22 de octubre de 2002 –
Bueno, buenas noches a todos. Aunque parezca mentira estamos llegando al final, con el caballo cansado y el carro ladeado, pero llegamos. Les había planteado de armar la clase de hoy alrededor de preguntas pero fuera de la pregunta que planteó al final Roberto Vechiarelli, no me llegó ninguna. Con lo cual lo que hice fue leer el final de la clase de Silvia Sisto, donde me habían avisado que había habido un debate y tomar también en cuenta la pregunta de Roberto, y me di cuenta que se decidieron a obligarme a dar a la clase que estaba planeada. "El fin del análisis. Hacer del analizante una analista de sus propias repeticiones y formaciones del inconsciente, para encarar lo real de su vida. Estas condiciones son fundamentales para multiplicar la eficacia en el ejercicio del oficio de psicoanalista." Así estaba planteada la clase. Un pequeño título. Mis hijos me cargan por los títulos.
--... (inaudible)
Claro, ya estaba hecha. Vamos a tratar de hacerlo coloquial, aunque una parte no sé si va a ser tan coloquial porque voy a tratar de que trabajemos juntos, leyendo lo más a la letra que podamos el último planteo orgánico digamos que hizo Lacan en relación al fin de análisis, que fue el de la Proposición del 9 de Octubre. Justamente conversábamos con algunos antes, de que colegas como Juan Carlos Mosca, y los colegas de "Reanudando con Joyce", plantean lo que me parece una idea interesante de que hay que tomar el Seminario del Sinthoma como un seminario que también trata el tema del fin de análisis. Creo que tienen razón ellos, pero por ahora lo voy a tomar por este lado. Y lo voy a tomar medio cronológicamente, y además teniendo en cuenta como se armó el debate en la anteúltima y en la última clase. Que se armó muy dentro del espíritu digamos del intento de Lacan, de articular fin de análisis con nominación de analistas. Después vamos a ver como él lo plantea. Es un tema realmente muy difícil para el movimiento psicoanalítico. La discusión entre ustedes, porque yo no estuve ese día, me llevó a pensar un poco más sobre la cuestión. Por lo tanto, más que una clase, va a ser un intercambio de ideas con ustedes.
Empiezo por algo que si bien había dicho en la clase anterior ahora lo voy a trabajar más a la letra. Que es que Lacan va tirando una serie de puntas en diferentes trabajos de él, sobre el tema del fin de análisis. Ustedes recuerdan aquel de La agresividad en psicoanálisis, en el que el analista le dice al analizante: tú eres eso. Pasando por una serie de lugares donde recién estábamos recordando lo de los Cuatro conceptos, donde dice que al fin del análisis el sujeto vive su pulsión y encuentra su estilo, no es literal la cita pero esa es la idea. Va a la Proposición, allí parte de, les voy a decir la traducción que a mí me parece que es la mejor, que tiene diferencias muy de detalles con la más habitual, pero que me parece que son detalles que tienen cierta importancia. La traducción sería: "el psicoanalista no se autoriza más que de sí mismo". O sea, mete esa modalidad gálica de utilizar la negación para ir a hacia una afirmación. La traducción más habitual es: "el psicoanalista sólo se autoriza de sí mismo". La modalidad gálica a mí me interesa en este caso, porque empieza planteando que: el psicoanalista no se autoriza, para inmediatamente plantear una paradoja, más que de sí mismo.
Aquí vino la pregunta de Roberto, de Vecchiarelli, donde él plantea que hay una aparente contradicción. Dice: el analista se autoriza de sí mismo, y esto sería contradictorio con la inaccesibilidad de sí mismo. Entonces, dándole una lógica a su planteo, subrayo esto como momentos, instantes que uno se da cuenta como se mueve, que está funcionando como analista que a veces uno se sorprende a uno mismo, plantea Roberto. Entonces dice más adelante: de ahí me parece que desde que va surgiendo el autorizarse, desde una posición subjetiva más que de una relación al saber. Comparto en general el planteo. Estoy de acuerdo en que el que se autoriza a sí mismo observa su “ser” y dice: está en condiciones de analizar. En ese sentido voy por la fenoménica de nosotros los analistas y estoy seguro que los que están en ejercicio todos se reconocerán ahí en algún momento. Hay tiempos en la formación de los analistas que duran más allá pasado el promedio de la formación y hasta bastante avanzado el análisis, donde hay momento donde uno dice: pero esto que hago sirve? Esto realmente cura? Donde uno inclusive tiende a deprimirse. Esto suele observarse además como efecto, por consultorios que entran a perder pacientes de una manera casi inexplicable, que cuando uno conversa con el colega se da cuenta que hay una coincidencia entre ese momento en que está perdiendo paciente y se formulan esas preguntas, e inclusive entran en ese estado de ánimo. Uno se puede preguntar pero qué es primero, el huevo o la gallina? Creo que no es primero ni el huevo ni la gallina, en realidad es una trama. Justamente porque de algún modo han ocurrido algunos fracasos en el trabajo de ese analista, que a ese analista se le plantean esas preguntas. Al planteárselo de esa manera, se le plantean dos posibilidades depresivas ambas: una es que: soy un mal analista, típico del discurso depresivo, y otra: esto que yo hago no sirve, también discurso depresivo. Cuando digo que estoy seguro que esto nos ha pasado a todos, por lo menos a la inmensa mayoría. Es más les digo, cuando alguien no dice que le ha pasado esto, desconfío. Cuando dice: No, a mí siempre me fue bien. Me acuerdo de uno en este momento, al que le dieron el alta en plena elación. El otro día una colega me hablaba de él justamente. Recuerdo cuando me enteré que le habían dado el alta, pensé: pobre, en algún momento se va a dar la cabeza contra la pared, y vamos a ver que efectos le produce esto. Porque una cosa es cuando uno se encuentra con algún impacto de lo real cuando está volando tranquilo y otra cosa cuando uno está volando en la estratósfera.
Bien, entonces es obvio, cuando a uno le está ocurriendo eso. Uno como analista no se está autorizando de sí mismo. No es un problema de si cuelga la chapa o no la cuelga. La chapa la colgamos todos, no nos engañemos porque todos tenemos que comer, tenemos familia, queremos llevar adelante el oficio. Acá estamos hablando de otra cosa que es algo más profundo que colgar la chapa, por otro lado cualquiera de las dos Facultades básicas de que las que salen la mayoría de los futuros psicoanalistas, Psicología y Medicina dan título habilitante. Es cierto que hay algunos analistas que vienen de las Letras, o de la Filosofía o de la Sociología, pero no es lo más común. Lo más común es que vengan de la Psicología y la Medicina. Cualquiera de las esas dos carreras nos autorizan a colgar la chapa y a macerarle la cabeza al primero que nos caiga en el consultorio. Es así, pero no es de eso de lo que se trata. De lo que se trata, es de cuando justamente ya hemos tenido algunos errores.
