Buenas noches a todos. Antes de empezar la clase, quiero hacerles conocer una iniciativa en la que ya tenemos una cantidad de firmas (al momento de corregir la desgrabación: 150). La idea se me ocurrió porque entro a CNN en español diariamente por el trabajo que hago para levantar cosas para Televerdades, de golpe me di cuenta que en Estados Unidos ya empezaron a mostrar las uñas en relación al gobierno de Kirchner, un interrogatorio muy fuerte a Scioli, opiniones de banqueros, de tipos del Instituto de Comercio con la Argentina, en fin, que se suma a cuestiones acá de la Unión Industrial Argentina, habrán visto ustedes, y de algunos otros sectores. Entonces, así como soy de protestón cuando me parece que hay que protestar, también me parece que hay que salir a defender tempranamente cuando hay actos de gobierno que merezcan ser defendidos, sino después nos quejamos de lo que hacen los “malos” pero nosotros no hemos hecho nada en el momento oportuno. Entonces les leo una declaración que estamos haciendo circular y estamos firmando (la idea es sacarla como solicitada, en lo posible con la contribución económica de los propios firmantes).
No voy a mirar a ver quienes firman o no, no se preocupen, lo único que les pido es que pongan la firma, la aclaración, el nombre, el número de DNI o de cédula, que es lo legal que hay poner, también si quieren el oficio de cada uno. Esta solicitada diría, dice, lo siguiente: (solicitada)
Daré mi punto de vista sobre la subjetivación del tiempo y la socialización del tiempo subjetivado.
Quiero comenzar esta clase recordándoles algunos acontecimientos sociopolíticos que pueden ponernos en cuestión el tema del tiempo. Voy a empezar por un clásico, que seguramente muchos de ustedes han leído, que es un libro de John Reed, “Diez días que conmovieron al mundo”. En ese libro lo que hace ( era periodista en esa época) es una crónica de los diez primeros días de la revolución bolchevique en Rusia. Quiero recordarles también algo que duró dos minutos: que fue el lanzamiento y explosión de la primer bomba atómica por el avión Enola Gay de las Fuerzas Armadas Norteamericanas sobre la ciudad de Hiroshima y que en dos minutos generó las condiciones necesarias para llevar a Japón a rendirse en esa guerra siendo todavía un imperio que mantenía toda su potencia. Esto llevó a Japón a algo que tal vez para nosotros los occidentales y especialmente los argentinos, los latinoamericanos, puede resultarnos muy raro, pero para ellos no: hay que escucharlos hablar de eso, a mí me ha tocado escuchar bastante a un amigo japonés sobre eso. Llevó a la caída para los japoneses de un mito intocable: el de que el Emperador era un Dios viviente. A partir de ese acontecimiento, el emperador en Japón deja de ser un Dios viviente. Y llevó también a la entrada del mundo a una nueva etapa dominada porque un desarrollo tecnológico que se apropió en gran parte de la política. No sé si ustedes, no creo que recuerden esa época sino lo que hayan leído sobre esa época, es el prólogo del inicio de la guerra fría, la división del mundo en dos bloques, con la aparición después de una tercera vía, de ahí viene la denominación: países del tercer mundo Era que comenzó en esos dos minutos en que cayó esa bomba atómica. También les quiero recordar veinte minutos cercanos, todavía no hace dos años, que fue cuando dos aviones se incrustaron en las torres gemelas de Nueva York, que además, piensen ustedes el nombre ¿no? World Trade Center ( o sea el Centro de los Negocios del Mundo). Y que el efecto de la destrucción por ese atentado terrorista sobre las torres gemelas generaron condiciones de posibilidad para facilitarle a Bush pasar de la estrategia de disuasión a la de prevención en el terreno militar y a definir a todo quien no comparta su estrategia como quedando del lado del mal. En el momento más áspero, previo a la guerra de Irak y recién iniciada, la propia Francia y otros países europeos para Bush quedaban del lado del mal y aun están tratando de restañar esas heridas. Ni que decir la invasión a Irak o la invasión a Afganistán. Generó las condiciones para que Estados Unidos y Gran Bretaña pasen a pesar mucho más en Medio Oriente. Por ejemplo toda la nueva jugada en relación al conflicto palestino israelí, son fichas que se mueven de otro modo a partir de esos acontecimientos.
Esta última cuestión, o sea el a posteriori de la destrucción de las torres gemelas, creo que probablemente tendrá una dimensión mucho más grave en cuanto a lo que pueda acontecer en el futuro, a menos que se produzcan grandes cambios dentro de Estados Unidos, lo cual también es una posibilidad. No sé si ustedes están siguiendo los diarios pero al no encontrar las armas de destrucción masiva que decían que iban a encontrar, se está armando toda una corriente de opinión en los medios masivos de comunicación en Estados Unidos que algunos ya llaman el “algo más que el Watergate”. Uno no sabe que va a terminar pasando, pero digamos que si se consolidara la posición de Bush en relación al eje del bien – eje del mal (los que están conmigo están en el eje del bien, los que están contra mí están en el eje del mal) y se pasa de lo que era la estrategia de disuasión a la de prevención, bueno, hemos entrado en una etapa de guerra permanente motorizada desde el “centro” del mundo. Digamos, el planeta nunca ha estado sin guerras, eso lo sabemos bien. Pero una cosa son las guerras entre países vecinos, cosas de ese estilo y otra cosa es cuando hay un centro mundial que basa toda su política en una estrategia de guerra. Bueno, veinte minutos facilitaron condiciones de posibilidad para que eso ocurra.
Vamos ahora a lo que suele ocurrir en el terreno personal y vamos a tomar dos o tres ejemplos. Hagan un esfuerzo, que no les va a resultar tanto esfuerzo, y traten de recordar la diferencia de velocidad con que les pasaba a cada uno de ustedes el tiempo según la edad que tuvieron. Por ejemplo: cuando uno tenía 5 años ni se planteaba el problema del tiempo, no entraba en la cabeza de uno. Por ahí uno a los diez años empezaba a preguntarse o a sentirse molesto y hasta ya cansado de que a uno le faltaran tantos años para llegar a la escuela secundaria y a la universidad, por ejemplo. Y piensen, algunos de los que peinamos canas acá ( no las damas porque son todas jóvenes), cómo sentimos el paso del tiempo en el cuerpo y en esa cuestión de que el límite está cada vez más cerca. Con esto lo que les quiero decir es que el paso del tiempo que, habitualmente se lo indica con almanaques, agendas, relojes, sin embargo cuando se subjetiva no es claramente medible por esos instrumentos técnicos o ni siquiera técnicos, porque los calendarios han sido producto de observaciones astronómicas y mediciones matemáticas. Pero que sin embargo no logran guardar estos efectos y esta modalidad de presentársenos personalmente el tiempo. Piensen otro ejemplo muy sencillo: ¿cuál es la diferencia que se siente en el pasaje del tiempo cuando se esta esperando para dar un examen? ¿Y cuando se lo está dando bien a cuando se lo está dando mal?. Cuando se lo está dando mal parece que el tiempo es eterno, que no se termina nunca ese examen; cuando se lo está dando bien parece que hubiera pasado en un soplo y cuando se está esperando, especialmente si uno no está muy seguro de cómo le va a ir, es otra eternidad.
En los sueños. En los sueños la escena del sueño muestra sus elementos sin necesarias conexiones temporales, eso que cuando los pacientes cuentan sus sueños dicen “ no, era un sueño muy loco, porque estaba mi abuela andando en bicicleta con mi sobrinito y...”. Empiezan a aparecer juntos una cantidad de elementos que no tienen conexiones temporales posibles. Eso lo llevó a Freud a hablar de la atemporalidad del inconsciente, fue el primer planteo de Freud. Sin embargo en los sueños puede haber señales que en su lenguaje, el lenguaje de los sueños, estén indicando ciertas relaciones con el tiempo del sujeto. Por ejemplo, hace poco tiempo una paciente me relataba un sueño, era un sueño bastante bien armado, en el sentido de que era muy creíble todo, pero había un pequeño detalle: “el sueño transcurría en mi casa”, dice la paciente, “pero que no era mi casa era la casa donde vivíamos cuando vivía mi padre, mi madre, mis hermanos, etc”. Después todo el resto era en el presente, obviamente ese sueño ya ahí empezaba a indicar lo que se iba a desenlazar luego sobre el final del sueño, en relación a que esa mujer que se había casado hace muchos años, tenía varios hijos y demás, pero recién ahora estaba empezando subjetivamente a irse de la casa de la madre.
