martes, 6 de mayo de 2008

Clase N° 3

23-08-2004

“Los semblantes en la civilización actual. Nombre y semblante.”


Sergio Rodriguez: Por diversas razones dimos tres clases teóricas al inicio, el lunes que viene es taller. Los grupos ya están armados. En general, excepto un solo colega, han ido al grupo que han pedido. Los coordinadores los van a llamar por teléfono y les van a dar las direcciones.
Otra cosa, van a ver entrar y salir gente de la federal con sus uniformes, no se asusten, no es nada con nosotros, es una forma de funcionamiento del barrio últimamente para disuadir a los maleantes. (Risas)

Público:- no tiene que ver con lo que dijo el ministro de salud ¿no? (Risas)

Sergio:- no tiene que ver con lo que dijo el ministro de salud y esperemos que la gente cumpla con sus funciones específicas.

Miguel:- además es para evitar que alguno entre sin pagar.
Buenas noches a todos.
Hoy quiero introducirme con ustedes en un tema, que como es la primera vez que nos vamos a introducir lo vamos a hacerlo despacito, de a poquito, es el tema del semblant y de sus variaciones en la cura, tal cual dice el programa que en su momento hicimos con Sergio.

Una primera cuestión, las variaciones por lo menos a mí, releyendo el programa después que hicimos, me hicieron pensar en la música. Como ustedes saben una variación es una versión de un original, donde alguien hace una versión más o menos parecida respetando la estructura de notas del original, produciéndole justamente algunas variaciones. En ese sentido podríamos decir que en la cura analítica varían los semblantes pero a diferencia de la música, cada variación se constituye en sí misma en un original. Un nuevo semblant no modifica al original, se constituye el mismo en un original. En ese sentido uno se puede preguntar si los semblantes hacen cadena, conjunto, en el curso de una cura. Si coincidimos con Freud acerca de la importancia de la historia de la cura en el caso, en lugar de la historia de la enfermedad, el conjunto, cadena o cada uno de los semblantes de un analista en la cura forman parte de la historia de esa cura. En ese sentido el analista que recibe a alguien por vez primera, no es para nada el mismo analista al cabo de un cierto tiempo. Ni que hablar de lo que sucede al final de una cura, más bien habría que decir que el que recibe a alguien por vez primera es analista de otros, para otros, rara vez está instalada la transferencia desde un primer momento. Rara vez tampoco quiere decir nunca, quiere decir rara vez.

Por otra parte el significante variaciones remite a un termino muy usado por Lacan que es varidad, que es una conjunción de variedad y verdad.
De entrada voy a señalar cuál va a ser mi camino, no el que voy a recorrer hoy sino en la vez próxima, que es el tema de que el semblant está ligado a la verdad. Pero hoy vamos a ir más despacio.

La primera dificultad con la que nos encontramos al abordar este término de Semblant es el de la traducción de la palabra semblant. Habitualmente ha sido traducida como apariencia que es el modo en que está traducida en la desgrabación del seminario de Lacan que todos tenemos. Esta traducción más bien es una traducción literal. Semblant proviene del verbo sembler que quiere decir parecer y proviene de la voz latina similare que quiere decir semejar. Semblant y semejante tienen la misma raíz que es similis. Similis a su vez es una palabra latina que se cruzó con simul. Simul da origen a conjunto. Simul a su vez es la raíz de simulacro. En el origen de la palabra semblant tenemos semejante, simulacro, conjunto. En castellano semblante tiene que ver con el rostro y apariencia hace pensar en algo que está atrás de lo que aparece.

Semblantear o el lunfardo junar tienen la dimensión de escudriñar el rostro, la mascara, tratando de pescar algo. Semblantear nos acerca al cálculo y a la lectura de los signos que podemos encontrar en la cara de alguien. Apariencia también tiene la connotación de superficial, vivir de las apariencias. Quizá convenga retener está dimensión en cuanto que hace a un fenómeno de superficie.
Nasio, en una época que Sergio se debe acordar, hablaba de simulante para definir al semblant del analista.

