martes, 6 de mayo de 2008

Clase N° 6

4/10/2004

Para iniciar la clase se escucha el tema “Pieza en forma de tango” de los Les Luthiers

Desde un principio se destaco en el manuela, un joven de ademán cadencioso y verdadera pasión por todo lo que significará arrabal y malevaje. Mario Abraham Corsclap, el promusica origera group de Les luthiers interpreta Pieza en forma de tango opus once, también llamada Miserere de Mario Abraham Corsclap. Son sus partes, de la obra Cuando llego al bulín, Oh máquina de los dioses y Final enérgico manon tango.

Cuando llego al bulín que vos dejaste
esa tarde de copas y palabras
rememoro el amor que me juraste
y los besos que a la noche vos me dabas.
En las horas de escavio y amargura
me pregunto si fue cierto tu cariño
y aunque busco en el embrage no hay ninguna
que como vos me quiera como a un niño.
¿Por qué te fuiste mamá, con ese gil antipático?
¿Por qué te fuiste mamita, dejándome en mi dolor?
¿Por qué te fuiste mamá, con ese señor mayor?
¿Por qué te fuiste viejita, que tiene él que yo no?
Querida vieja decí por dios que me has dado que tengo el corazón hecho pedazos. De chiquilín te miraba de afuera. Viejita que noche llena de hastío y de frío. Punto aparte.
En la esquina del herrero la percanta
mano a mano con la cera y el percal,
mirá el músculo que ni una vez descansa
del romance otario araca vil metal.
Metejón caimado taita guapo
Cafetines, suburbios, arrabales
Conventillos Pompeya que no tango
Y la ilusión de gigoló sentimentales
¿Por qué te fuiste mamá? Poca ropa me lavabas
¿Por qué te fuiste mamita? Raras veces te pegaba
¿Por qué te fuiste viejita?
¿Por qué ya no estás mamá?
Como madre hay una sola
Amurado me largás
Si no me pasás más guita
Me voy a vivir con papá.


Sergio: Me pareció una buena manera de empezar la clase de hoy que como ustedes recordarán es sobre: Angustia y semblant. El semblant y el acto. Pero antes de empezar con la clase propiamente dicha se nos metió en el medio el feriado del 12 de octubre, que lo pasaron al 11. Entonces el 18 de octubre vamos a dar Autismo, pasaje al acto, suicidio, acting out, que la va a dar Miguel; el 25 talleres. 1 de noviembre: Cuando el que preocupa no quiere concurrir y sí están dispuestos los preocupados. El 8 de noviembre talleres otra vez. El 15 de noviembre Ética y semblante. Fin de análisis ¿caída de los semblantes? Diálogo entre los expositores. Queda por fijar entonces lugar y fecha de la jornada. Les voy avisando también que el 22 de noviembre acá voy a presentar el segundo volumen de En la trastienda de los análisis que según me prometieron los de Letra viva para entonces ya va a estar. Obviamente están todos invitados a la presentación.

Ahora vamos a la clase. Le advertí a Miguel para que no se pusiera muy nervioso de que vine medio loco, por eso empecé con Les Luthiers, me pareció adecuado al tema en el que andamos. La clase de hoy va a terminar con un borrador, con esas cosas con las que uno va intentando armar algo. Con esto les quiero decir no se lo lleven copiado como que esta es la posta porque para nada, estamos en la mitad. En la clase de hoy voy a dialogar con cuestiones que han planteado en la clase 5 Silvia Sisto, Miguel y Noemí Lapacó. Lo que ellos plantearon me va a servir de pie para ir tratando de desplegar algunas de las cosas de la clase de hoy e ir situando también lo que me han hecho pensar las observaciones, las discrepancias, las preguntas. No me queda otro remedio que leerles las cosas que plantearon los colegas para que ustedes puedan recordar sino es imposible el diálogo. Silvia planteó: vos planteaste en un momento la transferencia en relación a transferencia en cualquier tipo de lazo social y la planteas como carencia de saber respecto de aquel que va a dar una orden pero me parece que ahí quedaba muy acentuada la cuestión de la carencia más que la de saber. La verdad que todo el tiempo estaba pensando en una pacientita que estoy atendiendo muy grave. Es una nena autista que tiene síndrome de Down y en el marco de una sesión en las que realmente hay muy pocas palabras, está muy desconectada, ella dice: mamá. Entonces yo rápidamente le digo: sí ahora va a venir tu mamá a buscarte. Pero ahí sentí cierta angustia en el cuerpo y entonces me di cuenta que me estaba diciendo mamá en realidad, entonces le dije: bueno vamos a jugar a la mamá, yo soy tu mamá y vos sos mi hija. Entonces después me dijo: caca. Y fuimos al baño e hizo caca y después siguió toda una secuencia. Pero en ese sentido yo me quedé pensando en ese momento que ahí como una mamá yo tenía que darle un saber sobre la palabra que estaba diciendo suelta, me dice mamá. Desde una carencia, porque en realidad no sé si me estaba diciendo. Pero me parece que ahí lo más fuerte es la cuestión del saber.
De paso les diré que voy a invertir algunos órdenes simplemente para favorecer la clase.

Miguel le dice a Silvia: Yo quería tomar el ejemplo de Silvia porque me parece que ahí se puede entender que es el semblant. Esa, en principio, palabra mamá, cuando Silvia le dice ya va a venir tu mamá, es interesante porque me parece que las dos versiones van al mismo lugar. Ya va a venir tu mamá es tu mamá no está, nombra una ausencia entonces ya no es una palabra. Bueno dale vamos a jugar a la mamá me parece que efectivamente instala ese significante como un semblant de lo que no hay. Podríamos decir que en ese caso no hay mamá. Que esa intervención instale a la madre, ese semblant es S1, el S2 es caca.

Hasta aquí estoy de acuerdo con Miguel si facturamos la operación que nos propone Lacan en los Cuatro conceptos: S1 mamá S2 las dos variantes puestas en acto por Silvia pero bajo la sanción de la segunda. En ese punto me diferencio porque recuerdan que Miguel dice S1 (mamá) S2 (caca). Como efecto de sentido de S1 + S2, surge un nuevo S1. Así sigue la cadena, no sé si recuerdan en los Cuatro conceptos esa innovación que hace Lacan y que es muy interesante. Esa innovación lo que plantea es que ningún efecto de sentido es puro efecto de sentido. Que lo que hace es volver a reinstalar una falta. Mejor dicho un sinsentido. Surge un nuevo S1 caca, nosotros podríamos decir surge un S2 que es el gesto de Silvia de llevar a la nena al baño. Considero que ahí se continúa el discurso del amo que ya había empezado con el primer mamá y teniendo como agente-amo a la pequeña haciendo trabajar a Silvia de S2 desembocando en el desprendimiento del objeto, como decía Miguel, que por exceso de goce había causado la carencia en la chiquita que la llevó a anunciar: mamá. Ustedes piensen que en ese momento la nena tiene ganas de hacer caca, hay un exceso de caca en el cuerpo de la nena que produce la carencia. O sea la carencia es que no tiene a la mamá que la lleve a hacer caca. Por eso me parece que es muy importante lo que agrega Miguel cuando dice: “Me parece que lo que es interesante es como situar ahí el semblant en el lugar del analista y como eso va articulado a un discurso. Fíjense que hay dos significantes”. Estructuralmente en los hechos hubo 1) mamá 2) sí ahora va a venir a buscarte 3) angustia en la analista que se da cuenta que le estaba diciendo mamá en realidad. Yo sé que ahí les estoy planteando un problema porque la angustia no es un significante pero lo que pasa es que la analista se da cuenta. Ahí tienen un buen ejemplo de cuando Freud habla de la angustia como señal, porque es lo que la hace pensar a la analista y se da cuenta que estaba diciendo mamá en realidad. O sea que simbólico imaginariamente la estaba significando con ese semblant que es a lo que luego va a ir Miguel.

