jueves, 31 de julio de 2008

23º Clase

15/10/02



“Porque creo que Lucía terminó su análisis y otras cuestiones”

Sergio Rodríguez: Me pareció una idea piola antes de la Jornada, como última clase, que me manden por mail y también le voy a pedir a Silvia que hagaa circular una hoja entre Uds. para trabajar las preguntas que el Seminario les haya dejado, y entonces en la última clase trabajaremos sobre esas preguntas. Pueden ser también preguntas que hagan en la propia clase in-vocem. Me parece mejor hacerla girar alrededor de eso. Entonces, la clase de hoy la vamos a tratar de hacer girar por los temas que habíamos planteado y que faltan recorrer pero con alguna nueva vuelta.

Entonces, la clase de hoy... la clase de hoy es una clase sobre “creencias”. Ahora estaba mirando el título que le puse: “Porque creo que Lucía terminó su análisis y otras cuestiones”. También, voy a responder a lo que era la idea de las dos clases, el tema de por qué en el caso concreto yo creo que terminó el análisis y al mismo tiempo, a pretexto de eso volver a tomar el tema de finales de análisis, pase, etc. que desplegó Silvia Sisto el martes pasado, cuando no estuve.

Bueno, primero: qué pasó en el terreno de los síntomas con esta mujer. Es un tema interesante para ir pensando el tema del final de análisis. A veces se escucha a algunos colegas dar una idea de los finales de análisis tomando una vieja formulación de Lacan, de la identificación al síntoma, como que el final de análisis tendría que ver con aquel famoso cuento de “me sigo meando pero ahora ya no me importa”. Pienso que no es así. Es cierto, sí, que uno toma determinada distancia con respecto a ciertos problemas personales, pero no es “me sigo meando pero no me importa”

En esta mujer en los 12 años que llevó el análisis de ella conmigo, por un lado formó su segundo matrimonio, de un modo muy diferente a como había armado su primer matrimonio. Y en ese sentido con un objeto sexual muy diferente a como había sido el primer marido. Durante ese segundo matrimonio donde el análisis se desarrolló atravesándolo casi por completo, ella transcurrió situaciones complejas que le fue presentando la vida y que resolvió sin ceder en sus deseos y sin hacer de ellos ley para los otros. Y acá me estaciono un poco. Porque ese es otro tema interesante a tener en cuenta y a mover en las conversaciones. Como Lacan en el Seminario de la Ética plantea que “sólo se siente culpable quien cedió en su deseo”, hubo y creo que hay aún, todo un sector del movimiento psicoanalítico, (y digamos que esto pasaba también en los pre-lacanianos y en los post-freudianos) que tienen la idea de que el análisis cuando es exitoso, lo que hace es que cada uno haga lo que quiera. Lo digo así en términos sencillos. Me acuerdo, por ejemplo, que en la gente que estaba en la APA en los años 60, hubo unos cuantos casos de colegas que empezaron a entrar en el juego de las camas redondas, el intercambio de parejas, el consumo de drogas, etc.. En nombre de eso, de que en definitiva estar bien analizado era llegar a la “libertad total”. Recuerdo la cuestión porque inclusive me tocó tratar alguno de esos colegas ya cuando estaban ...no les digo de vuelta, porque uno de ellos no estaba para nada de vuelta de eso, el otro empezó a volver de eso en el análisis conmigo y recuerdo los efectos desastrosos que produjo en ellos en primer lugar y en la segunda generación, en los hijos. Efectos muy complejos, muy complicados. Me acuerdo de una intervención de Fernando Ulloa, con una de esas parejas...les dijo: si Uds. siguen con eso, el destino del hijo de Uds. ....bueno, hablaba de un destino posible para el hijo, y desgraciadamente ese destino se cumplió. Entonces, analicemos la frase porque “no ceder en el deseo”, no quiere decir “hacerlo”, sino que quiere decir “no ceder”, que no es lo mismo. Y justamente lo que va ocurriendo con el deseo es que en la medida en que va siendo analizado puede ir cambiando de objetos, puede ir cambiando de fines, puede ir tomando vericuetos diferentes en cuanto a como acercarse a transformarlo en modalidades de goce, pero no es lo mismo que hacerlo tal cual. Hay algo que pareciera ser olvidado, que es que el deseo es absolutamente asocial, el verdadero deseo, el deseo inconsciente, es asocial, no tiene en cuenta al (O)otro. El deseo como tal, parte de la causa, lo que tiene en cuenta al otro es la demanda, y Uds. saben que la demanda justamente al mismo tiempo que lo vehiculiza al deseo, lo vela. La demanda sí tiene en cuenta al otro porque precisa “negociar” con él, pero el deseo como tal no. Si fuera una sociedad donde todos hicieran lo que se les canta, es obvio que la especie humana duraría poco, probablemente en algo de eso andamos.

