20-09-2004
La transferencia entre goce, deseo y apariencia en el fantasma
Sergio: La clase que voy a dar yo hoy lleva como título: La transferencia entre goce, deseo y apariencia en el fantasma. Voy a tratar que les quede una horita para intercambio de ideas porque el de hoy, le advertía a Miguel antes de empezar, es un tema en el que vengo trabajando hace años y estos días cuando me volví a sentar a escribir la clase me di cuenta que me aparecían cosas nuevas, por lo tanto les presento algo así como el bosquejo de una investigación, con lo cual el intercambio de ideas puede ser muy importante.
Miguel: Más que una advertencia fue una amenaza.
Sergio: Quiero partir de la solidaridad entre los conceptos de transferencia y de vínculo social a través del significante como soporte, punto de partida y de llegada de ambos. En este lugar hago mi homenaje público en éste momento a Nacho Lewkowicz, un viejo amigo mío lamentablemente ha muerto hace poco en un accidente. La última discusión directa, centrada y fuerte que tuvimos él y yo, hace ya de esto unos años y ahí nos dimos cuenta que los caminos se abrían y cada uno siguió el suyo, fue que él me planteaba que la base de la estructura era el discurso y yo le planteaba que la base de la estructura era la lengua. Se armó una discusión bastante fuerte, cosa lógica porque él conocía mucho de semiología y además no era psicoanalista. Yo trataba de decirle: mirá acá lo que esta pasando es que los dos estamos observando desde puntos de observación distintos, pero la discusión quedó ahí en aquel momento. Justamente creo que es en este punto del que partí el que me aferraba tanto a mí a esta cuestión de que la base es la lengua. El inconsciente está estructurado como un lenguaje y no el inconsciente está estructurado como discurso que podría ser otra formulación, por la solidaridad entre los conceptos de transferencia y vínculo social a través del significante. Éste es el punto porque no hay solidaridad posible entre transferencia y vínculo social si no es a través del significante. Eso fue toda, no diría la primera mitad pero por lo menos el cuarenta por ciento previo de la enseñanza de Lacan, él operaba mucho con el concepto de intersubjetividad como si las cuestiones fueran entre los sujetos. Cuando él capta que eso no era así dice: tendrían que haberme avisado antes, alguno de ustedes de que esto no podía ser así, está el significante en el medio. Este punto es realmente clave. El discurso viabiliza el lazo social así como puede obstaculizarlo y en consecuencia la transferencia es un fenómeno que se produce en la relación de al menos dos seres de habla, aunque uno de ellos puede estar representado por un libro o la piedra Roseta y se halla presente en todos los fenómenos de la vida.
Sergio: La clase que voy a dar yo hoy lleva como título: La transferencia entre goce, deseo y apariencia en el fantasma. Voy a tratar que les quede una horita para intercambio de ideas porque el de hoy, le advertía a Miguel antes de empezar, es un tema en el que vengo trabajando hace años y estos días cuando me volví a sentar a escribir la clase me di cuenta que me aparecían cosas nuevas, por lo tanto les presento algo así como el bosquejo de una investigación, con lo cual el intercambio de ideas puede ser muy importante.
Miguel: Más que una advertencia fue una amenaza.
Sergio: Quiero partir de la solidaridad entre los conceptos de transferencia y de vínculo social a través del significante como soporte, punto de partida y de llegada de ambos. En este lugar hago mi homenaje público en éste momento a Nacho Lewkowicz, un viejo amigo mío lamentablemente ha muerto hace poco en un accidente. La última discusión directa, centrada y fuerte que tuvimos él y yo, hace ya de esto unos años y ahí nos dimos cuenta que los caminos se abrían y cada uno siguió el suyo, fue que él me planteaba que la base de la estructura era el discurso y yo le planteaba que la base de la estructura era la lengua. Se armó una discusión bastante fuerte, cosa lógica porque él conocía mucho de semiología y además no era psicoanalista. Yo trataba de decirle: mirá acá lo que esta pasando es que los dos estamos observando desde puntos de observación distintos, pero la discusión quedó ahí en aquel momento. Justamente creo que es en este punto del que partí el que me aferraba tanto a mí a esta cuestión de que la base es la lengua. El inconsciente está estructurado como un lenguaje y no el inconsciente está estructurado como discurso que podría ser otra formulación, por la solidaridad entre los conceptos de transferencia y vínculo social a través del significante. Éste es el punto porque no hay solidaridad posible entre transferencia y vínculo social si no es a través del significante. Eso fue toda, no diría la primera mitad pero por lo menos el cuarenta por ciento previo de la enseñanza de Lacan, él operaba mucho con el concepto de intersubjetividad como si las cuestiones fueran entre los sujetos. Cuando él capta que eso no era así dice: tendrían que haberme avisado antes, alguno de ustedes de que esto no podía ser así, está el significante en el medio. Este punto es realmente clave. El discurso viabiliza el lazo social así como puede obstaculizarlo y en consecuencia la transferencia es un fenómeno que se produce en la relación de al menos dos seres de habla, aunque uno de ellos puede estar representado por un libro o la piedra Roseta y se halla presente en todos los fenómenos de la vida.
El consultorio psicoanalítico tiene la particularidad de que es el lugar, cuando se asocian virtud y fortuna, ahí tomo algo de Maquiavelo, en el que se la toma como objeto de observación. En el consultorio psicoanalítico se toma la transferencia como objeto de observación para con ella estimular el desarrollo del psicoanálisis del analizante y lograr transformaciones favorables al deseo y los goces consiguientes o consecuentes y adecuados a la castración del analizante. Se dirige desde el o los que, para que se efectivice el producto, necesitan del otro. Esto es muy interesante y muy importante porque piensen que el descubrimiento de la transferencia por Freud es una observación. Si leen cualquiera de los trabajos de él, primero observa que ahí pasa algo que no es lo que uno se imaginaría que tendría que pasar y entonces empieza a pensar en la función de las imagos primitivas y la transferencia de las imagos primitivas a la persona del analista y toda esa cuestión. O en La interpretación de los sueños donde ya habla de la transferencia de carga de una representación a otra. Lo que probablemente a él no se le ocurre, por lo menos no parece así a través de sus escritos, y sí se le ocurre a Lacan, es que esto sucede porque aquel ser hablante del cual nace la transferencia necesita del otro ser hablante para llevar a cabo algo. Por ejemplo en el consultorio del analista para analizarse. Eso origina un fenómeno muy particular consistente en que quien parte de un saber previo e inconsistente sobre su propia carencia, piensen ustedes el que va a analizarse es obvio que supone que hay algo que le está patinando sino no iría consulta. El patrón por ejemplo acá nuestra amiga Jorgelina que le da órdenes a sus súbditos, sus obreros, uno diría es la que manda. Sin embargo, seguramente les da esas órdenes porque hay problemas que hay que resolver. Ella de lo que tiene noción es de lo que carece, de los problemas que tienen que resolver y para eso le dice a fulano o a mengano que haga tal o cual cosa. Apela, apelamos cada uno de nosotros cuando estamos en esa situación a quienes suponemos que saben hacer para resolver esa carencia con la que nos encontramos. Por eso el carente es el agente, aunque esto no resulte más que una apariencia. Esto no resulta más que una apariencia porque en realidad es la estructura del discurso por la imposibilidad del significante de resolver absoluta y totalmente lo real, el único y verdadero agente. Aquí me vuelvo a estrechar la mano con mi viejo amigo y entonces podríamos decirnos: bueno vos quedate con lo de la lengua y el significante, vos quedate con lo del discurso pero hay un punto donde nos volvemos a reencontrar. Si el significante no entra en una relación de lazo discusivo no sirve para nada. Es esta lógica la que invalida las esperanzas utópicas en sociedades de iguales, sociedades horizontales. Sin alguna forma de agente que las empuje a hacer de sus carencias las carencias de las sociedades, no hay movimiento. Esto es lo que Lacan graficó en su grafo de la transferencia que lo rescribiré con una pequeña –n agregada, después explicaré el porque.
