Esta sentencia del sentido común, que pareciera saldar fácilmente el debate sobre el “caso” Daniela, presenta por lo menos dos errores. Uno: hacer de los niños un objeto apropiable a través del "ser de". Otro: que ni siquiera para los animales, el atributo madre es definido sólo por el vínculo de vientre. Con leer un poco a Konrad Lorentz, uno de los especialistas en comportamiento animal más importante de este siglo, se podrá saber que en muchas especies cuando una cría pierde el tamaño que corresponde a su edad es abandonada por su madre. A la vez puede ser "adoptada" por otra madre que esté criando vástagos de ese tamaño. En un hecho lamentable, acaecido hace pocos días, una criatura murió como efecto del maltrato a que la sometían sus padres. Y su gemela salvó la vida, gracias a los cuidados que le prodigaron “madres” sustitutas (médicos y enfermeras del hospital donde fue internada).
Los maltratos a los niños son ejercidos no sólo por vía del castigo corporal o la miseria económico social, también se los ejerce cuando se exhibe obscenamente sus tragedias a la mirada masiva, como se lo ha hecho con Daniela Wilner.
El rey Salomón en la Biblia es infinitamente más sabio que el bienpensante profesor universitario y comunicador de masas Mariano Grondona (fascinado por leonas) o que las abogadas del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos asesoras de la señora Oswald. Dicho rey, puesto en la disyuntiva de tener que decidir a quien entregaba un niño reclamado por dos "madres" y no teniendo como saber cual de ellas era la verdadera, dio la orden de que lo partieran al medio y le dieran una parte a cada una. Horrorizada, una de ellas pidió que no lo hicieran, que renunciara a la posesión. Ante ello el sabio dijo: - "Dad a aquella el hijo vivo y no lo matéis; ella es su madre". Como se ve, no decidió por el vientre (eso la narración lo deja en brumas) sino por su reacción en favor de la vida del hijo.
Hay dos tipos de amor, el que ama sólo si el otro funciona como un pedazo de si, como una propiedad. Ese es capaz de ahogarse -como Narciso- queriendo besar/se, y por lo tanto de ahogar al supuesto amado. El otro es el del que ama de verdad, como las "buenas madres" -diría Winnicott, el amor más allá de todo límite aseveraría Lacan, capaz de renunciar al ser querido para que el mismo viva. No ha sido el caso de los padres de Daniela.
Pero lo más horrible de esta historia es la posición de la mayoría de los medios masivos de comunicación. Madres devoradoras de los “que toman de hijos” buscaron activamente ser campo de una batalla en la que la pequeña Daniela está siendo hecha pedazos, con el único y mezquino fin de aumentar el "rating".No podrán argüir la "sagrada misión de informar", pues revolviendo maniquea y pasionalnalmente para el aumento en las mediciones, lo único que hicieron fue desinformar, acicatear la riña de gallos.
Lamentablemente desde que en nuestro país los Camps, los Berges y tantos otros, cometieron el crimen de lesa humanidad de apropiarse de hijos de jóvenes a los que mataron en medio de las mas horribles torturas, no cesa de repetirse de formas diversas el espectáculo de adultos que en nombre de diferentes "bienes" tratan a los chicos como cosas que se llevan, se traen, ponen, o sacan.
Como en el viejo circo romano, los mass-media atrajeron a su público. La calle le grita al “malo” :"asesino, desgraciado, degenerado, hijo de puta" y termina pidiendo como en el "Coloseo" -"que lo maten".A la "buena" no le expresan mejores intenciones: "Gabriela te queremos" "Estamos con vos" "Matalo a Wilner". Como se puede apreciar, Narciso, se puede multiplicar al infinito. Y para que no falte nada, el César baja el pulgar y pone el aparato del estado al servicio del gladiador amado por las graderías. Nuevamente es el campeón de la transgresión. Renueva la paradoja de que el deseo de transgredir, que se despliega en el pueblo a causa de que buena parte del aparato legal es sancionado contra él, sea gozado por quien escribe dicha legislación.
viernes, 23 de mayo de 2008
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