Uno de mis primeros errores. Me mandan una dama que era muy joven y bonita, muy fóbica al sexo, que venía con esa indicación de parte del derivador. ... en fin, pero grave. Lo tenía cortito a su hombre, en todo los sentidos de la palabra! Impenetrable. Entonces claro, yo estaba de lo más curioso por comprobar las teorías de Freud sobre el sexo. Después de cinco o diez minutos de la primera entrevista le digo: cuando tuvo sus primeras relaciones sexuales y qué tal le fue? No volvió más como ustedes se imaginarán. Por supuesto que no quedé contento de la situación.
Después que pasa de ese período llamémosle original, viene ese otro período que uno tiene más experiencia, ha producido efectos, sin embargo hay un momento fuerte de vacilación. Ahí me parece es donde se pone en juego. Estoy de acuerdo en ese sentido con el planteo de Roberto, porque eso no se resuelve por la vía de la relación al saber. Algunos creen que si, entonces van y estudian y estudian, pero los pacientes se siguen yendo del consultorio, siguen sin poder armar su consultorio. Entonces empiezan a buscar algún trabajito subsidiario que les permita vivir, empiezan a aparecer síntomas de algún tipo de supuestos analistas que tienen al psicoanálisis como hobby en, pero que viven de otra cosa. Pero el grueso no, el grueso transforman eso en tema de su análisis. Es toda una batalla.
Recuerdo que en mi tercer análisis, ya no era ningún pibe, nunca fui pibe, bah alguna vez pero hace muchisimos años. Pero dentro del análisis digamos. Me acuerdo que mi dilema en esa época era que no podía pasar de las 34 horas semanales de trabajo. Más o menos en el 80 por ahí. Sesiones y sesiones que giraban alrededor de eso. Me acordé que mi papá a los 34 años tuvo un reumatismo infeccioso, de que le sacaron toda la dentadura y no sé cuantas cosas. Entonces yo estaba anclado al 34 en relación a otras cuestiones, no sé si en relación a otras cuestiones, no sé. Pero en realidad el análisis no cura porque uno diga: ah es eso! Yo por ejemplo, tenía eritrofobia. Cada vez que me sacaban sangre me desmayaba como un nabo. Un buen día dejé de desmayarme. Tuvo que ver con el análisis, pero si me preguntan por qué, no tengo la más mínima idea.
Esta cuestión de que un psicoanalista no se autoriza más que de sí mismo, creo que tienen que ver con eso. Pero tiene que ver con eso desde que Lacan se tuvo que plantear ese problema, cuando él que era un didacta fue expulsado de la Internacional, entonces se quedó sin respaldo en cuanto a su trabajar como analista. Fíjense ustedes que poco tiempo después, tres años después, en una jornada que hay sobre el pase en la Escuela Freudiana de París, donde él se plantea de que el pase no está andando, dice que se ha interpretado mal lo que él decía y que el psicoanalista no se autoriza más que de sí mismo y de algunos otros, agrega esta fracesita. En mi opinión personal creo que se dio cuenta que metió la gamba, porque había largado a un montón da kamicazes a creerse analista. Este es el otro problema, el yo se infla fácilmente, a la megalomanía se va tan fácil como se va a la depresión. Entonces que alguien se crea que es analista no es nada fuera de lo común. Ahora, determinar si ahí se está autorizando de sí mismo o lo que se ha producido es una inflación narcisistica, ya eso es algo que sólo en el lazo social con el Otro, el psicoanalista puede tener cierta idea de qué le está pasando. Por eso lo mejor, es que le pase a uno eso, cuando está en análisis.
Estos además no son pequeños problemas. Fíjense que Lacan cuando empieza a ir a fondo sobre el tema del fin de análisis, hace una rigurosa crítica a la concepción de Michael Balint. Balint no era cualquiera, era un tipo de los más importantes de la escuela inglesa, además con algunas aproximaciones muy interesantes a muchas cosas. Ahora ha aparecido un libro de Benjamín Uzorskis, Clínica de la subjetividad en el territorio médico.
Clínica de la subjetividad en el territorio médico, donde centralmente Uzorskis trabaja el tema de la interconsulta. Uzorskis que es un tipo muy serio y rigurosos, trabaja a Balint para finalmente criticarlo, pero para eso primero precisa pasar por Balint. Porque digamos toda la cuestión del trabajo de los psicoanalistas con los médicos en relación a su práctica y con los enfermeros en relación a su práctica, el Cristóbal Colón de eso es Michael Balint. Así que no era cualquiera, y sin embargo, se equivoca en relación a quien era la figura señera en Inglaterra que era Melanie Klein. Lo hace cuando plantea al fin de análisis como identificación al analista y a la elación como su síntoma. Elación ustedes saben quiere decir hipomanía. Y la elación como un síntoma de fin de análisis, se está oponiendo a Melanie Klein. Hay un trabajo en las Obras completas de Melanie Klein dedicado al fin de análisis, que es muy interesante. Se los recomiendo porque es muy interesante. Y Melanie Klein plantea el fin de análisis a través de la posición depresiva, porque plantea que se produce una pérdida en el fin de análisis, que al mismo tiempo que favorece la integración de la personalidad, estamos hablando en los términos de Melanie Klein, y ojo que la utilización de la palabra integración en ella no era tonta, no creía en la personalidad total ni nada de eso, es mucho más complejo el término, llevaba a la depresión del paciente, Balint se enfrentó con eso.