Este me parece un punto importante y en esta mujer eso se hizo muy presente. La otra cuestión, que esta ligada a esto, se asentó por muchos años en su enamoramiento de ese nuevo hombre que había aparecido en su vida. Se desplegó en su pasión por la política, y se mantuvo, pero cambiando de bando en función del amor por su nuevo marido de su desilusión con respecto a los ideales anteriores y también de volverse más pragmática. O sea, se produjo todo un movimiento de ella en relación con la política. Varió muchísimo en la relación con su sexuación y su goce erótico. ¿Por qué digo estas dos cuestiones articuladas pero separadas a la vez? Porque en el terreno de lo sexual, ella se había identificado a una posición femenina, pero con respecto al marido anterior tomaba a su cargo una cantidad de funciones que habitualmente están a cargo de quien supuestamente representa el nombre del padre en una familia. En la medida en que se fue desarrollando el análisis y la relación con ese nuevo hombre con el que se casó, se fue produciendo un desplazamiento en ese terreno, donde pasó, dicho en términos sencillos, a funcionar mucho más como mujer y menos como hombre porque había un hombre que sé hacia cargo de las cosas que se tenia que hacer cargo un hombre de la casa. Y eso repercutió muy evidentemente en el goce erótico de esta mujer. De paso, a veces, Uds. van a escuchar en discusiones en Hospitales, en Instituciones, que el análisis lo que va produciendo es un “vaciamiento de goce”. En general, si se les pregunta a los colegas que es eso, que quiere decir, no pueden dar cuenta. Como entiendo esa frase, que esta sacada de contexto, que es más bien una frase de Miller, en Lacan no la leí nunca, pero aunque no me parece mal como frase, es cierto que da lugar a malos entendidos como los que de hecho se sucedieron, pero yo lo diría de otra manera: lo que se produce es una re-distribución de goce libidinal, y por lo tanto se produce un vaciamiento de goce en determinadas posiciones y una re-orientación del goce en otras posiciones. En esta mujer esto se tornó muy evidente en el terreno del goce erótico, el goce femenino de ella en las relaciones sexuales; pero también era muy evidente la articulación que tenía a este desplazamiento que se había ido produciendo a través del análisis en cuanto a las funciones que ella ocupaba como mujer dentro de su casa. ¿Está mas o menos claro lo que trato de plantear?

Otra cuestión muy importante que fue variando, fue su relación con los hijos, y especialmente con el hijo mayor, en función de aflojar el desplazamiento que volcaba sobre él su agresividad como consecuencia de la agresividad que no hacía operar contra el ex marido, como un desplazamiento de su dificultad de posicionarse en relación a saber quien había encarnado la función del Nombre del Padre que le dio origen, por estar entre un padre débil (el de los documentos) y una figura fuerte pero no decididamente registrada como padre. Este drama en el que ella había estado situada durante tanto tiempo, luego lo expresaba en la vida practica, en cuanto a que no le exigía al exmarido que cumpliera con las funciones que le cabía cumplir como padre de sus hijos, y al mismo tiempo se enojaba con el hijo por la identificación que iba haciendo con su padre, o sea con el ex marido de ella. Es evidente que este ex marido, después de que conocemos el conjunto de la historia, tenía contacto muy fuerte con el padre de los documentos, como padre débil, padre cornudo, etc. Mientras que el otro, va a tener rasgos parecidos al que se le apareció como una fuerte figura paterna pero hasta muy avanzada la vida de esta persona, nunca ha firmado legalmente como padre, y tampoco legitimado en ese lugar, dejándola a ella con la duda hasta los finales de análisis. Recién a los 14/15 años... Allí se había desarrollado....rescato aquí un termino de Freud que lamentablemente se vulgarizó y entonces se suele usar como etiqueta, no siendo ese el valor con el que Freud lo produjo, y que es el termino “Complejo” Freud produce el término Complejo en una relación muy estrecha y muy directa con su concepto de sobredeterminación. Entonces el tema no es si uno padece o no padece de Complejo de Edipo. Me acuerdo cuando trabajaba en el Hospital, donde nunca faltaba alguna que venia y decía “bueno doctor, yo vengo porque tengo un gran complejo de Edipo” (risas). Sino, esa complejidad de articulaciones en las imagos parentales que luego de un modo u otro aparecían en la articulaciones sexuales, en las relaciones amorosas de esta mujer.

Esta es una cuestión. El terreno de los síntomas.
El otro terreno que a mi me parece importante de evaluar es el de los Movimientos y límites en sus posiciones como sujeto. Tal vez sea el terreno mas interesante de trabajar, no en una clase como la de hoy, sino trabajar a fondo alguna vez, porque es el terreno donde los efectos del análisis aparecen (uso la palabra a propósito. En función de apariencia también) menos visibles, menos registrables. Tiene que ver con los cambios de posición del sujeto.

Una vez hacia un chiste en un seminario (y es cierto), conozco a gran parte de los que tienen posiciones de liderazgo dentro del movimiento psicoanalítico lacaniano y no lacaniano de Buenos Aires, y con algunos nos conocemos desde hace 40 años, o sea desde que éramos estudiantes, y con aquellos que han pasado fuertemente por el análisis (porque hay otros que trabajan como analistas, pero que nunca han pasado fuertemente por un análisis) es muy impresionante la sensación, porque la sensación es como que uno esta hablando con el mismo que conoció, pero sin embargo hay algo que es absolutamente distinto. Por eso digo que queda como velado lo que se ha producido como cambios de posiciones. En ese sentido el que puede dar cuenta es el propio sujeto, no la mirada del otro. Y de paso ya estamos entrando a algunas cuestiones de fines de análisis y pases, etc...más en general.

El re-posicionamiento: esta mujer terminó situándose con ideales políticos y morales diferentes y hasta opuestos a los míos. Ya les conté durante el trayecto del Seminario que esa fue una de las dificultades más grandes para mí, no es con la única paciente que me ocurrió ni mucho menos, me sigue ocurriendo. Pero lo advierto en el sentido en que ahí sí, no hay que ceder en el deseo del analista (tomando la frase de Lacan ahora y parafraseándola). Lo que a mí me ayudaba a no ceder... porque no es una cuestión de proponérselo a simple conciencia, a simple voluntad. Lo que a mí me ayudaba era ir produciendo lecturas de lo que iba ocurriendo en el desarrollo de ese análisis. Esas lecturas me permitían a mí advertir como muchos de esos movimientos que se iban produciendo en ella, se encadenaban formalmente a lo que había mamado en su infancia (por ejemplo el tema de la trasgresión de las leyes sociales). Pero “mamado”, uso la palabra a propósito. Meto a la madre en el medio porque la meto como algo que fue así desde los inicios y además meto lo que fue su actividad fundamental durante su infancia. Esa era su sopa de letras. Nosotros los argentinos tenemos la suerte de poder usar esa alegoría que en otras culturas no. La sopa de letras con la que ella se alimento, era esa.