S-n Sq
s (S1, S2, S3........................Sn)
En el grafo de la transferencia ven que yo en vez de poner significante de la transferencia como pone Lacan, pero no es que lo sustituye, pongo S-n , una flecha que lleva al significante cualquiera o sea al que va a tener que hacer de analista y dice Lacan: este significante cualquiera que no es cualquiera y que es el que resultará ser el analista si las cosas anduvieran bien, tendrá que saberse ubicar en el lugar de sujeto para que se abra el discurrir de los significantes inconscientes S1, S2, S3 , línea punteada Sn . O sea se parte de la carencia de aquel desde el cual se dispara la transferencia y que va a hacer la función de agente para ir acercándose a esta cuestión de los significantes que van a ir desplegándose. La apariencia, si ustedes quieren digan semblant, encubre entonces la ausencia de saber hacer sobre la carencia que lo afecta a la vez que indica una percepción de que para resolverla necesita del goce del otro. Clásicamente es el discurso del amo antiguo.
S1 S2
$ a
Me acuerdo que cuando empecé a estudiar el tema del discurso hace muchos años, había una frase de Lacan que no me encajaba, y era que el amo no sabe nada, que el que sabe es el esclavo. Para eso él relata todo el trabajo, no sé si se acuerdan, de Sócrates con el esclavo donde Sócrates va extrayendo el saber del esclavo[1]. Yo no creo que el amo no sepa nada, creo que el amo lo que sabe es sobre su carencia, hasta un cierto punto por supuesto. Sabe que carece, después siempre se equivoca, cree que carece de tal cosa y carece de tal otra. Uno cuando analiza empresarios, ejecutivos, etc. se da cuenta que se desesperan por tal cual cosa en el negocio y en definitiva eso va terminando en algún lío con el hijo, con la esposa, con la amante. Pero en todo caso a él sí lo que le aparece es que le falta algo por eso él da las órdenes, para que los otros hagan aquello que él supone que le falta. En el caso del discurso del amo, lo que le va a dar además, es lo que Lacan va a llamar un plus de goce, Marx una plusvalía, eso llevaría a otra discusión que no es la que me interesa ahora. Les ponía en comparación el grafo de la transferencia con el matema del discurso del amo antiguo porque quería que observaran que hay una cierta relación entre ambos. Esto es importante porque nos ayuda a pensar el tema del semblant, de la transferencia, etc. no como algo encerrado en las paredes del consultorio sino como algo mucho más importante, algo que rige la práctica de los seres parlantes en cualquiera de los terrenos que esta se despliegue.
Es la estructura básica del funcionamiento de cualquier sociedad, aunque puedan variar posiciones de letras y como consecuencia, de los seres de habla en giros de discurso que se produzcan. Está por verse, si se logrará algo distinto, con cambios en alguna sociedad de psicoanalistas. Pero aunque se lo lograra, no constituiría más que una mínima excepción al funcionamiento de la psicología de las masas, que como tal, sólo puede pivotear en la relación entre los yo y los ideales objetivados que los mueven. O sea con los ideales unidos a objetos que los mueven. Para no ir a los ejemplos de los otros, vayamos a los ejemplos de nosotros los psicoanalistas, algo muy típico es que cuando vienen colegas franceses a la Argentina llenan teatros, se pagan centenares de dólares por ir a esos cursos, se aplaude, se grita, se pone contenta la gente, etc. Cuando uno los conoce más de cerca ve que son gente como uno, ni mejor ni peor, ni saben más ni saben menos. Se les plantean los mismos problemas que a nosotros, los mismos sufrimientos, disfrutes, goces, etc. Uno que es de la ciudad de Buenos Aires es invitado de alguna ciudad del interior ya sea ciudad capital de provincia, sin ir más lejos acá hay un grupo de La Plata, o ciudades más chicas y uno llega y realmente se siente el buana. Uno se siente como diría mi amigo Ricardo Estacolchic que llega sentado en un elefante blanco y uno sabe que es un estúpido que no tiene demasiada diferencia con la gente que está ahí. Es más uno sabe también que muchas veces hay gente que está ahí y ha estudiado más que uno, trabajado más que uno y sabe más que uno pero se ha quedado en ese pueblo. Una vez me acuerdo que Germán García lo dijo, con ese descaro que le es tan habitual, en un debate que se armó en el San Martín sobre quienes se hacían esclavos de Miller y quienes éramos independientes y autónomos de Miller y las discusiones iban y volvían y Germán desde el fondo dijo más o menos así: pido la palabra. Lo que pasa es que ustedes no se quieren dar cuenta que la Argentina es el culo del mundo y que quienes publicamos en la Argentina publicamos mierda no por lo que publicamos sino porque lo publicamos en el culo del mundo. En cambio los que publican a través de Seuil, París que está en el centro del mundo publican grandes cosas, no por lo que publican sino porque lo publican desde Seuil en París. Les cuento estas cosas medio chistosas, que son ciertas además porque eso les da una idea muy viva de lo que es la transferencia. En consecuencia el que manda, hoy me la agarré con Jorgelina, por ejemplo Jorgelina, sólo lo hace en parte como consecuencia de su propia castración. El que recibe órdenes y las aplica, también lo hace en función de su castración y como consecuencia de su falta. Como se puede advertir ninguno puede no ser semblant, todos somos semblant, apariencia de. Porque lo que verdaderamente decide por lo menos los parámetros, las condiciones en que se va a desarrollar el juego es la estructura y con eso hacemos lo que podemos. De la misma forma cada uno tiene su mínimo de goce en el que es y por el que se sostiene en su posición – función. Vieron que la derecha va a hablar siempre maravillas de los patrones y mientras más brillantes sean los patrones, más maravillas va a hablar y la izquierda va a hablar maravillas de los explotados y mientras más se dejen explotar, más maravillas va a hablar de los explotados. Me acuerdo una vez que entré en una unidad básica del partido peronista, en pleno menemismo a preguntar donde votaba y me horroricé, me angustié porque vi un cartel que decía: somos el partido de los pobres. Ellos reivindicaban a los pobres como pobres. En otra época había acá un frente que se llamaba frente del pueblo, FREPU, que decía: arriba los de abajo. Se dan cuenta que no variaba nada, lo único era que daban vuelta la torta, nada más. Quiero decir cada uno de nosotros participa en una función o en otra por el mínimo goce que de eso saca. El gran broker se volverá loco y dormirá cuatro, cinco, seis horas por día para poder pasar sus depósitos de la bolsa de Londres a la de Tokio y de la de Tokio a la de Nueva York y para pasar de la de Nueva York al Bovespa de San Pablo, etc. pero en definitiva es un señor igual a nosotros que pasa las mismas tragedias, estupideces, etc. que pasa cualquiera de nosotros. Con más guita, como decía un tío mío: el dinero no hace a la felicidad pero calma los nervios. Pero mi tío se equivocaba porque yo justamente atiendo muchos nerviosos que están llenos de dinero, entonces tampoco es exactamente así. El obrero o el trabajador o el empleado es porque se hace la ilusión de que así se está amparando en alguien, está asegurándose en alguien sin darse cuenta que ese alguien tampoco está amparado. Entonces de repente ocurren hechos como los de diciembre del 2001 en la Argentina o como fueron las hiperinflaciones de la época de Alfonsín o de Menem y entonces la gente se da cuenta en esos momentos y nada más que por esos minutos de que no hay nadie que los ampare. Ya ven ustedes, hoy los mismos que gritaban caceroleros y piqueteros una sola lucha, una cosa así, ahora desde sus autos putean a los piqueteros porque no los dejan pasar y los piqueteros putean a los otros porque van en auto. Les recuerdo todo esto en el sentido de que todo eso es transferencia. Todo eso es lo que cada uno logra hacer con su propia carencia sobre la base de la ilusión de suponer que hay otro, que sabe hacer para resolvérsela.