Lacan no sólo en la Proposición sino en los atolladeros de Michael Balint, en el Seminario I, le critica eso a Balint. Y retoma lo de Melanie Klein. Cuando leamos un poco la Proposición van a ver, él habla de posición depresiva, toma el término tal cual. Entonces, es toda una temática compleja. Tan compleja que además un tipo tan inteligente como Oscar Masotta, que sin lugar a dudas fue el principal introductor de la obra de Lacan en Buenos Aires, luego jugaron un rol destacado también Sciarretta y Macci, pero el gran introductor fue Masotta. Cuando presenta la Escuela Freudiana de Buenos Aires a la Escuela Freudiana de París, en una asamblea de esta última, dice lo siguiente: "Si es que el psicoanalista se debe a sí mismo, habíamos entendido, es a él quien le corresponde determinar lo que eso quiere decir". Esa frase, si ustedes la piensan, es terrible. Además creo que marcó a fuego al movimiento lacaniano porteño. El movimiento psicoanalítico lacaniano porteño en buena medida, en un territorio muy amplio de psicoanalistas lacanianos porteños, es un movimiento absolutamente narcisístico. Soberbio, pedante, que se lleva a todo el mundo por delante y se gana la antipatía de todo el mundo con eso. Creo que tiene mucho que ver con esta frase de Masotta, porque ustedes fíjense que analizada a la letra, instala la cuestión del psicoanalista en el terreno de la deuda, pero en el terreno de una deuda absolutamente narcisística: se debe a sí mismo. Eso lo lleva a encerrarse: es a él quien le corresponde determinar lo que eso quiere decir. O sea que es la arbitrariedad más absoluta, es por fuera del Otro, del Otro con mayúscula me estoy refiriendo que no es lo mismo que la desalienación del Otro, son dos cosas muy diferente.
Entonces la primer parte que quería tomar era eso, porque alrededor de esto se han dado muchas vueltas. La otra cuestión que ya vamos a ir, lo digo por el debate que se instaló, entre Alejandro del Carril, Laura Lueiro, y otros que están con guioncitos, no sé quienes son... Ethel Greizerstein.
Vamos un poco a la Proposición. Antes de esto, la otra cuestión es la siguiente: ni a Freud, ni a los postfreudianos, ni a Lacan, les quedó al margen que no había ninguna otra forma de decidir sobre la función del analista, que no fuera en una íntima relación con el análisis del analista. Lo que pasa que desde ahí cada uno tomó su camino. La Internacional lo burocratizó, no lo digo peyorativamente, como un insulto, sino que lo transformó en un escalafón. Para llegar a titular había que dar una serie de pruebas.
El aspirante, después estaba el adherente, después estaba el titular y después el didáctico. Acá en la Argentina en el año 78 por ahí, condensan al titular y al didacta. Después que se va la gente de Plataforma, de Documentos, etc. que tenían un problema ahí porque se le habían ido los principales didáctas. Entonces según el estatuto es designado analista, quien se analiza durante cuatro años y medios, es así, lo dicen en cantidad de sesiones, hice el cálculo, como buen obsesivo que soy. En cuatro años y medios, con un didácta, y al mismo tiempo que haya llevado su control con dos didáctas a una vez por semana durante creo que un par de años, no recuerdo bien ahora. Fíjense que es un escalafón.
Público: Un didacta desde el okey no solo que hayan cumplido los cuatro años...
S.R: No, con cuatro años ya está afuera.
Público: Al final el didacta no dice sí o no?
S.R: No, no. El didacta lo que puede es oponerse, pero si no se opone a los cuatro años y medios ya está. Les digo la verdad, a mí me ha tocado analizar didáctas de la IPA, bah nombro así para no decir de cuál de las dos IPA de acá. Me acuerdo que me pasó, no me pasó a mi solo, le pasó a Ricardo, le pasó a varios lacanianos. Que analistas didáctas de la IPA que después nos han venido a pedir análisis. Me acuerdo de preguntarle, bueno: usted teóricamente está analizado, para qué viene? La respuesta era: no, no ahora quiero analizarme en serio. Ojo que se habían analizado con una de las didáctas más importantes que tuvo acá esa institución acá en su historia. Y efectivamente tenía problemas gruesos en cuanto a como había sido conducido su análisis, eso también tiene que ver con el camino que siguió acá el psicoanálisis acá en Buenos Aires. Pero les digo esto porque el problema con el llamado didáctico de la IPA es que se burocratizó. Lacan plantea algo que es genial: no importa con quién se analizó ni en cuánto tiempo, lo que importa es el efecto. Es ahí cuando empieza a plantearse y pensar la cuestión del pase. Lo que sencillamente plantea es qué si alguien terminó o no su análisis hay que decirlo por apres coup. No se puede decir por anticipado, esta es la cuestión clave. A partir de ahí vienen después las historias de los dos jurados. El jurado de confirmación, que no se juega en relación al análisis, sino en relación a haber dado pruebas suficientes, o sea escritos, seminarios, charlas, etc., esto según la Escuela. Donde la institución reconoce eso, que el analista da prueba de formación suficiente, entonces lo reconoce, analista miembro de la Escuela. Léanlo a la letra, porque ahí le están dando el título de analista y de miembro de la Escuela.
En cambio en el tercer movimiento que es el del pase, el título que se les da, el grado, digo el título haciendo una broma, pero el grado que se les da es de analista de la Escuela. Acá también léanlo a la letra. Porque algo que ha pasado desapercibido es que los analistas de la Escuela tienen la obligación de analizar y teorizar sobre la marcha del movimiento psicoanalítico. Cosa que a los analistas miembros no se les plantea, a los analistas miembros se les reconoce la capacidad para practicar el análisis en intención, a los analistas de la Escuela se les va a exigir intervenir en el psicoanálisis en extensión. No solo en el psicoanálisis en intención. ¿De qué manera?
Vayamos entonces a la Proposición. Dejo de lado la discusión que él hace con Balint. Dice: "El pasaje del psicoanalizando al psicoanalista, posee una puerta del que ese resto que hace su división es el gozne, o sea la bisagra, o sea que esta división que es la del sujeto, de la que este resto es la causa". Obviamente se está refiriendo al a como causa de deseo. Se va a jugar el pasaje del analizando al analista en relación a esa bisagra que va a estar funcionando ahí. Digamos que es eso lo que él establece como axioma de la lógica que se va a desplegar a partir de ahí.
Dice: "En este viraje en el que sujeto ve zozobrar la seguridad que tomaba de ese fantasma en que se constituye para cada uno su ventana sobre lo real, lo que se percibe es que la aprehensión del deseo no es más que al un des-ser, (desêtre)". No los quiero aburrir con el pizarrón, además tengo mala letra. Fíjense, él parte del a, pero del a como causa dividiendo al sujeto. Luego les plantea que el sujeto toma su seguridad habitualmente del fantasma al que se refiere. Justamente lo que el análisis va a lograr es que zozobre ese fantasma y entonces el sujeto se enfrente a eso que causa su deseo que no es nada más que un des ser. Cómo podríamos decir de otra manera des ser? Porque tampoco es no ser, pero sí es falta en ser. Eso sí podemos decir. “En ese des-ser, en esa falta en ser, se devela lo inesencial del sujeto supuesto saber, de donde el psicoanalista por venir se consagra el agalma de la esencia del deseo...”. Paremos un poquito aquí. En esa falta en ser, se devela que no hay esencia de saber en el sujeto. Eso hace que ese psicoanalista que está por venir, que por ahora se está analizando, pero para que advenga un psicoanalista, se consagra a analizar las vestiduras, el agalma. Ustedes recuerdan los que han leído el Seminario de la Transferencia, cuando Sócrates le dice al Alcibíades, no es conmigo es con Agatón. Él era sólo la apariencia de lo que el otro buscaba, y lo que el otro buscaba era en definitiva, una pura vestidura también.
