenfrenado, de capitalismo actual, en realidad es un coleccionismo al revés el que se produce, porque los objetos son vertiginosamente sustituidos y lo que se colecciona, es el acto de consumo y el objeto como algo absolutamente perecedero.
[1] Carlos Marx, capitulo primero de “el capital”.
En primer lugar, gracias por venir a los que pudieron venir, no es una noche fácil, tomé la decisión de sí venir y esto desde ya les marca una posición que creo que es nuestra, si bien no tuve tiempo de consultar con Abel, de hacer las cosas igual, procurando que no nos interfieran todo tipo de acontecimientos que se pueden producir en el futuro. Como los que ya se han producido en el pasado más inmediato, porque sino no se puede construir un intento de pensar diferente. Justamente lo que está ocurriendo esta noche, tiene que ver con la vieja modalidad de pensar y actuar. Miré un flash informativo en televisión, conversé con algunos amigos mientras veníamos. La idea que tengo es la siguiente, se las digo con toda claridad. La Cámara que ordenó ese desalojo feroz de Brukman, ha operado directamente bajo ordenes de Menem. Esto es deducible de una cuestión muy sencilla. ¿A quien le conviene esto que ha pasado, esto le conviene o a los partiditos de ultraizquierda que no van a sacar más de cuatro votos cada uno, pero que son los secundarios, son los perejiles del plato como siempre o a Menem y a López Murphy, que son los tipos que prometen mano dura y que están buscando entrar a un ballotagge, donde los ciudadanos tengamos que elegir entre Menem o López Murphy? Creo que tal vez logren llegar a ese balotagge y tal vez tengamos cada uno de nosotros que elegir entre Menem o López Murphy -bueno- pero la vida seguirá y por lo menos que nos sirva, para sacar alguna experiencia, algún tipo de conclusión que nos permita colaborar con la gente en que no caigan en este tipo de trampas. Con esto no estoy diciendo que la lucha de los obreros de Brukman sea injusta, es mas hace dos domingos salió una solicitada con mi firma en Página 12. Y como me decía uno de los que me invitó a firmar, Adrian Grimson, tuvimos premonición. Justamente en la solicitada decíamos que nos oponemos a toda la política de desalojo salvaje, etc.. Entonces que les quede claro, no es que estoy hablando contra los obreros de Brukman, estoy hablando contra Menem y contra todos esos grupitos de tontos que suelen tener algún tipo de “servicio de inteligencia” adentro, que les tira un poquito con pimienta diciéndoles: “no porque ustedes no son suficientemente combativos”. Entonces se arman desastres como el mostrado en televisión, donde contaban que habían querido secuestrar a un vigilante que pasaba y estaba fuera de servicio pero en uniforme. Algunos decían que había sido una provocación policial, que ese hombre se quería hacer matar a patadas, para que después la derecha pudiera decir bla, bla, bla. El tipo pasó de boludo, pero lo fue a buscar la ambulancia del SAME, porque tenia algunos golpes y agarraron a pedradas a la ambulancia. Un médico decía que no podía ser, que estaban atacando a una ambulancia que iba desarmada, con un individuo adentro. Están armando el caldo, para que el balotagge sea entre Menem y López Murphy. Este tipo de situaciones me reafirma que lo mejor que podemos hacer es tratar de revisar el pasado, para armar un nuevo tipo de pensamiento. Y eso es lo que se propone el seminario.