En la mayoría de los discursos eso está aparentemente contemplado, la famosa ley del gallinero: El que está arriba caga al de abajo y el de abajo espera su turno para pasar arriba y ser el que caga, vigente en las fuerzas armadas, en la universidad y en general. Es lo que estructura un tipo de obsesivo que se pasa la vida esperando que el padre se muera, así como otro tipo de obsesivos que se empeñan en no morirse. Los más peligrosos son los que llevando hasta el final las vicisitudes de su pulsión, se dan a ser cagados para identificarse a ideales de bondad que los colocarían por encima de todos los demás, o sea en condición de cagarlos a todos. Por eso es muy importante desconfiar de los aduladores, sólo están preparando y esperando su minuto de gloria.
Me acuerdo que cuando era estudiante, es un recuerdo que me vino ahora aunque algunos lo conocen, era presidente del Centro de Estudiantes de Medicina que en esa época era el centro rojo de la Universidad de Buenos. Hacíamos guardias juntos, en el Rawson con el que era el presidente del Movimiento Universitario de Centro, que era el movimiento conservador dentro de la facultad de medicina. Era un movimiento de derecha sin llegar a ser fascista. Para que ustedes se ubiquen, una derecha como la que gobierna Corrientes. Es más, él era correntino, se llamaba Aramburu Lanari, menciono su nombre porque la anécdota no lo joroba. Él dormía arriba y yo abajo. Me dice: che, Rodriguez vos y yo siempre nos andamos peleando y para qué nos andamos peleando si los dos pensamos lo mismo. Entonces le digo: estás loco Aramburu ¿cómo me vas a decir eso a mí? Yo soy comunista, vos sos conservador, no pensamos lo mismo. Me dice: Estás equivocado Rodriguez, los dos estamos contra el capitalismo, yo desde el feudalismo (Risas). Hablaba con franqueza el hombre. Recién le contaba una anécdota a Miguel que esa sí no la voy a contar para no mencionar nombres que no valen la pena, pero donde también me hablaron con franqueza en determinada situación. Esas cosas son preferibles, ahí la transferencia se juega descarnadamente, en cambio en los aduladores es peligroso, esos que se dan a ser cagados son los que se están preparando para cagar a todos los demás.
Como se puede advertir, es el goce tanto en su ausencia como en su satisfacción lo que está en las dos puntas de la transferencia. Pero en ambas le resulta imposible, debido a la falta, a la castración en el propio significante, aparecer desnudo. Ese agujero es lo que hace que el deseo circule entre los significantes como lo que cae de ellos pero como lo que cae del agujero que los significantes van dejando al no poder significar absolutamente. El goce queda encubierto por apariencias. Significados que toma el significante por peso de lo imaginario, de los hábitos socialmente ejercidos y creídos. Por eso tanto deseo por la falta como goce por la falta o por el exceso, no pueden aparecer a cara descubierta, lo hacen en los entresijos de lo que lo imaginario muestra. El deseo cae y se despliega desde lo simbólico a lo real, que articulados, producen lo poco real de la realidad que creemos vivir, precipita insatisfecho, por el fracaso de la misma. Lo que está fracasando permanentemente es esa realidad en la que creemos y al estar fracasando permanentemente precipitan nuevos deseos porque nos hacemos la ilusión que con esos deseos vamos a superar esos fracasos. El goce, casi siempre desviado, satisface parcialmente, lo que parcialmente molesta, con lo que contribuye a sostener el deseo. De ahí que el objeto a resulte tan complicado de entender, porque resulta como resto de dos fracasos, el del significante y el del goce.
El fantasma articula el deseo causado por lo ausente (por excedente o ausencia) a eso le vamos a llamar fantasma, de lo cual ya les habló bastante Miguel. Escena que se repite, lo que se conoce, pero que no se desea evitar pues defiende contra la angustia de lo real. Son preferibles las escenas de repetición de lo conocido que nos trae malestares pero que nos asegura en contra de tener que enfrentar lo inesperado, lo imprevisible, lo que nos puede dejar perplejos en cualquier momento.
Yendo a Freud y haciendo como que todos ustedes lo han leído mil veces a éste artículo, la escena fantasmática principal en Freud es: mi padre me pega, mi padre me ama. Algunos psicoanalistas la enseñan nada más que como mi padre me pega, pero eso es una parte de la evolución de esas tres escenas famosas, en mujeres, varones, diferentes personas. Pero la sustracción que en definitiva hace Freud, es mi padre me pega, mi padre me ama. Encuadra en éste sentido, produce como realidad, como producto la articulación simbólica imaginaria esa. El ser de habla, como puro objeto, hubiera quedado ante el puro y entonces angustiante goce del Otro que no debería haber[2]. Afirmación que dice Lacan en el 75 pero que en realidad antes lo afirmó como existente durante mucho tiempo ahí, también protesta porque no le dijo alguien antes que tendría que haber dicho que no debería haber, no importa. Goce del Otro que no debería haber, que queda por fuera del discurso, goce sin apariencias ahí sí goce desnudo (alucinatorio o efectivamente recibido). En el nudo Borromeo lo tiene ubicado entre lo real y lo imaginario, en esa lengüeta queda ubicado ese goce y es el que al psicótico le vuelve como alucinación o sino en el momento que fracasa absolutamente la palabra, el significante, el discurso se transforma en real. Es por ejemplo cuando dos tipos se agarran a piñas, para decirlo sencillamente. O cuando una madre corre a escobazos a un hijo y le empieza a meter escobazos por todos los lugares de las costillas. Es el goce del Otro que no debería haber y que no hay fantasma que intermedie, ahí la escoba es el garrote y las costillas y la carne están inervadas. No hay fantasma que se meta en el medio, aunque haya un fantasma en la madre que la está llevando a proceder de esa manera y aunque haya un fantasma en el niño que lo haya llevado a provocar a la madre. Pero en el punto ese donde está ocurriendo la paliza, está ocurriendo eso, es eso nada más y nada menos que goce. No es lo mismo decir mi padre me pega, mi padre me ama, que exclamar por ejemplo: ¡como duelen los golpes que me da mi padre! Que aunque esté dicho en palabras lo único que está tratando es de trasmitir ese goce del Otro del cual se fue objeto. El ser de habla como puro objeto, habría quedado ante el puro y entonces angustiante goce del Otro que no debería haber, goce por fuera del discurso, goce sin apariencia, alucinatorio o efectivamente recibido. En el fantasma por la vía significante, -me ama, me quería corregir, etc... una escena en la que aparece una intencionalidad relata una realización (simbólico-imaginaria). Eso lo escucharán ustedes en las sesiones muy frecuentemente, mi padre me pegaba porque me quería corregir, me quería sacar bueno, quería hacer de mí alguien con futuro, ahí está conformándose un fantasma. Da un marco, un sentido como orientación, que reduce la angustia. No es lo mismo ser cagado a palos que ser amenazado con una escoba. Por eso escuchamos tantas veces que nos cuentan repetidamente una escena que descubrimos elide el me ama o me corrige, pero lo arrastra encadenado bajo represión o renegación. Es la escena en su conjunto la que sirve de tope a la angustia. De ahí que el inconsciente, la transferencia de lo inconsciente del analizante busque repetir con el analista la escena fantasmática, pues esa es la forma con que, según hábitos y costumbres, se calma la angustia aunque se sufra de otros modos.