Esto plantea una cuestión que, por ejemplo, planteárselo a la gente de las ciencias exactas resulta muy difícil porque para ellos, ustedes saben, ellos marcan el tiempo con una flecha que tiene una dirección y la flecha del vector que marca un sentido hacia delante, el tiempo es progresivo, digamos así: . Sin embargo nosotros desde la experiencia del trabajo con nosotros mismos, con nuestros pacientes, etc., (eso es lo que empieza a advertir Freud cuando comienza a plantear lo de la atemporalidad del inconsciente), lo que podemos advertir es que el tiempo no pasa, que el paso del tiempo es una sensación del narcisismo (casi digo necesidad en vez de sensación, miren que interesante el equívoco, porque creo que justamente va al fondo de la cuestión: es una sensación pero es una necesidad el narcisismo, suponer que es el tiempo lo que pasa. Una necesidad del yo, una sensación del yo).
Entonces luego fue llevada a ser registrada en relojes, en calendarios, de un modo imaginario, como ya algo hemos hablado algo del registro imaginario, aunque sea momentáneamente les digo que con una relación punto a punto e invertida. La CNN, cuando va pasando sus programas les indica que pasan el programa a tal hora, hora de Atlanta, y entonces dicen: para tales países es una hora más, para tales otros países dos horas más, para tales otros una hora menos, claro, según que lugar ocupan en relación al huso horario de Atlanta. Pero hay que observar esa cuestión porque hay una relación punto a punto entre las horas de los diferentes relojes, entre los meses de los distintos almanaques, los días de los diferentes almanaques, etc. Todo eso entonces facilita el supuesto de que lo que pasa es el tiempo... pero a la inversa los que realmente pasamos somos los seres humanos y será lo simbólico, el significante lo que nos ayude a registrar ese paso, a registrarlo y a tramitarlo, trabajarlo, elaborarlo.
Freud decía en un reportaje de él bastante tardío, ya tenía unos ochenta años más o menos, decía algo que para la mayor parte de la gente suena a increíble, a menos que se llegue a la edad de él cuando le hacen ese reportaje. Él decía que el envejecimiento comenzaba a hacer desear la propia muerte en función de las perdidas que el envejecimiento produce (en el propio cuerpo, en los cuerpos de sus pares, en la capacidad de adquisición mental, en la muerte de los seres queridos contemporáneos con la dificultad subsiguiente para establecer relaciones como fueron aquellas con los más jóvenes). Este tema es un tema que ya se lo plantearon los presocráticos. Seguramente Abel nos va a hablar de eso, con aquella pregunta alegoría sobre si un río que pasa debajo de un puente es siempre el mismo o es otro. Dicho así, tal vez a ustedes les suene, que sé yo: hay un docente que está hablando sobre el tema, dice eso, que interesante, pero si ustedes lograran adentrarse en la cuestión les produciría cierto frío. Porque los colocaría en cuestión, absolutamente toda, de la relación con la propia vida. Justamente, el tiempo cronológico produce el efecto de suponer que se gira en relación al tiempo, en cambio si nosotros observamos las cosas desde este punto de vista, de que no hay una cronología, no hay un tiempo que pasa sino que somos nosotros los que pasamos, se produce un descentramiento tan brutal como el que se produjo cuando se dijo la tierra no es el centro, es el sol y además tampoco el sol es el centro: es un sistema que navega por un espacio sin centro. Se produce un descentramiento tan brutal como cuando uno verdaderamente empieza a captar, captar en el sentido de aceptar, hacérsele carne en uno la creencia, no simplemente a ser una creencia universitaria, digamos de colegio, etc., la existencia del inconsciente. Donde entonces uno que siempre creyó que el centro de su funcionamiento su conciencia, su razonamiento, sus creencias, sus ideas, etc., de golpe se da cuenta que en realidad queda descentrado, queda al margen de ese sistema que uno creía le ordenaba la vida, lo cual obviamente produce toda una conmoción, ¿cómo se vive?
Puede resultar entonces un descentramiento deprimente, si se lo evalúa sólo por la pérdida o productivo si le facilita a uno ir reubicándose en los diversos momentos de la vida para aprovecharlos, en el sentido de articular deseos y goces, que también se van modificando con nuestro paso por ello. Es obvio que si bien hay relaciones entre el jugar de los niños con la sexualidad, no es lo mismo la sexualidad del adulto en la cama que el jugar de los niños, para tomar dos ejemplos polares, pero podríamos tomar muchos otros. En esta cuestión del envejecimiento y el paso de cada uno de nosotros por la vida con las pérdidas que eso conlleva es tramitable justamente en la medida en que el sujeto es capaz de ir reubicándose según los nuevos momentos de la vida y gozando de la vida de esa manera. Hay una expresión pende viejos, que se extendió bastante en Buenos Aires en estos últimos años y que da idea de aquellos a los que no le pasa eso y que uno los ve haciendo permanentemente un sobreesfuerzo para no sufrir que su cuerpo y su mente va pasando, con lo cual obviamente lo que están indicando es su sufrimiento. Uno los ve ahí desesperados por mantener el cuerpo, el vigor, la actividad, la pinta, etc., que tienen los hijos, por ejemplo. Tal vez a los que están acá y no son psicoanalistas les puede parecer una delireta solo adecuada para el trabajo con los pacientes en el consultorio, sin embargo creo que tiene mucha importancia cuando se quiere pensar las cuestiones de la sociedad y de la política.
Ustedes habrán visto que ya al principio de la clase les planteé algunos ejemplos muy prácticos, muy típicos de esto ¿verdad? Vayamos ahora a algunas cuestiones más nuestras, más de acá. Por ejemplo: pensemos desde el punto de vista de la relación con el tiempo ( y ojo porque la clase esta lo no va hacer, es negar al tiempo, sino en todo caso ubicarlo en otra lógica que la de la flecha que va en un solo sentido) entonces en lo que hace a la relación con el tiempo, va a estallar una risa, comparen a Kirchner con De la Rua. Ya no digo desde el punto de vista del concepto político, ideológico de cada uno, eso veremos dentro de un tiempo, comparénlos desde el punto de vista del movimiento desde el poder. Mientras para De la Rua, el tiempo imaginario, o sea ese del reloj, del almanaque, era una de las variables fundamentales incidentes en todas sus decisiones (y fíjense que algo parecido le está ocurriendo a su discípula Elisa Carrió, que ahora de golpe descubrió que podía existir el apuro en otros, no en ella que en su momento por apuro quemó una cantidad de información que hubiera sido muy útil para un juicio llevado adelante bien) Entonces mientras para ellos una variable incidente fundamental es el tiempo cronológico, Kirchner está haciendo un uso del tiempo que depende de sus conjeturas sobre las circunstancias y las diversas variables que se entrecruzan en ellas. Entonces ustedes me dirán: ¿ de donde sacas lo que estas diciendo? Yo con esto no estoy abriendo juicio sobre si Kirchner se está moviendo bien o mal, tampoco (por supuesto tengo mi juicio), pero no lo abro sobre si De la Rua se movió bien o mal. Si no lo que estoy marcando es un posicionamiento diferente en relación a la cuestión del tiempo, donde para el primero, para De la Rua, la cuestión del tiempo está marcada por el tiempo y el almanaque y, obviamente, para Kirchner está marcada por una serie de cálculos que el tipo va haciendo en relación a la circunstancia que están transcurriendo y sobre las que él tiene que operar a partir de una posición que debe tener sobre qué es lo que quiere operar.