Un par de avisos comerciales, uno que no es tan comercial y es importante porque va a marcar también el diapasón del seminario. El domingo vi dentro del festival de cine independiente una película, cuyo guionista y director es Pedro Fernández Moujan, un periodista que actualmente trabaja en TELAM, en la sección espectáculos, que era el que dirigía la sección de psicología en la época de Timmerman en la Razón, la cual era muy interesante. Nos conocimos porque le llevé, los trabajos que se habían presentado a una jornada, que organizaba el Servicio de Paz y Justicia sobre: Síntomas Sociales en la transición a la democracia. Él seleccionó los mejores y los empezó a publicar, así nos conocimos. Cuando a Daniel Feijó, se le ocurrió armar una revista de psicología y psicoanálisis de alta circulación, lo buscó a él. Porque sabía que era un buen periodista- Pedro tenía 24 años ene se momento y Pedro dijo que estaba de acuerdo, pero si entraba yo. Así fue que se fundó la vieja Psyche, después las hiperinflaciones del los noventa nos liquidaron, pero llegamos a sacar treinta y cinco números. Quedó entre nosotros una relación buena, aunque no nos veamos casi nunca. Fui a ver la película, para ver la película del amigo, la película se llama “Murgas y Murgueros”, donde lo que fue combinando es el funcionar de las murgas, con el reportaje a los directores de murga, de cuatro murgas de la ciudad y con la arquitectónica de los barrios populares. Realmente ha producido una belleza y además a nosotros nos puede dar para mucho trabajo, cuestiones en relación al deseo, al goce, a la masa, al individuo, al sujeto. Cosas que ye hemos comenzado a conversar. Le comenté que estaba dando un seminario y que me gustaría pasar la película y quedamos en lo siguiente: el lunes que viene Abel va a dar la clase sobre Freud en Viena. Y el siguiente lunes 5 de mayo, vamos a pasar acá murgas y murgueros que dura una hora, ninguno de nosotros va a dar clase y lo que va a ver es un intercambio de comentarios. O sea lo que a cada uno de nosotros (docentes, alumnos y público en general) la película nos mueva. Ese día la entrada va a ser gratuita, para que pueda venir otra gente y a la salida Abel y yo vamos a pasar la gorra para los muchachos que traerán la película, creo que va a ser una de las clases más importantes del seminario. La otra cuestión que les quería plantear, en un terreno más publicitario, es que el martes 29 de abril a las 20.30hs, Rolando Karothy, que es de la E. F.B.A. (Escuela freudiana de Buenos Aires), Alex Droppelman, colega chileno, Luis Miguelez, uno de los promotores en la Argentina de los Estados generales del psicoanálisis y Oscar Lamorgia, colega de Psyche-Navegante, que gano el primer premio el año pasado con su trabajo “Herejías del Cuerpo”, un libro sobre psicosomática, más un grupo teatral que hará unos flashes de diez minutos sobre discusiones de pareja, presentaremos el libro “Causas, Escenas y Razones de la Vida Erótica”, que fue escrito por Ricardo Estacolchic y por mi. Fue el último trabajo que hicimos juntos antes que Ricardo falleciera, están todos invitados y si acá hay gente que va a instituciones hospitalarias ahí hay unos carteles que si nos dan una mano para ponerlos mejor.Paso a la clase, no les voy a repetir lo que les dije la clase anterior, simplemente recordarles de que la centré en la cuestión de los fundamentos del inconsciente, la cuestión de que el inconsciente produce socialmente, aunque esté habitado por insumos singulares y que el discurso que funda el inconsciente, tiene la estructura de lo que Lacan llamó “el discurso del amo antiguo” en tanto la relación entre el que hace apariencia de emisor, que hace de agente, con el que hace de otro que recibe el mensaje, al articular los significantes que a cada uno los representan, producen el efecto de represión, que es lo que funda el inconsciente. A partir de eso también les contaba de que eso mismo hace de que los psicoanalistas no podamos creer en teorías cerradas. Freud se opuso muy tempranamente a la idea de que los psicoanalistas podíamos armar una Welthanschaung (en alemán), o sea una cosmovisión. Lo que tal vez Freud no vio y si fuimos viendo con el tiempo, es que en realidad ninguna disciplina científica, ni las sociales, ni las ciencias duras pueden armar ninguna cosmovisión de nada. Porque el problema está en que es el lenguaje el que está fisurado, es el lenguaje el que está lastimado, dicho en terminología psicoanalítica, está castrado, al no poder nunca dar cuenta totalmente de lo real. Más o menos esa es la base de lo que les di la vez pasada.
Ese tipo de descubrimiento nos lleva o debería llevarnos, a ofertar el psicoanálisis para cooperar con otras disciplinas en la tramitación de ese desencuentro que inevitablemente se produce entre teorías. Inevitablemente, por esa misma razón, el economista piensa desde el punto de vista económico, el sociólogo desde el punto de vista social, los psicoanalistas desde el punto de vista del inconsciente, por lo tanto siempre hay puntos donde va a haber divisiones, diferencias, complicaciones, desencuentros. La interpretación psicoanalítica, puede relanzar lo simbólico y desatar de significados fijos, y por el contrario abrir, a través de nuevas posibilidades combinatorias, a nuevos efectos de sentido, que exploren ese real que se le viene encima al sujeto, a la sociedad, a los grupos etc. Eso lo hace a partir de las letras que con diversas vestiduras, como explicaba la clase anterior, quedan boyantes en los bordes agujereados del discurso. En eso que el discurso no logra terminar de explicar, dichas letras a veces toman la forma de equívocos, sueños, actos fallidos, pero también insistencias. Por ejemplo, cuando ustedes escuchan que alguien insiste mucho en una palabra, traten de preguntarse que será lo que hace que esa persona recurra tanto a esa palabra. Insistencias, matices... se puede decir una cosa en el consultorio, a mi me ocurre a veces en el consultorio, que le digo a algún paciente, “sabrá disculpar, sabés que soy un mal hablado”-y me mando una grosería -, en cambio por hay con otro paciente soy un Dr de la Sorbonne. Esos matices transmiten algo, fracturas lógicas, que son muy interesantes en pacientes obsesivos, que uno los ve que vienen serios, organizados, ordenados, todo perfecto, hay que dejarlo hablar nada más. Winnicott decía, “la adolescencia es una enfermedad que se cura con el tiempo”, al obsesivo hay que dejarlo hablar, con eso se cura, porque hay un momento en que se encuentra con la fractura de su supuesta lógica, que él pensaba que podía recubrir todo. Entonces, fracturas lógicas, tonalidades, por supuesto que no es lo mismo decir una palabra suavemente, que gritando, o llorando, elección de una palabra y no de otras, para expresar algo aparentemente (singular) similar, etc. Bueno, ahí tienen un equívoco “singular” y es interesante. Creo que el equívoco transmite una cierta verdad, en el sentido de que en realidad uno se de cuenta o no, mientras habla, por ejemplo yo ahora, está tratando de simular todo el tiempo, está tratando de no decir estrictamente lo que le sale. Por supuesto si yo diría acá estrictamente lo que me sale, cundiría el desconcierto sobre mi trabajo. Las palabras sirven para armar esa apariencia de orden, pero detrás de algo aparentemente similar, que se elija una palabra y no otra, también nos puede estar dando una indicación de la diferencia (similar es contrario a singular).