La verdad, a esta altura de mi viaje, me pregunto más por quien me paga puntualmente que por quien a veces me paga bien, otras veces con cierto atraso, otras veces me vuelve a pagar en término. Con ese personaje que viene y el primer día del mes y pone o sino sesión por sesión, según la modalidad de trabajo que tenga con esa persona, pone lo suyo que pasará a ser mío, me entro a preguntar ¿qué le pasa a esta persona que es tan puntual en sus pagos? No me pongas esa carita Noemí, me lo pregunto. (Risa)
Por eso mismo el semblant del analista a la vez que debe prometer, no en enunciados, sí en gestos o enunciaciones ser eso que el inconsciente del analizante espera, no debe serlo. Esa es la razón más profunda por la que no se deben aceptar los requerimientos eróticos cuando aparecen y mucho menos proponerlos. No somos más que puentes para que los analizantes puedan acceder asintóticamente a los goces más cercanos a sus deseos pero con los objetos que la tyche de la vida les vaya presentando. Sólo manteniendo una activa posición de abstinencia, en eso voy a reivindicar abiertamente a Ferenczi logramos el relanzamiento constante del discurso para precipitar en la interpretación o el acto generador.
Por un lado tienen el matema del psicoanalista, no se los voy a trabajar otra vez pero sí les voy a trabajar uno que es un invento mío que lleva ya unos cuantos años, al cual le llamo matema del Verdadero artista, científico o del pasaje al acto del analista.
a $ S2 a
S2 S1 $ S1
Matema del discurso del analista Matema del verdadero artista, científico, del pasaje al acto del analista.
Voy a tomar el pasaje al acto del analista, dejo el resto de las cuestiones y ustedes por metonimia podrán pescarlas. Son mentiras que los analistas estamos en posición de analista en cada sesión, eso es una tontería. Somos seres de habla como cualquiera, se nos complican las situaciones como a cualquiera, pero además se complican las situaciones del propio análisis, de la propia sesión. Les di a ustedes una bibliografía de Ferenczi que está en su libro Terapéutica activa y después me acordé que lo tengo trabajado como “Intervención en acto: Otro lugar” en el volumen uno de En la trastienda de los análisis. Hay un punto que plantea Ferenczi (realmente lo admiro mucho pese a todas las macanas que pudo haber hecho y a que según dicen terminó loco). Dice que hay que analizar cuando se lleva a cabo un análisis no sólo que pasa en la transferencia sino que está pasando en la vida real del paciente. A esta altura a nosotros, gracias a Lacan esto puede parecernos una obviedad. En la época que lo pronunció Ferenczi era en pleno debate con el kleinismo que en parte era hijo de él, donde habían hecho una reducción de la cuestión de que el análisis se juega en la transferencia, a que el análisis es puro análisis de la transferencia. Ferenczi se plantea en ese trabajo, sobre una señora que hacía meses que estaba en un impasse en su análisis. Lo que él sabía por todo el análisis previo y lo que conversaban, era que la hermana de esa señora era una cantante de opera excepcional y que esta señora apenas lograba farfullar algunas cosas cuando intentaba cantar algo. Habían llegado muchas veces a ese punto de inhibición de ella porque era evidente que era un punto de inhibición, no tenía porque ser una cantante de la misma dimensión que la hermana, pero distinto era estar inhibida en relación al canto. En determinada sesión Ferenczi le dice que cante. Se acuerda de no sé que canción que le cantaba la abuela, alguna historia así. La señora le dice: No doctor como voy a cantar, me da vergüenza. Él le ordena: ¡cante!. Hasta que no cante no se va de acá. La senora empieza a cantar tímidamente una cancioncita. Y él la presiona: ¡más alto, más alto!. ¡Más alto, más alto!. Llega un momento en que la mujer se pone a cantar en voz alta y Ferenczi cuenta que se encontró con una bella cantante. Ahí tienen un ejemplo interesante de una intervención en acto en transferencia desde una función agente/amo. Él en la transferencia se había encontrado con un obstáculo que era insalvable por la sola vía de la repetición. Luego cuenta que después de eso venía todas las sesiones y cantaba, entonces el análisis se había transformado en un vodevil. Un día le dice: prohibido cantar, a partir de ahora no canta más. A partir de la prohibición de que cante, surge en ella el recuerdo de la primera vez que vio cambiar al hermanito. La hermana que después fue cantante ya existía. Ella era una chiquita de unos tres años cuando ve cambiar al hermanito y descubre el pene de éste. A partir de eso se despliega todo un trecho del análisis en relación a la envidia del pene. O sea que detrás de la inhibición que aparecía encubierta por el semblant de exitosa cantante de opera de la hermana y de ella como cantante inhibida, en realidad lo que se escondía era la envidia del pene que había instalado en la realidad a ese pitín minúsculo de todo bebe de pocos meses.
Creo que a veces hay puntos en los análisis, coincido con Ferenczi en ese sentido y Lacan en sus últimos tiempos lo planteaba con mucha fuerza y además si leen los libros que han escrito los analizantes de Lacan sobre sus propios análisis, se van a encontrar muchas veces con ese tipo de acto. Hay un momento de pasaje al acto del analista que tiene mucho que ver con la operación del artista, del científico. (Recorriendo el matema) El analista está angustiado (esa es su verdad), Ferenczi estaba angustiado, el análisis de esa paciente no andaba pero Ferenczi disponía de un saber; desde la angustia y a través de su saber operó sobre el objeto, le dio la orden y la orden produjo un nuevo significante, el pito de mi hermanito. Es interesante como experiencia clínica en transferencia.
En el matema del analista, éste agencia siendo hecho semblant del objeto falta, prefiero decir en vez de castración o lo que fuere. Esto es efecto del Inconsciente del analista pero a partir del inconsciente del analista, acá podemos conversar un poco con el amigo Miguel, también de cómo su conciencia va trabajando ese producto de su inconsciente. Hasta ahí había llegado yo hasta ahora en las cosas que había escrito y justamente preparando esta clase se me ocurrió lo siguiente. Por ahí tiene que ver con ese artículo sobre el tiempo que me pidieron los de Imago que la cuestión del tiempo trabaja no sólo sobre el analizante, trabaja también sobre el analista. Esto vale del derecho y del revés. No porque ustedes tengan en claro algo que está pasando en el analizante ustedes tienen que hablar sobre ese algo. Hay que esperar el tiempo en que el analizante pude escuchar eso que se va a decir. Eso ya lo sabían los ingleses, me refiero a los klenianos. Lacan lo formaliza con su esquema del tiempo lógico: instante de ver, tiempo de comprender o sea donde no se comprende nada, momento de concluir donde precipita la conclusión. A nosotros, como analistas, mientras estamos analizando nos pasa lo mismo. Hay un instante en el que hay algo que captamos, luego viene un tiempo que puede ser más largo, más corto que depende de mil razones, el tiempo de comprender eso. Hay un momento donde en nosotros precipita el momento de concluir. Habrá que ver si es el momento en que también precipita el momento de concluir en el analizante o no. Según que creamos, decidirá si lo decimos, si lo usamos, lo dejamos en souffrance o no. Que se hace, que no se hace. A partir de esto armé un esquemita totalmente lineal, no me gusta en ese sentido pero por lo menos para conversar ahora entre nosotros.
a $ ◊ D d $ ◊ a a (de goce)
Objeto causa del deseo, escisión del sujeto, losange demanda; acá estamos en terreno de la pulsión. Esta falta no es cualquier falta es la falta en función de una pulsión determinada que va a llevar a establecer también una demanda determinada que de algún modo va a ser lógica con esta falta. Por eso la demanda puede ser de la mirada, puede ser invocante, puede ser oral, anal, uretral, puede ser de la piel, etc. De la demanda expresada, caen una cantidad de elementos que quedan sin significar por castración del significante. Porque el significante está agujereado. Desde eso que cae se establece el deseo. El deseo se dirige hacia el fantasma en el que se soporta, ese fantasma tampoco puede satisfacer el deseo. Por eso están los fantasmas que son sufrientes, pero en ellos el deseo se soporta. El trabajo del analista está, captando todo este movimiento, en llegar a lograr que el sujeto atraviese éste fantasma y pueda acercar su relación al a ,pero ya no como causa del deseo, ya no como objeto faltante, sino como alguna manera objeto presente, al a como objeto de goce. Por eso decía al comienzo de la clase que el trabajo nuestro es acercar asintóticamente, nunca se van a poder sobreponer, el deseo del analizante al goce del objeto que el analizante encuentre (En el gráfico ese trabajo está marcado por como la flecha horizontal inferior que va desde la punta del vector que parte de la d de deseo, atraviesa las letras y el rombo del fantasma para llegar cerca del último a. Es así que podemos instalarnos en ese circuito del deseo para generar condiciones de posibilidad para que el analizante vaya acercando sus goces a sus deseos, a través de encontrar objetos más apropiados, si la experiencia le demostró que con el que se enlaza no vale la pena insistir. O sino también encontrará las vías para, con el que se enlaza, llegar a acercarse más a esos goces a que su deseo lo empuja.