Hay algo que a mí me impresiona mucho ahora, ahora que ha pasado el tiempo y que estoy mucho más viejo, y tengo otra mirada sobre mí y los que me rodean. La cuestión reside en que los seres humanos parecemos muy parecidos, en todo caso las diferenciaciones que solemos hacer son a pincel grueso, que fulano es más paciente, que sultano es más cabrón, que perengana es mas pizpireta que en cambio la otra se cuida menos ...cosas a pincel grueso. Pero cuando uno ha pasado muchos años trabajando como analista, se da cuenta que cada sujeto es absolutamente distinto al otro, y ahí, a pincel fino. Y que esa diferencia tiene estrictamente que ver (retomando a Freud) con las series complementarias, o sea con lo filogénico lo ontogénico, y el trauma, que plantean los límites mas allá de los cuales cada análisis no va a poder ir. Ahora, eso uno no lo sabe cuando empieza un análisis, pero sí uno suele sentirse obligado a evaluarlo cuando aparece la cuestión de la interrupción del análisis: ¿puede ir mas allá? ¿o en realidad no da más, no va más?...Con Ricardo (Estacolchic) hablábamos mucho sobre el tema del fin de análisis y el tema de los análisis de los analistas, porque a los dos nos preocupaba mucho, porque ambos habíamos tenido experiencias importantes de las complicaciones que hay en esos terrenos, en relación a muchos colegas. Y además porque habíamos llegado a la idea común de que en realidad a “el fin del análisis” son muy pocos los analistas que llegan, es un 3%, un 4%, no mucho más...es así...es así.... evaluábamos que por ahí en condiciones de analizar quedaba un 10, un 20%.... pero al mismo tiempo trabajábamos también, y trabajábamos caso por caso también, sobre que era lo que hacia que se produciera ese fenómeno que es tan fuerte. Es muy fuerte. Y lo que advertíamos era el entrecruzamiento que se produce entre los límites subjetivos del analizante, los límites subjetivos del analista y en ese sentido uno a veces se daba cuenta que un análisis podría haber ido mas allá si se hubiera analizado con fulano y no con sultano, y otras veces que así se hubiera analizado con Freud o con Lacan (y además a Freud y a Lacan se le escaparon peces gruesos) tal otro no hubiera ido mas allá porque eran los limites de su estructura, más de ahí no podía ir.

Entonces, este tema es importante, porque tal como lo digo cuando veo que al analista lo apasiona el análisis y en ese sentido lo veo como puede funcionar como instrumento, no esta mal que recorra mas de un analista. Dos, tres, no esta mal, todo lo contrario. Con lo cual es evidente que rompo con una de las ideas que hay dentro del movimiento psicoanalítico. En IPA, con analizarse 4 años y medio, a un ritmo de 4 veces por semana, con un tipo que haya sido nombrado didacta, ya se lo da en condiciones de ser analista....y eso no es así....puede haber quedado o no quedado en posición de analista.

Porque la cuestión es la red significante y podemos decir también, la red de cadenas borromeicas en que nos criamos, y tener en cuenta también que luego de atravesar la sexualidad infantil y el segundo despertar sexual de la pubertad, no hay un más allá. Digamos...los insumos básicos se establecieron ahí. Lo que vamos a hacer es trabajar con eso, no es que vamos a lograr aportar otros insumos. Eso sáquenselo de la cabeza porque no es así, sino que trabajamos con lo que ya cada uno trae.

El trabajo del psicoanálisis se lleva a cabo a partir de esos insumos y su producto final responderá a contingencias varias. El psicoanalista no es un evangelista ni un pedagogo. Esto a Uds. le causa gracia, pero puedo darles ejemplos sencillos que Uds. los pueden palpar en la conversación con cualquier colega. Cuando un colega dice “fulano me llega tarde a todas las sesiones, entonces le puse un límite”....que le vas a poner un límite, ¿por qué le vas a poner un límite? Más bien tratá de entender de que se trata eso y por ahí te vas a pasar años sin entender porque llega tarde a todas las sesiones y por ahí hasta va a terminar su análisis llegando tarde a todas las sesiones, y el tipo se va a haber curado mucho mejor que algún otro que fue puntual todas las sesiones...no tiene nada que ver!. Igual con respecto al manejo del dinero. Cuando uno empieza a escuchar las indicaciones que hacen algunos analistas, uno se da cuenta que tiene que ver con el narcisismo del analista, porque al que le molesta que llegue tarde, al que le molesta que falte, al que le molesta que le pague tarde, etc, etc, es al analista.

Entonces no tiene principalmente que ver con una cuestión del inconsciente del analizante. Sí, en ultima instancia, tiene que ver con el yo del analista. El analista no se propone reformar a nadie, el analista lo que se propone, es que cada uno haga con los insumos de que dispone lo mejor que pueda en función de su deseo y de su goce. Y punto. Del resto que se ocupen los jueces, etc,...pero no nosotros.
Sobre esta paciente, en una discusión que tuve con un colega muy conocido, me decía “vos no podes pensar que esa mujer llegó al fin de análisis si tomó la defensa del menemismo en tales juicios”. ¿y que tiene que ver? ¿por qué no?

Por eso mismo la ubicación de dicho hablante ser reconocía en ese punto de cierta trasgresión, el lugar que a la vez que más fuerte fue el más débil de su eslabonamiento al Nombre del Padre. Creo que ese fue el punto sensible de todo el análisis, y fue absolutamente paradojal, porque era donde ella estaba mas anclada, también de donde salió mas anclada, y a la vez era el punto más frágil, porque era el punto donde se podría haber quebrado la cadena.
El hecho en el lecho la fundaba de un modo trasgresor, desde el punto de vista social. Y en esa misma operación, a través de cómo circula luego el mito familiar, le había dado ese blasón, esa insignia, para sentirse identificada a su representante, al S1 que la representara a ella.