El sujeto concibe la realidad desde lo que su narcisismo, su amor propio, imagen de sí le propicia y lo entrampa. De esto hablamos bastante la clase anterior, paso rápido, recuerden la estructura moebiana del narcisismo articulada a la estructura de la pulsión, que es capaz de satisfacerse en su propio borde. Por lo tanto, las virtudes y las trampas a que nuestro narcisismo y nuestras pulsiones nos pueden llevar, todo eso hace, que en general se goce transaccional y equívocamente, lo cual también es absolutamente lógico. Por eso Freud escribe “El Malestar en la Cultura”, algunos dicen que cuando lo escribió lo hizo porque estaba deprimido, yo creo que no. Lo escribió porque se avivó en el 20, en lo que se había metido. Entonces Freud dice: lo que pasa, es que para vivir en sociedad, hay que reprimir los deseos y hay que inhibir las pulsiones. Obviamente, si yo hago todo lo que quiero, hay un montón que alrededor mío no van a subsistir, o que van a tratar de que yo no subsista. La civilización es eso, pero eso también produce una paradoja, la de que entonces una cantidad de cosas que yo deseo no se efectivizan y que entonces como gozo haciendo transacción hay equívoco. Porque no es estrictamente el goce al que yo aspiro. De ahí voy a a parafrasear a Carlos Marx, hombre al cual ustedes me van escuchar nombrar más de una vez. Para evitar equívocos, de entrada les quiero decir que es uno de los personajes de la historia mundial que más merece mi respeto, que más ha merecido mi respeto y que más lo sigue mereciendo, a pesar de que se van a dar cuenta a lo largo de seminario que hay una serie de diferencias que a esta altura, tengo con él. Pero digamos que lo que él se animó a pensar, no fueron muchos los que se animaron, y por lo tanto cometió errores y equivocaciones como también las cometió Freud. Parafraseando a Carlos Marx pero no para quedarnos en lo que en él se reveló desacertado, en vez de decir que el ser social condiciona la conciencia social, yo diré que el hábito de goce condiciona el accionar del ser parlante y sus deseos condicionan la puesta en cuestión de lo instituido. Esto nos lleva también a captar que la lógica social debe ser analizada según las circunstancias y como se articulen en ellas los tres registros de la experiencia humana. A la vez advertimos que dicha lógica es moebiana, cualquier sector social puede ocupar una cara de la banda que lo favorece y pasar a la otra inadvertidamente. En la reunión anterior hablábamos de un típico caso de estos momentos, Sadam Hussein. La experiencia muestra que el afincamiento de goce, o sea el enraizarse a una modalidad de goce, el anclarse a una modalidad de goce, no depende meramente de la voluntad de cada ser parlante, sino también de cómo ese ser parlante se halle plantado. Se arma ahí una gran diferencia entre el psicoanálisis y el marxismo. El marxismo creía realmente en la conciencia y creía que la conciencia podía resolver los problemas sociales. Nosotros sabemos, por todo lo que fui planteando anteriormente en relación a lo que falla en el lenguaje, que eso es inalcanzable. Por lo tanto como se posicione, no depende sólo de la voluntad de cada uno, sino de cómo se halle plantado socialmente, que hábitos tiene, que intereses y que pertenencia a corporaciones. Aquí ven también un cierto acercamiento. Nada más que ahí anuncio algo que en el seminario va a ir adquiriendo cada vez más cuerpo. Creo que Marx cometió un error poniendo su mirada en las clases, error comprensible para esa época. Y eso es otro cosa, es muy fácil hablar de determinadas cuestiones, ahora que pasaron ciento cincuenta años de experiencia. No es lo mismo que cuando se está tratando de engendrar la experiencia. Pasada dicha experiencia, me