También encontramos la apariencia, la simulación en el lenguaje, el clásico ¿Y usted por quién me tomó? No se confunda señor. Las interpretaciones transferenciales clásicas: usted me confunde con tal o cual personaje de la historia, hacen también del semblant el análisis como algo atinente a la significación. Quiero decir, hay toda una línea para ubicar que es que el semblant en tanto apariencia supone una sustitución. El tema de la sustitución, es un tema que le importa también a otras disciplinas y va bastante más allá del psicoanálisis. Se plantea por ejemplo en relación a la arquitectura y también a la política. Por ejemplo que hay que hacer con el edificio de la ESMA?, que hay que hacer con el lugar donde estaban las torres gemelas?. Todo lo que allí se haga, monumentos a la memoria, jardines, iluminaciones van al lugar de una pérdida. La memoria, no sólo en nuestros términos en términos políticos, es un tema ligado a la sustitución. ¿Qué va a ocupar el lugar de lo perdido? En el caso específico de la arquitectura hay todo una discusión al respecto, monumentos o espacios vacíos son modos diversos de ubicar una sustitución. Son modos diversos de situar lo que podemos llamar representación. Sustituimos lo perdido o dejamos el lugar vacío, eso que se llama arte negativo. En ese sentido podríamos pensar cual es la relación entre la represión por su carácter sustitutivo y lo imposible. Como dar a ver lo que no está, lo que fue. Uno podría preguntarse si el Partenón en Atenas, eso que vemos en la televisión todos los días por las olimpiadas, es un semblante o si esa categoría no le corresponde. Más genéricamente, las ruinas ¿son semblantes? El semblante es un resto, un vestigio de un pasado actualizado?, por ejemplo ahora sí yendo al psicoanálisis, como ven quiero ir y venir entre el psicoanálisis y otras cosas. Al estilo del hombre de las ratas que decía que Freud le recordaba a un profesor de la escuela secundaria; en ese sentido ¿Freud va al lugar de una ruina del pasado de la memoria de su paciente? Por ahora sólo preguntas, por lo menos algunas de las que yo me hice. El asunto este de la apariencia también haría pensar alguna relación del semblante con el ser especialmente por la cercanía entre el ser y el parecer. Por ejemplo: tomamos cualquier frase del refraneo popular: no sólo se trata de ser bueno, hay que parecerlo. Ese hay que parecerlo hace de la bondad un semblante de la bondad. Pensar la cosa de este modo deja al semblante del lado del ser. La expresión de Lacan parettre va exactamente en esa dirección.

También semblante se acerca a creencia en el sentido de hacer creer. Si ustedes recuerdan en RSI todas las alusiones que hace Lacan a la relación entre el hombre y la mujer en el sentido de creer en ella, creerle, las cuestiones del creer o las cuestiones del querer, hace también una cercanía entre la posición de la mujer y el semblante. Se me había ocurrido que habría también una oposición a considerar, por ejemplo la oposición entre el retrato y la foto. En el sentido que en el retrato hay una serie de rasgos que se captan y también el hecho de que hay alguien que traza esos rasgos. Podríamos también mencionar una antigua denominación post-freudiana que Lacan retoma, la mascarada. Esta también tiene alguna relación con el semblante. Hay una idea de Lacan muy interesante y muy poco explotada, por lo menos hasta donde yo sé, que es la de sens-blanc es una condensación entre sentido y blanco y que es tomada por Lacan como que el semblante es un sentido en blanco. Esta es una idea bastante más interesante que todas las otras en verdad, va en sentido contrario a la apariencia, de la sustitución y además acerca la cuestión del semblante y la cuestión del sentido. Esta idea está RSI para quien la quiera buscar. En fin, también podemos tomar la posición de los pragmáticos. Si por el lado de la etimología no nos terminamos de orientar y no terminamos de establecer una traducción exacta, uno puede pensar, como piensan los pragmáticos, que si un término no se puede traducir de una lengua a la otra, si este término no pasa del francés al castellano es porque es un problema de la lengua francesa. Es una manera y no tonta de ver las cosas.