Silvia: vos planteaste en un momento la transferencia en relación a transferencia en cualquier tipo de lazo social y la planteas como carencia de saber respecto de aquel que va a dar una orden pero me parece que ahí quedaba muy acentuada la cuestión de la carencia más que la de saber. La verdad que todo el tiempo estaba pensando en una pacientita que estoy atendiendo muy grave. Es una nena autista que tiene síndrome de Down y en el marco de una sesión en las que realmente hay muy pocas palabras, está muy desconectada, ella dice: mamá. Entonces yo rápidamente le digo: sí ahora va a venir tu mamá a buscarte. Pero ahí sentí cierta angustia en el cuerpo y entonces me di cuenta que me estaba diciendo mamá en realidad, entonces le dije: bueno vamos a jugar a la mamá, yo soy tu mamá y vos sos mi hija. Entonces después me dijo: caca. Y fuimos al baño e hizo caca y después siguió toda una secuencia. Pero en ese sentido yo me quedé pensando en ese momento que ahí como una mamá yo tenía que darle un saber sobre la palabra que estaba diciendo suelta, me dice mamá. Desde una carencia, porque en realidad no sé si me estaba diciendo. Pero me parece que ahí lo más fuerte es la cuestión del saber.
Sergio: Mirá justamente el ejemplo me parece muy interesante para tratar de explicar lo que yo quise explicar y aparentemente quedó confuso. Hagamos la diferencia entre enunciado y enunciación. Acá es muy difícil de hacerla porque es una sola palabra y por las características de la chiquita. Sin embargo creo, que lo que hizo la chiquita fue del orden de la enunciación y que en ese sentido enunció la carencia que la afectaba en el momento que presionaban sus ganas de cagar. La que le dio el saber, o sea significó a ese S1 de la chiquita fuiste vos, ella de algún modo lo que tuvo, no sé si confianza o ilusión en que ibas a escuchar la enunciación y se la ibas a saber significar. Vos fijate que el primer movimiento tuyo, según vos misma contás, es de no saber significarle la enunciación porque le decís: tu mamá va a venir dentro de poco, etc., pero te das cuenta, y recién después logras significarle la enunciación y entonces va el otro significante: caca. También se lo significás en tanto la llevás al baño. Ahí tienen un buen ejemplo de cómo el significante muchas veces se expresa no a través de palabras sino de gestos, ahí el gesto de llevarla al baño fue importante. Un significante donde el saber del analista significó la enunciación de la paciente.
Laura: dos preguntas, la primera es en relación al grafo de la transferencia que dijiste que después ibas a explicar porque le ponías menos a la -n y no lo explicaste. La segunda es en relación al circuito que armaste abajo que me parece que en una parte me perdí. Porque yo lo puedo entender si parto de que el primer a es también objeto de goce, las dos cosas, goce perdido. El objeto perdido que nunca estuvo. Ok.
Alicia: tenía que ver con lo que planteó Silvia. Me acordaba de un paciente esquizofrénico, esto repetidas veces pasa, que él viene con lo que llama como con el cuerpo fuera de sí, que está desbordado. Él puede hablar de ansiedad. Y en ese sentido la operación posible y que en general se instala es preguntarle, que empiece a relatar que fue pasando en el día. En realidad él no sabe ni yo tampoco sé lo que provoco y no sé si lo llegamos a saber pero en este caso a partir de esto, de ese vacío que se le instala tomado por ese goce, poder armar una secuencia posible y poder preguntarse lo tranquiliza, lo vuelve a situar en el cuerpo.
Sergio ¿qué dijiste al principio del cuerpo?
Alicia: que el cuerpo se le salía solo, como que se salía de sí.
Sergio: empiezo con lo de la -n porque tiene que ver con las dos cuestiones. Lacan en realidad pone una S sola y después la explica como el significante de la transferencia. No deja de ser el significante de la transferencia esto que yo puse acá. Puse la -n para marcar esta cuestión de que es un significante que entra a operar justamente porque trata de significar una carencia que lo afecta, por la –n. Fíjense ustedes (muestra el grafo de la transferencia) que luego los significantes inconscientes que se abren van apareciendo hasta el significante a la n. Entonces tenemos la –n y la n en ese sentido, es para señalar nada más que un sentido, un vector, de la cadena de significantes en el consultante del saber que se siente en carencia, a la apertura de los significantes inconscientes en búsqueda del significante a la n que supuestamente le daría el saber capaz de recubrir la carencia. En ese sentido el caso que planteas del esquizofrénico es muy interesante porque él de lo que tiene noción es de la carencia, la carencia de el cuerpo que se le va y de lo otro que tiene noción es que hasta ahora ha encontrado en vos respuestas que le han permitido saber hacer algo para no sentir esas sensaciones de despersonalización tan importantes. La secuencia que vos le das, le ordena el cuerpo porque lo que hace es producirle un discurso, una serie de enunciados que se van anudando entre sí sobre el transcurso del cuerpo de ese chico durante ese día. Ustedes saben que hubo una gran discusión entre Freud y Melanie Klein sobre si el psicótico establecía o no transferencia. Freud decía que no se podía curar analíticamente a los psicóticos porque no establecían transferencia. Melanie Klein por el contrario decía que establecían una transferencia masiva. Eso nos permite a nosotros entender que la discusión estaba planteada porque aún no se había logrado llegar a la formalización del nudo de tres y después del nudo de cuatro, donde simbólico, imaginario y real se ligan y donde si en algún punto se desligan los puede religar un cuarto anillo. Esto tiene su importancia porque en realidad, efectivamente lo que despliega el chico esquizofrénico con respecto a vos es solamente y en forma importante una transferencia imaginaria. Claramente, espera de vos que lo ayudes a imaginar (aunque sean recuerdos) para simbolizar su cuerpo (no a él como sujeto, lo que resultaría imposible y trastornante). La transferencia inicialmente en general es imaginaria, no solo en los psicóticos también en los neuróticos ¿Qué sabemos de nuestros analistas? Por eso Lacan jode y lo llama significante cualquiera al analista, pero que no puede ser cualquier significante. Pero de verdad ¿Qué sabemos? Ni antes ni cuando terminamos el análisis sabemos algo del analista, pero lo interesante es que si te tomás de la transferencia imaginaria y lográs sortear la propia angustia (señala a Silvia), que es lo que te pasa a vos, podés producir algo. Es en el neurótico, en el analizante común, que vas a producir el relanzamiento permanente del deseo de analizarse y llevar el análisis hacia delante, pero en el psicótico lo que producís es la posibilidad de estar en este mundo, lo que no es pequeña cosa. Un psicótico en esas condiciones, que no tiene ese analista, puede ir y tirarse por la ventana. Me acuerdo de un caso que me impresionó muchísimo. Era un violinista de una orquesta sinfónica. Habían ido a ensayar al Cervantes. El hombre entró con su violín, todos sabían que no andaba bien, pero no se esperaban lo que pasó. Fue, firmó la planilla del horario de entrada, siguió caminando, siguió hasta la ventana y se tiró. Obviamente se mató. Se dan cuenta que no es el suicidio de un melancólico, de un histérico, de un obsesivo. ¿Qué fue lo que lo llevó a tirarse por la ventana? Tal vez una voz alucinada que le dijo ¡tiráte!, o simplemente se le había acabado el lugar en el mundo y esa ventana era un buen agujero para salir de él. Esas son las cosas que los analistas de psicóticos logramos tramitar, no digo impedir. Son cosas que a veces no logramos impedir. Les confieso que a mí me ocurrió que una paciente se suicidó. No siempre nos va bien, pero cuando nos va bien logramos tramitar esas cosas de un modo más positivo para el futuro del paciente.