A mí me gusta un concepto que yo creo que nosotros los lacanianos tenemos que utilizarlo no sólo en psicoanálisis de niños pero eso se verá más sobre el final del seminario, que es el concepto de Winnicott de espacio potencial. La analista ahí instala el espacio potencial con el vamos a jugar y justamente porque logra instalar el espacio potencial es que la nena puede ir al baño y hacer caca. Del juego va a la realización la nenita después. Fíjense que acá Silvia instala ese espacio potencial vamos a jugar con lo que presenta un semblant de objeto mamá parecido y diferente al de la mamá y al de la nurse. Ahí vuelvo nuevamente a Miguel: “un objeto que cae. Efectivamente me parece que ese ejemplo era interesante para retomar la cuestión del semblant”. Yo creo que esa entrada de Miguel es muy importante. Antes había entrado yo, por eso les dije que invertí el juego. En las cosas que yo voy a decir ustedes se van a dar cuenta que hay algunas que las voy a decir porque conozco un poco más sobre el caso y la situación porque a veces hemos conversado sobre la nena, la mamá, etc. Lo que yo le dije en respuesta a Silvia: “Mirá justamente el ejemplo me parece muy interesante para tratar de explicar lo que yo quise explicar y aparentemente quedó confuso. Hagamos la diferencia entre enunciado y enunciación. Acá es muy difícil de hacerla porque es una sola palabra y por las características de la chiquita.” Sin embargo ahora que les leo la clase me doy cuenta que se me había escapado en ese momento que Silvia dice es una palabra suelta. Es interesante esa formulación también dicha por ella. Acá ven como nosotros los analistas en realidad actuamos mucho más operados por lo inconsciente que por la conciencia, pro eso se me escapa a mí en el momento de la clase que eso de palabra suelta era ya una indicación sobre enunciación y no sobre enunciado. Continuo con mi respuesta: “Sin embargo creo, que lo que hizo la chiquita fue del orden de la enunciación y que en ese sentido enunció la carencia que la afectaba en el momento que presionaban sus ganas de cagar”. Agrego ahora, estaba bajo la pura presión de la pulsión. “La que le dio el saber”. Agrego ahora: ella enunció solamente el saber sobre su exceso que por efecto significante de enseñanzas previas exigía desde el superyo convocar a la mamá para que la coloque en condiciones de hacerlo. Una de las cosas con las que más se enoja la mamá es cuando la chiquita se caga encima, justamente. “O sea significó a ese S1 de la chiquita fuiste vos, ella de algún modo lo que tuvo no sé si confianza o ilusión”. Podría agregar deseo, se me podría discutir mucho, sé que se me va a discutir mucho hablar de deseo en un autista pero podría jugarme. “Confianza o ilusión en que ibas a escuchar la enunciación y se la ibas a saber significar. ¿Por qué les dije antes la diferencia entre la mamá y la nurse? Porque mientras que la mamá se enoja mucho con la nena por ese tipo de cosas, la nurse al contrario, tiene una relación hipercariñosa, o sea tampoco logra ocupar un lugar materno. El bombardeo de lo simbólico sobre la nena está escindida entre una madre que se enoja terriblemente con ella, en el mejor de los casos porque en realidad básicamente la nena le es absolutamente indiferente y una nurse que por reacción es completamente protectora sobre la nena. Le contesto a Silvia en ese momento de la clase: “vos fijate que el primer movimiento tuyo, según vos misma contás, es de no saber significarle la enunciación porque le decís: tu mamá va a venir dentro de poco”. Esa es una lectura simplista de la cuestión por eso me pareció más interesante la lectura que hizo Miguel. Que cuando Silvia le dice eso de lo que le está hablando es de la no presencia de la mamá. En ese momento yo le digo: “pero te das cuenta porque la angustia te invade el cuerpo y recién después lográs significarle la enunciación”. La enunciación fue sancionada como tal desde la angustia que sentiste en el cuerpo y la modificación consiguiente de tu saber que te impulsó a la propuesta de juego. “Y entonces va el otro significante caca, también se lo significás en tanto la llevás al baño. Ahí tienen un buen ejemplo de cómo el significante muchas veces se expresa no a través de palabras sino de gestos, ahí el gesto de llevarla al baño fue importante”

Mi primer artículo sobre psicoanálisis, los otros días me estaba acordando por una cuestión particular, los escribí en el año 1974 con una colega Florencia Martinez Parera en discusión con una psicodramatista. La psicodramatista había escrito un artículo en el cual decía que por como vio entrar al paciente en el lintel de la puerta ya armó toda una interpretación. Nosotros, que éramos jóvenes en esa época y recién estábamos estudiando Lacan desde hacía unos pocos años, le discutíamos desde el valor del significante y que no se podía interpretar antes de escuchar hablar al que había entrado. Eso es cierto, yo lo podría seguir sosteniendo, lo seguiría sosteniendo pero eso no le quita valor al gesto como significante. El problema de la psicodramatista ahí era que lo tomaba como significado al gesto. Ahora si lo tomamos como significante tiene que articularse a otro significante para recién producir un cierto efecto de sentido, también un sinsentido y también un fuera de sentido. Retomo la respuesta a Silvia:“Un significante donde el saber del analista significó la enunciación de la paciente”. Agrego: un gesto que satisfizo la demanda. Lo que ratifica algo planteado por Freud en los escritos técnicos, por Winnicott en varios lugares y por Lacan también. La abstinencia del analista no es un mandato superyoico que siempre hay que cumplir. Si leen con atención a Freud se van a dar cuenta por ejemplo de que al hombre de las ratas le convidó té en determinado momento y le convidó arenque en otro momento. El convide del arenque dio lugar a uno de los sueños más importantes del hombre de las ratas. Claro el de la hija, el de los anteojos de gota y el del coito con la barra fecal. En Lacan, si ustedes leen las cosas que relatan los pacientes también se van a encontrar con cosas parecidas. Por ahí le convidaba dátiles al viejito norteamericano, o por ahí lo tenía dos horas y media en la entrevista o le decía que lo único bueno que se producía en Estados Unidos era el wisky Yagraniel, que de paso se los recomiendo efectivamente es muy bueno. O sea que la abstinencia no es un mandato superyoico que siempre hay que cumplir, depende.