También ocurrió algo parecido en su momento con aquellos sectores de ultra izquierda que en medio de la euforia y, más que la euforia, la furia más impresionante que se haya visto en la Argentina en muchos años en las calles, diciembre 2001, enero, febrero, marzo del 2002, lanzaron la consigna de “ que se vayan todos”, que prendió masivamente. La gente coreaba el que se vayan todos. Fíjense ustedes en un año y pico que transcurrió, no es tanto, en las elecciones nacionales el noventa por ciento de la masa votó por los que ya estaban, cosa lógica en tanto no apareciera un hombre con proyectos alternativos verosímiles. Lo digo simplemente, en función de esta cuestión de la relación del tiempo con el cálculo y no simplemente con los relojes.
Muchos de los que votamos a Kirchner lo hicimos para votar contra Menem. Hoy una encuesta salida en Clarín dice que un 91 por ciento considera su gestión entre buena y excelente. En Córdoba, ayer domingo, el cincuenta y uno por ciento votó a De la Sota y el treinta y siete votó a una alianza entre los radicales y López Murphy. El sector menemista que en las elecciones anteriores, entre otras cosas llevándolo a De la Sota a de candidato a Gobernador había ganado las elecciones, en estas elecciones que se presentó en una alianza de la UCD con el menemismo, creo que sacó un 1,4 por ciento o una cosa de ese estilo.
Vamos a otro ejemplo, nos vamos otra vez al extranjero. Lenin para acceder al poder se apoyó en una tesis: lograr una insurrección triunfante en las dos principales ciudades (por número y concentración de obreros y soldados) que tenía el imperio Ruso en aquella época, que eran Moscú y San Petersburgo. Planteó de esta manera la cuestión del tiempo: hay que llamar a la insurrección cuando los de abajo no quieran seguir como están y los de arriba no puedan seguir como están. Entonces dijo: “ni un minuto antes, ni un minuto después”. Pero fíjense como la cuestión del tiempo este hombre la ubicó no en relación a un almanaque sino a una serie de condiciones. O sea, subsumió la cuestión del tiempo a una lógica.
El “que se vayan todos” padecía de la dificultad que los de abajo no tenían con que reemplazar a aquellos que, supongamos, se hubieran ido. O sea, que, corrigiendo un poco a Lenin, no es sólo que los de abajo no quieran, sino que además hay que tener con que reemplazar. Con sólo no querer, no alcanza.
Otro ejemplo del mismo corral: la revolución rusa. En julio de 1905 hubo un ajetreo de masas en Rusia muy comparable al que vuelve a aparecer en julio de 1917. En esa época, inexperto aún, el partido Bolchevique llama a lanzarse a la insurrección y son derrotados completamente. Ahí es donde Lenin hace la experiencia y saca las conclusiones para un replanteo de cómo pensar la cuestión de la insurrección. Curiosamente también en julio de 1917 vuelve a plantearse de algún modo la cuestión, en el sentido de que había habido hacia poco elecciones en las Dumas (parlamento) donde habían ganado una alianza de los socialdemócratas, los Eseristas (que era un partido, para compararlo con algo, medio al estilo de lo que fueron los Montoneros acá o el E.R.P, una cosa así) y donde los bolcheviques habían sacado muy pocos votos. Entonces en ese momento en un discurso en la Duma, donde una serie de sectores de la izquierda criticaban duramente a Kerenski por su política de continuación de la guerra y una seria de cuestiones más. Kerenski en algún momento dice: “ sí, todos critican, pero ¿ quién es capaz de hacerse cargo del poder en esta situación de Rusia?. En ese momento los bolcheviques tenían tres diputados en la Duma, entonces Lenin se para y dice: “Nosotros”. Pero por supuesto no llamó a la insurrección. Cuatro meses después más o menos, cuando se armó en esas dos grandes ciudades un poder paralelo constituido básicamente por delegaciones de obreros, de soldados y campesinos, paralelo al poder legal que eran las Dumas y cuando en noviembre pasan a tener mayoría en él los bolcheviques si lanza la insurrección. Especialmente pasan a tener mayoría dentro del soviet de obreros, dentro del soviet de soldados y en el soviet de campesinos pasan a tener mayoría los eseristas de izquierdas (algo parecido a lo que fue el PRT acá en alguna época) pero que actuaba en alianza con los bolcheviques. Es rn ese momento que Lenin lanza la consigna de la insurrección y efectivamente toman el control de esas dos grandes ciudades. A partir de lo cual inician el trabajo para ganarse a toda Rusia y en un proceso de dos años o tres años (yo no recuerdo, de1917 a 1920, sí, dos años y pico) logran dominar el poder en toda Rusia y además parar la guerra sobre la base de concesiones, negociaciones, etc., con el resto de los países que estaban tratando de bajarlos, de dominarlos.
Ahora, fíjense otra cosa, ese movimiento encabezado por Lenin alcanzó para tomar y retener el poder pero no para efectivizar la utopía de transformar radicalmente la sociedad y el alma de las diversas poblaciones y etnias del Imperio. Tal es así que setenta años después, todo ese proyecto se viene abajo como un castillo de naipes, prácticamente sin derramamiento de sangre. Además, quedando el país en una anomia y anarquía de la cual pareciera que recién ahora están empezando a salir, no que salieron. Porque como ustedes saben tienen una serie de guerras locales bastante importantes que aún no han logrado manejar los que han remplazado a los comunistas para desarrollar el capitalismo.
Tomemos otro ejemplo: Mao Tse Tung. Lo que se planteó tempranamente, o sea al poco tiempo de creado el Partido Comunista Chino, es que en China no se podía pensar la toma del poder al estilo de en Rusia porque no sólo China era un gran país muy campesino, de costumbres muy atrasadas (en eso uno podría decir que, casas más, casas menos, se parecían a la Rusia de los zares) pero que no tenían grandes ciudades con concentración industrial y de soldados como sí había tenido Rusia. La propia ciudad-puerto de Shangai, básicamente era un puerto de entrada y salida de la producción agrícola como exportación y para otro tipo de productos como importación. Entonces Mao no se plantea un acceso al poder por la vía de una insurrección rápida como se planteó Lenin, sino que se plantea una estrategia que le llama la “guerra popular prolongada”, dónde lo que desarrolla es una guerra que empieza más o menos en 1934, no recuerdo bien y accede al poder recién en el año 1949.
O sea, que el tiempo que le llevó a cada uno de esos dos Partidos Comunistas acceder al poder desde el punto de vista cronológico fue muy diferente, por una lógica del proceso social que ellos necesitaban tramitar también diferente. Obviamente en China, en no mucho tiempo también, con otras vestimentas volvió a pasar algo parecido a lo que pasó en Rusia. Actualmente hay un fuerte desarrollo capitalista en China bajo la hegemonía del Partido Comunista.
El voluntarismo del “Che” Guevara, que intentó creer que la sola voluntad podía llevar al triunfo, en realidad lo llevó al suicidio. Cuando uno estudia un poco lo que pasó en Bolivia, en la zona donde el “Che” se levantó, uno se da cuenta que no tenía ninguna posibilidad de desarrollar lo que él quería desarrollar. A lo cual contribuyó no sólo la situación socio-político y cultural de Bolivia (que era muy distinta a lo que él creía, él se encontró con otro país cuando estaba allá) sino también a la situación internacional. Donde quiénes él suponía le iban a responder como aliados, lo dejaron caer sin el menor escrúpulo.
Piensen ustedes en cómo asumió el poder Hitler, es otro tema interesante. Hitler saca en las últimas elecciones digamos democráticas, que se realizaron en la Alemania de entonces un 33 por ciento de los votos. Los comunistas y socialistas de izquierda habían sacado un porcentaje parecido. En el centro habían quedado los conservadores de Hindeburg. Hitler lo que arma es una alianza con lo más conservador de los conservadores y con el gran capital financiero. Ese es el punto de apoyo de él para ser nombrado canciller y a partir de ahí llevar adelante el proceso que va a terminar recién en el 45 con la derrota de Alemania.