parece que es más importante poner el ojo en las corporaciones, o sea en aquello en lo que se organizan los seres parlantes. Y cuando digo las corporaciones, me puedo estar refiriendo tanto a corporaciones transnacionales como la Trilateral, pero también me puedo estar refiriendo a las asociaciones de trabajadores del estado, a la E.F.B.A o a la que fue Herramienta Freudiana, la institución que de la que fui presidente. Quiero decir, no lo tomo como una mala palabra, sino como algo que se repite y sin lo cual los seres humanos no pueden vivir, pero que por eso merece ser estudiado a fondo. Los psicoanalistas cuando participamos como actores en los movimientos sociales, supónganse, cuando yo firmé la solicitada que apareció hace dos domingos, sufrimos los mismos condicionamientos que cualquiera. No podemos estar en nuestra función, sino tomados por la lógica de los acontecimientos y de capacidad de respuesta a los mismos. Cuando me proponen que firme la solicitada, yo no me voy a poner a pensar en el deseo, el goce, el objeto a, el falo y ver si entonces lo solicitada encaja y en que lugar del nudo Borromeo. Me fijo, me parece que está bien la firmo, me parece que está mal no la firmo. Ahí verdaderamente estoy operando como un ciudadano común y está bien que así lo haga-esa es mi idea-. Hay tres ingredientes que exigen pensar la estructuración de la estructura, -lo digo apropósito, de esa manera casi redundante- en el ser humano. Las observaciones de Lacan, apoyado en comparar descubrimientos de la etología, como los de Konrad Lorenz, así como otros de la psicología como Henry Wallon, o del psicoanálisis, particularmente Freud y Winnicott, que lo llevaron a captar:
1. Que en el ser humano, se ha perdido el instinto animal.
Por eso es un error el humanismo. Por ejemplo, mañana van a ver los diarios plagados de lagrimeos humanistas diciendo por los hechos de Brukman: ¡hay que animalada!. Los animales no harían lo que hicieron, ni la cámara, ni los obreros, ni la policía, ni el pequeñito grupo izquierdista que halla servido a esos fines. Los animales no pueden hacer esas cosas. Esas cosas sólo los humanos somos capaces de hacerlas, justamente porque hemos perdido el instinto animal, lo cual ha sido sustituido por las identificaciones y las identificaciones son perturbadas por lo que reprimen, por los deseos. Deseos que no dejan de pasar por el otro, porque fíjense que el deseo de cualquiera de nosotros en relación a cualquier cosa, siempre tiene como referencia lo que el otro usa,-para decirlo en términos sencillos-, pero que sin embargo luego toma una forma muy singular, en cada uno de nosotros, que tiene más relación con lo que la ausencia o exceso que la causó y no podemos recordar y que no es exactamente eso que vimos en el otro.
2. Por esta misma razón, la necesidad en el ser humano está pervertida y se transformó en deseo y en goce.
Con esto les quiero decir: un tigre puede matar a un elefante para comer, porque el tigre no puede hacer una operación quirúrgica, donde se lleve el pedacito que va a comer y deje vivo al elefante, pero va a comer lo que su instinto, su necesidad le pide que coma, no más. El resto se va a pudrir ahí, o lo van a comer los animales carroñeros. Pero ¿quienes somos los que los fines de semana, nos atragantamos y nos chupamos hasta despertarnos a la madrugada con una acidez que no nos deja dormir? como me contaba una paciente hoy, los seres humanos. A los animales eso no les pasa, por lo menos de esa manera, o sea que en ese sentido la necesidad ha quedado pervertida en nosotros.
3. La prematuración nos obligó a eso según la hipótesis de Lacan, bastante afirmada por otros biólogos. Mucho de todo esto ocurre, porque el ser humano nace prematuro.