Semblant me parece que es un tema de los analistas más allá de donde provengan.
Voy a hacer ahora un pequeño recorrido un poco a vuelo de pájaro sobre como aparece en Lacan el asunto este del semblant. Digo el asunto este porque una de las cosas que se nos presenta es cómo considerarlo ¿es un término, una categoría, un concepto? En principio es un término.
En Lacan hay principios de referencias al semblant en el seminario VIII, en el de la transferencia. Hay dos comentarios que hace, el primero es muy interesante. Está trabajando ahí la imagen del florero invertido, aparece ahí la imagen del florero invertido traducida como semblant. Define el semblante como una imagen narcisista que colma en el fantasma la ilusión de poseer el objeto de deseo. O sea que acá Lacan va a ligar semblant y objeto del deseo y la va a ligar en términos de imagen pero imagen en relación al deseo, no imagen en general. En la segunda referencia, el recuerda a un paciente Ella Sharp que si se acuerdan el había trabajado antes en el seminario del deseo de interpretación. Acá en el seminario de la transferencia, hace referencia a ese paciente, dice: ese paciente que tosía antes de entrar a sesión. La verdad cuantos pacientes tosen antes de entrar al consultorio, yo tengo unos cuantos.

En aquella época Lacan recuerda que ese paciente tenía la fantasía de hacerse el perro para pasar desapercibido. Son maneras de pasar desapercibido. Hay perros y perros. (Risas)

Acá en el seminario de la transferencia Lacan dice que el significante perro es un semblant o sea que 10 años antes del seminario del semblant, Lacan anticipa la relación entre éste y significante. Pero con una salvedad y es que el semblant queda del lado del paciente en el sentido que el paciente utiliza un significante. Lo que a mí me interesa remarcar es esto de que el semblante va a aparecer como una propiedad del significante.

En el seminario 11 de Cuatros Conceptos, en algún momento cuando trabaja sobre la esquizia en la mirada menciona a propósito del mimetismo en los animales, habla del semblant como uno de los elementos intervinientes en la lucha a muerte, o sea en la rivalidad. También habla de semblant en el momento de la unión sexual, o sea que en la agresividad y en el sexo aparece algo del semblant.

Dice que el ser, refiriéndose a los animales, se descompone entre ser y semblant, descomposición entre él mismo y lo que da a ver. Entonces dice que lo dado a ver es tanto lo dado a ver como lo dado a ver por el otro, está en ambos lados. Lo dado a ver o recibido del otro como dado a ver por el semejante es máscara, doble, envoltorio, piel. Mediante esta forma separada de él, el ser entra en juego en sus efectos de vida y muerte. Acá homologa semblant y dado a ver. Se esboza la distancia entre el ser y el semblant y al mismo tiempo su articulación. Inmediatamente distingue al hombre del animal dice que el humano no queda en la captura imaginaria como sucede con los animales por la función del señuelo y que interesa en los humanos porque esa mostración manifiesta que allí hay alguien. Los escudos por ejemplo, hechos con pieles de animales, las máscaras, la armadura tienen una función de semblante.

Esta indicación marca que los elementos que componen lo que se muestra son signos, que los podemos encontrar en la moda, el lenguaje, en cierto modo el password en Internet va en esa dirección. Habla de que hay alguien, que no es cualquiera.
En el Sem. 14, la lógica del fantasma, habla del falso semblante, el analista hace semblante para atrapar a la verdad. Aquí ya tenemos ubicado el semblant como producción del análisis y también algo fuerte sobre lo que empieza a trabajar, lo dice él acá, el analista se hace semblant, un modo de entender la famosa frase saber hacer es saber hacer semblant.

Entrando ya un poco más en anexos, en el seminario anterior 17, Lacan introduce la propuesta de los discursos. El discurso es un artefacto que comprende cuatro lugares y que implica un modo de funcionamiento del lenguaje como productor de lazos sociales. El lazo social es entre los hablantes, ese lazo es efecto de un discurso y es apto para la consideración de la realidad. Por lo tanto no hay realidad prediscursiva. Cada realidad se funda y se define con un discurso.
Una definición muy interesante de discurso y que me parece que es relacional con el semblante es la que menciona en La Tercera cuando dice que: el discurso es decir que eso corre. Es buena porque liga discurso y decir y por el movimiento implicado en eso corre.