Dice: "...dispuesto a pagarlo reduciéndose, él y su nombre, al significante cualquiera." Ahí de golpe pác, pega un golpe para decir, bueno: el que quiere advenir psicoanalista, justamente porque se encuentra con el vacío de su ser, y el vacío de su ser lo toma, lo aprehende, hache intermedia, se va a poder reducir a ser un significante cualquiera. Digamos, es muy común. Ustedes observen cualquiera de los otros oficios de la salud. Jamás un médico se va a dejar insultar como nos dejamos insultar nosotros, o desconfiar como dejamos que desconfíen de nosotros, o pensar mal como dejamos que piensen de nosotros. Y no es porque somos santos en el sentido de que estamos buscando el cielo, ahí vuelve Rolando Karothy en la conversación previa que les contábamos[1]. En realidad el aprecio que sentimos por nosotros, es justamente porque no nos sentimos obligados por el peso de un lleno que no está. Eso nos permite disfrazarnos del significante que el analizando en su comienzo nos coloque.
"Dado que él ha rechazado el ser que no sabía la causa de su fantasma, en el momento mismo donde al fin ese saber supuesto, le ha devenido". Porque digamos, cuál es la causa de su fantasma? No es que la encuentre como tal, en el mismo momento que la encuentra la pierde. En los Cuatro conceptos, no recuerdo en relación a qué, pero viene bien en relación a esto, Lacan toma el mito de Eurídice, recuerdan ustedes. Orfeo va a salvar a Eurídice, la busca en las profundidades de la caverna, pero tiene una instrucción: no tienes que dar vuelta tu cabeza hasta que ella no haya salido. Cuando él ve la luz, se da vuelta y ahí la vuelve a perder. En relación a nuestro ser lo que nos pasa es constantemente eso, eso es lo que el análisis nos muestra que nuestro ser no es consistente.
Bueno paso a algo más retórico de Lacan, no porque no sea importante lo del .... santo Tomás, etc. sino porque no agrega demasiado a lo anterior. Dice: "Así el ser del deseo confluye con el ser del saber para renacer de él anudándose ambos en una banda hecha del único borde en el que se inscribe una única falta, la que sostiene la agalma". Fíjense que si el ser de deseo del ser del analizando se articula al ser del saber del analista, la única banda, creo que es una referencia a la banda de Moebius que él está haciendo ahí, en ese único borde lo único que encuentra es la falta. Dice: "La paz no viene de inmediato a sellar esta metamorfosis en la que el partenaire se desvanece al ser sólo saber en vano de un ser que se sustrae". Yo más de una vez les relaté a ustedes y a ustedes también les habrá pasado, a mi me causa gracia, porque los pacientes creen que uno sabe todo sobre ellos y uno sabe muy poco sobre ellos, realmente sabemos muy poco. Una amigota del mercado sabe mucho más que nosotros sobre alguna mujer. Justamente porque no es la función nuestra saber sobre los dimes y diretes de una persona, sino en todo caso trabajar con lo que aparece en falta en esos dimes y diretes. Por lo tanto si sabemos sobre algo, es sobre donde falta, por lo tanto no sabemos sobre nada.
Esto, a mí me parece muy importante, es la única vez que lo dice en toda su elaboración, y me parece muy importante. "Toquemos allí la futilidad del término de liquidación para este agujero en el que solamente se resuelve la transferencia". En general en psicoanálisis la mayoría de las escuelas hablan de la liquidación de la transferencia, creo que Lacan tiene razón, no hay liquidación de la transferencia sino el sujeto quedaría totalmente por fuera del lazo social. Si estamos acá en este momento, es porque ustedes tienen una transferencia conmigo, verdad?; yo tengo una transferencia con el psicoanálisis para lo cual necesito entrar en transferencia con ustedes también. Yo estoy sus preguntas y ustedes están esperando lo que les voy a decir. Ahora por supuesto, no es lo mismo la transferencia que hay acá con nosotros, que supónganse si yo recibo, un día de estos voy sacar un articulito sobre eso en Televerdades, recibo todos los días la marcha de los sueños de Rodríguez Saá, por todo el país. Bueno, si ustedes observan ahí como él utiliza el poder de la transferencia, y para eso qué escena monta, podrían captar la diferencia entre una transferencia resuelta y una transferencia salvaje como la que él utiliza, por ejemplo.
"Veo allí sólo, contra la apariencia, denegación del deseo del analista." En lo de futilidad del término de liquidación para ese agujero en el que se resuelve la transferencia, dice que lo único que él ve es denegación del deseo del analista. Es claro, si no hubiera agujero ahí no habría lo que causaría el deseo del analista. Es muy interesante esto, porque creo que esto tiene una relación muy estrecha con esta cuestión de que la relación no es entre dos partenaires, entre esas encarnaciones de estos dos seres vivientes, sino en el entramado en las relaciones de discurso que para eso se produce. Entonces el deseo del analista no surge de los agujeros que causan los deseos del analista llamémosle así, sino del agujero que se produce en esa relación con el analizante. Me parece que este punto es importante.
Después comienza a dar ejemplos que primero son complejos luego no da los elementos suficientes como para poder analizarlos a fondo. Se los leo al pasar. "Ya que hay quien, al divisar a los dos partenaires jugar como las dos caras de una pantalla giratoria en mis últimas líneas, no puede aprehender que la transferencia sólo ha sido siempre el eje de la alternancia misma". Esto es lo que les decía antes, la relación no es entre dos partenaires, sino que es tomando la transferencia como eje y la transferencia como eje es una relación de discurso. Entonces agrega: "Asi del que ha recibido la llave del mundo en la hendidura de la impúber,...". O sea, donde el niño o latente, se ha encontrado con la castración femenina. " Asi del que ha recibido la llave del mundo en la hendidura de la impúber, el psicoanalista ya no debe esperar una mirada, sino que se ve convertirse en una voz". Esto también me parece también muy importante, no es que al final de análisis desaparezca el objeto, sino que se produce un movimiento en relación al objeto. El que estaba totalmente atrapado por la mirada, porque en realidad estaba atrapado por la imago de aquel genital femenino que observó alguna vez; digamos un síntoma, un indicio de que el análisis ha caminado y está en otro punto, es si pasa la voz a ocupar ese lugar. Porque obviamente la llave es el falo, si pasa la voz del analista a ocupar este lugar, es un indicio de que algo fuerte se ha modificado.