Miguel: Yo quería tomar el ejemplo de Silvia porque me parece que ahí se puede entender que es el semblant. Esa, en principio, palabra mamá, cuando Silvia le dice ya va a venir tu mamá, es interesante porque me parece que las dos versiones van al mismo lugar. Ya va a venir tu mamá es tu mamá no está, nombra una ausencia entonces ya no es una palabra. Bueno dale vamos a jugar a la mamá me parece que efectivamente instala ese significante como un semblant de lo que no hay. Podríamos decir que en ese caso no hay mamá. Que esa intervención instale a la madre, ese semblant es S1, el S2 es caca, se empieza a armar el discurso del amo con esa pequeña intervención. Me parece que lo que es interesante es como situar ahí el semblant en el lugar del analista y como eso va articulado a un discurso. Fíjense que hay dos significantes y un objeto que cae. Efectivamente me parece que ese ejemplo era interesante para retomar la cuestión del semblant.
En relación a las cosas que dijo Sergio hay algunas con las que es difícil acordar. Con la que es difícil acordar es con la del fantasma me parece, es difícil acordar con eso que la frase me pega es una frase simbólica- imaginaria. Esa frase es impronunciable, es un agujero en la significación por lo tanto no es ni simbólica ni imaginaria, eso por un lado. No es pronunciable esa frase con lo cual cuando efectivamente en la vida de alguien el padre le pega estamos con un problema. Un problema para la constitución del fantasma. Pero de cualquier manera me acuerdo siempre de una situación, yo estaba dando una charla sobre el fantasma. Se termina la charla y se acerca una persona muy angustiada a decirme que él tenía un problema con lo que yo había dicho. Él tenía un hijo chiquito y estaba muy complicado con lo que yo decía. Como él había decidido que a su hijo nunca le iba a pegar estaba complicado en pensar como era eso del fantasma en el hijo si él nunca le iba a pegar. Es una pavada, yo le debo haber contestado una pavada seguramente. Pero después me quedé pensando bastante en el comentario porque después me pareció lo siguiente, que el golpe no es el golpe efectivamente dado en el sentido de le tiro con la zapatilla, con el rebenque, le pego un palazo, cualquiera de las versiones sobre el golpe. El golpe, el padre lo da con la voz. La voz del padre es la que golpea sobre la piel del hijo, ese es el verdadero golpe, es el que duele, el que organiza el fantasma por eso los golpes, la voz están siempre ligados a los fantasmas sadomasoquistas, más las cuentas. Sino nos quedamos con la escena sadomasoquista donde alguien le pega a otro, un adulto le pega a un niño y el golpe es el de la voz. No hay otro golpe que ese, los otros son sucedáneos de ese golpe. Lo inolvidable para alguien es justamente la voz del padre, la voz del trueno, esa es la que organiza la escena y no golpes sobre la piel que en realidad son secundarios a esa voz. En principio eso, me parece que es para discutir la cuestión esa del segundo tiempo del fantasma.
Algo más, lastima que no está Juan Carlos, hace poco tuvimos una conversación por mail que versaba justamente sobre esa cuestión del estatuto del amo contemporáneo. Yo me hacía la pregunta si ese amo del que habla Lacan es el amo de hoy en día, si estamos hablando del mismo amo. Uno podría decir que hay un punto de coincidencia y uno que no, efectivamente en el amo moderno lo que lo caracteriza es que está castrado. El prototipo es el padre de Hamlet, en adelante se organiza la posición del padre como padre castrado. Era lo que planteaba Sergio, si alguien le pide a otro que haga un trabajo es porque ese alguien no lo puede hacer. Hay una carencia o castración en juego. La característica del amo actual es que además de que está castrado lo sabe. Sabe de su carencia, cosa que el amo tal como estaba planteado hace 20 o 30 años tal vez esa vuelta estaba como más elidida, me parece a mí. En ese sentido uno pensaba ¿qué quiere decir eso? Yo pensaba que hay que tener una tremenda fe en el otro, una tremenda creencia en el otro para subirse a un avión por ejemplo, sino es imposible subirse. Por eso mucha gente que carece de esa fe no se puede subir.
(Risas, varios miran a alguien del público que estaba por viajar en avión)
No se rían hay que tener una espantosa fe para subirse a un avión, fe de que eso va a andar todo bien, de que no se va a caer. Eso es ponerse en manos del (O)otro. Me parece que es un ejemplo contemporáneo excelente. Porque la contracara de que el otro está castrado y lo sabe es que nosotros sigamos creyendo que no lo está. Que hagamos una renegación y nos subamos al avión y en general eso se cumple salvo cuando no se cumple.
Sergio: mientras piensan para meterse en la discusión, yo no me voy a meter a propósito, sino solamente voy a contar una anécdota verdadera que tiene que ver con esto que contaba Miguel y que es muy divertida. Viajaba con un colega a dar un seminario en Brasil, íbamos en el avión los dos. Tuve mis pánicos al avión como cualquiera pero en esa época ya no. Este otro no, tenía un montón de tiempo de análisis y de analista porque se imaginan que si iba a dar un seminario en una universidad en Brasil era porque lo conocían. Íbamos sentados y el colega cada vez que el avión se ponía de costado para dar una vuelta él agarraba y hacía el gesto. Yo le decía: fulano córtala el que maneja es el otro no vas a lograr nada. Me decía: Sí pero me siento un poco mejor. Pero vas a llegar muy cansado, le decía yo. Efectivamente llegó agotado pobre, porque manejó todo el viaje. (Risas)
Cristina: Quería hacer un comentario y te quería hacer una pregunta en relación al ejemplo que trajo Silvia y al ejemplo que trajiste vos en la cuestión de que los otros golpes son sucédanos de la voz del padre que golpea y que organiza la escena. Me vino a la memoria algo que yo creía olvidado, hace como veintipico de años de esto, me gustaría que lo expliques en relación del semblant si se puede. Un niño autista estaba con otros niños, un niño ciego, haciendo todas las cosas que uno puede imaginar que hace un niño de estas características. Entonces aparece una mano y le da un sopapazo y el nene dice: papá. Ahí no vino la voz de trueno, vino el golpe y el niño reconoció por el golpe.
Era un niño autista decía muy pocas cosas.
No me queda muy clara esta cuestión del fantasma, el semblant, que es lo que se semblantea ahí.
Miguel: a ver, fantasma y autismo es como el agua y el aceite, ni siquiera es como el agua y el jamón, metáfora alimenticia debe ser por la hora. (Risas)
Noemí: no como el agua y el jabón
Miguel: no porque con el jabón hay una cierta correlación. Quiero decir, en el caso del autismo, salvo de los fantasma de los padres no podríamos hablar de la constitución del fantasma. De todas maneras ese niño dice algunas palabras, sueltas, desconectadas. Alguna castración en el lenguaje se ha producido sino no podría decirlas. El semblant ahí funcionaría en el sentido de armar una escena con eso. Suponete: uh, como duele! o al muñeco le dolió, algo por el estilo, u ¡ole! No me pudo pegar. Depende de las coordenadas de cada caso. Si el semblant es correlativo del discurso y el discurso es la organización o la combinatoria de términos y lugares y los términos son significantes y no significantes, sólo hay lugar para el semblant en esa organización. Por eso efectivamente si hay algo que sabemos bien los analistas de niños es eso, que el modo de producir esa organización es jugando, armando una escena supuesta para que eso que viene de lo real o de donde venga tenga cabida en una escena. Todo el trabajo consiste en eso, algunas escenas serán posibles y otras no pero sólo podremos hablar de semblant si ese golpe o ese amago de golpe se correlaciona con otros términos. Sino es algo venido de lo real.