Esa es otra cuestión. Nosotros tenemos que salir del discurso de la modernidad que cree que se puede enseñar a los chicos dándole explicaciones, haciéndole aprender cuestiones, dándole penitencias, etc....no porque no haya que darlas, no es ese el punto, sino que profundamente los chicos aprenden según cómo atravesaron las series complementarias, planteadas por Freud, y es ahí donde ...recuerdan Uds. la descripción que hace Lacan de los 3 tiempos del Edipo en formaciones del inconsciente, es ahí donde cada uno de nosotros habrá adquirido por acción o por reacción su blasones y sus insignias del nombre del padre que nos privó del acceso a la madre, y que en ese sentido nos castró a nosotros y a ella. Es lo que se desprende del regalo final del helecho. (Después vuelvo a eso).

En el terreno del fantasma. Si me preguntan cuál es la frase del fantasma de Lucia Luciano, respondo: no sé. Tengo la impresión que nunca se la dije durante todo el análisis y que además no logro construirla actualmente, pero sí, captar en que zona se movía el fantasma de ella, donde nuevamente volvemos a la identificación a la oscilación ética (matrizada por el balanceo riesgoso en la ventana), piensen que esa escena, la más temprana que ella recuerda, contenía ya los elementos básicos. Uno es el balanceo, otro es el riesgo, otro es la trasgresión. Estaban los 3 elementos contenidos ahí. Pero justamente desde ahí, se sostenía su relación con la madre y el padre biológico y luego con el disimuladamente adoptivo. En el punto en que ellos se habían constituido en tales para ella. Esa cuestión me parece que es la clave que la empuja a ella a su segundo análisis. Si recuerdan había tenido un primer análisis con otra colega. En tanto y en cuanto la pretensión de que Rudoni lo acepte como novio y empezar a preparar una vida matrimonial, la empuja de ese fantasma a ella, y le produce esa gran conmoción angustiada que la hace venir al análisis. Porque, la producción de esa situación, era justamente lo que sus padres no habían hecho. Bueno, pero Uds. me dirán “pero ella ya se había casado con el anterior, por qué no se le conmovió el fantasma ahí, por que no fue a ver a un analista ahí...” Primero que no sé, porque no conozco bien que pasó en el análisis anterior, no sé. Pero además de eso, lo que es evidente es que la pasión amorosa a ella se le desató con este hombre, y no con el otro. Por lo tanto el casamiento con el otro, ya de por sí tenía un rasgo que la acercaba al casamiento del padre de los documentos y la madre: que era la falta de pasión. En cambio acá, el que él estaba apasionado por ella y ella apasionada por él, la intima a legalizar la situación, ahí es donde ella vuelve al análisis. Creo que de ahí proviene también que en el final del análisis inconscientemente y por vía del acto, reivindicara el hecho en el lecho a la vez que se desprendía de él....eso es lo interesante del regalo ese. En el mismo acto donde ella me dice, “quiero dejarle a Ud. algo por lo que me recuerde para toda la vida” (cosa que logró: tengo el helecho arriba –en la terraza) se desprendía del hecho en el lecho. Lo que va a aparecer claramente después cuando sucede el episodio del pis. Entonces el hecho en el lecho, pasa a ser otro y con otras connotaciones. Y, ese hecho final del análisis, en realidad había empezado como a formarse un par de años antes, más o menos, cuando ella veía a través de la ventana de mi consultorio, mi jardín. Yo tenia un jardín grande, lindo. Ella me iba haciendo comentarios sobre el jardín. Comentarios del tipo “ah, plantaron un jazmín del cabo”... cosas de ese estilo. En ese proceso ella cambia de casa y empieza a armar su propio jardín, y entonces progresivamente, y de vez en cuando, me traía alguna plantita de su jardín, que yo aceptaba gustosamente, porque además las plantas me gustan y porque no entendía lo que estaba pasando, además porque no era rechazándole la planta que iba a entender...Hasta que me dí cuenta de que ella estaba haciendo un acto donde todo era legal, ¿por qué que tiene de ilegal el regalarle una planta del propio jardín al analista? Pero tenía ese cierto toque trasgresor que suele tomar para algunos analizantes el hacer regalos al analista.

Porque no sé que les pasa a Uds. cuando les regalan algo. Me doy cuenta que cuando un analizante me hace un regalo puede tomar diferentes significaciones, hay analizantes que por ahí todos los fines de año nos hacen un regalito porque es fin de año, y uno no puede leerlo más allá de eso. Pero en cambio hay otros analizantes que si en determinado momento traen un regalo y uno se da cuenta que hay todo un nerviosismo ahí, con cierta vergüenza, por ahí hay un comentario “no me lo vaya a interpretar” por ejemplo, ese regalo es obvio que tiene un valor libidinal. Distinto al otro regalo.

Entonces, yo, a posteriori me pude dar cuenta de que había algo nuevo en eso de traerme las plantitas, que había algo nuevo que estaba ligado libidinalmente a mí, eso lo tenía claro porque evidentemente ella me había pescado el valor que tenía mi jardín para mí, pero estrictamente que quería decir, yo no lo podía saber realmente. Y por suerte no se me ocurrió, porque ahí es muy fácil enchalarse y suponer que hay un amor de transferencia y entonces tener una plantita en común es tener un hijo en común, el falo, el pene, el niño, etc, etc, y al carajo....En realidad, advierto recién en los finales, con lo del helecho qué era, lo que ahí se había estado preparando.

Finalmente, lo que me parece más importante, lo que a mí más me impresionó de este caso, y que ya se los he contado pero que lo vamos a recorrer otra vez, porque...la verdad que fue el único caso que ....no sé si el único...tendría que pensar en otros casos de otra manera, pero donde apareció tan descarnada la cuestión, que es en el terreno del nombre. Digo, de otra manera, porque también me ha pasado en otros análisis ver como ha caído para algún paciente la utilización de un apelativo familiar por ejemplo, de un sobrenombre familiar y pasar a usar su propio nombre, pero es menos espectacular, porque ...que un tipo se niegue a que lo sigan llamando “chiquito” cuando tiene 45 años...en fin, no es tan espectacular! Aunque esas cosas pasan...donde viene alguien y dice “si, porque chiquito, chiquito de acá, chiquito de allá...” y por ahí uno dice ¿y por qué le dicen chiquito?... y entonces empieza toda una historia de porque le dicen chiquito que culmina en un momento donde dice “ya no me dicen más chiquito en mi familia”.