La propuesta de Silvia presentó otro semblante de madre, ni puro reto, ni pura dulzura, también juego. Ahí la niñita down pudo demandar. Desde aquí nuevamente Miguel: “En relación a las cosas que dijo Sergio hay algunas con las que es difícil acordar. Con la que es difícil acordar es con la del fantasma me parece, es difícil acordar con eso que la frase me pega es una frase simbólica- imaginaria. Esa frase es impronunciable, es un agujero en la significación por lo tanto no es ni simbólica ni imaginaria, eso por un lado. No es pronunciable esa frase con lo cual cuando efectivamente en la vida de alguien el padre le pega estamos con un problema. Un problema para la constitución del fantasma. Pero de cualquier manera me acuerdo siempre de una situación, yo estaba dando una charla sobre el fantasma. Se termina la charla y se acerca una persona muy angustiada a decirme que él tenía un problema con lo que yo había dicho. Él tenía un hijo chiquito y estaba muy complicado con lo que yo decía. Como él había decidido que a su hijo nunca le iba a pegar estaba complicado en pensar como era eso del fantasma en el hijo si él nunca le iba a pegar. Es una pavada, yo le debo haber contestado una pavada seguramente. Pero después me quedé pensando bastante en el comentario porque después me pareció lo siguiente, que el golpe no es el golpe efectivamente dado en el sentido de le tiro con la zapatilla, con el rebenque, le pego un palazo, cualquiera de las versiones sobre el golpe. El golpe, el padre lo da con la voz. La voz del padre es la que golpea sobre la piel del hijo, ese es el verdadero golpe, es el que duele, el que organiza el fantasma por eso los golpes, la voz están siempre ligados a los fantasmas sadomasoquistas, más las cuentas. Sino nos quedamos con la escena sadomasoquista donde alguien le pega a otro, un adulto le pega a un niño y el golpe es el de la voz. No hay otro golpe que ese, los otros son sucedáneos de ese golpe. Lo inolvidable para alguien es justamente la voz del padre, la voz del trueno, esa es la que organiza la escena y no golpes sobre la piel que en realidad son secundarios a esa voz. En principio eso, me parece que es para discutir la cuestión esa del segundo tiempo del fantasma”.

Tomo el planteo de Miguel y lo voy conversando de a párrafos, dice Miguel: “Con la que es difícil acordar es con la del fantasma me parece, es difícil acordar con eso que la frase me pega es una frase simbólica- imaginaria. Esa frase es impronunciable, es un agujero en la significación por lo tanto no es ni simbólica ni imaginaria, eso por un lado” Para Freud en la página 187 de la edición Amorrortu o sea la traducción de Echeverri, en el artículo “Se le paga a un niño” dice: “en uno de mis seis casos (uno masculino) era recordada concientemente” la frase mi padre me pega, o sea la del segundo tiempo. En algunos casos que analicé yo recuerdo que fue en más de uno. Hay uno que lo recuerdo muy claro porque además era un sueño de repetición incluso dentro del análisis hasta que el análisis se resolvió. Es un análisis terminado por lo menos conmigo por ahí lo está siguiendo con otro analista. Esta paciente soñaba su fantasma y lo soñó en diferentes momentos de su análisis. Fue muy interesante porque el contenido manifiesto era siempre el mismo con algunas variantes que a veces se producían. Era un canario en una jaula y un gato expectante esperando. La variante que ya no me acuerdo porque tendría que reconstruir todo ese análisis para eso pero era más sobre los finales del análisis, era que la puerta estaba abierta, el canario seguía adentro de la jaula y el gato seguía expectante afuera. O sea la variante que se había producido era la apertura de la puerta pero que no era la salida del canario de la jaula. El canario a todas luces tenía mucho que ver con ella y el gato en como imaginaba a los hombres valiosos a los cuales no quería aceptar. Las pocas relaciones con hombres que había tenido eran con hombres absolutamente subvalorados por ella. Por lo tanto si bien yo acuerdo con Miguel que no es lo más común, lo más común es que haya que reconstruirla a la frase, eso también lo plantea Freud y no siempre se logra. Acá les voy a agregar algo, es pronunciable aunque más no fuera porque se la construye. Si se la construye se la pronuncia, es obvio. Otro caso que me acordé es el mío personal donde curiosamente, yo me analicé según mis cálculos con cuatro analistas diferentes y debo haber estado en total unos diecisiete o dieciocho años analizándome. Pasado otro tanto recién pude pescar mi fantasma. A pesar de que los cuatro analistas eran valiosos y hubo un quinto que no fue un análisis pero fue una entrevista prolongada con Rodrigué que también es un analista valioso y que la verdad me rompió la cabeza. Fue muy divertido porque fue como quince años después que yo había terminado de analizarme, estaba atravesando una crisis importante en mi vida e hice una entrevista con él aprovechando que estaba por acá. Me hizo una interpretación que lo que yo pensé al poco tiempo fue que había logrado lo que no habían logrado los otros cuatro que era levantarme la represión sobre mi neurosis infantil. En el sentido que aparecieron una cantidad de recuerdos de los cuatro, cinco años que en los análisis anteriores no habían aparecido. Después pensándolo mejor me di cuenta que probablemente lo que se produjo fue como una sumatoria del trabajo de los cuatro análisis previos y que esa interpretación aprovechó esa sumatoria y desbordó el vaso, para decirlo de alguna manera. Inclusive la cuestión de lo que yo pesqué de mi fantasma vino muchos años después y no tiene que ver con esa interpretación de Emilio. Sí tiene que ver con cosas conversadas en los análisis previos pero donde no se había llegado a la construcción de ese fantasma. Cosas conversadas, interpretadas, trabajadas pero no se había llegado a la construcción de ese fantasma y que construido ese fantasma realmente me permitió entender la serie de repeticiones más importantes. Repeticiones en el sentido de más allá del sentido de placer o sea de repeticiones de lo doloroso de mi vida. Llego a eso “por mi cuenta” entre comillas porque eso venía todo del trabajo de los análisis previos.

Creo que estamos en un problema cuando según indica la propia viñeta de charla, el padre le cuenta a Miguel: “Él tenía un hijo chiquito y estaba muy complicado con lo que yo decía. Como él había decidido que a su hijo nunca le iba a pegar estaba complicado en pensar como era eso del fantasma en el hijo si él nunca le iba a pegar” Lamentablemente algo de eso está ocurriendo con el democratismo, psicologismo, especialitas en violencia familiar, apropósito lo digo así porque así se autotitulan y es curioso. Los otros días nos llegó un comunicado de la facultad de psicología protestando contra las declaraciones de Alsira y hablan de la cátedra de violencia familiar.

Laura: un postgrado en violencia familiar.

Sergio: tiene razón (risas) Es como en el Ameguino que en una época había un servicio de alcoholismo. Al servicio lo presidía un alcohólico además. (Risas)
Lamentablemente algo de eso está ocurriendo con el democratismo, el psicologismo, especialistas en violencia familiar que están dejando sin amos a los chicos, condenados a la anomia, la anarquía y tragedias como la de Columbine, no cito a propósito la de Patagones porque la verdad todavía no tengo elementos como para hablar en serio de eso. Sigue Miguel: “me quedé pensando bastante en el comentario porque después me pareció lo siguiente, que el golpe no es el golpe efectivamente dado en el sentido de le tiro con la zapatilla, con el rebenque, le pego un palazo, cualquiera de las versiones sobre el golpe. El golpe, el padre lo da con la voz”. Yo no acuerdo con esta lógica de exclusión. Desde el punto de vista del goce voz y golpe se suman, a veces, otras veces no. Cuando va sólo el golpe es otra historia pero muchas veces se suman el zapatillazo y el: te voy a dar hijo de puta no dejándome dormir la siesta, por ejemplo. (Risas) La razón la da el significante a veces verbal, a veces gestual, a veces sumado y que da la significación que puede facilitar suponer que el golpe fue por amor.