"Y este otro que, niño, ha encontrado su representante representativo en su irrupción a través del diario desplegado con el que se amparaba el campo de esparcimiento de los pensamientos de su genitor, remite al psicoanalista el efecto de angustia donde él oscila en su propia deyección". Obviamente se está refiriendo a las histéricas, la típica escena de la nena tratando de seducir al padre y el padre mirando para otro lado. En este caso con un diario en la mano, ahí el que se siente objeto deyectado es la niña, alrededor de eso se va a producir el análisis de esa niña. Y por supuesto la angustia quedó del lado de la niña.
"Así el fin del análisis conserva en sí una ingenuidad en relación con la que se plantea un interrogante de si se la debe considerar una garantía en el pasaje al deseo de ser psicoanalista". Esto me parece interesante. Fíjense, dice, bueno al fin y al cabo qué es un análisis, es una boludez. Tan trabajoso, tan doloroso, tan angustiante, tan... que lleva tanto tiempo y demás, en definitiva para qué? Para que ese ser parlante se pueda desprender de todas esas vestiduras que estaban sosteniendo su fantasma y encontrarse con eso que él llamó el des ser. La carencia en ser. Uno podría decir, y para eso tanto lío? Sin embargo, antes habló de pacificación y efectivamente produce una pacificación de otro orden. No porque no se nos vayan a morir seres queridos, no porque no vaya a haber separaciones u otros disgustos familiares, amistosos o de trabajo o enfermedades, o encuentros con la muerte a la vuelta de esquina. Que a uno le resbalen esas cosas sería una tontería. Lo que pasará es que lo transcurrirá desde otra posición, desde otro lugar. En definitiva, quien está siempre ligado a su fantasía llena de oropeles y vestiduras, a lo que está ligado es a lo que cree que puede tener y sabe que no tiene, ese es el dolor y la angustia mayor de ese sujeto. Es muy distinto de aquel que capta que en realidad son solamente oropeles y no son lo esencial de esa levedad del ser, retomando la bella frase de Milan Kundera, que a cada uno de nosotros nos habita y que soportándola es la que nos permite vivir un poco más tranquilos.
Pero lo que les quería hacer observar en esa frase, es que él dice: con lo que se planteó el interrogante de que si se la debe considerar una garantía en el pasaje al deseo de ser psicoanalista. El se está planteando ahí que no tiene claro si el fin de análisis garantiza que se instale el deseo de ser psicoanalista, él lo deja como un interrogante. Que después nosotros hayamos hecho una ideología de eso y la hayamos creído es problema nuestro, pero él ahí lo deja como un interrogante.
"De quien podría si esperarse un testimonio justo sobre aquel que franquea este pase...". En realidad habría que decirlo en pregunta: "¿De quien podría si esperarse un testimonio justo sobre aquel que franquea este pase sino de otro que como él lo es aun este pase? Es decir, en quien está presente en ese momento el des-ser en el que su psicoanalista guarda la esencia de lo que le ha pasado (passé) como un duelo,..". Ahí es donde retoma fuertemente lo de Melanie Klein, "...,sabiendo así, como cualquier otro en función de didacta, que a ellos también se les pasará (passera)". Ahí hace un juego de palabras. Claro, los primeros encontronazos con la propia inconsistencia son dolorosos. Ustedes saben que duro tiene que ver con dolorosos. Son dolorosos. Cuentan de algunas experiencias en el París de tipos que andaban hechos zombis por la calle. Creo que además se habían metido con psicosis no desencadenadas, es más se desencadenaron algunas psicosis por análisis llevados muy en profundo como se suele decir. Pero si es un neurótico más o menos común, se le termina pasando, en definitiva se termina identificando a su falta de ser.
Ahí retomo ya fuera del texto de Lacan, los planteos de los amigos de Joyce, donde ellos plantean si el Seminario del Sinthoma, no es un seminario sobre el final de análisis. Ustedes recuerda que el Sinthoma, el cuarto nudo, es el que anuda el punto donde falla el anudamiento de los tres en cualquier tipo de estructura, por lo tanto, efectivamente está operando sobre la falla. Lo que es cierto que ninguno de nosotros cuando terminó su análisis, se puso en bolas y salió a caminar por la calle, diciendo: no existo, no existo. Sino que cada uno siguió acostándose con su señora, o con la amante, comiendo, ejerciendo su profesión, cuidando a sus hijos, etc., etc. Se produce un nudo sobre la falta en ser, sino nada podría existir. Sino sería esa ilusión, que cada vez se escucha menos es verdad, pero que hace quince o veinte años se escuchaba mucho, de... sin embargo hace poco a alguien se la escuché... La idea de que lo simbólico podría totalizar, y si lo simbólico totalizara todo andaría mejor. Eso es ignorar que simbólico, imaginario y real es una estructura, imposible de que no esté. Cuando no está va a la locura, va a la esquizofrenia y a la demencia. En la Paranoia y en la Melancolía, aunque sea anudada por el delirio, pero está.
Pero entonces es cierto lo que ellos dicen, hay una cierta relación..... Y que justamente es el sinthoma el que hace que se nos pase el pase, no en el sentido de que no haya más pase, sino ese punto del des ser, que es tan angustiante, doloroso, es deprimente, etc. "Quien podría mejor que este psicoanalizando en el pase autentificar allí lo que ya posee de la posición depresiva". Ahí es donde toma el término textual de Melanie Klein. "No exponemos así al viento nada de lo que es posible darse la apariencia si en ello no se está". Cuando alguien viene con falsa modestia ustedes se dan cuenta que viene con falsa modestia, no hay vuelta de hoja. El que viene con soberbia que viene con soberbia. Es muy distinto que el viene pinchado, pero no en el sentido melancólico donde en realidad se cree un genio incomprendido, y eso se nota también, sino el tipo que viene... qué se yo... conocen el cuento del asadito de los santiagueños? Está haciendo un asadito, pasa un tipo muy rico, dice:
--Cómo usted perdiendo el tiempo acá haciendo un asadito?!
--Sí, estoy tomando unos mates acá con mi hijo...
--Por qué hace eso?
-Bueno, porque me gusta...
--Bueno y ya que sabe hacer eso porque no pone un puesto de choripanes?
Se las hago corta. El rico imaginó que terminaba teniendo una cadena de Mc Donalds más o menos.