Pero aquí fue este pasaje que hizo de Lucia Luciano, a Lucia de Rudoni cuando se casó con este hombre, cosa que no había hecho cuando ella se había casado la primera vez, en el primer matrimonio ella siguió usando Lucia Luciano, en el segundo matrimonio, que es el que se desarrolla en el análisis conmigo, allí ella comienza a utilizar el apellido del marido, y luego terminado el análisis y un tiempo después, separada ya de ese segundo marido, andando por los pagos de ella, veo un cartel que dice “vote a Lucia”, que a mi me sorprende y le pregunto al del remis “¿cómo, ahora Lucia de Rudoni se hace llamar Lucia?” y entonces me dice... “no sabe, se separaron....” y me contó toda una historia (que no importa) y a partir de ahí me dice, ella se presenta como Lucía. Entonces, fíjense el movimiento que hubo en el terreno del nombre. Lo cual no tiene por qué ocurrirle al resto de los analizantes, pero en esta mina la cuestión del nombre daba justo en el clavo del problema constitutivo principal para ella. fue un recorrido seguramente inconsciente para ella. Recuerdo sí que pasamos con alguna conversación por el tema, pero en todo caso el que haya pasado a usar ella el nombre Lucia Rudoni, no fue efecto de una interpretación, sino que en todo caso lo que sí ocurrió en análisis después, es que le hiciera notar que ella había cambiado la modalidad de usar el apellido, lo cual había producido risas ....pero ninguna cosa espectacular.

Ahora, creo que unido al relato del análisis del acto sintomático del pis, que no olvidemos que ocurre en la cama y en relación al marido, indicaron que había un sujeto capaz por retroacción de analizar las producciones de su inconsciente y de hacerse responsable de sus propios deseos. Para mí, éste fue un dato clave para que cuando ella me dijo “me parece que no tengo para que seguir” yo le dijera que estaba de acuerdo. Porque tengamos en cuenta que de la tercer derivación del nombre, yo me entero varios años después, también lo del pis, pero no una serie de movimientos que había ido haciendo ella en relación con lo del nombre hasta Lucia de Rudoni.
Bien, esas son las razones que me hacen suponer que esta mujer terminó su análisis. Algunas otras, que también he contado en el curso del seminario, que no dejan de tener importancia, como por ejemplo que ella se haya abierto de cualquier tipo de relación conmigo, o de cualquier gente conocida mía, no porque esto sea obligatorio sino porque respondía a la lógica de su reubicación social y política.

De acá voy a la cuestión del pase, del reconocimiento del analista, etc.
El pase. Alrededor de esta cuestión, Lacan dio una serie de vueltas y produjo también algunas definiciones que hay que leerlas en el contexto con otras cosas que también decía en el mismo período o a partir de ahí hasta los finales de su vida, porque en la “Proposición del 9 de Octubre” define el pase como pase de analizante a analista, y lo que plantea es que en el desarrollo de un análisis hay una serie de pases. Eso es lo que él plantea ahí. Por otro lado plantea el pase como un dispositivo, un artefacto para que la escuela investigue el tema del fin de análisis y al mismo tiempo nomine a quienes considera que han hecho el pase. Esta modalidad de plantear la cuestión me parece que arma algunas confusiones, ¿en qué sentido? Muchas veces van a encontrar que dice “Me paso la vida pasando el pase”. Si él dice: me paso la vida pasando el pase, quiere decir que no hay “el pase” sino que hay “los pases”, ahora lo que evidentemente hizo es una apuesta a que encontrar algún mecanismo que permitiera interpretar si se habían dado los pases necesarios en un análisis como para dar a ese análisis como terminado. Lacan, en los “cuatro conceptos” que es antes de la Proposición del 67, habla de rizar el rizo varias veces que es en cierto sentido una equivalente a esta cuestión de pasar el pase. Y lo que trata de evaluar ahí es eso, y hace un planteo sobre que a los que se les reconocería que han hecho el pase se les daría un grado, de analista de la escuela, que además les produciría a ellos una obligación. La obligación seria hacerse cargo del análisis del movimiento psicoanalítico, del movimiento conceptual del psicoanálisis. Para eso él propone una modalidad que es la del dispositivo al que llama Pase ante un jurado de nominación, integrado desde los inicios, por los más viejos de la escuela, con más experiencia, y que después progresivamente irían siendo sustituidos por aquellos que hubieran hecho el pase. Y plantea que “el que pida el pase” tiene que dar cuenta de su análisis ante lo que él llamó “pasadores”, esos pasadores serían elegidos por los propios analistas que estuvieran conduciendo curas, que consideraban que estaban cercanos a su final de análisis. La idea por la cual Lacan planteaba esto era porque entonces los pasadores no iban a mirar desde arriba a los que pidieran el pase, porque ellos mismos se sentirían en situaciones parecidas, etc. esa era la idea de él.