El ser humano que nace a los embarazo nueve meses no está terminado de hacer, neurológicamente, o sea no está totalmente mielinizado, eso hace que sea absolutamente dependiente de su mamá. Lo que genera todas las condiciones para esta cuestión de la perversión, no porque las madres sean perversas, sino porque el intercambio de dones se lleva a cabo por los agujeros del cuerpo y con la palabra que los va acompañando. Pero si la prematuración nos obligó a eso, la letra y el significante, cruzados con la mano que al poder contraponer al pulgar, a todos los otros dedos toma una fineza de movimientos, que permite operar con ellas de una manera mucho más compleja, lo hicieron posible. Hay un trabajo, que es El papel de la mano en la transformación del mono en hombre de Federico Engels que se centró en esta cuestión de la mano. En eso se equivocó, creo que saber usar la mano así, se combinó con que el hombre empezó a usar el significante. El cruce entre disponer del significante y disponer de esa capacidad de la mano, hace del hombre ese bicho particular, que ha construido este mundo que ustedes ven alrededor todos los días, con sus desgracias y sus virtudes y que ni aun los animales más laboriosos como las hormiguitas han podido construir de esta manera. Insisto, para bien y para mal. La pregunta que me hago y les hago a quienes me escuchan es la siguiente: ¿esto fue un producto lineal de los instintos perdidos, las capacidades adquiridas y de los objetos logrados?. Es una pregunta importante, porque está íntimamente ligada a la del sujeto buscando constituirse, no formulada explícitamente hasta que el niño crece, pero implícitamente presente en todos los movimientos que van haciendo de entrada para desenvolver y ordenar su vida, tanto el niño como la madre, y que como planteó Lacan en su momento se puede formular así, ¿qué quiere el otro de mi?...cambio de cassette a los dos meses y medio va a sonreír ante la aparición de la cara de la madre, porque ha adquirido la experiencia que la aparición de esa cara, le va a producir un efecto benéfico. Entonces, aunque no se halla hecho la pregunta, la pregunta estuvo. Propongo que esas preguntas las resumamos en una, después van a ver porque -no es por capricho-. ¿Qué valgo para el otro? Otro tanto con mayúscula como con minúscula, o sea tanto como Otro en lugar del Inconsciente, el lugar al cual uno le supone el saber, el lugar que es el tesoro donde se guardan los significantes, del que dispone ese Otro. Y también como otro, ese par nuestro, ese compañero, ese amigo, etc., que es nuestro par. Entonces las preguntas, ¿qué valgo para el otro, que vale el otro para mi? me parece que resume aquellas preguntas previas. Planteo al mismo tiempo que es una pregunta que de por sí se formula aunque quede implícita, o sea aunque el que la formula no se de cuenta que la está formulando. Vuelvo a recomendar “Palabras mayores”, si ustedes la siguen, como ahí le van dando la edad de los pibitos, leerán, como se va reubicando la criatura dentro del lenguaje, o sea no que la criatura va reubicando al lenguaje. La criatura se va reubicando dentro del lenguaje y por supuesto, sí, el lenguaje va reubicando a la criatura. Entonces van a escuchar, que frente a un problema más o menos similar, un pibe de dos años responde de una manera, uno de tres años de otra, uno de cuatro de otra, uno de diez de otra y ustedes lo que van a ver es un reposicionamiento subjetivo, en la respuesta de cada una de esas criaturas.
Es una pregunta imposible de responder, yo puedo creerme que a mi mujer puede explicar lo que yo valgo. Vagas ilusiones, me puedo creer que sé lo que yo valgo, vanas ilusiones nuevamente. Karl Marx, hizo un intento muy importante con su teoría del Valor. Hoy lo voy a tomar muy por arriba, porque hemos invitado a un riguroso marxista de la Argentina, Cristian Castillo, actualmente director de la Escuela de Sociología, a que venga a darnos algunas clases sobre el tema del valor, del valor de cambio, del valor de uso, del modo de producción, algunos conceptos claves del marxismo, para que después cada uno de nosotros pueda decir lo que le parece. Pero hoy necesito preanunciar algo. Karl Marx, hizo un intento con su teoría del valor, pero por parcial resultó incorrecta, no por incorrecto el cálculo, sino porque calculó por un solo lado de la cuestión, que era la producción del trabajador manual y lo necesario para su reproducción, sobre esa base calculó el plus valor se embolsaba el capitalista y el valor que perdía el obrero. ¿Por qué parciales? porque su cálculo lo centró en el gasto energético del trabajador, para producir el producto producido por él. Los que han seguido al marxismo recordarán, que Marx llamado trabajo abstracto al gasto de energía del trabajador en la producción y trabajo concreto al objeto producido. Es muy fácil hacerlo equivaler dentro del discurso del amo antiguo trabajo concreto con objeto producido, ya que equivale a lo que está del lado del goce en el trabajador. Y la pérdida, la producción, el producto, en el esquema de Lacan queda el objeto a, ahí Lacan va a hablar de objeto a. Creo que por efecto de su ideal, recuerdan la diferenciación que hice la clase anterior, entre ideal y deseo, por efecto de su ideal de que existiera una sociedad de iguales, ustedes recuerdan que la meta final de Marx, era llegar a la sociedad de productores libres, donde cada uno produjera según sus posibilidades y cada uno recibiera según sus necesidades, entonces por efecto de su ideal, de que existiera una sociedad de iguales, de productores libres, creyó que el agente de la producción que no es el trabajador manual, sino quien aparece como amo, podía ser desechado. Sin embargo el gran laboratorio social que fue el siglo XX, mostraría que eso es imposible. Ya que está en la mesa de