--Y para qué todo eso?, le dice el santiagueño.
--Y así tiene tiempo después para comer un asadito tranquilo y tomar unos mates con su hijo.
Esa es la diferencia entre el des ser digamos y el estar jugado absolutamente a un supuesto ser.
El santiagueño le dice: ya estoy comiendo el asadito.
El santiagueño. No está psicoanalizado, llegó por su propia cuenta. Es lo que yo les contaba la otra vez de Yupanqui, llegó por su propia cuenta, él no se psicoanalizó jamás. Como él varios que se podría nombrar. En Borges había algo de eso. Porque esa es la otra cuestión Ya que nombré a Yupanqui y a Borges, no es que el psicoanalizando que pasó a psicoanalista terminó su psicoanalista, terminó su psicoanálisis, etc., terminó siendo superman, sin ningún problema, ni defecto, ni cuestión; eso sería justamente volver a creer en la consistencia del ser. No, cada uno va a arrastrar lo suyo, pero lo va a arrastrar de otra manera. Ustedes recuerdan que cuando le preguntan a Borges cuál ha sido su peor pecado, él decía: no haber sido feliz. Lo decía en serio. Además ustedes la ven a la María Kodama entrar a "Un Gallo para Esculapio" y uno se da cuenta porque no ha sido feliz... (risas)
Público: Si era ciego.
S.R: No, no sólo por lo ciego, no es ni siquiera un general, es un sargento, un sargento de granadería... No dije de granaderos, de granadería, es una linda condensación, no me van a decir que no? Una combinación de granadero y vaca.
Público: Lleva bastante ganado.
S.R: Eso es lo que ella cree. Pero si lo pensamos, ella aspiraba a ser una gran escritora y en realidad se ha transformado en una sombra de Borges. Llevando la exposición de Borges a todas partes del mundo. ¡Lindo destino!.
Público: Por ahí fue mejor que otros...
S.R: Puede ser, pero sobre eso efectivamente eso ya no podemos ni siquiera conjeturar. Bueno. "Es lo que les propondré enseguida como el oficio a confiar para la demanda de convertirse en analista de la Escuela a algunos que en ella denominaremos: pasadores." Bueno ya en eso no me meto, aunque vos lo tocaste, vamos a tocarlo. "Habrán sido elegidos todos por un analista de la Escuela, el que pueda responder que están en ese paso o de que hayan vuelto a ella,...". El ella ahí lo digo por la traducción, pase en francés se dice en femenino: la passé. Lamentablemente los que hicieron la traducción no lo aclararon, pero se está refiriendo al pase. "En resumen todavía ligados al desenlace de su experiencia personal". Lo que dice es que los pasadores tienen que estar en un momento de pase, por eso los tiene que elegir una analista de la Escuela. Ahí también mete una paradoja, porque lo tiene que elegir un didacta por lo tanto, con lo cual ya habría didacta, Porque puede haber otro tipo que esté haciendo su pase y se esté analizando con un analista cualquiera, que no sea de la Escuela. Bueno, son algunos de los problemas que tenía en ese momento esta cuestión.
"Es a ellos que un psicoanalizando para hacerse autorizar como un analista de la Escuela hablará de sus análisis y el testimonio que se habrá de acoger del nódulo mismo de su propio pasado será el de aquellos que no recoge nunca ningún jurado de confirmación". Jurado de confirmación ahí se está refiriendo a de analistas miembros. A los que se estudia para designarlos analistas miembros, no se los escucha, lo que hacen es leer sus trabajos, enterarse de su seminarios, etc. "La decisión de un jurado tal se vería así esclarecida. Esos testigos por supuesto no siendo jueces". Lo que trata de evitar ahí, es que quienes reciben el testimonio a la vez no vayan a ser jueces. Entonces los que reciben el testimonio no van a ser jueces, lo único que tienen que hacerlo es pasarlo. Personalmente creo que le erró al viscachazo, porque en definitiva el testimonio igual iba a ser escuchado por los jueces. Me parece que complicó la cuestión. Porque más de un pasante, de esto conozco varias discusiones, no se sintió escuchado por sus pasadores. Me parece que ...
Público: Qué es lo que pretendía con ese paso intermedio?
S.R: Que no se colocaran los que le escuchaban al pasante en jurado, en jueces, y eso no mal influyera al pasante y al mismo tiempo cortarle también a los jurados y jueces la relación directa con el pasante. Me parece que no anduvo.
"Inútil indicar que esta propuesta implica una acumulación de la experiencia, su compilación y elaboración, una seriación de su variedad, una anotación de sus grados". Ahí ya él está diciendo lo que planteabas vos en algún momento, que es una experiencia importante para investigar el tema del fin del análisis, que era una de las tareas que les daba a los jurados.
"Quizás pueda salir libertad de la clausura de una experiencia, es lo que atañe a la naturaleza del a posteriori apre coup en la significancia". Lo del apre coup ya lo planteé antes. Me parece interesante, ese aparente juego retórico plantea otra paradoja muy interesante. Que es que la clausura de la experiencia del análisis produce una libertad, una clausura que produce una libertad.
"De todas formas esta experiencia no puede eludirse, sus resultados deben ser comunicados. A la Escuela en un primer momento para críticas y correlativamente puestos al alcance de esta sociedad, es que por excluido que nos hallan hecho, -ahí aparece el tema- de todos modos nos conciernen". Esto es así inclusive actualmente. Les digo la verdad, últimamente no sé que les pasa a la APA, se les dio por invitarme a actividades de ellos. Y me he reencontrado con algunos de los viejos lacanianos de la APA que ya conocía y con otros nuevos, y la verdad que los veo funcionar mucho mejor que a los lacanianos que han quedado encerrados en la ortodoxia de sus escuelas. ¡Pero en serio!
--- (inaudible - risas)
S.R: Pero no es sólo eso. Creo que a ellos les pasó una cosa notable que hay que pensarla. Que al no poderse encerrarse en su corral, tuvieron que estar permanentemente batallando con los del otro corral y para poder estar dentro de la institución, si bien al principio yo recuerdo las batallas eran encarnizadas, luego de ambos lados tuvieron que deponer las lanzas y pasar a algo más dialógico y discursivo. Y a mi me ha tocado estar en mesas donde había fairbanianos, una psicoanalista de género, un par de lacanianos, un freudiano ortodoxo y marxista ortodoxo también, las dos cosas juntas, no sé como hacía pero lo hacía. La verdad que era una maravilla verlos discutir, como intercambiaban, como se escuchaban en serio. Cómo trataban de entender lo que el otro decía, a pesar de que hablaban en un código totalmente distinto, es todo un esfuerzo. Yo les propondría a escuchar un rato a un faibaniano les puedo asegurar que es todo un esfuerzo, no creo que resistan mucho tiempo, porque es un código muy diferente. Pero ellos hacían el esfuerzo. Y se armaba un debate realmente interesante entre ellos.