Yo le veo un inconveniente, que la verdad nunca lo terminé de entender, aunque en esto anduve mucho porque hubo todo un período en que Norberto Ravinovich, Pura Cancina, y yo encabezamos un movimiento en Buenos Aires para tratar de armar algún Jurado que, según la idea de Norberto era extrainstitucional, en la idea de Pura y mía era transinstitucional, pero un jurado que no estuviera acotado por las instituciones. Esa era la idea común entre Norberto, Pura y yo. Para eso hicimos un montón de reuniones, inclusive muchas de ellas multitudinarias donde debatíamos la cuestión, se armaban comisiones, se estudiaban documentos de la Freudiana de Paris, las experiencias que había en ese momento acá, o que había habido. Nunca nadie me supo explicar bien, en serio, que pudiera dar cuenta de la cuestión, de “para qué los pasadores”. ¿por qué no dar cuenta ante el Jurado directamente?. Pido el pase, voy y le hablo a un jurado. La argumentación más fuerte que se daba era que Lacan intentaba defender al que pedía el pase del prestigio del jurado, llamemoslé así, a través de que la exposición la tuvieran que hacer ante los pasadores. Ahora el inconveniente que le veo a eso es el de cuando cualquiera relata el relato que escucho. Cuando se comente ese relato va a pasar por el filtro de la propia subjetividad del relator, incluyendo dentro de ello nada más ni nada menos que el tema de la transferencia. Otro inconveniente que le veía y lo planteaba así, era que fuera el propio analista el que eligiera a un analizante propio para mandarlo de pasador, porque si estoy mandando de pasador a alguien le estoy diciendo “nene vos ya estas cerca del fin de análisis” lo cual no me parece conveniente.

No soy un tipo que se cuida demasiado de darle a conocer a sus analizantes en que anda, en que no anda, etc, etc, pero sí, de lo que me cuido muchísimo siempre es de que mis analizantes sepan que estoy pensando yo de su análisis, ¿por qué? Porque justamente eso tiene que ver con el poder de la transferencia. Si doy a entender que estoy pensando de la marcha de ese análisis, obviamente estoy presionando subjetivamente sobre eso. A mí me parece que eso no es conveniente. En la experiencia que se ha hecho hasta ahora, muchas de estas cosas fueron reconocidas por instituciones. Entonces variantes que ha habido con respecto a la Escuela Freudiana de Paris, es por ejemplo que a los pasadores no los eligen los analistas, sino que son gente que se anota de voluntarios y luego el jurado escoge entre los voluntarios quienes van a ser pasadores. Otra variante es la caída de las nominaciones. Hay Escuelas, como la Freudiana de la Argentina (que recuerdo en este momento) para la cual las nominaciones son por un período de tiempo. No recuerdo si 3 o 4 años, una cosa así. Luego, si quisieran mantener su nominación tendrían que volver a dar cuenta de su análisis ante un dispositivo. Me parece que es una salida democratista al problema, pero que los mete en una paradoja, porque si supuestamente lo que el jurado lo que iba a hacer era reconocer si un análisis ya había terminado o no, por reglamento decide que esa decisión cae y se tiene que presentar otra vez a buscar la decisión, es obvio que está volteando todo lo que teóricamente dicen.

En fin, creo que son problemas que ha tenido y tiene el Pase, y los problemas fundamentales que tuvvieron la Escuela Freudiana de Paris, como la Escuela de la Causa Freudiana de Paris y algún lugar aquí en la Argentina también, fueron los enjuagues políticos que se hicieron después con esta cuestión.

Les recomendé a Uds. que leyeran en nuestra revista el último artículo que escribiera Ricardo (Estacolchic) donde marca, subraya como Safouan dice que no hubo ningún Pase en la Escuela Freudiana de Paris y que muchos de los pedidos de Pases, en realidad eran pedidos de análisis. Acá ha habido cosas turbias. En una escuela a la que no voy a nombrar porque esas cosas cuando uno las hace saltar tiene que tener el poder y las pruebas suficientes para ir a fondo después, pero en una escuela había un tipo que estaba en el jurado, él que no había hecho el pase y de que la masa de la escuela se enteró que había tenido actividades no éticas con analizantes –dicho de otra manera se había cogido a analizantes- Entonces cuando hubo una elección del nuevo jurado, no lo votaron. Con lo cual este hombre se enfureció, y hubo una sola de las colegas que se animó a decirle en persona “yo no te voté por tal cosa, y vos tenés que hacerte cargo de eso y decir que pasó”. En lugar de eso, como aun estaba en el lugar de jurado y terminando el trabajo de jurado, “no le dio el pase” a la colega, pero en cambio después le propuso para un cargo en la comisión directiva....

Bien, cuento de estas pequeñeces, de estas miserabilidades, para demostrarles que este tipo de cosas no quedan por fuera de lo que son los mecanismos humanos en general, ni siquiera entre nosotros.
Otro inconveniente que le veo ....Uds. saben que Lacan propuso dos grados el de Analista Miembro de la Escuela (AME) y el de Analista de la Escuela (AE). Sobre el AME él planteaba que la escuela daba garantías de formación suficiente de esa persona y por eso lo nombraba como AME. En cambio AE, el mecanismo era todo el tema del Pase, donde no era ya de reconocimiento sino de nominación. Él planteaba que no había que tomar esto como Jerarquías pero en definitiva se tomaron como jerarquías, supuestamente es más ser AE que ser AME. Algunos son AE y AME.

A mí me parece que Lacan allí comete un error grave. Es esta cuestión de dar garantía de formación suficiente, porque si hay algo que él analizó durante bastante tiempo es que justamente el tema de las garantías del Otro es una ilusión de los neuróticos, plantear por reglamento la cuestión de las garantías, me parece que es un mal paso. Lo que creo por mi lado, es que si hubiera una Institución que funcionara y sabiendo que se correrían los riesgos de cualquier institución, pero que para reconocer que alguien funciona como analista lo mejor es hacerlo hablar (ante un jurado) de cómo analiza, o sea que cuente casos, dejarlo hablar, hablar y hablar ....y ahí se podrá escuchar si esa persona trabaja como analista o no trabaja como analista. Con todo es complicado. En la institución de la cual fui presidente unos años, no llegamos a formar un jurado de ese orden, pero como se había armado un lugar de atención a pacientes de la propia institución, dos de los que formábamos parte de la comisión directiva, teníamos que recibir las entrevistas de los colegas que se ofertaban para trabajar en ese lugar, que eran colegas de la institución. Y se armó un rollo muy grande, porque había uno que tendía a ser mas blando, con el asunto de que “y bueno, que la institución, que estamos entre nosotros, que esto y que aquello” y yo que me ponía firme “no, fulana es una psicóloga, no hay caso, no funciona como analista” y “pero, hace años que esta con nosotros, que esto...”, “nada” fue imposible ese funcionamiento, pero en todo caso creo que la cuestión es analizar la práctica de cada uno y no si hizo el pase o no.