Cada discurso a su vez es la combinación de cuatro lugares y cuatro términos, los términos rotan, de ahí lo de eso corre y los lugares, en cambio, son fijos. El que en principio más nos va a interesar es el de agente que está arriba a la izquierda, porque va a indicar la dominancia de un discurso. No es dominancia en el sentido de dominar, del poder sino que hay que entenderlo como referencia. El agente está en el lugar de la referencia de cada discurso. Lo que nos interesa es que cada discurso se pone en marcha a partir del lugar del agente y que la dominancia indica, orienta en relación al territorio de cada discurso. Decir que el territorio de la universidad es el saber resulta como bastante obvio, decir que el territorio de la histérica es el sujeto ya no es tan obvio porque decirlo así es sacar al cuerpo del asunto e introducir al inconsciente y al síntoma como territorio propio. Esto que para nosotros es vieja. (Risas)
Pobre histérica. Interesante.

Sergio:- Denle tiempo a recomponerse. (Risas)

Miguel:- estaba pensando si cabía hablar de histérica vieja, histérica joven, de la vieja. Pero la vieja no es una histérica. (Risas)

Sergio:- es una santa. (Risas)

Miguel:- además a la vieja no le incumbe eso, le incumbirá a la mujer que hay en la vieja. Es una vieja madre.
Por ejemplo que los DSM hayan suprimido la categoría clínica de la histeria no hace más que reafirmar la pertinencia inconsciente para la definición de la histérica. Si para la neurociencia la causalidad de los fenómenos sintomáticos de los humanos es siempre orgánica, la histeria en ese sentido le hacía síntoma a la clasificación de los DSM y lo mejor que se puede hacer con un síntoma es suprimirlo. Por lo tanto la histeria desaparece del DSM pero eso no hace más que acentuar el carácter sintomático de esa clasificación.

Decir que en el discurso del analista el a está en el lugar de la referencia, si esa es su referencia de su territorio, eso ya no es tan obvio como el saber es el lugar de la dominancia en la universidad o que el significante amo es el lugar de la dominancia en el discurso del amo. A mí, de cualquier manera, lo que me interesaba marcar es que si escribimos el discurso del analista y eso lo partimos en dos, encontramos que la parte de la izquierda le corresponde al analista y la parte de la derecha le corresponde al analizante, por así decirlo, tipo Jack el destripador. Hago la partición nada más que para indicar que lo que sostiene el lugar del analista es el saber en lugar de la verdad. Esto lo menciono nada más y después volveremos.

En el seminario siguiente, propiamente el del semblant, el XVIII, Lacan se pregunta si es posible que haya un discurso que no sea el de semblant. Sabemos que contesta taxativamente que no, que todos los discursos están afectados por el semblant y que cada uno de ellos tiene un lugar para éste y ese lugar es el lugar del agente. Entonces los lugares agente, verdad, otro y producción, en el seminario siguiente, el XIX, son sustituidos. Les cambia los nombres a los lugares, el agente pasa a ser semblant, otro va a pasar a ser goce, producción pasa a ser plus de gozar. Interesan dos cosas remarcar, el semblant en lugar del agente y que la verdad no cambia de nombre.

Decir que el lugar que le corresponde al analista en el discurso es el lugar del a en tanto semblant ya es una afirmación compleja. Si la juntamos con lo que Lacan dice después: el a tiene aversión por los semblantes, la cosa se hace más compleja. Que el objeto a tiene aversión por los semblantes indica en principio que no hay nada de natural entre el analista y semblant. Si ustedes quieren, me anticipo un poco pero lo digo, la aversión del objeto a con los semblantes es otro modo de decir que el analista tiene horror de su acto.