"El jurado funcionante no puede así abstenerse de un trabajo de doctrina, más allá de su funcionamiento de selector." Acá está lo que les decía, la obligación que se les imponía. Bueno, dejo ahí. Dicho todo esto, la experiencia hasta ahora, como decían algunos en la discusión anterior, no ha sido buena en ninguno de los lugares del mundo que yo sepa, no hay ninguna Escuela que se vanaglorie de su experiencia con el pase. Que yo sepa. Aunque habrá tantas Escuelas en el mundo que vaya a saber... No conozco. Conozco si Escuelas que dan cuenta de su experiencia, como supónganse acá en Buenos Aires, la Freudiana de Buenos Aires, la Freudiana Argentina, en Rosario la Sigmund Freud, en Uruguay la Escuela Sigmund Freud del Uruguay, pero no los noto muy entusiasmados nunca en lo que dicen. A mi me impresionó mucho ya se los dije en otro momento, tienen acceso a esto a través de la revista, el último trabajo que escribió Ricardo Estacolchic, que había echo el pase, le habían dado el pase, era analista de la Escuela (AE), además de analista miembro de la Escuela (AME). Formaba parte del jurado de nominación de la Sigmund Freud de Rosario y del jurado de confirmación de la Freudiana de Buenos Aires. Si ustedes leen ese artículo, para no hablar de las conversaciones personales donde pude haber interpretado subjetivamente las cosas, pero si leen ese artículo se van a dar cuenta que él pone fuertemente en cuestión la concepción del fin de análisis y del pase dentro del lacanismo. Está escrito de su propia mano. La verdad, a mi me sorprendió, ni siquiera puedo decir yo me la veía venir, no. Miren que habíamos conversado bastante, se ve que le salió al escribir. Yo conocía las posiciones, las cosas de él pero nunca una posición tan radical como decir: Si hay un código de fin de análisis entonces no es un análisis, no se puede codificar. Si la gente entra para lograr tal cosa eso no es un análisis. Ese es el razonamiento lógico, preciso y sencillo de Ricardo.
Público: Una cuestión que se me ocurrió la otra vez leyendo la Proposición del 9 de octubre. Porque vos generalmente planteas la cuestión del fin de análisis, en relación de que el sujeto pueda analizar las formaciones del inconsciente y sus repeticiones, que su inconsciente siga produciendo. Por otro lado, ahí Lacan plantea la cuestión del pase del psicoanalizando a psicoanalista, que habría un plus sumado a lo otro o vendría por otro lado. La cuestión de identificarse al des ser y dejarse tomar por el significante cualquiera. Porque ahí habría una diferencia. Aquel que termina un análisis y se dedica a cualquier otra cosa no necesita llevar a cabo esto de dejarse tomar por un significante cualquier, solamente por sus significantes. Después, si esto podrá tener algo que ver, ahí va como pregunta, qué pasa con los que trabajan como analistas producen efectos en los análisis que conducen y no han finalizado su análisis. Si se da algún pase ahí que le permite a este analista a identificarse a su falta de ser y dejarse tomar por el significante cualquiera.
-A mi me ha pasado una cosa curiosa que por ahí es una cosa personal mía. Que yo considero, por ahí me puedo equivocar, que han terminado su análisis conmigo, dentro de los pocos que lo han terminado, muchos más no analistas que analistas. Eso me llama mucho la atención, la verdad es que no tengo respuesta, es más, tiendo a pensar si no será una cosa mía. Curiosamente, esa gente no se ha planteado la cuestión de cambiar de oficio, esa fue otra cosa muy interesante. Un ejemplo es el caso que planteé en todo el seminario. Esa mujer siguió en su posición de vivir de su profesión, trabaja políticamente y ahí tiene puestas todas sus fichas. Otro es un hombre digamos del medio artístico, otro... se me voló de dónde era. Ah, la otra persona, a mi me sorprende, tiene una agudeza notable a esta altura para analizarse y para analizar. Es una persona muy vinculada a cuestiones que tiene que ver con la antropología y a las lenguas, análisis que hace, es muy impresionante la captación que tiene. Con respecto a ella misma muchas veces, yo me quedo callado a propósito y la dejo que vaya por si misma, en el análisis mismo de sus sueños va muy rápido, ha variado mucho su posición subjetiva, síntomas de lo que ella se quejaba se han transformado o han tomado otra forma. Yo a veces le hago un chiste, usted sería una buena analista, me gustaría traerla para el oficio porque sería un aporte, pero no quiere saber nada. En cuanto a los analistas, esta gente anda por la vida, y efectivamente no necesita hablar por teléfono, se arreglan bien... A nosotros los analistas se nos agrega algo que tiene mucho que ver con los actores. Vos mismo presentaste el reportaje de Gassman y Mastroiani y lo de la caja vacía. Hoy uno de mis hijos que es actor, me citaba a Fernández, una cosa que les decía Augusto Fernández y que es muy aplicable: no hay buenos o malos actores, hay buenos o malos trabajos. Me parece una perlita.
Me parece que con los analistas no hay buenos o malos analistas, uno tiende a creer que son mejores tales y peores aquellos, que tales trabajan mejor con tal tipo de pacientes. Pero quiero decir, vuelvo a la pregunta de Roberto, se definen por el trabajo que hacen, el trabajo que hace que produce al analista y no el analista produce al trabajo. En ese sentido la cuestión de poder identificarse al significante cualquiera, no es sencilla, a nosotros tal vez nos empieza a parecernos, porque estamos acostumbrados a hacerlo, porque realmente sino hay un cualquier significante. Yo a veces le digo en broma a Laura, yo debo ser loco, completamente loco, porque me doy cuenta que termina una sesión y empieza otra, y soy totalmente distinto, y no es que me estoy disfrazando. Estoy entrando en esa órbita, es como si el paciente me chupara en ese sentido.
Público: El cambio es otro instrumento.