En cuanto a si alguien termino su análisis o no, ya se abran dado cuenta que por lo que dije de Lucia Luciano, para mí lo fundamental es observar la relación del susodicho con las producciones de su Inconsciente y con su disposición al acto. Porque esa es la otra cuestión. El otro día escuché una charla de una colega conocida, muy conocida, donde dijo que el neurótico va a analizarse para saber por qué le pasan las cosas. Lo dijo así, aquí hay varios que estuvieron en esa charla y no me dejan mentir. Lo dijo así. Entonces, si alguien va a analizarse para saber por qué le pasan las cosas, es un pajero intelectual. Es así, digámoslo con todas las letras. Justamente lo que cambia el Psicoanálisis Lacaniano es que centra en el “saber hacer” no en el saber por qué.

Bien, otra cosa en la que me acuerdo que estábamos obsesionados todos los que andábamos en estas historias, es que Lacan planteaba que había que diferenciar Grados de Jerarquías. Parecía la gran conquista Lacaniana en el terreno de las instituciones psicoanalíticas, hasta que se me ocurrió... Grados es en el ejército y en la iglesia y Jerarquías es lo que se elige democráticamente o no (no importa), pero además no hay una gran diferencia, son casi sinónimos grados y jerarquías. Me traje, aunque no los quiero hinchar a esta altura de la noche, pero me traje les decía lo del diccionario de la real academia española (DRAE), y si se los leo van a ver que realmente no hay mucha diferencia entre grados y jerarquías, son casi sinónimos.

Entonces, lo que él quiere decir es que había que diferenciar los que eran electos para la comisión directiva de los que tenían grados. Tampoco pudo ser, porque es obvio que los tipos más capaces no vas a dejar de meterlos en la comisión directiva para mantener un aislamiento obsesivo entre comisiones directivas y grados. O sea que tampoco anduvo eso, no anda. Si Uds. observan van a ver que gente con grados están en las comisiones directivas y gente que no tiene grado esta también en las comisiones directivas.
Pero además creo que Lacan hizo un chiste.

Embarcó a todo el movimiento lacaniano en un chiste, porque cualquiera sabe que lo de grados es lo del ejército y la iglesia, cualquiera sabe eso. Entonces, proponer como lo máximo de las instituciones lacanianas los grados es un chiste....para mí es un chiste. Con lo cual les digo que es obvio que sigo en stand-by sobre que hacer con el tema de grados, jerarquías y todo eso. No en stand-by en cuanto a como reconocer analistas para lo que más o menos les di una idea, ni tampoco en como reconocer fines de análisis sobre lo que también creo haberles dado una idea.

Alejandro del Carril: con la cuestión del tema del goce y del deseo, el otro día leí una frase de Colette Soler que me pareció bastante piola, decía algo así como que el Psicoanálisis curaba un goce con otro goce. Y la cuestión esta del pase y de la Proposición del 9 de octubre...el otro día estuve leyendo...porque hay dos versiones de la Proposición del 9 de octubre. Una, si no me equivoco, es la versión oral que da Lacan y la otra es la versión que después escribe. Y la versión oral esta establecida por Miller, no sé si tendrá algo que ver. Pero lo que me llamo el atención al leerla, es que esa versión, la oral, es mucho más burocrática, es mucho más establecida y hace mucho más hincapié en esta cuestión de establecer garantías sobre la capacidad de un analista, y más en relación también a la cosa de dar garantías ante la sociedad. En cambio la otra, la versión escrita es con mucho mas movimiento y me parece mas preocupado por una cuestión de investigar el análisis y ver que pasa ahí, que por establecer garantías o parecer un reglamento institucional. La versión, la que establece Miller, parece mas un reglamento institucional, la otra no, parece mas un trabajo teórico, más interesante.