No conozco bien el tema de la marcha sobre Roma, pero debe ser un tema interesante a estudiarlo, o sea como llegó Musolini al poder. Sí tenemos idea de lo que pasó acá el 17 de octubre. Primero, un proceso político que se venía pudriendo a partir del inmovilismo del segundo gobierno de Irigoyen ( inclusive con la marca que había dejado la Semana Trágica, producida, no olviden ustedes, en ese gobierno de Irigoyen) que facilitó las condiciones para el golpe de estado. Hago estas señas en el sentido que también Uriburu y la gente de Uriburu se deben haber planteado en su momento cómo acceder al poder y que relación con el tiempo para acceder al poder. Cuando ellos logran armar una alianza entre los conservadores, el ala antipersonalista del radicalismo, sectores de la alta oficialidad del ejercito y la mayoría de la Corte Suprema de la Nación ( tenemos tradición nosotros con la Corte Suprema), Uriburu da el golpe e instala el gobierno y en un año llama a elecciones fraudulentas que instalan al gobierno de Justo. A partir de ahí se va desarrollando una situación de cada vez mayor malestar en la Argentina. En relación a eso: el malestar atravesaba desde la izquierda a los radicales. Ante eso es que el grupo de oficiales unidos, arma su conspiración, da su golpe de estado, lleva primero al presidente a Rawson que dura tres días, después a Ramírez y después a Farell que mete de Secretario de Trabajo y Previsión a Perón. Desde ahí, él desarrolla toda una política de concesiones, negociaciones y alianzas con los sindicatos, con lo que logra generar un movimiento sindical en su apoyo.
Los sectores más conservadores en ese momento lo meten preso. Y ahí se juega toda una parte del destino argentino: porque es sabido que había una discusión muy grande dentro del joven peronismo de esa época, que en realidad era el Partido Laborista y dentro de las direcciones sindicales, donde según dicen los rumores (nunca se sabrá si es cierto o no), Perón no estaba de acuerdo en lanzar una concentración sobre la Plaza de Mayo. En cambio fue Evita la que empujo esa concentración en alianza con determinados dirigentes sindicales y genera ese movimiento, el famoso 17 de octubre, que no sólo logra sacarlo de la cárcel a Perón, sino que lo transforma en lo que va a ser el líder histórico de la Argentina por mucho tiempo.
En consecuencia cuando hablamos de la subjetivación del tiempo y de la socialización de dicha subjetivación lo hacemos no en el sentido cronológico, sino al modo del ordenamiento lógico que se le da a los tiempos según las conjugaciones verbales. Esto hace que como previsión del tiempo del sujeto la conjugación verbal se juegue siempre en el futuro anterior del indicativo, o sea en él “habrá sido” y no excluya al error como variante contingente. El sujeto solo sabrá donde quedó plantado después de su acto, o sea del acontecimiento que lo sitúe en una nueva posición en articulación a las cadenas significantes que lo sobredeterminan. Lo que es un sujeto, a pesar de su apariencia, queda decido por el lugar que toma en la cadena significante después de cada puntuación. Por eso cada uno de nosotros encontrará una cantidad de repeticiones en su vida que tienen que ver con nuestro modo de presentarnos pero también encontrará que en cada repetición algo diferente se produce y también encontrará que hay sorpresas que no sólo sorprenden a los otros, que a veces lo sorprenden a uno mismo. Por eso el sujeto tiene más relación con el estar que con el ser. Nosotros en ese sentido tenemos una de las pocas ventajas tal vez, sobre la lengua inglesa. Ella consiste en que tenemos dos significantes distintos para definir “ser” y “estar”. Ustedes saben que para ellos es “to be”¿verdad? El sujeto tiene más que ver con el estar. Al ser, al ser, al soy, sólo se lo siente, se lo experimenta en el goce, para decirlo en términos sencillos (tanto para los colegas que están empezando como para aquellos que no son psicoanalistas) los psicoanalistas le llamamos goce a aquello que nos hace sentir el cuerpo. Cuando uno no siente el cuerpo no hay goce, cuando uno viene y se queja de las contracturas, de los dolorcitos, de la cefalea o cuenta como disfrutó su última relación sexual, ahí hay goce. Con lo cual nosotros usamos la palabra goce no sólo para hablar del placer, que es el uso vulgar de la palabra goce, sino que también puede ser el dolor. Y además la usamos, en realidad el tipo que la puso en funcionamiento de esta manera fue Lacan, para usarla también en el sentido de usufructo. Goce fue una palabra que le permitió a él expresar lo que quería decir que no era sólo un sentimiento sino que también tiene esta cuestión del usufructo que puede ser el usufructo del cuerpo del otro, el usufructo del propio cuerpo pero el usufructo.
De ahí uno de los planteos iniciales de Freud, que lo dijo en francés, él utilizó la formula “apres coup”. Si para las ciencias exactas el tiempo es representado por la flecha para nosotros los psicoanalistas, una primera escena que puede pasar desapercibida va a ser significada por una segunda escena . Recién acá va a aparecer el síntoma, la neurosis, lo que fuera. No es una sola escena, sino que será como esa escena se va a entrelazar en la red de escenas que vamos atravesando en la vida. Como ven, por lo tanto el tiempo para nosotros tiene relación con la retrosignificación, por eso Freud hablaba “apres coup”, de retro acción.
Lacan avanza en esta cuestión planteando la lógica temporal en función de una serie de elementos que voy a disecar. Una es la función de la percepción, él lo va a definir como “el instante de ver” y en este sentido captemos la diferencia entre ver y mirar. Yo puedo estar mirando este salón y percibir particularmente a un señor de anteojos y barba que es amigo mío que está enfrente. A él lo estoy viendo, al resto lo estoy mirando. Entonces, hay un instante de ver que va a signar la comprensión, por ejemplo: hice una definición, dije una serie de cuestiones, ¿ es eso sólo lo que estoy viendo?, cuando veo ahí, ¿que se me ha instalado como pregunta? Porque la compresión va a resultar acomplejada, necesariamente castrada. O sea: hay una serie de cuestiones que en el instante de ver a mí me van a producir interrogantes. ¿ Por qué se me ocurrió a mí hablar de ese señor en medio de esta clase, en relación al instante de ver?. Ahí viene lo que Lacan llamaba el tiempo de comprender, que es el tiempo de la conjetura, es lo que me está pasando a mí en este momento, en el sentido de las preguntas y respuestas que yo me estoy dando en mi propia cabeza sobre por qué vi a él y no a otro, en esta situación. Es el tiempo de la conjetura, el calculo, cuyo resultado va a retrosignificar (volvemos a lo de Freud) lo que se vio. Lacan dice (en el primer trabajo que Lacan plantea este tema se llama “Un nuevo sofisma”, está en Los escritos, digo por si alguien tiene ganas de leerlo) lo plantea más o menos así como lo estoy planteando yo ahora. Más adelante, bastante más adelante, él va a plantear una paradoja: el tiempo de la comprensión es aquel tiempo donde no se comprende nada. Pero si ustedes lo piensan es una paradoja que tiene una lógica absoluta, justamente porque no se comprende nada es que el aparato de pensar pensamientos sigue conjeturando para tratar de comprender lo que no comprende, por eso se está en el tiempo de comprender. Hay un momento en que a uno le precipita la ilusión de que ya entendió, a eso Lacan lo va a llamar el momento de concluir. Tendría que ver con esta vuelta donde yo supuestamente supe por qué vi eso y no otra cosa. Y ahí Lacan va a meter otra paradoja: porque justamente en el momento de concluir va empezar un nuevo tiempo de comprender, o sea va empezar un nuevo tiempo donde se nos va a replantear que hay algo que no comprendemos y, hablando otra vez como Bion, nuestro aparato de pensar pensamientos va a reiniciar su trabajo. Entonces para nosotros los psicoanalistas, el tema del tiempo es algo mucho más complejo que simplemente mirar el reloj ( por ejemplo yo ahora veo que estoy atrasado pero en realidad me acuerdo de que en realidad empecé tarde la clase porque varios de ustedes no habían llegado: la culpa es de ustedes)
Además tengamos en cuenta otra cuestión que es que el instante de ver, el tiempo de comprender puede resultar abortado por una comprensión apresurada. Esto es una de las cosas más comunes, digamos en nosotros, los seres humanos. Se aborta nuestra comprensión por una comprensión apresurada. Después lo real que se nos va a venir encima como para ponernos otra vez en juicio la cuestión y reiniciar todo el juego.