Sergio: voy a tomar por un lado la principal diferencia que planteó Miguel para lo cual voy tomar una parte de la respuesta a la pregunta que hizo Laura y que yo no la tome en su momento porque me parecía importante empezar por la cuestión de la -n y la n. Eso por un lado y por el otro porque me parece que la segunda parte de la pregunta de Laura plantea uno de los problemas más difíciles que tenemos en el psicoanálisis. Estaría más a la moda si dijera en el lacanismo, pero en realidad es en el psicoanálisis, ya que es el tema del objeto. Voy a partir de ahí para después tomar lo que planteó Miguel de que yo me había referido, justamente a la frase que no es enunciada en ningún relato de los transcursos fantasmáticos en los pacientes. Por lo menos en los escritos de Freud donde, recordaran, plantea que es una frase que inventó él. A mí me parece lo siguiente, pero primero hagamos un poquito la historia de la cuestión porque nos va a servir más para continuar la investigación. En realidad el tema del objeto en el psicoanálisis aparece particularmente a partir de Abraham. Hay un librito suyo: Contribuciones a la teoría de la libido, lo leí hace muchos años, donde trata lo que él consideraba las etapas de la libido. Abraham escribe por una cantidad de experiencias que él había hecho, incluso una personal. Realmente es muy impresionante la personal que hizo. Se decide a escribir un libro sobre objeto y las relaciones de objeto. Fue un libro muy importante en el psicoanálisis, a mi modo de ver. En primer lugar Ferenczi fue uno de los analistas de Melanie Klein, ustedes saben que el tema del objeto ocupó su lugar, a uno le puede gustar más o menos como lo trabajo Melanie Klein pero toda su teoría gira alrededor de la problemática del objeto según como ella se la plantea a si misma. En segundo lugar Freud toma el tema del objeto después que Abraham, tal es así que con la honestidad que a él lo caracterizaba, si no recuerdo mal en Duelo y melancolía, hace toda una parrafada diciendo que en realidad lo que él va a plantear sobre el objeto se lo debe a Abraham y que es él el que ha introducido el tema en el psicoanálisis. Abraham instala un cuadro como síntesis de su libro. Por un lado lamentablemente fue tomado en el a posteriori por la mayor parte del movimiento psicoanalítico como a veces se suelen tomar las cosas, como un vademécum. Eso no sirve para nada con nada ni con lo trabajos de abraham, Lacan, ni de nadie. Por otro lado en cambio no se tomaron algunas cuestiones que planteó Abraham ya ahí. Creo que no se las tomó porque no se las entendía pero ni de lejos. Si se las hubiera tomado tal vez nos hubiera ahorrado unos años de trabajo en relación a algunos temas muy graves en el psicoanálisis como puede ser la esquizofrenia, la paranoia, la melancolía. Les cuento al mismo tiempo que yo que venía de otro orden de pensamiento, soy médico de origen por un lado y por el otro venía de una ideología política marxista en una versión “humanista”, me resultaba antipático que los psicoanalistas hablaran de relaciones de objetos cuando estaban hablando de relaciones entre personas. Se los confieso, me molestaba, así como me molestaba por ejemplo que Freud hablara de economía libidinal y de comercio sexual. Con esto lo que les quiero dar es una atmósfera que a veces a los psicoanalistas se nos pierde y que es muy importante. Piensen ustedes que verdaderamente el psicoanálisis tiene nada más que cien años. Traten de ubicarse en la cabeza de esos diez o doce tipos que en algún lugar de centroeuropa, Viena en realidad, se reunían los miércoles a tratar de pensar esos casos que les habían llegado, de los cuales ellos tenían un prototipo que había sido Anna O. pero a partir de lo cual, inclusive la propia Anna O. estaba todo por inventar. Me lo imagino a veces como una reunión de alquimistas en la edad media, medio en la oscuridad con algún fueguito, una cosa de locos realmente. Roberto Arlt si los hubiera conocido seguramente hubiera escrito Los siete locos pero además hubiera escrito Los locos de los miércoles, por ejemplo y se hubiera referido a ellos. Les armo esta atmósfera porque así viene el tema del objeto, tengan en cuenta en ese sentido que lo primero que salta a la vista es obvio, la caca, el pis, el pecho pero además saltan a la vista, ¿cómo qué? Como algo que se toca, que se mira. De lo cual se disfruta o se lo pierde. Casas más casas menos, época Freud Melanie Klein. Cuando Lacan empieza a tocar el tema no se crean que es muy diferente porque si ustedes leen El estadio del espejo, Lacan estaba más influenciado por los filósofos que estos otros. Estos otros venían más influenciados del lado de la medicina, etc. Él planteaba que el deseo es el deseo del otro, si van a leer El estadio del espejo van a ver que otro está escrito con minúscula. No es lo mismo decir el deseo es el deseo del otro y escribir con mayúscula Otro que escribir el deseo es el deseo del otro y escribirlo con minúscula. Ahí era francamente Hegeliano. Ahí el otro era el objeto aunque Lacan no lo planteara como tal. Melanie Klein a esa altura del viaje y Lacan también, porque obviamente la había leído, lo plantearía en todo caso como el objeto total, el objeto de la posición depresiva en Melanie Klein pero no hubiera dejado de lado los objetos parciales.
1964, Cuatro conceptos, Dolto que no era nada tonta le pregunta en el seminario públicamente, lo pueden leer en el libro en el capítulo 5, si él consideraba de que no existía pulsión y objeto oral, pulsión y objeto anal, pulsión y objeto uretral. Él dice: no, no es que considero eso, lo que no sigo es la línea evolutivista que va primero uno, segundo el otro hasta llegar al objeto total u objeto genital, amormaduro, etc. fíjense en que punto estaba la discusión en 1964. A todo esto Lacan ya había pasado por una dificultad porque de lo que se había avivado, en realidad no Lacan sino Freud, lo que pasa es que Lacan era un buen lector de Freud en ese sentido; si no recuerdo mal es en el capítulo sexto de La interpretación de los sueños donde Freud habla del objeto como perdido y Lacan conoce en el 55 Proyecto de psicología para neurólogos y ya había leído La negación donde Freud vuelve a plantear de la misma manera la cuestión, entonces se aviva de que el objeto no es el que está sino el que está perdido y que pudo hasta no haber estado nunca. A partir de ahí sigue toda la historia alrededor del objeto. El tema del objeto para mí es complicado, como me manejo actualmente, ahí tal vez tengamos una diferencia con Miguel, es que el objeto a al quedar atrapado en el centro del nudo, aunque sea un puro vacío el objeto a, queda atrapado entre lo simbólico, lo imaginario y lo real.
En ese sentido un viejo amigo en común del que ahora estamos un poco distanciados, Grandinetti, dijo una vez una frase maravillosa[3], “Del hombre, interesa menos/ la imagen que el hueco/ que deja./ Sólo que la imagen/ es el hueco visto por fuera. O sea que el hombre es mensurable a través del vacío que deja, no de lo imaginario de su presencia. El objeto está entre los tres registros atrapado por eso ustedes, las señoras, las señoritas, las damas, se nos visten, se nos ponen maquillajes. A los varones de golpe si alguna ropa nos parece un poco femenina nos horroriza ponérnosla. Aspecto imaginario que nos recubre y simbólico será lo que representamos. San Martín para nosotros es un objeto muy particular pero como representante del trozo más importante de la historia argentina. Real es eso que nunca vamos a saber de San Martín por más escritores o historias que surjan o vuelvan a surgir, siempre va a haber cosas que se nos van a escapar. Por eso yo hago este juego con el a porque acá está como un perdido que nunca además nunca estuvo. Poor eso mismo causa, empuja a la demanda, o sea, a pedir. Al pedir con lo que uno está pidiendo nunca pide lo que uno desea, porque eso es imposible.
