06 de abril de 1995
En una nota en Clarín del 31 de marzo, el psicólogo Rubén Navedo utilizando el lugar que le dió haber sido psicólogo de Maradona, inicialmente por mandato judicial, dice una serie de cosas, por lo menos discutibles. Comenzando por que viola el secreto profesional cuando hace públicas enunciaciones hechas por aquel en la intimidad de su consultorio.
Pero ese no es el tema que tomar‚, sino el de la responsabilidad del sujeto y su tratamiento por parte de ciertas concepciones psicológicas como la que expresa Navedo. Por un lado presenta a Maradona como un puro resultado de los acontecimientos y de como el medio opera sobre él. Dice por ejemplo, que el cambio de carátula en el juicio por drogas, "desemboca en una desilusión para Diego, al punto de que renuncia a todo: a una defensa judicial, a sus abogados y al tratamiento".Y más adelante, "la sociedad transforma a Maradona en un objeto. Los medios, la técnica, todos contribuyeron a convertirlo en ese fenómeno que es Maradona" Él -no hizo nada, no jugó ningún papel para que eso ocurriera? Al mismo tiempo, y abruptamente, dice que le va a iniciar juicio por pago de honorarios por que "Quiero generar en él la responsabilidad de cumplir".
Podemos observar que si por un lado lo desliga de la responsabilidad de sus actos, transfiriendo la misma a la sociedad y los medios, por otro pretende generarle la de "cumplir" -a través de una acción judicial por cobro de honorarios.
Sitúa la cuestión como si Maradona, puro objeto, estuviera dividido en dos personas."El tema de la idolatría se ve reflejado en los incidentes de la quinta de Moreno, donde él aparece como enjaulado en su propia casa, acosado por todos. Y pasa de no tener nada de culpa, de la impotencia de Diego, a la prepotencia de Maradona".
Es un efecto de la estructura formal de la Cultura (la trama simbólica que sostiene y fallidamente ordena a los humanos) que sus tributarios, básicamente, seamos objetos. Por que no seríamos nada sin la relación con los otros, y por que esa relación se conforma a través de ser representados por palabras que resultan insuficientes para ejercer su función, quedamos enredados en dependencia al Otro. Pero ese enredo no es absoluto. El tener que accionar ubica siempre al sujeto ante una elección, ¿hago esto o aquello? Paradójicamente queda obligado a elegir, a ejercer una escasa, pero real libertad. Sintetizando: todos somos objeto y todos nos encontramos en ciertos puntos con la libertad de elegir dentro de ciertos límites. Frente a esos puntos se encuentra frecuentemente Maradona, en escala a los lugares en que lo colocó el tipo particular de fama de la que le toca gozar. En ellos hace lo que puede y lo que quiere. Lo que hace, lo marca, a veces bien, a veces mal.
De la misma manera procede Navedo. Trabajó con Maradona según sus creencias profesionales y los límites que la estructura de la situación (paciente enviado por orden judicial) y del propio jugador le imponía. Transcurridas las vicisitudes del tratamiento, no conforme con los destinos del mismo y con la deuda en pesos que según declarara dejó su ex paciente, decide hacer declaraciones públicas sobre él y recurrir a la justicia para el cobro de aquella. El psicólogo Navedo, dentro de las fronteras que lo acontecido le definiera, eligió su ruta. La elección lo marca dejándolo por fuera de la política profesional. Y apartado de su función, buscando (si creemos en su palabra) operar la recuperación del jugador al cumplimiento (1) de normas civilizadas por medio de la Justicia. Obviamente, no está mal que alguien pretenda cobrar honorarios por vía judicial. Pero no se puede pretender otorgarle a dicha acción función terapéutica, a menos que se suponga que curar a la gente -es corregirla. El anhelo de corregir, la sociedad lo intenta a través de la educación o de la Justicia, no de los terapeutas.
Winnicott (2) decía:"Una cosa es ser un psicoanalista que investiga por que‚ se roba y otra muy distinta, es ser la persona a quien le han robado la bicicleta en un momento critico./.../ la fusión primordial de la ley es expresar la venganza inconsciente de la sociedad./.../ No podemos pensar únicamente en el tratamiento individual de los criminales, olvidando que la sociedad también necesita un tratamiento para los agravios o daños recibidos". Navedo se halla afectado por la deuda en pesos que según informa, le dejó Diego A. Maradona. Es lógico que recurra a la ley, es incorrecto que quiera otorgarle un sentido terapéutico a su acto. Las palabras curan (cuando lo logran) no por la vía de premios y castigos, sino por el trabajoso camino de desenredar las "galletas" en que ellas mismas nos meten en la necesaria relación con los demás.
Ni somos inocentes, objetos del Otro, ni omnipotentes dueños, de la libertad.
(1) De paso señalo una contradicción en su posición. Dice "No cumple, Como ahora en el caso de Racing, pero es Diego o es Maradona. Pareciera ser un boicot de Diego a Maradona. El ser humano quiere destruir al personaje, al ídolo. Es un fenómeno inconsciente".Según este párrafo, la tendencia de Maradona al incumplimiento, iría en favor del "ser humano" y en contra del personaje. Desde su esquema, Navedo a través de "querer generarle la responsabilidad de cumplir, ¿quiere orientarlo a que siga siendo un personaje?
(2) En su libro Deprivación y delincuencia Maradona, le dejó Diego A.
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