hoy el tema de Brukman, en Brukman ha habido hasta hoy -por lo menos-, un muy interesante intento cooperativo y donde ha habido vínculos de solidaridad muy grandes y de los que han participado mucha gente. Ahora, si ese intento lograra desplegarse con el tiempo, en este tiempo empezarían cosas que Marx también advertía, lo que pasa que no les dio el valor que esas cuestiones tenían. Aparecería lo que Marx llamaba la concurrencia, o sea las contradicciones entre los propios trabajadores, las diferenciaciones en jerarquías, las diferenciaciones por lo tanto en ganancias y aparecerían las cuestiones humanas más generales, donde estarían los que se querrían quedar con parte del producto, los que se opondrían a eso, lo que querrían seguir con una cuestión solidaria. Cada uno quedaría cuidando su propio huerto. Algo de eso lamentablemente también tuvimos como experiencia en este último año. Hubo el furor del trueque, donde parecía que se había logrado llegar nuevamente a la utopía de los comienzos, no había dinero, la gente era buena y trocaba. Muy rápidamente hizo falta algo que funcionara como un máximo común denominador. Entonces aparecieron las unidades de valor, y lo que lo que terminó destruyendo la cuestión, lo primero que empezó a aparecer fueron los pobres que tenían algún dinerito en el bolsillo, porque habían cobrado ese mes y entonces iban y compraban por dinero mayor cantidades de unidades de valor que lo que esas cantidades de valor representaban. Era lógico, el que tenía las unidades de valor y no tenía plata, necesitaba plata para poder ir a comprar al supermercado y el que tenía la plata y no las unidades de valor, aprovechaba las circunstancias, para tener más unidades de valor y logra “mejores trueques”. Así empezó a pudrirse eso, después aparecieron los estafadores, los tipos que entraron a falsificar unidades de valor. Este gran laboratorio social que fue el siglo XX, mostraría, que la sociedad de iguales, de productores libres es un imposible. En ese sentido personajes burgueses como Elisa Carrió, que hablan de una república de iguales no hacen otra cosa que demagogia.
Lo más incalculable es el valor de ese agente del discurso que no es mensurable en horas fuerza de trabajo y de energía gastada, el valor del agente depende de su capacidad para dirigir y su disposición al riesgo y ninguna de estas dos se pueden medir matemáticamente. Sobre estas facultades lo que si opera es el mercado. Acá se van a creer que soy neoliberal, pero no soy neoliberal. He hecho la experiencia, como psicoanalista desde hace treinta y pico de años y especialmente en más o menos diez años para acá, de observar diferentes capitalistas que venían a analizarse conmigo. Capitalistas que cuando empezó el furor del reciclamiento, apoyado en el desarrollo tecnológico y en el deseo de mayor ganancia de los capitalistas más poderosos, a los otros se les empezó a plantear que hacer. Como en general nunca tuve en análisis-una sola vez- capitalistas verdaderamente de fuste, sino que eran de pymes, uno veía lo que se les planteaba. Me acuerdo de uno que vino desesperado, era un joven judío progresista, de estos creyentes en las tradiciones de su etnia, pero a la vez progre. En un momento estudia la situación de su pyme-era una pyme importante- y se da cuenta que si quiere seguir subsistiendo, primero, tiene que renunciar a tener marca propia y segundo cerrar las bocas de expendio propias. Ambas cuestiones hacen que tenga que echar a doce obreros, él era hijo del patrón que estaba llegando a ser patrón también. El muchacho estaba desesperado porque los que tenía que echar se contaban entre sus amigos, sus conocidos. Finalmente decide que no le quedaba otra, los reúne y les dice que les va a pagar un 60 % de indemnización, entonces los obreros que tenían mas experiencia que él, agarran viaje rápidamente. Excepto uno que no discutió, sino que se fue al sindicato a quejarse. Entonces los del sindicato fueron a ver a mi analizante y le dijeron que estaba loco, que como iba a dar un 60 %, que les diera un 40 %, que ellos le arreglaban el asunto y cobraban un retorno de un 10 % . Vino a la sesión descompuesto, nauseoso. Eran reacciones conversivas, obviamente estaba llano de asco el tipo, luego entró en concurso de acreedores y ahora puede ser que zafe. Me tocó seguir el análisis de otro que empezó como obrero tornero, que venía de una familia de obreros alemanes que habían emigrado a la Argentina, porque eran socialistas en la época del nazismo. Eran del club Worwaert, este club que fue fundado por obreros socialista alemanes sigue existiendo aun hoy. Había llegado también a tener una pyme. También cuando se empiezan a plantear los problemas del reciclamiento, él se empieza a plantear problemas sencillos y no tan sencillos, como por ejemplo que él para dirigir la fábrica tenía que pasar a estar en el primer piso, para poder mirar toda la fábrica. Pero para eso tenía que dejar su torno, le llevó un año a ese hombre renunciar a trabajar en su torno, para poder dirigir la empresa. Se darán cuenta que un año en estos diez, doce años, un año de pérdida de tiempo en cuanto a ser patrón se paga. Ahora no lo veo, interrumpió su análisis, la fábrica estaba al borde de la quiebra, no se como habrá terminado, ojalá que haya zafado, porque la verdad que era un muy buen tipo. Lo que estoy tratando de transmitirles con esto, es de que hay cuestiones de la estructura que sobrepasan a los sujetos singulares, que los sujetos singulares se las tienen que arreglar con esas cuestiones. Es entonces cuando los discursos humanistas no sirven para nada, para lo único que sirven es para mandar al matadero a la gente. Otra cosa, es tratar de hacer lo que estamos tratando de hacer nosotros. Tratar de pensar que nueva vuelta de rosca se le puede dar a este cambalache.