No es el tiempo como cronología determinada imaginariamente lo que nos indica la ruta, sino los aconteceres en la ruta los que nos van simbolizando al tiempo como una cuenta que va siendo. En este sentido yo me permito algo que es una idea que a mí se me ocurrió, puedo estar acertado o no, no sé, pero se las cuento. Relaciona al nudo Borromeo con el tiempo. Acá se los dibujé. En el nudo Borromeo ustedes tienen el registro de lo imaginario, el registro de lo real, el registro de lo simbólico. Está dibujado sin rigor, en el sentido de por donde pasa cada una de las cuerdas. Acá si lo tienen armado con más rigor (muestra alambres de distintos colores articulado borromeanamente): está armado de tal manera que si yo desatara cualquiera de estos alambres, el resto se desatan también, quedan sueltas, se sueltan las tres arandelas. Esto lo utilizó Lacan, está bien dicha la palabra porque inclusive la anécdota cuenta que él lo descubrió en un cuadro que vio en una noche de juerga en la casa de unos amigos, donde estaba el Blasón de una familia aristocrática de Francia, que contenía este nudo. Entonces les preguntó que era y le dijeron: es el nudo de los Borromeo, y le contaron la historia del nudo. El tipo pensó: -que bárbaro, esto me sirve para mostrar lo que yo quiero mostrar. Entonces, lo que él muestra es que el sujeto queda tensado entre estos tres registros permanentemente y que en el lugar donde estas tres arandelas atrapan (fíjense que si yo lo dejo correr mi dedo queda atrapado) lo que queda en el medio. En ese lugar él va a situar a lo que a él le llevó como veinte años ir trabajando, que es el llamado objeto a. Por eso el objeto a tiene una cara real, que es de lo que más habitualmente se habla, en el sentido de que es lo que causa el deseo, ya que al ser lo no-significado es lo que incita a seguir buscando, pero también tiene una cara simbólica y una cara imaginaria.
Considero que al tiempo lo podemos ubicar como un objeto a, atrapado en el centro del nudo, afectado por los tres registros.
Lo que capta Lacan pasado también otro tiempo de su enseñanza (después de haber usado el nudo para la demostración de lo que él quería decir) capta que si el nudo quedara reducido así, quedaría negado un elemento clave de la teoría: la castración. Que es la cuestión de por qué no hay ninguna lógica que en algún paso de su desarrollo que no se encuentre con alguna falla. Lo cual los lógicos clásicos lo resuelven por vía de la paralógica ( o sea de lógicas envolventes capaces de resolver esa falla). En cambio para nosotros, los psicoanalistas, en relación al trabajo con el sujeto lo que hacemos es que esa falla produzca, porque esa falla es el lugar de donde nace el deseo para decirlo en términos sencillos.
Entonces, si nosotros ubicamos el tiempo acá (en el centro del nudo), como un objeto a y tomamos lo que plantea Lacan, en el sentido de que no hay nudo sin falla y que lo va a llevar a armar lo que llamó un cuarto nudo, un sinthome, dicho en un francés arcaico donde condensa la palabra síntoma con la palabra hombre. Ese cuarto nudo le va a permitir producir un nudito que resuelva la falla donde se halla producido, en la articulación entre esas tres arandelas. Es un artificio que él utiliza para tratar de mostrarnos como los seres humanos nos las arreglamos con la vida. Porque como la vida es muy difícil, la vida es muy real para nosotros, nos la arreglamos como podemos. A ese “como podemos” llamará veces síntoma y otras veces, por lo menos como yo leo a Lacan, cuando es más exitoso, cuando está más acorde con la batería significante en la cual el sujeto se haya originado, Lacan lo llama sinthome.
Yo lo que creo es que en relación al (cambio de cinta)
Síntomas y sinthomes anudan también la problemática temporal, lo que en cada uno de nosotros falla del atrapamiento del tiempo en el nudo. Esto, que les puede sonar a chino dicho así, se los voy a decir a través de ejemplos fáciles de observar. Ustedes seguramente tienen algún amigo o alguno de ustedes lo es, suficientemente obsesivo como para estar siempre postergando el acto: “ y no, no es el momento, vamos a ver...” Nuestro “mejor” ejemplo a sido “Frenando de la Duda” ¿ verdad?, siempre postergando el acto, el hombre. En cambio ustedes tienen otros tipos que al revés: pasan a la acción prácticamente sin pensar. No entro a juzgar qué es mejor y qué es peor sino que, en todo caso, son diferentes modalidades de manejarse en relación al tiempo. Es lo que planteaba al comienzo cuando lo comparaba a De la Rúa con Kirchner. No entro ahora a juzgar si uno era peor, u otro mejor, sino que obviamente tienen una modalidad diferente de relacionarse con el tiempo. A esa modalidad, creo que nosotros podemos llamarlo, cuando le resulta eficaz: el sinthome de cada uno para arreglárselas con su tiempo. Si es ineficaz estaremos en el campo de síntomas con relación al tiempo. Lo que yo creo ( estoy usando la palabra creo a propósito para no meterlos a ustedes en como si esto fuera algo comprobado, etc., son hipótesis que están basadas por supuesto en ciertas observaciones, varias de las cuales les dije) , pero ahora les agrego otra: yo creo que las culturas, lo digo en plural (ahora van a ver por qué), van amarrando lo que en ellas falla de la lógica temporal con rasgos particulares que tejen sus síntomas, los síntomas de esas culturas, o sus sinthomes de esas culturas con respecto a sus relaciones con el tiempo. ¿ Qué les quiero decir? Por ejemplo los tipos de gobierno. Expresan la particularidad de cómo se anudan en esas culturas la relación con el tiempo. También las modalidades que van tomando las organizaciones artificiales de masa.
Supónganse: volvamos a Rusia. Es uno de los pocos países del mundo que llegó por mano propia hasta el comunismo. O sea, uno podría decir que atravesó una serie de modos de producción y formaciones económico-sociales que no todos los países en la historia atravesaron. Tengan en cuenta que Rusia pasó por el feudalismo, pasó por el Zarismo (que es una forma de monarquía), pero antes tuvo el modo de producción asiático. Rusia siempre se distinguió por tener un centro brutal y poderoso que ordenaba el país. Se hallan llamado Zares o se hallan llamado dirigentes bolcheviques, pero lo notable de Rusia es que el modo de anudamiento de ellos al tiempo es a través de jefes que perduraron durante el tiempo que duró su vida y que manejaron Rusia por vía de una represión sangrienta.
En cambio si vamos, por ejemplo, a la zona del mediterráneo, Grecia, etc., también han pasado por una serie de modos de producción, formaciones económico sociales, etc., sin embargo, siempre la relación con el poder ha sido más laxa, aún en las épocas del feudalismo. Recuerden ustedes que Italia para reunificarse después de la caída del imperio Romano le llevó un montón de tiempo, fue resuelta recién a los finales del siglo XIX, comienzos del siglo XX . Pero no sólo eso, sino la modalidad de relación con el poder. Creo que en este sentido los reinados, incluyo dentro de eso al Zarismo, a las modalidades de las Dinastías en China, etc., los reinados absolutos, se entiende ( de eso estoy hablando) intentaban atemporalizar los sentidos de gobierno. Por eso la caída del Emperador como Dios viviente en Japón fue un fenómeno tan brutal. No sé si ustedes tienen idea, pero miles de oficiales del ejército japonés se hicieron el harakiri (sepuku) en el momento de la rendición, de la capitulación, frente al Palacio Imperial. La gente caminaba por la calle azorada, era como si les hubieran cambiado de golpe el mundo, hay que leer algunas cosas de esas para entender lo que significo para ellos.