De este seminario, el XVIII, me parece que en principio la idea más fuerte que tenemos que conservar es que el semblant se liga al discurso. Esta idea es fuerte el semblant es siempre semblant articulado.
Digo hoy poquitas cosas para no atosigarlos como dijo alguien.

Otra cuestión interesante de este seminario XVIII es que el discurso en tanto articulación de términos y lugares, cierne, acosa, rodea a lo real, por este acosamiento habría que hacerle un juicio al discurso...(risas).... La función del discurso es capturar lo Real. Pero a su vez lo Real agujerea al semblant, es un poco misterioso esto. Quiero indicarles que hay una relación opositiva entre el semblant y lo Real, es uno o es otro, opositiva en ese sentido.

El semblant no está del lado de lo real. Esto a lo mejor alguno lo va a discutir.
En Encore, el seminario XX, hay varias cuestiones referidas al semblant, el que más me interesa es un gráfico del capítulo 8 “El saber y la verdad”. Hay un dibujito que a mí siempre me resultó incomprensible, salvo ahora, porque ahí el semblant está ubicado como la articulación de lo simbólico y lo imaginario. En ese sentido podríamos decir que el semblant está ubicado como un hito en dirección al nudo borromeo. Que es un paso anterior porque entonces el semblant en tanto articulación entre lo imaginario y lo simbólico tiene por función, cernir, acosar a lo real.

Hay algo más que podríamos tomar del seminario XX que es que hay alguna relación entre semblant y feminización del analista. Sólo voy tirando cosas.
En los seminarios posteriores al XX hay muy pocas referencias al semblant, casi ninguna, está la que mencioné en el RSI y no hay más. Como si justamente el desarrollo del trabajo sobre los nudos fuera a opacar la cuestión del semblant. Si uno piensa la relación entre los nudos y el semblante es bastante difícil de ubicar, a mí se me ocurría en principio una relación de sustitución. Si un hilo pasa por arriba del otro, habría allí como ubicable alguna función imaginaria del semblante en el sentido de algo por debajo, algo está en el lugar de.
En la primera clase del seminario XVIII Lacan hace referencia a los semblantes que hay en la naturaleza. Yo me acuerdo que hay dos, no lo volví a leer al seminario por ahí hay tres. Él habla del arco iris y los espejismos en el desierto y no me acuerdo si es ahí que habla de las nubes. Me acuerdo porque me había impresionado mucho esa frase de: jamás nadie pensaría que detrás del arco iris hay algo.

A propósito de los espejismos en el desierto, me acordaba en estos días de los pelícanos de California. En California se ve que hubo una sequía bastante importante y entonces los pelícanos, buscando agua, se encontraban con el espejismo de agua que producen las autopistas, las carreteras y se zambullían allí. Bastante extraño como fenómenos, en los últimos días hubo muchos pelícanos estrellados contra el pavimento. En ese sentido uno puede ubicar allí que los semblantes en la naturaleza permiten pensar una función del semblant. Si atrás, al costado, del arco iris no hay nada, una función del semblant es velar lo que no hay. Por ejemplo las imágenes virtuales tiene esta dimensión, semblantear si quieren, nos hacen creer que la imagen plana no es plana.
Mi vieja, ya que la nombré, tenía una amiga que a su vez tenía su mamá todavía estaba viva y era una persona como de noventa años. Un día la señora estaba sola en la casa mirando televisión, y en ésta mostraron un incendio. La señora fue a buscar un tacho con agua y se lo tiró al televisor. Habría algo allí del semblant que no iba.

Sergio:- algún jugador le faltaba.

Miguel:- ahora si pensamos que el lugar del agente en el discurso, Lacan lo da como indicación general, es lugar de semblant y si decimos que el semblant vela lo que no hay podemos indicar algunas condiciones. Una que está anticipada en el seminario de la transferencia y es que si en el discurso del amo el significante amo es un semblant, en principio esa es una afirmación fuerte. En el discurso de la universidad decir que el saber es un semblant es una afirmación que vamos a tener que conservar porque a nosotros nos va a ser útil. Lo mismo con el de la histeria, el síntoma en el lugar del agente es semblant de síntoma y vamos a dar más de una vuelta para decir que el a está en lugar del semblant. No es tan simple.