Sergio Rodríguez: bueno, ya que trajiste eso. Tiene una historia. Mientras que Lacan estuvo en la IPA no puso en cuestión la modalidad de otorgar grados o jerarquías, como quieran llamarlos, de la IPA. Pero cuando sale de la IPA, a él se le plantea un problema, grueso, personal, que es que él se queda sin grados, él pasa a ser un paria, por decir así. Ahí es cuando acuña esa frase “un psicoanalista no se autoriza más que de sí mismo” esa es la traducción. Busqué expresamente alguien que sabe mucho francés para que me traduzca eso correctamente. “un psicoanalista no se autoriza más que de sí mismo”. Me parece que es interesante, primero, porque evidentemente responde a una necesidad de él de ese momento. A él no le queda otro remedio que autorizarse él y punto, pero le da esa vuelta alambicada a la frase, que me parece es interesante tenerla en cuenta porque en primer lugar, empieza con una frase con la que podría ir a otro lugar por ejemplo “un psicoanalista no se autoriza por un colegio de keroseneros”, “un psicoanalista no se autoriza”, ahí le pega la vuelta “más” o sea no hay nada que lo autorice “más” que de si mismo.
Ahí utiliza una noción que es puesta a circular por Freud básicamente en “Duelo y Melancolía” que es la noción de sí mismo, tomada por gente como Helene Deutsch y después básicamente por la escuela inglesa, y dentro de la escuela inglesa básicamente por Winnicott y que es una noción que no termina de estar definida. No está definida como la noción de “yo”, de “superyo”, de “ello”. Alude evidentemente a algo del sujeto, pero n tampoco a lo que es la versión lacaniana de sujeto, entonces es algo mas flu... que el yo. En ese sentido creo que Lacan tenía razón en que Uds. pueden darle a un analista (a alguien que se presenta como analista) cualquier título, pero que se autorice o no como analista, va a aparecer en como labure no en el cartelito que cuelgue en el consultorio, sino en como trabaje. Y si Uds. empiezan a investigar, van a ver que mucha gente con mucha cosa publicada, cuando entran a averiguar que le pasa en el consultorio se dan cuenta de que no se autorizan de sí mismos. Me acuerdo un caso grave que tuvimos en la escuela de psicoanálisis del Borda, un obsesivo, que había escrito y publicado no sé cuanta cosa, no estaba en el cuerpo docente, era un alumno, y se mantenía encerrado en la casa escribiendo y publicando, escribiendo y publicando, no tenía pacientes. Me acuerdo que se armó una discusión ética entre nosotros los docentes de si lo dejábamos seguir o no. Porque decíamos, este tipo se va a recibir como “recibido de la escuela de psicoanálisis del Borda”, va a tener un título que va a andar mostrando por ahí y en realidad está totalmente incapacitado para atender pacientes. Bueno, con esto lo que les quiero decir es que la autorización de sí mismos y de Uds. los que están acá a los que conozco prácticamente a todos, excepto nuestra estudiante de la noche, yo estoy seguro que Uds. han tenido la sensación de cuando han empezado a autorizarse de sí mismo como analistas y de cuando todavía no se autorizaban, hay algo que uno lo siente, -lo diría de esta manera- en cuanto uno se empieza a mover dentro del consultorio. Este es un primer punto, con lo cual lo que digo es que si tuvo una virtud esa definición de Lacan, que por un lado tiene su origen no virtuoso de tener que él autorizarse porque no le queda mas remedio, pero tiene una virtud, que capta algo de lo que pasa al analista en relación a su trabajo, pero que eso no quiere decir que eso de por si dé ningún título, justamente todo lo que produce es un “modo de estar” en el consultorio, lo diría de esta manera.

Entonces, después, va a la cuestión de las dos versiones que decís vos. La cuestión de las dos versiones tiene además en el medio, un hecho, que es que después que él hace la exposición oral en la Escuela Freudiana de Paris, se le van cuatro grandes, porque uno de los problemas de Lacan, es que de los viejos, quedan con él hasta el pre-final: la Doltó, pero en una posición de autonomía e independencia que siempre tuvo, era la no-lacaniana de la Escuela, ella lo decía así además, y Lacan se lo aceptaba, y sin embargo era a la que le derivaba los pibes para analizar. Queda entonces, la Doltó, los Manoni, y queda Melman y Safouan. Esos son los viejos que quedan con él, después de que él lee la Proposición, y se va Piera Aulagnier, se va Perrier, se va Granoff (aunque queda con una relación muy fuerte con él, pero se va definitivamente). Entonces, entre la exposición verbal y la escrita, está ese hecho intermedio que es importante.

Pero efectivamente, probablemente, esa lectura fina que vos hiciste yo no la hice, o no la hice tratando de pensar desde ese lugar, pero probablemente esté. Pero lo concreto es que me parece que fracasó, cosa que el propio Lacan de paso dice 3 años después. Hay un trabajo de él donde se da cuenta que no esta yendo, algo que no le esta funcionando.
Después, lo que vos decís de Colette Soler, “el pasaje de un goce al otro” eso es así, y Uds. piensen que la sublimación es una forma de goce también, o sea que lo que planteaba Freud del aumento de la capacidad de amar, de gozar y de trabajar, tiene que ver con eso.

Roberto Vecchiarelli: Esto... no digo para trabajarlo ahora, porque aparte estamos cansados, o por lo menos yo, pero podríamos trabajar esta aparente, y digo aparente, contradicción. El analista que se autoriza de sí mismo, y esto de la inaccesibilidad del sí mismo. Sobre lo que ya se ha hablado en algunos seminarios. Se me ocurría pensar si es el “sí mismo” entendido como algo del self, de un falso self, que descubre un verdadero self, podríamos ahí derivarnos por el lado de creer que puede tener que ver con un grado de acumulación, de algún saber constituido. En realidad lo que me parece, es lo que vos decías recién, que en realidad hay momentos en que uno siente y se autoriza. Subrayo esto, como momentos, instantes en que uno se da cuenta como se mueve, que esta funcionando como analista, y que a veces uno se sorprende a uno mismo. Me parece que tiene mas que ver con el artista, en este aspecto, con el artista como aquello que irrumpe. Que por supuesto está el trabajo del análisis de uno. De ahí me parece que es desde donde va surgiendo el autorizarse, de una posición subjetiva, mas que de una relación al saber. Bueno, esto lo dejo como para charlar, como planteo.

Alejandro: creo que del autorizarse a sí mismo, me parece más importante ese cambio que hay del “a” al “de”. Leyendo la Proposición del 9 de Octubre, también, Lacan plantea toda la cuestión del des-ser del analista y todo lo demás, como que va de la mano de la destitución del sujeto supuesto saber.

Lo tomé más por el lado de la caída del sujeto supuesto saber, que no es ni de un lado ni del otro, pero más bien del lado del analizante, si uno quisiera ponerlo de algún lado, y la cuestión del des-ser, al menos a mí, hasta donde leí me parece que estaba mas jugado del lado del analista porque cuando cae la transferencia, (y esto me parece que uno lo puede ver trabajando) lo que se revela es que el analista estaba portando el significante, y me parece que en ese momento cae todo lo que tenga que ver con el ser del analista, uno hacia semblante, digamos. Si se hiciera un paralelo entre el si mismo y el ser, se podría pensar el autorizarse de sí mismo como desprendimiento del sí mismo del ser, entonces ahí estuviese además en relación a la transferencia de los pacientes.
Entonces analista seria ya con una condición primera: que haya pacientes en transferencia y que eso pueda trabajarse y llevarse a cabo hasta el final, y por los efectos de las curas que el analista conduce uno se autorizaría de sí, algo de eso....

Sergio R: bien, lo seguimos la próxima.

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