Ethel: amor a la siesta. (Risas)

Sergio: en ese caso sí, lo que da a entender es la posición egocéntrica del padre. Me quedé pensando en eso, no me estoy refiriendo a golpes recibidos por mí pero sí cercanos míos. No mis hijos, a ellos sólo les he roto las pelotas. Pero fíjense que uno puede pensarlo inicialmente como una postura egocéntrica del padre pero también lo puede pensar como una forma inconsciente en el padre de hacer entrar al hijo en el lazo social: respetar las siestas del otro. En cambio en ese sentido vehiculiza la castración, o sea hay límite imprescindible para ser soportado en los vínculos sociales Volviendo, Miguel: “La voz del padre es la que golpea sobre la piel del hijo, ese es el verdadero golpe, es el que duele, el que organiza el fantasma por eso los golpes, la voz están siempre ligados a los fantasmas sadomasoquistas, más las cuentas. Sino nos quedamos con la escena sadomasoquista donde alguien le pega a otro, un adulto le pega a un niño y el golpe es el de la voz. No hay otro golpe que ese, los otros son sucedáneos de ese golpe. Lo inolvidable para alguien es justamente la voz del padre, la voz del trueno, esa es la que organiza la escena y no golpes sobre la piel que en realidad son secundarios a esa voz”. Estoy de acuerdo con Miguel que el golpe sin voz, sin gesto, es puro goce masoquista usando a otro de instrumento sádico. Ahí el fantasma es obligarlo al otro a desearlo al masoquismo como objeto. Miguel dice: En principio eso, me parece que es para discutir la cuestión esa del segundo tiempo del fantasma.

En la página 194 Freud dice: “el ´ser azotado` de la fantasía masculina, como la llamaré en aras de la brevedad y espero que sin dar lugar a malos entendidos, es también ´ser amado` en sentido genital pero que se degrada en sentido pregenital, pero al cual se degrada por vía de regresión” mientras en la formula de la pulsión, la niñita con down que atiende Silvia, S◊D, el sujeto es el hablante, en cambio en el fantasma neurótico él está en objeto. Creo que eso es lo que hace que en el nudo de 3 y en el de 4 el a aparece atrapado entre los tres. Esta es una pregunta que me persigue desde que estudié La tercera de Roma allá por el año 80, que es en cualquiera de las variantes que ustedes puedan seguir del nudo de tres inclusive del nudo de cuatro, nunca van a encontrar al sujeto, en cambio siempre van a encontrar al a atrapado entre los tres registros. Creo que lo que quiere plantear con eso Lacan es que en realidad los seres parlantes básicamente siempre estamos en objeto. Sólo puntualmente y muy transitoriamente pasamos al lugar de sujeto, incluido el sujeto del inconsciente.
Después iba a hacer toda una cosa sobre el perverso que la dejo de lado ahora.

El ejemplo de Silvia muestra como una forma en que puede surgir la angustia en el analista está referida a cuando nos encontramos con que no sabemos interpretar lo que trae el deseo y nos quedamos en la pura satisfacción de la demanda. Esto puede ser también por la vía del silencio, de la supuesta abstinencia, el silencio ante determinados dichos, decires del analizante pude ser una forma de satisfacer la demanda justamente. Creo, entre otras cosas que eso es lo que lo llevó a Freud a Lacan, vale el equivoco porque son equiparables, equivalentes e intercambiables en muchas cosas. A Freud se le planteó un problema parecido cuando se planteó dar por terminado el análisis del hombre de los lobos, nada más que en otro terreno. A Lacan se le planteó en el terreno del pase de las sesiones de tiempo lógico a las sesiones de tiempo breve e incluso al pase de las sesiones de tiempo cero. Nosotros podemos discutir mucho alrededor de eso, la señora Roudinesco con mucha pertinencia puede decir que a Lacan le gustaba el oro, cosas que son ciertos.

Miguel: juntaba oro. Lingotes para ser precisos.

Sergio: pero yo creo que a Lacan no le hacía falta recurrir a las sesiones de tiempo cero, de tiempo breve, para juntar más lingotes de oro. Sino creo que si seguimos con atención por ejemplo el seminario sobre el goce, a partir de éste especialmente, a Lacan se le empezó a plantear como problema que una de las principales resistencias al psicoanálisis era el principal instrumento del psicoanálisis que es la palabra. Esta cuestión de la gente que supuestamente va a analizarse y en realidad a lo que va es a seducir con sus palabras al analista. Entonces se dan largos discursos, preciosos, uno muchas veces yo por lo menos, cae dentro de esas situaciones donde uno queda atrapado por la historia que le están contando. A Lacan lo que se le debe haber plateado, si bien que yo sepa nunca escribió sobre eso, es ¿qué hago con esa cuestión? Porque si le digo que no hable ¿cómo analizo? Y a la vez si lo dejo que hable al pedo ¿cómo analizo? Creo que una de las vías por las que él buscó entrar que creo que no es útil excepto en muy particulares situaciones, es por el lado de las sesiones breves o el lado de las sesiones cero.

Nuestro saber hacer psicoanalítico inconsciente, que se articula al no saber que hacer que ante nosotros significa un modo de presentación del paciente como puro real, cosa que hay momentos donde ocurre, más frecuentes en nuestros comienzos como analizantes y como analistas pero no absolutamente infrecuentes cuando ya estamos más viejardos y más trabajados por la vida, el análisis y la experiencia, es un punto en el que la función del pasaje al acto por la vía de la función de la prisa acertada o el apresuramiento desacertado, también suelen traernos angustia. Yo no sé ustedes, contarán después pero a mí más de una vez me ha pasado que he cortado una sesión y después me he quedado con la angustia de que en realidad corté demasiado temprano y otras veces me ha pasado que me he quedado atrapado en una sesión y no he cortado y cuando el paciente se ha ido me he quedado angustiado con la sensación que lo dejé hablar demás. Cualquiera de ambas situaciones suele traernos angustia o el famoso horror al acto que plantea Lacan. El horror al acto es justamente cuando entramos en la procrastinación obsesiva como analistas y no pasamos al acto en el momento que hay que pasar siendo una interpretación, sea cortar una sesión, sea producir un acto de otro orden, lo que fuera. Otras veces, apresuramiento y acto silvestre. Le contaba a Miguel de un colega por el cual yo tengo mucho respeto y poco cariño al cual yo en determinado momento le había derivado dos pacientes porque sabía que eran muy masoquistas ambas. Me parecía que para que entraran en análisis iba a facilitar un analista que más bien tenía cierta tendencia al sadismo en su trabajo como analista. (Risas) confieso, tienen derecho a decirme todo lo que quieran. No sólo por eso al principio dije que es un tipo muy inteligente. Una de las pacientes se lo aguantó dos sesiones y se las tomó por una interpretación silvestre que le mando, de esas salvajes que uno después que las dice se da cuenta que más que con la oportunidad analítica de decirla tiene que ver con el sadismo de uno. Esta muchacha se fue y no volvió más pero lo que él le dijo, que era algo en relación a la pareja de ella con el marido, era tan cierto que ocho años después ella se separó del marido por esa cuestión. Pero pasaron ocho años, se había apresurado un poco en la interpretación. En cambio la otra todavía sé que se está analizando con ese colega y realmente el análisis le ha producido unos cambios radicales en la vida de ella.

Público: y unos moretones fantásticos.

Público: Se fue con el marido de la primera.