En cambio las democracias ceden hasta cierto punto a la deriva significante, respondiendo más a la lógica del tiempo, en tanto hay la posibilidad de sustitución. Incluso, a mí modo de ver, las democracias parlamentarias son las que se acercan más al funcionamiento en discurso de las sociedades. ¿ Qué les quiero decir con esto? Un ejemplo muy típico fue la Italia de los años sesenta, setenta, ochenta, donde había (en realidad en cierto modo todavía funciona así, ha habido algunos cambios), pero ellos tienen un presidente parlamentario que es elegido por un periodo X, supónganse cuatro años (creo que ahora son cuatro años, en otra época eran seis) que es absolutamente estable, inamovible, etc., pero es absolutamente acotado en sus funciones. Las funciones del Presidente en esa democracia, en esa época, era solamente la de convocar a consulta a los partidos políticos cada vez que una crisis parlamentaria hacía caer a un gobierno, para encargar entonces a quien le pareciera que estaba en mejores condiciones de formar gobierno. Ese partido o ese líder empezaba sus consultas con los otros partidos hasta que formaba la alianza necesaria dentro del Parlamento para un nuevo gobierno. Entonces dirán ¿ qué tiene que ver? ¿de qué me está hablando el loco este? De lo que les estoy hablando es de lo siguiente: ahí sí que el presidente funciona como un puro “S1”, es un significante sin sentido. El sentido se va a producir por el abrochamiento que produzcan el gobierno que logre el apoyo parlamentario y que va a darle curso a lo que siga en ese país, en ese momento. Algo parecido pasa con las monarquías constitucionales, por ejemplo la inglesa o la española. Donde existen, viven muy bien, no estamos discutiendo desde el punto de vista de si es justo o no lo es, sino de la función que juegan. Ellos tienen nada más que una función: abrir el período parlamentario y en caso de crisis profunda de gobierno convocar a la constitución de nuevo gobierno. Fíjense que en ese sentido están mucho más ligados a lo que es el desarrollo del discurso en función del significante y por lo tanto también mucho más ligados a poder relacionar el tiempo de esos países y esas sociedades con lo real que a esos países y a esas sociedades se les va presentando.
Observaciones, preguntas, respuestas y discusiones:
- Me quedé pensando y tomando esa frase: “ en estos tiempos que nos tocan vivir”, si había un cruce posible entre como empuje al consumo, lo que se llama consumismo medio desatado, y cierta modalidad en el tiempo. En relación a que no sólo se propone un objeto como posible y complementador sino que hay como una inmediatez y una abolición de la espera.
- Mirá, gracias. Justamente cuando Lacan trabaja el discurso del capitalista (que hoy no lo voy a trabajar) toma en cierto modo esta cuestión y plantea algo que es muy interesante: él va produciendo una deriva con la palabra consumo, consumismo y capitalismo. Y donde dice que el capitalismo marcha a su consumación, finalmente a su consumición. La pregunta que uno se hace es si es el capitalismo sólo o si en ese sentido algo está pasando en la especie. Por eso planteo lo de la bomba atómica: creo que en realidad el cambio feroz empieza a producirse ahí. Porque es cuando el desarrollo tecnológico empieza a apartarse velozmente y sideralmente del paso humano. Entonces la pregunta que uno se plantea en este momento es ¿ a dónde esta llevando eso? Nosotros sabemos que hablar de consumismo (especialmente en sociedades como la nuestra) es una hipocresía de las clases dominantes. Acá consumimos algunos privilegiados, el resto son consumidos. En ese sentido la palabra sí sigue sirviendo, porque de lo que se trata es del consumo pero ¿quién es consumido? Ahora, lo que es cierto es que el desarrollo tecnológico está metiendo otra relación con el tiempo en cada uno de nosotros. Si ustedes piensan en la vida rutinaria, regular de cada uno de ustedes, se van a dar cuenta que desarrollan, al cabo del día, muchísimas más actividades que las que desarrollaban hace treinta años. Entonces, si es cierto esto que estuve intentando plantear en la clase, de que son los acontecimientos los que significan al tiempo y no el tiempo el que significa los acontecimientos, quiere decir que hemos entrado en un tiempo, como efecto de esa significación que produce lo que vos llamas el consumismo, que está llevando a la humanidad como un motor que hubiera perdido el regulador. Creo que no es un problema sólo del capitalismo, justamente la gran presión social dentro de países como Rusia, China, para que cayeran los sistemas tradicionales que había armado el comunismo, tuvo mucho que ver con el apegamiento que surgió en la masa a lo que en la vidriera del capitalismo le mostraban. La entrada de la televisión satelital tuvo una influencia enorme en la transformación mental que se produjo en esa gente. Si esa caída la vamos a pensar por el lado conspirativo, caere mos en una tontería, porque la pregunta que hay que hacerse ahí es ¿por qué se engancha la gente en ese tipo de cuestiones?
- Laura: Me sorprendiste con el tema del tiempo como objeto a, no sé, que sé yo, habría que pensarlo bastante. El tiempo imaginario es claro, es el tiempo del reloj, no hay demasiada duda. El tiempo simbólico tiene que ver con el tiempo de la subjetivación en relación al eje diacrónico, uno podría decir el “apres coup”, bien. Me costaba más pensar lo real del tiempo. Se me ocurrió en relación a eso, esas situaciones donde hay que operar en relación al tiempo sin tener ningún indicador sobre qué es ese tiempo sobre el que se está operando. Y no me voy del tema, vuelvo a estas cuestiones sociales porque pensaba en cuando Hitler invade Rusia. Muchas veces me pregunté ¿ Por qué cometió el mismo error que Napoleón? Si Napoleón no había podido invadir Rusia porque lo agarraba el invierno, entonces por qué Hitler (que uno puede decir cualquier cosa pero tonto no era) invade Rusia. Después me entero que hubo un problema climático, Hitler manda a las tropas con el tiempo suficiente de llegar antes del invierno, los rusos usan la misma estrategia que con Napoleón: ir retirándose y quemando todo a su paso para que no tuvieran que cosechar. Pero resulta que fue el invierno más feroz en los previos 40 ó 30 años, una cosa así y el invierno los agarró mucho antes de lo que Hitler calculaba. Ahora, hasta ahí accidente, pero hay un momento donde Hitler tiene que decidir si retira a las tropas o las deja seguir avanzando especulando con que no puede ser tan frío ese invierno. En ese punto él está operando sobre el tiempo, en el sentido de ¿ cuánto tiempo más va a dejar sus tropas ahí? El final es que las deja y mueren no sé cuantos miles de tipos de frío y de hambre, pero digo: en ese momento donde un Hitler o cualquier otro en esas situaciones decide sobre una variable que es el tiempo en relación a un movimiento, donde la decisión es en el vacio, hay una serie de variables pero la decisión en sí es en el vacío. Hay algo del azar ahí en juego, pudo haber aflojado el invierno y Hitler haber entrado a Rusia, que sé yo. A medida que iba pensando esto, pensaba: si esta cuestión del tiempo como “apres coup” que plantea Lacan en el “instante de ver”, “el tiempo de comprender” y el “momento de concluir” no tenía algo que ver con los tres registros, en el sentido del primero, el “instante de ver”, está mucho más ligado a lo imaginario porque es ese golpe de vista donde uno dice: “epa, ¿qué pasó acá?”. El tiempo de comprender tiene que ver con la posibilidad de operatoria significante y ese momento de concluir donde siempre hay algo de riesgo y donde uno no sabe muy bien sobre qué está operando, está el después y uno puede recién de ahí decir: “ah, bueno, entonces habrá sido tal x cosa”. Bueno, nada, comentaba esto que iba pensando mientras te escuchaba.