La pregunta por el valor es imposible de responder, pero no de hacerla. Como les planteaba antes, ella dirige toda la constitución subjetiva, porque la pérdida del instinto exige que para accionar se recurra al otro. Porque esa es la otra cuestión que le pasa al ser humano, que tiene que ver con lo que les decía antes, de que lo inconsciente se produce socialmente, es imposible vivir sin recurrir al otro, hay que recurrir al otro, para recurrir al otro hay que demandar, hay que pedir, para demandar y para pedir, hay que tener en cuenta al otro. Ya no se puede pedir desde el arbitrio del deseo absoluto. Hay todo un movimiento en Lacan, desde el seminario de La ética..., donde creía en el deseo puro, para después en los Cuatro conceptos..., va a criticar esa creencia y sostener que dicha creencia en el deseo puro como factible fue el nazismo. Él lo dice ahí con otras palabras. Hay que entrar a negociar, hay que entrar en transacciones, etc., Claro que no me refiero a las negociaciones concientes solamente, sino y principalmente a las inconscientes, que se desenvuelven por la vía de lo que resta. El deseo inconsciente queda entre demandas cruzadas. Es en ese punto donde la pregunta se plantea desde la estructura aunque no fuera formulada en palabras. Es desde ahí lo que nos lleva a algo que Marx advirtió. El error que significaba confundir valor con precio. Lo que me parece que ahora nosotros podemos empezar a explicarnos el porque. La constante de todas las sociedades es la pregunta por el valor de cada uno de nosotros, para saber también que lugar podemos jugar en el intercambio. Pero al ser estructuralmente imposible de responder es respondida por el engaño de los valores de uso, por eso es que las modas se imponen.
Una pregunta que se formuló en uno de los talleres, fue: ¿por qué se defendía más la propiedad privada que la vida? Me acuerdo que sin ser psicoanalista, era médico antes, yo me hacía la pregunta: ¿cómo puede ser que al gente prefiera gastar en comprarse un anillo de compromiso, en vez de pagar los remedios para que su futura esposa se cure de x cosa?. Trabajaba en guardias hospitalarias y veía ese tipo de fenómenos habitualmente, yo no podía entenderlo, no me entraba en la cabeza, o supónganse, era muy típico ver a madres que venían con chiquitos con anginas, uno le indicaba un medicamento y venían a los tres días a protestarnos, porque no se habían curado, uno le preguntaba si le habían dado el remedio y contestaban que no se lo habían comprado, porque tenían plata para gastar en otra cosa y no para los remedios. Eso contestaban, yo no entendía, pero tiene que ver con esto, este es un problema de fondo que hoy no lo vamos a desarrollar, si tienen ganas léanse un libro que ahora está agotado pero, si me pagan la fotocopia les fotocopio un capitulo de ese libro, se llama “El gasto Inútil” den tro de la “Parte Maldita”, de Georges Battaille donde él trabaja el tema del Potlach: La gente prefiere darse valor frente al otro, a través de las cosas que se cuelga, que se muestran. Entonces se ve que efectivamente la vida pasa a un lugar secundario, sino es inexplicable que los médicos sean los profesionales que menos ganan. Seguro que va a ganar más un buen químico en un laboratorio importante que un médico que está haciendo visitas domiciliarias, por cualquier prepago, obra social. Pero así somos los seres humanos. Fíjense que esta temática es muy interesante. Piensen algo que a partir de esto va a tomar otro valor. ¿Qué hacen los etnógrafos y los arqueólogos? Desentierran lo que encuentran y luego hacen una lectura de cómo funciono esa sociedad, según de lo que encontraron. O sea que los valores de uso tomaron el valor de letras, que van a escribir los significantes que van a permitir entender como y porque una sociedad funcionó o funciona de una manera determinada.
Abel Langer: yo quería en función de esto último que planteó Sergio, estaba pensando en la Patagonia nuestra de arqueólogos trabajando y el valor que le dan, entonces a mí se me ocurrió plantear lo siguiente, hay valor en la sociedad que usó esos objetos y esos instrumentos, pero hay un plus de valor dado por los que van a trabajar ahora desde este lugar, con lo que pasa por ejemplo en Bagdad, con la destrucción de las piezas o el robo de las piezas arqueológicas, es decir que no es solamente el valor que tenían para ese momento, sino también que nosotros ahora les damos, hay una doble condición de valor también ahí distribuido.