Sergio: pareciera que yo cuento estas cosas para hacer chiste pero no, sino que lo cuento porque una cosa que devela siempre Gilberto Simoes que la mayoría de ustedes no lo deben conocer porque es un psicoanalista de los del grupo documento que se fue de la APA, él siempre decía que nunca se contaba en las clases la verdad de lo que pasaba en las sesiones. Él decía que las clases se las daban para Cabrenta, que así decían en APA. Cabrenta era la marca de un rotaprín. El rotaprín, que la mayoría de ustedes no debe saber ni que existió, era una máquina de imprimir. Se daban las clases, las conferencias, los seminarios o los paneles y Gilberto decía hablan para Cabrenta porque sabían que iba a salir publicado entonces decían cosas preciosas. El oficio nuestro está lleno de todo esto también, sino seríamos tontos realmente diríamos que creemos en la castración pero en realidad no creeríamos en nada. Pero además lo curioso de esto es que ambas dificultades tanto el pasaje al acto según la función de la prisa, o sea en el momento oportuno pero no después, como el error por el apresuramiento desacertado sólo son debelables después de producidos. Sólo la aprês coup nos va a decir si estuvimos bien o mal. Esta es la otra cosa, por eso los analistas demasiado obsesivos, que no han logrado tramitar más o menos su neurosis obsesivas que especialmente los varones venimos de ahí y estamos ahí pero una cosa es tenerla más o menos tramitada y otra cosa es quedarse ahí, son tan peligrosos porque pueden mantener al analizante años y años absolutamente al cuete y eso no sirve para nada. Cada una de estas posibilidades hará aparecer ante el analizante distintos semblantes del analista que según eso funcionarán como causa o como resistencia al deseo de analizarse de los pacientes. Semblantes que no estarán desconectados de los efectos del análisis de nuestros cadenudos. Recuerden que el planteo de Lacan empieza con el nudo Borromeo, antes hablaba de la cadena significante, al meter el nudo Borromeo ya no puede hablar de la cadena linealmente, como me criticaba Noemí, sino que tiene que hablar de la cadena de nudos y entonces inventa esa condensación. Retomemos entonces, no estarán desconectados de los efectos del análisis de nuestros cadenudos ya que en ellos suelen influir grandemente superyoes ligados a misteriosos pero promovidos ideales del yo psicoanalítico, causantes de angustia cuando los yo de los psicoanalistas suponen haberlos transgredidos u otras veces causantes de semblantes pelados, barbados, solemnes, carraspeantes a veces hasta el límite de las ganas de dormir que se suele notar en como se entornan los ojos cuando no directamente en los ronquidos. (Risas)

En función de estos problemas es que en la producción del semblante, el conocido apotegma: caso por caso, sesión por sesión, circunstancia por circunstancia, sostenidos lo más posible en el puro deseo del analista y al margen de ideales y solidaridades corporativas, es la clave. O sea como en todo acto y mucho más en el de analista, debemos estar absolutamente solos y haciéndonos responsables solos de aciertos y desaciertos.

Quiero retomar la pregunta final con respecto a la clase 5 hecha por Noemí Lapacó y que decía así: “estaba tratando de ubicar, como decía Miguel primero lo simbólico, primero el objeto. A mí me resulta difícil pensar esto, lo primero. A partir de haber intentado pensar o considerar la estructura es como que primero es el tres, por lo menos no puedo desprenderme de esta idea. En el sentido de que el infants es recibido en un campo en el que real, simbólico e imaginario ya están anudados que es el campo del Otro. Tomando el Otro como otro primordial, en principio, es después que nosotros hacemos un intento de desglosamiento y de lectura de eso, en el análisis o al tratar de escribirlo teóricamente. Pero de ahí podemos leer alienado a tales significantes o en el lugar de tal objeto para el fantasma de la otra, distinta manera en que lo podemos leer. Me resulta difícil seguir el esquema de lo lineal como decías vos Sergio porque me perturba el esquema del nudo que se me cruza en el medio. Donde es difícil ubicar si primero es el objeto perdido o primero son los significantes que desde lo simbólico significan ese lugar para el infants. Me queda para seguir pensando pero quería plantearlo. No sé como lo ven ustedes”.


a $ ◊ D d $ ◊ a a (de goce)

Noemí se está refiriendo a este esquema pero con una trampa que yo hice en la clase desgrabada y que la replanteo acá. Meto dos flechas, una que está atravesando el fantasma y otra que está yendo del fantasma al a. Eso lo hice para tratar de simbolizar con la flecha lo que sería el resultado final de un análisis. Noemí se está refiriendo a ese gráfico que yo mismo había dicho que me parecía demasiado lineal. Lo usé puramente a modo de ilustración. Trataré de explicarlo más y ubicarlo de algún modo en la topologería del nudo de la Tercera de Roma. Utilizo un término de Nacio ahí que me parece acertado. Lacan más que topología hacía topologería así como él mismo Lacan dijo que él no hacía lingüística sino lingüisteria.

Sigo con Noemí y empiezo a interlinear: “estaba tratando de ubicar, como decía Miguel primero lo simbólico, primero el objeto. A mí me resulta difícil pensar esto, lo primero. A partir de haber intentado pensar o considerar la estructura es como que primero es el tres, por lo menos no puedo desprenderme de esta idea. En el sentido de que el infants es recibido en un campo en el que real, simbólico e imaginario ya están anudados que es el campo del Otro”. Efectivamente, la cuestión de lo primero, de los orígenes, siempre ha planteado dificultades en el psicoanálisis y es un problema importante para el tema del semblant. Freud se lo planteaba en sus primeros esquemas sobre primacía del principio de placer. Es lo que lo llevó a pensar que el aparato psíquico, así lo llamaba él, se estructuraba a partir de la defensa contra el displacer. Lo primero es el displacer y lo segundo la defensa contra el mismo en procura de un placer perdido pero advertido recién cuando nace la nostalgia por esa homeostasis perdida que entonces, le daba entidad, la entidad de haber existido, existida por lo tanto recién a partir de su pérdida. Ahí tienen otra vez el tema del 1 y el 2 por ejemplo. O sea que lo 1 cronológico pasa a ser segundo lógico y lo segundo lógico toma el lugar de 1, dejando dos saberes claves para el psicoanálisis: 1) la función de la retrosignificación 2) la función de la obligada responsabilidad del sujeto en su constitución, a través de la elección de defensa que Freud va a ir desgranando posteriormente. El más allá del principio del placer que para Freud se hizo necesario escribir no porque hubiera dilucidado causas y razones, sino porque su honestidad y la insistencia de la observación de fenómenos repetitivos contrarios al principio del placer le exigieron informarlo a una comunidad psicoanalítica en la que la mayoría de sus fieles se lo iban a rechazar mientras iba a ser apoyado por sus infieles, en primer lugar: Melanie Klein pero desde un naturalismo simplificador. No sé que recuerdan de Melanie Klein pero era esta cuestión que el aparato se constituía a partir de la defección del instinto de muerte y constitución entonces de los objetos. También a Freud se le planteó la cuestión no como disyuntiva, pero sí como diferente entre lo que él concebía como atemporalidad del inconsciente, y las al menos dos escenas, para la significación del trauma que obviamente hacen a la constitución del inconsciente. Lo que vuelve a hacer del 2 1 para que el 1 sea. Entonces los recuerdos encubridores toman doble importancia, justamente porque en consecuencia no sólo reprimen, sino que muchas veces portan la significación para la escena traumática.