Podemos ubicar también una función general del semblant, pensar por lo menos en el psicoanálisis, ¿Qué es lo que no hay? Decimos lo que no hay es relación sexual, entonces es una función del semblant velar la inexistencia de la relación sexual. No hay relación sexual, hay semblant de relación.

Mi idea es retomar la próxima vez esta cuestión de la relación entre semblant y la verdad que es el tema que más me interesa desarrollar. En relación a la primera clase del seminario Lacan afirma que el semblant tiene relación con la función primaria de la verdad, veremos que quiere decir. Pero como vimos está mencionado en las referencias anteriores la relación con la verdad.

Me detengo aquí y los escucho a ustedes.

Alejandro del Carril:- quería preguntar sobre esa idea que avanzaste de los falsos semblantes y si cabría de los verdaderos semblantes y si eso de alguna forma puede relacionarse con la impostura.

Miguel:- en principio la mención que hace Lacan tiene que ver con la constitución del Yo y es en relación a la imagen del Yo, al marco de las imágenes que él va ubicar la posibilidad de que haya falsos semblantes, falsas imágenes constitutivas para el Yo. Algo de lo cual muchos sujetos saben bastante, es como vivir de las apariencias, como aparentar una imagen que en verdad no es la que constituye a ese sujeto. En ese sentido es que hay que tomar lo de falsos semblantes. También hay que tomar esa referencia en relación al lugar del analista, hay que hacer un trabajo en relación a eso. El semblant vela lo que no hay, ¿qué es lo que no hay? Relación sexual. Si uno lo deja ahí no lo desarrolla, me parece que hace a eso que llamas la impostura. Pero igual aún ahí nos estamos manejando en el terreno de las imágenes. El tema principal me parece es entender o tomar posición en relación a que quiere decir el analista hace semblant. Porque ahí me parece está el riesgo mayor de la impostura, en pensar que hay una actividad para el analista ¿qué hace el analista? hace semblant. Ahora no se usa mucho pero hace unos años eso formaba parte de cierto vocabulario nuestro, a veces colegas me lo han dicho. Es algo que se suele decir en relación a la clínica de adolescentes, por ejemplo, hay que hacer semblant de padre. Hay que hacer de, es una especie de imposición ética, o quizá se presenta como una imposición ética y me parece que eso desliza hacia la impostura, hacia los falsos semblantes justamente.

Para adelantar un poco, el analista no hace semblant es hecho a hacer semblant, es distinto. Tampoco es una posición pasiva, es una posición femenina. Es un hecho a hacer femenizante..
Me parece que el activismo, en el sentido de actividad, planteada por el analista conduce a los falsos semblant y a la impostura, conduce a una posición imaginaria.

Alumna:- se me ocurre en relación a esto de la posición pasiva que semblant no es semblant de cualquier cosa, sino que está dicho el lugar del analista como aquel que se deja tomar por el fantasma del paciente en análisis en lugar de objeto del fantasma. La transferencia hace semblante de objeto de fantasma de aquello que está analizando para poder operar con eso. Me parece que lo pasivo tiene que ver con eso, con dejarse tomar. Dejar que el discurso lo tome en lo que es la transferencia, en los objetos del paciente y semblantearlo. Dejar de decir, ... me parece que es por esa línea.

Miguel: de cualquier manera la dificultad de este tema me parece que es que hay que borrar todo rastro de voluntarismo en el sentido de ofrecerse a, tampoco se trata de eso. No es una regla técnica, por eso está articulado a la cuestión del discurso. Es un lugar al cual el discurso va a conducir, en todo caso el analista, afirmará,... es difícil encontrar la palabra que corresponde porque quiero borrar todo rastro de sujeto ahí. El analista ahí no está concernido ni siquiera como sujeto analizado. Es un lugar al que el discurso lleva, por eso me gusta la expresión: decir que eso corre.