Sergio Rodríguez: lo que plantea Abel es importante e interesante además por lo siguiente, esto también Marx en buena medida lo pescaba, porque Marx insistía mucho en diferenciar valor de precio, él decía yo me voy a referir al valor y entonces, hace todo el cálculo económico alrededor del valor. Dice que después viene el precio, entonces él planteaba, el precio mas en relación al valor de uso y Marx en ese sentido era muy astuto, y creo que Lacan dice por eso que el que descubrió el síntoma fue Marx. Porque el que lo que Marx pescó fue que el valor de uso no tiene que ver solo con las necesidades más inmediatas, planteó que el valor de uso puede tener que ver, tanto con las necesidades del estómago, como de la fantasía[1]. En realidad lo que está captando Marx ahí es el deseo y el goce y también esta preanunciando la transacción. Entonces lo que plantea Abel torna más interesante la cuestión, porque uno ve cosas que no tendrían ningún valor, por ejemplo, lo típico son las antigüedades, cosa que en su momento tuvieron un precio x y que doscientos años después las encuentra alguien y las vende y tiene un precio infinitamente mayor y no hubo ningún trabajo sobre eso prácticamente. Justamente lo que dicen los diarios, lo que hubo en Bagdad, fueron bandas organizadas, saqueando y que ya están circulando por Europa vendiendo. En el grupo de docentes conversábamos una cuestión, cuando pensábamos esta clase, que es la siguiente paradoja, hay gente que compra obras robadas, de pintores como por ejemplo, Leonardo Da Vinci o Botichelli o cualquiera de los grandes maestros, para tenerla guardada en su casa y no mostrársela a nadie, porque claro si se la muestran alguien y entra a correr la noticia va preso, porque son pinturas robadas de museos, fíjense ustedes la locura humana, “pero el yo de ese señor siente, que él ha tenido los millones de dólares necesarios para tener la Gioconda en su casa”. Por eso el tema de valor de uso...cambio de casete en sus horas de trabajo, porque nadie se lo va a pagar, pero tal vez si la firma de ese artesano se conoce, veinte años después la cosa va a ser distinta.
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Alumno: lo relacionaba con lo que decías recién, en cuanto a los médicos. Hay algunos que con respecto a la posesión de objetos, de cosas, lo clasifican arbitrariamente, pero me parece que tiene que ver con una especie de grado creciente de narcisismo, por ejemplo algunos hablan de placer de uso, quiero tener un objeto que me interesa, que es útil, no sé, un coche, una lapicera, lo que sea, incluso puede ser que me guste, que sea de buena marca y realmente voy a ser realmente uso de eso, otro grado es el placer de acumulación, es decir lo tengo y tengo el placer tenerlo para mi y en algunos casos que nadie lo vea, sino yo solo que miro y tengo el placer de ver la colección completa en donde por supuesto si falta algo de la colección me desespero y la otra cuestión es el placer de ostentación, muy frecuente hoy por hoy, que sería “mira lo que tengo que vos no tenés”, me parece que todas tienen que ver todas con distintas investiduras narcisiticas. Cuando hablabas de el tema de los médicos, o la atención médica, es que la atención médica, sacando algunos casos en que alguien se precia de estar atendido por un gran profesor y que eso pasa a formar parte del placer de ostentación, en realidad no da ningún prestigio, yo mismo siendo médico no estoy dispuesto a pagar atención médica, en cambio si gastaría en un objeto bueno, que si me provocara placer su uso.
Estaba pensando con esto, en las formas de placer en la posesión de la cosa y que hay actividades que tienen mucha más actividad social, pero que no se engarzan con este placer.
Roberto Vechiarelli: a mi me hizo pensar esto más en lo cotidiano y en nuestro país, o sea llama poderosamente la atención, en esto que se hablaba del valor y de la vida o arriesgar hacia la muerte, por ejemplo con algo tan simbólico como son las 4 x 4, cuantas muertes hay de quienes son asaltados por las cuatro por cuatro y se resisten, por no ser desposeídos de ese símbolo de poder.
Raquel Jaduzliwer: respecto al comentario de recién, respecto al coleccionismo, me acordé de un comentario de Beatriz Sarlo, donde lo que plantea es que en este momento de consumo desenfrenado, de capitalismo actual, en realidad es un coleccionismo al revés el que se produce, porque los objetos son vertiginosamente sustituidos y lo que se colecciona, es el acto de consumo y el objeto como algo absolutamente perecedero.
[1] Carlos Marx, capitulo primero de “el capital”.
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