Ustedes saben que con Ricardo Stacolchic escribimos un libro que se llama Pollerudos. Yo por otro lado tuve poliomielitis a los seis años. La interpretación clave que me hizo Emilio es la siguiente. Estuvimos dos horas y medias charlando, él hacía una interpretación, otra, me llevaba a ver un cuadro, mientras tomábamos un wisky. Él había leído el libro, hablamos bastante de la muerte de Ricardo. Yo hablaba de cuestiones de mi padre y de mi poliomielitis, de esta cuestión de no tener recuerdos previos a la poliomielitis, o sea a los seis años y que eso me sorprendía, que inclusive me había hecho pensar que grado de gravedad tenía yo como paciente. Entonces Emilio me mira y me dice: vos tenés dificultades con lo prepoliollerudo. Además la sesión era por separación, nuevos amores. Es impresionante la cuestión del inconsciente cuando pasan esas cosas porque a partir de ahí me empezaron a venir recuerdos. No en ese mismo momento porque él ahí dijo: bueno me parece que ya está. Terminó, charlamos de cualquier cosa y se fue, porque era mi consultorio además. Y después hubo un momento que era como una ráfaga y empezaron a parecer los recuerdos.

Miguel: ¿Y te pegaba tu papá? (Risas)

Sergio: no, mi papá no me pegó nunca. Me cagó a gritos pero no me pegó nunca. A otro de mis hermanos sí.
A Lacan también se le plantearon estas dificultades. La lógica del significante que dio lugar a uno de los escritos más interesantes que es... que sin embargo Leclaire se lo discutió y no tontamente. La lógica del significante concebido como en cadenas, hace que el 1 porte el 2 y que sólo se pueda hablar de serie como diferente de colección a partir que (1+2) = 1’. El nudo de la tercera al plantear la equivalencia entre los tres registros indujo a confusión a sectores importantes del lacanismo que no advirtieron que la acertada dilucidación de esa equivalencia por parte de Lacan no hizo que éste, hasta el final de su vida siguiera hablando de la primacía del significante. O sea, hay aparentemente un conflicto, dice equivalencia de los tres registros y sin embrago sigue hablando de la primacía del significante. Claro que del significante como lo va redefiniendo: Lo que representa un sujeto para otro significante y lo que funda al ser hablante con sus tres efectos, simbólico, imaginario y real sin primacía de ninguno. O sea el significante es previo a lo simbólico, éste es el punto, previo desde el punto lógico otra vez. Ahí el producto biológico humano, cronológicamente porque cronológicamente es biológico, su inicio pasa a ser segundo por su dependencia del significante lacaniano, diferente, aunque no opuesto al sassuriano. Dice Noemí: “Tomando el Otro como otro primordial, en principio”. Primordial cronológicamente y por funciones para un ser parlante en particular, pero como tal sólo otro eslabón en el enjambre de cadenudos que constituyen la cultura que es el gran Otro en que nos cocinamos y que encima tiende a globalizarse. No hablo todavía de cultura global pero sí creo que efectivamente tiende a globalizarse. Entonces agrega Noemí: es después que nosotros hacemos un intento de desglosamiento y de lectura de eso, en el análisis o al tratar de escribirlo teóricamente. Pero de ahí podemos leer alienado a tales significantes o en el lugar de tal objeto para el fantasma del otro”. ¿Por qué la o?, es la pregunta que hago yo, Noemí plantea: “distintas maneras en que lo podemos leer”.

Sobre esa base y ahí termino, a mí se me ocurrió esto que no lo digo con toda seguridad porque estuve trabajando para la clase pero aunque sea para charlar sobre la cuestión. Nosotros tenemos el a en, llamémosle así, la primera escena de malestar corporal de un bebé. Ese a vía llanto, grito o lo que sea es dirigido al otro pero en realidad es dirigido al goce del otro, goce del otro que no debería haber plantea Lacan más adelante en el Sinthome. Pero está dirigido al goce de la madre se los digo en el sentido de que, ahí tiene razón Noemí, la madre va a acudir a satisfacer esa insatisfacción que hay en el cuerpo del bebé desde su propio goce, no hay otra forma, es imposible. Hubo una época que fue terrible porque ahí fue el goce de la ciencia que fue la aparición del libro del doctor Espoc que quiso hacer una ciencia de la crianza de los niños y produjo una cantidad de locos que no les puedo decir. El tipo tenía minutado o reglado todo como se tenía que criar a un niño.

De la carencia del chico va al goce de la madre, el goce de la madre ... suerte del niño, el goce de la madre está acotado por el goce fálico. El goce fálico no es sólo el goce fálico del padre, ni siquiera principalmente que en ese momento todavía no apareció prácticamente como tal, está en el imaginario de la madre pero cuando las cosas andan bien está. De ahí va a lo simbólico, llámenle: le voy a dar el pecho. De ahí es que lo simbólico queda, va al cuerpo de la criatura a través de producir un sentido. Ese sentido es la demanda porque no se olviden de un planteo de Lacan que a mí me parece muy importante que lo planteó en general en su momento pero ya estructurada la idea de los tres registros yo lo ubico en el imaginario, que es: del emisor recibe el receptor su propio mensaje invertido. Lo que aparece como demanda del niño en realidad es la inversión de la demanda de la madre, no es la demanda el niño. Y del cuerpo del niño va nuevamente al goce del objeto, ahora el a acá ya no aparecería como objeto a ser gozado. Este es el invento que hice yo y ahí paro.

Geraldine: antes hablabas de la voz como lo que golpea y que a veces se le suma el golpe real y me preguntaba que diferencia tenía incluir o no la palabra porque para gritarle hay que hablarle. Creo que tiene distintas consecuencias incluir el sujeto en el lenguaje o no. Pensaba en este caso de Freud donde a un chico el papá siempre le pega y el chico pregunta ¿esto fue una caricia o un golpe? Como que la palabra sanciona y no es el golpe en sí. ¿Qué diferencia hay en recibir el golpe de la voz o el golpe real? cuando vos decís el grito, la voz del padre es la que golpea para gritarle hay que hablarle y me parece que es un mejor pronóstico que se le grite a que sólo se le pegue. Supongo que no tiene las mismas consecuencias en alguien.

Sergio: sí estimada Fukelman. Empezaste a tomar algo de lo que yo dije que decidía no tomar que era el tema de la perversión. En primer lugar la voz del padre, en eso coincido totalmente con Miguel, ya de por sí es un golpe que aunque el chico aún no esté en condiciones de “entender”, de darle su significación al significante dicho con más precisión, sin embargo ya le llega con una cierta forma significante, aún desde muy chico. En ese sentido es muy distinto un golpe acompañado de una voz que un golpe sin voz y también es muy distinta una voz sin golpe que un golpe sin voz. El golpe sin voz, a mí modo de ver, empuja hacía la psicosis o hacia la perversión. En general uno suele recibirlo en el consultorio. En cambio la voz sin golpe depende de una serie de cuestiones por ejemplo modulaciones, tonalidades, firmeza, vacilación, donde ya toma cierto valor significante. Significante no de significado. Por eso es muy complicado los padres que por ahí le gritan a un hijo y enseguida le piden perdón, cosa que también se la suele ver. Es todo un tema y acá yo por lo menos estoy desarrollando esquemas nada más, por eso no tengo claridad. Inclusive el tema de los golpes, yo creo que uno de los problemas de la sociedad actual es que los pedagogos que es uno de los inventos peligrosos que tiene la sociedad actual, han idealizado el tema de no pegar. Una cosa es matar a golpes a un pibe y otra cosa es pegarle un chirlo en algún momento oportuno y preciso acompañado de un reto. En nombre de los derechos del niño se establecen tantas limitaciones a los docentes en las escuelas en relación a los castigos que yo creo que traen problemas serios luego en las conductas de los pibes. Instalan cierta base de una anomia y por lo tanto de una anarquía. Todo esto merece atención, podríamos estar todo un seminario entero discutiendo nada más que alrededor del tema que vos planteas porque se podrían tomar montones de ejemplos y tomarlo desde diferentes lugares y con referencia a diferentes cuestiones. ¿Cómo era el caso que vos planteas del chico de Freud?