- Sí, comparto lo que decís Laura. Justamente por eso planteo que en realidad no es el tiempo el que le marca su derrotero al acontecer, sino que es el acontecimiento el que va marcando la ruta del tiempo. Eso va produciendo esa relación de tres que vos planteaste, que yo estoy de acuerdo en el esquema lacaniano del tiempo: instante de ver, imaginario; tiempo de comprender, simbólico; momento de concluir, real. En el momento que verdaderamente se pasa al acto, uno puede pasar al acto con la ilusión de que sabe lo que está haciendo, pero no es más que una ilusión siempre. Por eso yo les decía que el tiempo desde el punto de vista de la gramática, el tiempo del sujeto es el tiempo del habrá sido, nunca es el tiempo del será ni es, siempre será el habrá sido. Les cuento una cosa de un paciente que era una psicosis hipocondríaca, de tipo paranoico, con un delirio monosistematizado y muy recortado. En el sentido de que él estaba absolutamente seguro de que estaba enfermo del corazón y que iba a morir por eso. En relación a lo cual recorría médicos a montones. Encima, pobre hombre, tuvo la mala suerte que tuvo un infarto y casi se muere en serio. Pero casi se muere, para él hubiera sido mejor morirse en realidad, porque cuando zafó del infarto, bueno, ya quién le cambiaba nada ¿no? Y un día la verdad es que yo ya estaba, digámoslo, un poco cansado de escuchar siempre la misma retaíla en relación a esa cuestión. Él me decía: “Pero doctor, lo que yo le digo es indiscutible, absolutamente indiscutible, yo salgo de acá y me puedo morir” y entonces le dije: “ ¿Sabe cuál es la diferencia entre usted y yo? Es que usted tiene eso presente todo el tiempo, en cambio yo me olvido de eso y me hago la ilusión que voy a vivir. Esa es la única diferencia.” Porque en realidad es cierto, es así ¿verdad? Pero esto tiene que ver con la cuestión de lo real del tiempo. El acontecimiento del infarto, a este hombre le reafirmó absolutamente el delirio hipocondríaco en el cual ya venía. En lo que vos decís de Hitler, es así, pero de ese tipo de acontecimientos en la historia hay montones.
- Abel: Discúlpame, porque yo estaba pensando una cosa mientras vos hablabas, porque el tema del azar en relación con lo temporal, no solamente le sucede a Hitler, también le sucede a los rusos. Pero el problema es que Hitler no pensó la resistencia que había del otro lado: donde los rusos se defendían apilando cadáveres. Ahora bien, ayer soñé a la mañana con el tema del tiempo: me desperté con la idea de que el tiempo y la eternidad eran las dos caras de Dios y que la eternidad era la cara maligna de Dios, era como si fuera lo diabólico de Dios y ahora salí corriendo porque me encontré con una cita de Kierkegard, que la escribí: “ El instante es ese equívoco donde el tiempo y la eternidad se tocan, y es ese contacto que posee el concepto de tiempo, donde el tiempo no cesa de recusar la eternidad y donde la eternidad no cesa de penetrar el tiempo” Yo, en realidad, soñé con Kierkegard. A mí me llamó una cosa que yo estuve anotando ahí, que Sergio lo planteó, que es el tema del tiempo y el poder y yo quisiera que vos dijeras algo sobre este tema.
- Primero partamos de una idea que me parece que es clave, que es una idea muy trabajada por Lacan y otros. El poder es aquello que se le da al Otro. En ese sentido invierte la idea, el poder no estaría ejercido desde quién supuestamente lo tiene, sino que quien supuestamente lo tiene es por delegación de los demás, sea porque se lo delegan o porque no se lo disputan . Eso fue muy evidente acá en muchísimas circunstancias en la Argentina. Por eso yo traía la comparación entre las monarquías y las democracias. En las monarquías es el ejemplo más clásico de cómo el poder es cedido por la masa al monarca, inclusive en situaciones muy ridículas donde se arman después las intrigas de corte, hay asesinatos entre monarcas, príncipes y que sé yo y la masa los sigue reconociendo en el lugar del poder ¿verdad? Creo que no ha habido monarquía que no se apoyara de alguna manera en la idea de que eran la delegación de Dios. En el caso del Emperador japonés, es el caso en la modernidad más impresionante, porque lo llamaban “Dios Viviente”, o sea para ellos era Dios, no una delegación de Dios. Las otras monarquías, así era el juramento de ellos además, era por gracia de Dios. O sea que el poder quedaba absolutamente asociado a la eternidad efectivamente, los hombres pasaban pero había algo eterno que era el poder delegado por Dios. La subversión que produce la democracia en ese sentido ( y ojo porque a mí la democracia la verdad, mucha simpatía no me causa. Lo que pasa es que, ahí sería churchiliano y diría: “bueno, es el menos malo de todos los regímenes políticos”), pero en la democracia lo que se pone en cuestión es, desde el punto de vista del tiempo, la eternidad del poder y desde el punto de vista de la teoría psicoanalítica en relación al significante, la letra, lo imaginario, lo real, se pone al poder más en dependencia del significante. En cambio en la monarquía el poder queda casi absolutamente subsumido al signo, o sea a un sentido preciso. La democracia es lo que abre la posibilidad de que todos los sentidos sean puestos en cuestión, después viene toda la otra cuestión: la relación de la masa con el propio poder que hace que, en general, de fondo, los sentidos no se pongan demasiado en cuestión porque a la propia masa no le interesa que los sentidos se pongan demasiado en cuestión. La propia masa, por lo que hemos ido conversando hasta ahora en el seminario (no es un problema de defecto, de maldad de la masa o cosa por el estilo, no, es un problema de necesidad de lo imaginario, por lo tanto de la necesidad de la repetición del sentido) pero la democracia abre cierta posibilidad que los sentidos se fisuren. Volviendo a lo que planteaba Laura: es obvio, no sabemos lo que va a pasar pero es obvio que todos los que estamos acá (me animo a decirlo) estamos absolutamente sorprendidos con lo que pasó en los quince primeros días de gobierno de Kirchner ¿verdad? Entonces son quince días que comparados con los diez años de Menem, por ejemplo, otra vez vuelven a poner en cuestión el tema del tiempo cronológico. En cambio nos subsumen a una lógica del tiempo que es mucho más compleja pero es mucho más rica para trabajar con lo real de la vida ¿no?.
- Recién como diste la teoría del poder, como don, como la parte maldita que se refiere Bataille
- El manejo del don es lo que les permite a los poderosos sostenerse en el poder. Inclusive a través de la paradoja de quemar todas sus propiedades. Bataille se está refiriendo ahí a economías muy primitivas. Pero lo interesante es:¿Por qué se subsume la masa a ese hombre que da como mayor muestra de su poder destruir todas sus propiedades? Y es que lo que le es necesario a la masa ( e insisto en que esto no es crítico hacia la masa en sí, estamos hablando de cuestiones de estructura de todos nosotros, los que estamos acá también funcionamos como masa en muchísimas cosas), necesitamos suponer que hay un lugar donde las cosas se ordenan. Entonces sería más fácil tomar otra parte de Bataille, que es probablemente a la que vos te referís, que es cuando el jefe de tribu dona sus pertenencias a la masa. Uno podría decir: corrompe a la masa, es más sencillo. Pero más difícil de explicar es cuando el jefe de tribu quema sus pertenencias, destruye todas sus pertenencias, esa es su muestra de poder. Y ahí la masa lo adora. Lo que entra a jugar es el tema del narcisismo, justamente, pero el narcisismo, vuelvo a decir, como estructura, donde ante los ojos de esa masa aparece alguien tan poderoso que vale la pena refugiarse en él, aunque conlleve a la propia destrucción de esa masa. No olviden ustedes que buena parte del poder de los Aztecas se sostenía a través de los sacrificios humanos y dentro de Grecia también ocurría eso, y se sentían absolutamente honrados quienes iban a la pira del sacrificio. Más cercanamente la masa irakí tras Saddam.
- (Intervención inaudible) Si no tiene algo que ver con lo que planteaba Laura, de ¿por qué en ese invierno?¿Por qué ese desafío de poder?