S.R: Es así. Creo que tiene que ver con eso. Sabés que se discutió bastante esto porque en una época se decía, bueno así como lo planteó Lacan un carnicero puede ser analista, y no, un carnicero no puede ser analista por más que haya llegado al final de su análisis. Si quiere ser analista además va a tener que estudiar una serie de cosas, va a tener que pasar por una serie de prácticas, y pasar por una serie de pruebas. Pero sí, ese carnicero puede llevar una vida muy distinta a la que llevaba antes. Ahí entra un problema clave, porque esa es la dificultad clave que tenemos en este momento. Quién me comentaba hoy antes de entrar, vos me comentabas que habías escuchado a Rodríguez Ponte a hablar sobre el problema que se le planteaba a alguna gente de la Escuela de él, porque se sentían necesitados de dar cuenta ante la sociedad, ante el estado, en relación a los títulos. No es un problema sencillo.
Les cuento ahora una discusión privada vía mail que tuve con una colega, que no la voy a nombrar. Escribí un artículo que está en una de las revistas Imago Agenda, sobre el tema del didáctico, de la supervisión. En el artículo en algún momento planteo así al pasar, que es mejor tener algún título. Esta colega que me conoce hace muchos años, a quien yo no conozco en su práctica, pero si como intelectual psicoanalista, en el sentido de una persona que ha producido mucho, que es inteligente, que es laboriosa, tengo un gran respeto por ella. Me manda un mail muy enojada, diciéndome que no esperaba que yo dijera eso, porque entonces qué pasaba con gente como ella que no tenía un título habilitante. Le dije: yo esa pregunta no te la puedo contestar, porque no soy tu analista. Si vos me preguntás como amigo, como conocido, yo te diría: mirá si podés tratá de conseguir un título habilitante. Te guste o no, si tenés algún problema por mala praxis y no tenés título no es lo mismo, que tener un problema por mala praxis y tenés título. Porque si no los psicoanalistas parece que discutiéramos en el aire. Claro, la gente se toma de lo que fue un momento fundacional, de Análisis profano[2]. Un trabajo de Freud. Pero fue un momento fundacional. Creo que recién ahí Freud se avivó de que el psicoanálisis no era médico. El que le hayan hecho un juicio a Theodor Reik, le hizo a repensar toda la cuestión del psicoanálisis. Hasta ese momento Freud hablaba de psicoanálisis... fíjense que en los escritos de técnica, el hablaba de médico cuando habla del psicoanalista.
Público: Consejos al médico
Claro, consejos al médico por ejemplo. Cuando se le viene el juicio sobre Teodor Reik, el tipo tiene que pensar a fondo, se da cuenta que el psicoanálisis tiene poco que ver con la medicina. Entonces, lo que pasa a hacer es una defensa del psicoanálisis como tal, pero imagina que tal vez se podría llevar el psicoanálisis a la universidad. Inclusive imagina con qué materias. Entonces, ahí algo donde los psicoanalistas tendemos a creernos la excepción, como que nosotros no tendríamos porque rendirle ninguna cuenta a la sociedad de lo que hacemos. Eso es muy complejo. Porque también es cierto que esa idea servicial de la sociedad que tienen algunas profesiones, donde creen que la sociedad puede decidir sobre todo es una pelotudez. La otra vez salió no me acuerdo en que juicio de un juez tomó un decisión no me acuerdo sobre qué cosa, que vos estuviste a punto de contestar en Clarín, porque un juez toma una decisión no me acuerdo sobre qué asesorado por alguna bestia forense...
Público: Un paciente que quería hacerle juicio por una medicación inadecuada.
Ah claro, porque era un TOC, un trastorno obsesivo compulsivo, ahora me hiciste acordar, hablando en lenguaje del DSM IV, un TOC, toc. Entonces el paciente le reprochaba no haberle dado medicación. Si eso lo enfrenta un médico o un psicólogo, es una cosa. Ah recuerdo, que le dije a esta colega: mientras no tengas un título habilitante yo te aconsejaría no tomar pacientes graves. Porque es así viejo, si se te sube un tipo a una ventana y tenés que cargarte la que se viene ahí...
Público: Además como sabés si el paciente es grave o no?
Público: Claro, hasta que no empieza el análisis...
Bueno, pero puede tener cierta idea. Creo que es mejor que la gente tenga su título. Al mismo tiempo, creo lo mismo que Freud, que no es la academia la que puede dictar quién es un psicoanalista y quién no. Porque justamente, el eje de la formación del psicoanalista es su análisis y no los exámenes que da. En ese conflicto es en el que nos estamos moviendo.
Público: Ahí el analista siempre opera como un infiltrado
Cómo?
Público: , opera como infiltrado de otras profesiones, con la chapa de psicólogo, de médico...
Y sí! Pero también hay un problema nuestro, no hemos sido capaces... No, no es que no hemos sido capaces, por ahí es imposible. Freud hablaba del psicoanálisis como la tercera posición imposible y eso no es joda.
Público: No tiene una solución, el catálogo de los catálogos, el teorema de Goedel.
Público: El catálogo de todos los catálogos... no tiene solución. No existe aquel catálogo capaz de incluir al propio catálogo Si incluye a todos, trasgrede la consigna y si no lo incluye quedará incompleto. Es imposible. Creo que frente a esto estamos en un imposible donde podemos seguir debatiendo, pero no... Creo que el teorema de Goedel lo que provocó es una modestia impresionante en las ciencias exactas... Ya no se creyeron ciencias absolutas. Si nos lleva a ser más modestos...
No atribuirse tener la verdad...
Público: Exacto, que nos lleva a ser más modestos, el significante cualquiera, creo que vale la discusión pero no tiene solución.
Pienso algo parecido. Bueno, los que quieran presentar trabajos avísenos por e mail, hasta ahora nadie nos avisó.
Público: Habría que confirmar hoy, porque el martes que viene....
El martes que viene es la presentación de Televerdades, están todos invitados, no nos dejen solos, no los vamos a defraudar...
Público: Yo le mandé a Silvia a Manuel...
Vas a presentar un caso?
Público: Es algo modesto, se lo mandé para ver si le parecía que iba a poder...
Ya hay un caso que se presenta, quién más va a escribir? Tienen tiempo hasta el lunes y si no, nos reunimos ese martes y vemos lo que presenta Ethel y trabajamos alrededor de eso. No el martes que viene, si no el otro.
Público: Yo tenía idea de escribir algo.
Alejandro, ya van dos. Acuérdense que no tienen que escribir una enciclopedia, sino eligen el puntito que les interesó en el seminario, o el casito que tienen ganas de trabajar propio. Es una oportunidad de discutir un poco, y aprendiendo todos un poco. Bueno, pero entonces quedamos dentro de dos martes acá a las 21 horas.
[1] Sobre un panel del ciclo “Reanudando con Joyce” en el que Karothy hizo una extensa e interesante intervención sobre la cuestión del santo y el analista en la obra de Lacan.
[2] Freud a partir de la defensa de Theodor Reik
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