Geraldine: es una frase, está en el texto de Freud no me acuerdo si era paciente, decía que a un nene el padre le pega habitualmente y el nene decía ¿eso fue un reto o una caricia?

Sergio: eso es interesante porque esa es la otra cuestión. Supongo que ese caso es uno de los casos que lo debe haber llevado a Freud a preguntarse por más allá del principio de placer. Yo no me acuerdo del caso, estoy hablando solamente en relación como si lo estuvieras diciendo vos y no Freud. La pregunta del pibe instala la cuestión en el terreno de que no es tanto el dolor físico en sí lo que plantea un resultado sino es con que relación al significante se plantea esa cuestión. Por otro lado nosotros neuróticos comunes sabemos que en las relaciones sexuales especialmente cuando son muy apasionadas y muy fuertes el dolor suele no estar ausente y junto al dolor por ahí se están diciendo, ahora voy a decir un viejazo, paparruchito mío. (Risas) Los viejos se ríen porque saben, Oscar Casco era en las radionovelas.

Ethel: era mamarrachito no paparrachito.

Sergio. Viste que algo me quedó con mi papá. (Risas) pero también decía paparruchito (Risas)

Ethel: quería preguntarte ¿y la mirada? Porque también pega la mirada.

Sergio: esta es una pregunta para los dos me parece, yo voy a dar mi respuesta ahí. Creo que la mirada es muy importante. Obviamente en el fantasma de esta paciente que yo les conté que era un fantasma sadomasoquista, lo que jugaba el principal papel era la mirada porque era un fantasma muy particular donde en el primer estrato de la fantasía aparecía ella como la sádica y el gato como el masoquista en tanto el gato no podía alcanzarla a ella. Me parece que el fantasma ahí se develó y si no recuerdo mal ahí empezó a terminar el análisis pero empezó a terminar de una manera muy particular por eso yo esboce la fantasía antes de si no se estaba analizando con otro colega. Porque ella decía: bueno al fin de este análisis y yo le decía: bueno y ¿cuál vas a empezar? No, no ya está, se terminó para mí el análisis, decía ella. Si pero vos dijiste de éste análisis. Pero cuando se abre la puerta de la jaula y los dos personajes quedan en la misma posición ahí ella pasa a la posición de objeto y pasa a la posición masoquista. Ahí el gato en cualquier momento podía meter el zarpazo dentro de la jaula. Ella podía intentar volar y el gato saltar. ¿Quién era la aterrada en ese momento? Todo se jugaba en el terreno de la mirada, no hubo ningún toque, ningún mi padre me pega, ninguna de esas cosas. Por otra parte en cuanto a la experiencia personal, mis hijos están muy pendientes de mi mirada siempre. Parece ser que yo tengo una mirada muy particular donde ellos temen más mi mirada que mis discursos, mis palabras, mis piñas. Inclusive el acto más sádico que tuve con ellos se los voy a confesar, fue una vez que no me dejaban dormir la siesta justamente. (Risas) Habíamos vuelto de Brasil y allá habían aparecido esas pelotas grandes que después se pusieron de moda acá también. Rompían las que dije con la pelota los tipos jugando en el patio, salí una vez y les dije cortenlá, cortenlá si no la paran les corto la pelota. Ellos siguieron jodiendo, no me creyeron. Entonces salí case la pelota, un cuchillo y la corté y se quedaron, todavía lo están contando. Es curioso porque de eso ellos hablan riéndose y lo cuentan como anécdota permanentemente, cada vez que aparece un desconocido me funden con esa. Pero en cambio de lo que no hablan así con desconocidos y tampoco en familia, a veces entre ellos y a veces conmigo es de mí mirada. A mí mirada le temen, están muy atentos a mi mirada, puede producirles pena. A veces me dicen: tenés mirada triste ¿qué te pasa?. Mi mirada para ellos es un elemento clave.

Miguel: sí, abría que agregar que la mirada objetaliza, no es objeto, esa es la diferencia. Esa es una mirada que es una palabra, que acaricia, que pega, que hace lo que hace pero objetaliza aquel que es objeto de esa mirada pero la mirada en sí misma es un significante no es un objeto.

El fantasma, vamos a leer un poquito a Freud para no complicar las cosas. La primera fase de la fantasía es el padre pega al niño que se transforma en el padre pega al niño que yo odio u odiado por mí diría Lacan. La segunda dice Freud: “entre la primera y la segunda fase se consuman grandes transmutaciones es cierto que la persona que pega sigue siendo la misma, el padre. Pero el niño azotado ha devenido otro por lo regular es el niño fantaseador mismo. (...) yo soy azotado por el padre, tiene un indudable carácter masoquista. Esta frase es de todas la más importante y grávida en consecuencias, pero en cierto sentido puede decirse de ella que nunca ha tenido una existencia real. En ningún caso es recordada, nunca ha llegado a devenir consciente se trata de una construcción del análisis, mas no por ello es menos necesaria.”

Después vuelve a la segunda y dice: “la organización genital misma experimenta un rebajamiento regresivo, el padre me ama se entendía en el sentido genital por medio de la regresión se muda en el padre me pega, soy azotado por el padre”. O sea que lo que Freud dice es que eventualmente es recordado es el soy azotado por mi padre. El ejemplo que vos contás es muy interesante porque él dice: “la fantasía de la segunda frase, la de ser uno mismo azotado por el padre permanece por regla general inconsciente probablemente a consecuencia de la intensidad de la represión. Lo puedo indicar porque a pesar de ello en uno de mis seis casos era recordada conscientemente. Lo interesante es que este hombre lo que recuerda era que era azotado por la madre no por el padre”. Hay un cambio en el azotador. Vuelvo a la frase anterior: el padre me pega, soy azotado por mi padre. “Mi padre me ama se transforma en mi padre me pega. Este ser azotado es ahora una conjunción de conciencia de culpa y erotismo, no es sólo el castigo por la referencia genital prohibida sino su sustituto regresivo y a partir de esta última fuente recibe la excitación libidinosa que desde ese momento se le adherirá y hará descarga en actos onanistas. Ahora bien, sólo esta es la esencia del masoquismo.” O sea que lo que Freud dice es que lo que no se puede recordar es la fase masoquista y después dice: “el ser azotado de la fantasía masculina como la llamaré en aras de la brevedad y espero que sin dar lugar a malos entendidos es también un ser amado en sentido genital pero al cual se degrada por vía de regresión. Por ende la fantasía masculina inconsciente no rezaba en su origen yo soy azotado por el padre según supusimos de manera provisional sino más bien yo soy amado por el padre. Esto es lo que no puede ser recordado el soy amado por el padre. Mediante los concebidos procesos ha sido trasmudada en la fantasía conciente yo soy azotado por la madre. La fantasía de paliza del varón es desde el comienzo mismo pasiva, nacida de la actitud femenina hacia el padre. Entonces como la femenina, la de la niña, corresponde también al complejo de Edipo sólo que el paralelismo entre ambos por nosotros esperado debe trocarse por una relación de comunidad de otro tipo. En ambos casos la fantasía de paliza deriva de la ligazón incestuosa con el padre y esto es lo que no puede ser recordado la ligazón incestuosa con el padre. En ese sentido no es ni imaginaria, ni simbólica.”