- Sí es una forma también de pensarlo, de Hitler ahí ¿no? Porque lo que es cierto es que una cantidad de Generales del Estado Mayor le aconsejaban retirarse. Es bueno lo que vos planteas ahí, porque esa es otra cuestión, que a los que pretenden pensar las cuestiones de la sociedad. (cambio cinta) no la van a entender nunca. Alguien puede quedar en la encerrona de que si se retira y con eso salva a una parte de sus tropas, sin embargo queda en una situación estratégicamente inferior a que si no se retira y pierde a toda una parte de sus tropas. O sea, si es capaz de quemar ante los ojos del otro a una parte de sus tropas. Ustedes saben que el ejemplo inverso al que traía Laura, es que el ejército Alemán se rindió teniendo, yo no me acuerdo cuantos, pero creo que era un millón de soldados intactos todavía y metidos en la selva negra, esperando las ordenes para pasar a atacar. Ahora ya en ese momento sí, la mayoría del Estado Mayor del Ejército Alemán lo doblegó a Hitler. Si ustedes observan la última escena donde Hitler es filmado, saliendo de su bunker a saludar a los soldaditos alemanes que estaban defendiendo Berlín (digo así porque eran chicos de catorce, quince años), ustedes van a notar en su frente (especialmente los que tienen experiencia psiquiátrica) el omega melancólico: era un hombre absolutamente destruido Hitler en ese momento. Yo creo que lo del suicidio de Hitler es cierto. Creo que no lo mataron, sino que como aparece en la historia él se suicidó y también la amante de él. De paso, cosa interesante para nosotros los psicoanalistas, porque un paranoico clásico como Hitler sin embargo termina melancólico, absolutamente melancólico. Yo creo que una de las cosas que pasó ahí fue que no le dejaron utilizar ese millón de hombres que estaban perfectamente armados y preparados para seguir la guerra en la selva negra. Eran varias divisiones del ejército que tenía intactas pero ya en ese momento los otros consideraban que era suficiente la destrucción de Alemania. Lo que estaba en juego (eso es otra cosa) no era sólo el equilibrio militar, lo que estaba en juego ahí era toda la infraestructura industrial de Alemania que estaba siendo echa pedazos por los norteamericanos y los soviéticos.
- Me estaba acordando de algunas cosas, cuando vos hablabas del tiempo como objeto a. Sabemos que el objeto a no es especularizable y bueno también difícilmente significable. Me estaba acordando aquella famosa frase de San Agustín en donde dice algo así: “Si lo tengo que saber para mí sí lo sé pero si lo tengo que explicar para otro no lo sé”. Como que no podría apresarlo, digamos apresarlo de alguna manera, para ponerlo en palabras. En el cruzamiento del tiempo y la eternidad, vos cuando contabas este relato que trajiste, me acordaba un relato similar de Borges, donde el habla del contacto, un gato le roza la pierna y él dice: “Sin embargo, ese contacto es ilusorio, porque el gato, mientras yo soy hombre y estoy en el tiempo, el gato está en la eternidad” Entonces uno podría preguntarse: ¿qué sería la eternidad? Por lo menos los místicos lo plantean como una especie de, valga la redundancia, eterno presente, siempre presente. Y justamente en el tiempo, lo presente es lo más difícil de abordar porque ¿cómo se captura el momento presente? Si apenas lo vamos a nombrar ya pasó, en este sentido si me pareció interesante el tema del tiempo como objeto a. Otra cosa que me estaba acordando cuando vos empezaste la clase con bomba atómica, las torres gemelas, una serie de hechos, y una cosa que me resultó interesante fue lo que aportaba Laura: cuando se opera pasando al acto y sin saber muy bien, con una conjetura, pero sin poder tener garantía. A veces se está hablando mucho de muchos lugares, por todos los aconteceres, de patologías que están de moda como estuvieron las patologías de adicciones, además se habla mucho de patologías disruptivas, o sea la disrupción y por lo que he podido leer, un poquito, parece que lo enfocan desde el lado (aunque no lo nombran así) pero justamente lo disruptivo sería aquello que se viene encima de tal manera que desarticula la cadena de sentidos y el imaginario que uno más o menos tenía armado y obliga, de alguna manera, a algo que uno no se puede abstraer de eso y que además no se sabe muy bien sobre que coordenadas se está operando. Bueno, son dos o tres cositas que quería decirte sobre esto.
- Mirá, hay algunas cuestiones sobre las que no me voy a referir, esto de la patología disruptiva, yo no había leído, no conozco. La idea que yo tengo en relación al tema de las adicciones no va por el lado de al disrupción, tiene que ver con mi experiencia clínica, con mis estudios por otro lado pero por lo tanto no sé, tendría que ponerme a pensar todo de nuevo alrededor de eso ¿no? Pero quiero tomar algo que dijiste al comienzo: el objeto a es no especularizable. Efectivamente, en los comienzos en que Lacan empieza a tomar el tema del objeto a lo plantea así. Lo cual nos diría que entonces que no podemos ubicar al objeto a dentro del registro imaginario ¿ verdad? Pero, sin embargo, él en el nudo lo ubica en el centro entre los tres registros. Yo creo que si uno sigue el curso que él va haciendo alrededor del tema del objeto a, tanto consciente como inconsciente en Lacan la cuestión, uno puede llegar a la conclusión de que él pone el objeto ahí, atrapado entre los tres registros, porque de algún modo cada uno de los registros lo implica al objeto a, de algún modo que, por supuesto, va a ser diferente en cada registro. Primero él empieza a hablar del objeto a antes del hablar objeto a, cuando habla de la imagen especular, cuando él plantea la relación entre i(a) i(a’), o sea la primer identificación especular, digamos, con la figura de uno mismo en el espejo o con la figura del semejante. Entonces es una pregunta interesante, plantearse por qué cuando él ya había desarrollado fuertemente toda la teorización del imaginario y había utilizado las letras i-a, poniendo a en lugar del otro con minúscula ¿ por qué sigue utilizando la “a” minúscula cuando él habla de a? Pasado el tiempo, por ejemplo en “El mito individual del neurótico”, él va hablar de las vestiduras de la “a”, lo refiere justamente a como aparece especularmente el “a”. Hay una frase muy linda de José Grandinetti que siempre la repito y siempre me la olvido, pero que dice más o menos así: “ La imagen del hombre es el hombre visto por fuera y lo importante es el hueco que deja” Me parece, en ese sentido, muy precisa en esta cuestión de que la imagen no representa estrictamente lo que somos. Fijáte vos que Lacan a medida que va desarrollando su teoría, especialmente más sobre los finales, yo diría a partir de Encore, y De un discurso que no sería de semblante, otro de los seminarios de él, insiste en que no somos más que apariencia, con lo cual él va volviendo como a los comienzos pero ya en lugar de plantearse algo así como que habría una esencia del hombre y una apariencia del hombre, él lo que se plantea es que no somos más que apariencia, que detrás de la apariencia lo que está es el hueco, el objeto a no especularizable, lo real del objeto, etc. Ahora, en tanto somos apariencia ingresamos al registro simbólico. No sólo estamos en el imaginario de la imagen valga la redundancia, también está lo que yo simbolizo para el otro, lo que va a determinar la transferencia del otro hacia mí. Y acá me estoy refiriendo no solo a la relación clínica en el psicoanálisis, me estoy refiriendo tanto al amor heterosexual como al amor homosexual. Es lo que el otro me simboliza lo que va a hacer como yo lo mire, como yo lo ame, como no lo ame, como lo odie, etc. Yo personalmente no comparto esa posición que muchas veces se escucha en el lacanismo de hablar del objeto a sólo como real. Eso nos remitiría al objeto a sólo como causa del deseo. Pero él muchas veces colocaba al objeto a como real, como objeto de goce y si lo coloca como objeto de goce, es porque obviamente es algo que apretamos y que sentimos en nuestra piel, nuestros dedos, nuestras manos, entre nuestros brazos, nuestras piernas, etc. Me parece que, en ese sentido, reivindicar la complejidad del objeto a en Lacan, sirve mucho más para el trabajo tanto en la clínica como en el psicoanálisis en extensión, que quedarnos en algunos de los puntos por los cuales él fue recorriendo.
- Muchas gracias y la próxima recuerden: viene Abel con el tiempo desde los tiempos inmemoriales
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