Efectivamente ese lugar va a tener que ver con el fantasma del analizante, eso que en el seminario, por eso me gustaba recorrer los textos anteriores al seminario, llama el lugar del objeto en el deseo. Ese será el lugar que corresponderá al analista. ...
Me parece que sino se arma como una regla médica y para que por lo menos a mí no se me arme así, trabajo de a poco situando un tema escabroso, complejo, voy situando referencias para que cuando tengamos todas las referencias situadas ahí sí...

Norma Ferrara: En un momento habías hablado de la aversión del objeto a con el semblant y después en otro momento que el objeto a está en el lugar del semblant, y no llego a captar lo primero con lo segundo.

Miguel:- en principio el semblante es del discurso. En segundo lugar, si decimos que el semblant es una articulación de lo simbólico y de lo imaginario... lo real subjetivamente, el objeto a ... hay una oposición entre semblant y objeto porque justamente los objetos quedan del lado de lo real y el semblant no queda del lado de lo real, efectivamente hay una aversión. Porque sino hubiera una aversión, habría un discurso que no sería del semblant, habría un discurso que a través de la articulación entre lo simbólico y lo imaginario se subsumiría a lo real.

En ese sentido podríamos decir que se trata de un lugar el del semblant que por su propia naturaleza tiene aversión por aquella tarea que le está destinada. Por eso cerca, ciñe lo real, son todos modos de decir que no lo cubre completamente y algo se escapa, sino se escapara efectivamente habría un discurso que no sería del semblante.

Alumna:- semblante tiene que ver con velar lo que no hay, lo que falta en la psicosis.

Miguel: ... el delirio es un intento de construir semblant, que dura lo que dura. Lacan comenta... era una mujer que se caracterizaba porque ella decía que tenía la sensación de que no tenía cuerpo, los vestidos caminaban solos. Lo voy a buscar al fragmento. El comentario que hace Lacan es que justamente no hay semblant, no se puede sostener ninguna articulación. El tema de la psicosis plantea el tema del semblant, la manía plantea seriamente el tema del semblant, el autismo ni te cuento, sobre eso me voy a explayar en otro momento.

Ethel:- semblant me cuesta diferenciarlo del concepto de representación en cuanto que vela lo que no hay, objeto perdido. ... Me gustaría que me explicaras un poco más a cerca de eso.

Miguel:- si el semblant fuera una representación efectivamente estaría en el lugar de la cosa, estaría sustituyendo a algo, si lo pensamos en sentido a la represión, a otra representación. Me parece que efectivamente esa no es una categoría que le corresponda, lo que pasa es que en el lenguaje nuestro pareciera relacionarse semblant con algo que está oculto, atrás, por eso lo del arco iris, atrás de los colores no hay nada, no hay algo que los colores ocultarían. En ese sentido no le corresponde la categoría de representación. Por eso yo tomaba el ejemplo de la arquitectura, que lo tomo a partir de un artículo que seguramente habrán leído, apareció hace poco en la revista Ñ de clarín. Es acerca de un arquitecto que plantea sus discrepancias en relación a la cuestión de los monumentos a la memoria. Es una cuestión opinable y los primeros que opinan al respecto son los arquitectos, él se opone a los lugares de sustitución, a que donde hubo muertos halla edificios u obras de arte, se opone a los monumentos. A mí me hacía pensar en esto del semblant porque ahí efectivamente se puede pensar que hay una oposición entre la representación a algo que ya no es del orden de la representación. Nuestra tendencia en general es a la sustitución, más allá de los argumentos éticos, morales. Lo que la arquitectura llama arte negativo tiende justamente a que no sea de ese ... a que sea de otro... a que halla una evocación de eso que ya no está. Suponte, este hombre dice que en relación a la ESMA su opinión primero es que hay que tirar abajo la ESMA y después se corrige un poco. Dice que en principio no es una cuestión sólo del estado sino que todas las partes intervinientes tendrían que discutir que hacer con eso. Él dice que lo que habría que hacer es iluminar el río junto a la ESMA porque el movimiento del agua evocaría a todos esos que fueron tirados al río, que pasaron de la ESMA al río de La Plata. Me parece que ahí no se juega una sustitución, se intenta jugar, uno podría argumentar sobre si eso ha sido perdido o no, algo atinente o lo perdido pero no en términos de sustitución. Además lo traía en el sentido del verbo semblantear. Porque este verbo en su uso habitual, no del psicoanálisis sino de la lengua, tiene esa dimensión de la representación, que se trata de mostrar lo que hay como otra cosa y se trata de descubrir que hay, por eso decía yo tiene la dimensión de lecturas de signos.