Miguel: por ahí la complicación la arma (esto) por lo mismo que tomabas antes de Doltó. La respuesta de Lacan a la pregunta de ella de los estadios, es que los estadios hay que entenderlos por resignificación a través de la castración. Hacia atrás funcionan como perdidos, en ese sentido digo hacia atrás no de atrás hacia delante. A lo mejor es eso, primero hay que perderlo quiere decir, es una posición kleniana, primero lo real, después lo simbólico, lo imaginario. A partir de esa caída del objeto se organiza el mundo humano y ese no es el planteo de Lacan y según él tampoco es el de Freud. En el origen lo simbólico, a partir de lo simbólico lo real y lo imaginario. Con lo cual lo que es discutible es lo de la equivalencia, no siempre la hay. Pero verdaderamente ese es otro tema.
Sergio: Lacan hasta los Cuatro conceptos llega prácticamente a las puertas del discurso del amo antiguo, es muy curioso porque tardó después como ocho años en llegar al matema del amo antiguo. Lo que Lacan plantea es que al depender de dos significantes el sujeto no puede no quedar escindido porque depende del significante que emite él y el que lo significa, eso lleva a la escisión del sujeto. Esa escisión del sujeto produce un resto que es el objeto, ese es el planteo de Lacan. Pero dice que ese objeto va a escindir al sujeto con lo cual él plantea una coexistencia temporal entre la escisión del sujeto que produce el significante y la escisión del sujeto que produce lo que es objeto perdido como resto de la operación significante. Creo que plantea una paradoja pero en ese sentido me pliego a la posición de Winnicott, creo que las paradojas cuando son verdaderas no hay que tratar de resolverlas, hay que dejarlas puestas sobre la mesa y punto. De ahí viene toda la complicación sobre como se nos complica la vida a los seres humanos. Para no estirarme demasiado, ahí hay un problema donde puedo transar con Miguel en ir de a a S y de S a a o de S a a y de a a S, iría de a a S y de S a a mejor, pero efectivamente son las dos flechas, <> que indican la retroalimentación para producir la escisión del sujeto.
Miguel: sino, si tomamos el seminario de la angustia, hay algo antecedente a esto que es S (A), ahí por ahí está un poquito más claro.
Sergio: pero no te olvides que él te va a poner en (A) el tesoro de los significantes. Por lo tanto en realidad lo que te va a poner es que si hay un significante que se restó (A), sólo va a poder ser significado desde el tesoro, pero tesoro que sin embargo no cuenta con el significado capaz de significar sin ninguna falla ese significante que se le restó. Podríamos seguir eternamente la discusión, tal vez alguno de ustedes esté colgado a esta altura pero es interesante para que también ustedes vean de que la lectura de Lacan no es lineal. Acá hablamos dos tipos que seremos más o menos pavotes pero que ya llevamos treinta y pico de años, él menos porque es más joven, lidiando con estas cuestiones y es complejo no sólo porque él escribía de un modo complejo sino porque es compleja la vida. Justamente uno de los problemas que tuvo Melanie Klein es que con la teoría de ella quiso simplificar y oscureció, no logró simplificar. Pero tienen un objeto, independientemente de esta discusión que hay entre Miguel y yo en este momento, en realidad es carencia y va hacia una escena que lo que hace es soportar el deseo que trata de resolver esa carencia. A eso le llamamos fantasma. El trabajo del analista es lograr que el deseo del paciente se acerque lo más posible a su realización en el objeto de goce. Cuando decimos eso, seguimos hablando de a minúscula y sin embargo es de carne y hueso o algún otro material, el objeto de goce. Esta es la otra cuestión.
Miguel. Quería desviarme un poco de este tema, me acordé de algo en relación a la pregunta de Cristina de voz de trueno. Hay un libro de un señor que se llama Pascal Guidnar, que escribió dos libros muy bonitos, especialmente el primero que se llama El odio a la música, un título totalmente sugestivo. El señor es un pensador, un intelectual, no es analista pero me da toda la impresión que alguna cosa leyó aunque él no lo mencione. Además es francés o sea que escribe muy bien. Él cuenta que amaba la música, que le parecía maravillosa hasta que se puso a estudiar el tema de los campos de concentración y ahí dejó de amarla. Se preguntaba porque a la gente antes de meterla a la cámara de gas le ponían música ¿por qué le ponían música? Da una serie de vueltas y lo que afirma, que me parece totalmente lacaniano y freudiano, es que la música presentifica el punto máximo de sujección del sujeto al (O)otro. El punto máximo del masoquismo y que en ese sentido y a partir de eso él empieza a odiar la música y da una serie de vueltas y una serie de ejemplo clínicos muy interesantes. Cuenta una cantidad de músicos que estuvieron en los campos, que sobrevivieron y que ninguno de ellos volvió a ocuparse de la música y ninguno da demasiadas explicaciones. Pero él lo adjudica a esta cuestión de la máxima sujección al (O)otro que representaba la música. En ese sentido tomamos lo de la voz de trueno como el fundamento masoquista del sujeto, que de eso no puede escapar. Ahora si queremos articular eso con la discusión con Sergio esa, como dice Freud y Lacan reafirma punto por punto, es una escena construida. No es una escena que absolutamente alguien recuerde, o sea que en ese sentido sigue la discusión, no es que el objeto va hacia una escena sino que a partir de una escena uno puede reconstruir el camino del objeto. Sino volvemos a un planteo evolutivo kleniano, primero el objeto se pierde, después viene el significante que actúa sobre la mamá castrando a la madre, la metáfora paterna. Armamos toda la secuencia y no es así el planteo de Lacan y mucho menos el de Freud sino que es que a partir de la castración rearmamos lo que sucedió antes. Por eso Lacan dice es complicado siempre pensar en los orígenes, cuando queremos hacerlo nos perdemos porque no es de 0 hacia 10 sino desde 10, por decir un número cualquiera, hacia atrás. Construimos lo que pasó atrás, es una sujeción a la retroacción freudiana.
Sergio. Una Noemí y terminamos.
Noemí: estaba tratando de ubicar, como decía Miguel primero lo simbólico, primero el objeto. A mí me resulta difícil pensar esto, lo primero. A partir de haber intentado pensar o considerar la estructura es como que primero es el tres, por lo menos no puedo desprenderme de esta idea. En el sentido de que el infants es recibido en un campo en el que real, simbólico e imaginario ya están anudados que es el campo del Otro. Tomando el Otro como otro primordial, en principio, es después que nosotros hacemos un intento de desglosamiento y de lectura de eso, en el análisis o al tratar de escribirlo teóricamente. Pero de ahí podemos leer alienado a tales significantes o en el lugar de tal objeto para el fantasma del otro, distintas maneras en que lo podemos leer. Me resulta difícil seguir el esquema de lo lineal como decías vos Sergio porque me perturba el esquema del nudo que se me cruza en el medio. Donde es difícil ubicar si primero es el objeto perdido o primero son los significantes que desde lo simbólico significan ese lugar para el infants. Me queda para seguir pensando pero quería plantearlo. No sé como lo ven ustedes.
Sergio: sí quedan las charlas que vienen. Del planteo que me hizo Miguel ha quedado un planteo sin responder por mí a sabiendas lo voy a tomar en su momento, que es justamente la frase no dicha dentro de las tres frases del fantasma y que sin embrago se transforma en la frase capital para Freud. Pero lo veremos en las próximas.
Muchas gracias y buenas noches.
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