En relación a como estaba formulada la vez anterior efectivamente hay que hacer una corrección digamos, que es que lo que no puede ser recordado no es soy azotado por mi padre sino soy amado por mi padre. Esto es lo que no puede ser recordado, la transmutación del azote es masoquismo. Esa es la posición construida por el análisis.

Laura: pregunto porque no entiendo, lo reprimido, está haciendo equivaler lo inconsciente o lo reprimido a real como lo estás diciendo. No es simbólico-imaginario es real y me parece que ahí no. Es decir, lo que se reprime es el significante salvo que te estés refiriendo a represión primaria.

Miguel: sí, porque sino como entender esa frase: “no ha tenido existencia real”. No es que ha sido reprimido en el sentido de olvidado, no ha sucedido. Lo que no ha sucedido es esa fase donde el sujeto recuerda la ligazón incestuosa al padre. Por eso los sujetos que han tenido una ligazón incestuosa al padre efectivamente están en graves problemas en la constitución de su psiquismo porque hay un agujero que no hay, un agujero que falta.

La cuestión de la voz. A lo mejor lo voy a tomar la vez que viene para desarrollarlo un poco más, pero me acordaba, lo dije la vez pasada o la anterior, el asunto de porque le ponían música en los campos de concentración antes de entrar a la cámara de gas. Magistralmente situado eso producía el máximo de pasividad en esa escena por eso decía: odio a la música por eso la música producía un apresamiento que era indesatable. De cualquier manera la voz de trueno como lo plantea Lacan también es una voz que no ha sido pronunciada. No es lo que el padre efectivamente le ha dicho a un chico, si no te dejas de romper con la pelota te la corto, no es a esa voz a la que se refiere. El ejemplo de la voz de trueno es interesante porque está tomado en el sentido de lo que el trueno produce. Dice: el relámpago produce un corte en el espacio, el espacio es todo negro no se ve nada, el relámpago produce un corte, divide el espacio en dos partes. Pero una vez que desaparece otra vez vuelve a ser uno como si ese corte se anulara. Inmediatamente viene el trueno. Efectivamente en el humano ese trueno tiene la función de producir un corte en el espacio ¿en cuál espacio? En el materno, en el espacio de la madre. En verdad la voz de trueno está dirigida tanto al niño como a la madre pero no es una voz efectivamente pronunciada. Por eso tampoco depende de que a un chico se le grite o no se le grite porque sino eso llevaría a pensar, Cristina lo pensaría por ejemplo ¿entonces los chicos mudos? ¿los chicos que nunca escucharon la voz? ¿están todos condenados a la psicosis porque esa voz nunca fue pronunciada para ellos? No se refiere a eso Lacan sino a esa voz que anticipa o produce un corte en el espacio. Por eso estaba bien la pregunta que vos hacías de si el golpe iba acompañado de palabras o no.

Los profesionales sádicos, los militares, los de acá y los de cualquier parte, lo primero que hacen con un grupo de prisioneros es prohibirles hablar. Quedan sometidos a la voz del amo, esto es lo primero que le enseñan a los militares cuando los llevan a tomar cursos. A los prisioneros no hay que dejarlos hablar. Efectivamente además de que esa voz produce semejanzas entre los que hablan si alguien no puede hablar y sólo tiene que escuchar al que le dice lo que le dice, ellos aprendieron eso que ese alguien queda en posición masoquista respecto de esa voz y que no es nada sencillo liberarse de esa voz.

Público: Miguel, esto último que vos decías de quedar en posición masoquista en relación a la voz, esa voz de trueno si produce un corte en el campo materno ¿no es también ordenadora en cuanto a separadora del niño de la madre? ¿Por qué lo ubicás como masoquista? Ahí no me queda claro. Vamos a pensarlo al revés, si esa voz estuviera ausente y no hubiera separación, no habría corte en el campo materno ¿cómo se podría ver? ¿Cuál sería la alternativa?

Miguel: pero de nuevo, otra vez la voz está pensada como la voz efectivamente oída. En ese sentido esa voz es una voz operante en la madre, es en la madre donde esa separación se tiene que producir. No es que viene alguien de afuera a producirla, un tercero entre la madre y el niño. Es en la madre donde ese trueno opera. El ejemplo clásico: me voy a la peluquería, la madre deja al niño y se va. En ese me voy a la peluquería está operando la voz de trueno, está operando en ella, eso produce una separación por lo menos al cuerpo del niño.

Sergio: ahora no quisiera volver a meterme en el debate pero si quisiera tomar dos o tres cositas breves que fueron aparecieron. Lo que traía Miguel de Lacan que efectivamente es así, sin embargo uno podría analizar ahí, cosa que hizo Miguel, que cronológicamente aparece la mirada, el relámpago es la mirada. Cronológicamente aparece posteriormente la voz, el trueno es la voz. Sin embrago es el trueno el que va a significar a la mirada. Un punto.

Otro punto. La peor tortura a la que han sido sometidos en los campos, yo me estoy acordando ahora de Raúl Sendik, es no solamente no dejarlos hablar entre sí sino no hablarles. Ni mirarlos ni hablarles. Sendik, no sé si vieron los reportajes al poco tiempo que salió apareció por televisión, estaba bastante loco. Además estaba muy deteriorado en relación a lo que había sido él que había sido un intelectual de mucha dimensión, independientemente de la posición que uno tuviera en relación a más simpatía o menos simpatía, pero obviamente era un ser pensante. Salió muy deteriorado y efectivamente lo habían sometido a no sólo que él no hablara sino que nadie lo mirara ni le hablara. Yo he conocido ejemplos en el otro campo Corea del Norte, por ejemplo, donde estuvo prisionero un dirigente de la federación de centros universitarios de Venezuela diez años. Porque los coreanos se chiflaron ahí y se pensaron que era de la CIA, pobre tipo que además era del partido comunista venezolano. A este tipo lo encerraron en una pieza, le tapiaron las ventanas, lo dejaron absolutamente sólo y le pasaban la comida por debajo de la puerta. Salió absolutamente pirucho. Como aparece la voz a través del silencio, esta es la otra cuestión importante y me parece que lo más interesante de varias cosas que van surgiendo a medida que vamos hablando es otra vez el viejo concepto freudiano de la sobredeterminación. Nunca pensemos un fenómeno psíquico solamente en función de una sola cuestión. Creo que si Lacan se rompió la cabeza con esto entre otras cosas es tratando justamente de algún modo formalizar esta cuestión de la sobredeterminación.
Por ahora cortamos, lo lamento, la siguen la próxima.
Sí, el lunes 18 estamos acá otra vez.

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