Sergio:- Lo que muestra muchas veces es que lo que hay atrás no está.

Miguel.- lleva un tiempo descubrir esto. Lleva un tiempo descubrir lo que quiere esa mujer, lo que descubre es que ella tampoco lo sabe, por eso traía las referencias al creer o creerle que son sutiles diferencias porque no es lo mismo creer en la mujer que creerle, porque ahí se juega la dimensión del semblant. No en relación a la mascarada femenina sino en relación a los cambios de imagen de una mujer.

Me parece que entramos en cierta versión del psicoanálisis donde tal cosa es tal cosa, esto es así y si hay un término que resiste a esta modalidad de pensamiento es el de semblant. Los nudos también pero como aparecen bajo la complicación matemática uno no cree que es problema de uno. El tema del semblant me parece que tiene muchas más vueltas confusas. Además también me gusta, pero trasmitirlo en acto, es acompañar el proceso de Lacan para ver como es que él fue encontrando este término y para qué le sirvió. Empezar por el principio no por el final. Hay cierta idea de que hay que empezar por el final porque el éste es una especie de resumen, de matematización de la experiencia. En cambio a mí me gustaba la idea de ir mostrando los procesos con todas sus complejidades, todas sus oscuridades, todos sus avances y retrocesos.

Geraldine:- vos hablaste de la feminización y el semblante y también de la histeria, el engaño y la mascarada, son muy distintas la histeria y la feminización. También decías que el semblant se articulaba entre lo simbólico y lo imaginario y se articulaba con los nudos y quiero preguntarte si tiene que ver con goce de sentido.

Miguel.- en relación al tema de la feminización, algo traté de anticipar, porque habitualmente se entiende a la feminización como una especie de muletilla, no todo es analista. La posición femenina es no todo, entonces el analista está en la posición no todo, no todo es significante. Lo que pasa es que para mí a ese modo matemático le falta la encarnadura, le falta cómo ubicarlo en la clínica. Lo dice Lacan si yo fuera sicótico sería mejor analista de lo que soy y si fuera mujer también sería mejor analista. Las mujeres que analizan son las mejores cuando no son las peores, también dijo que era un homosexual reprimido. ¿Qué quiere decir eso? Que hay una dimensión de la experiencia atinente al lugar del analista que tiene una dimensión de feminización y el semblant va a ese lugar de lo que no tiene representación, de lo que no tiene imagen, de lo que no se ve, que no es lo que falta. Ese lugar en principio decimos que es un lugar femenino.
Goce de un sentido, un analista que gozara de un sentido transformaría un análisis en interminable, cualquier cosa que diga el paciente es pasible de producir un desciframiento significante. El famoso ejemplo no voy a venir más a análisis. Bueno venga a cuatro sesiones a ver porque no quiere venir más, responde el analista. No es de ese goce al que nos referimos, en este sentido me parece que la posición femenina alude a que el lugar del analista está emparentado con el goce del analista, con un goce que está más allá, justamente de la articulación de lo simbólico y lo imaginario. Un goce que no es fálico, a un goce que no es el goce del sentido, tendríamos que dar alguna vuelta por ahí en la articulación entre el semblante y el goce.

En principio una diferencia para tomarla estrictamente es que hay un distinto término que domina el discurso, en un discurso como el de la histeria el término dominante es el síntoma, en el del analista no es exactamente ése el término. A mí me gusta más lo de territorio porque me permite más fácilmente imaginarme el espacio. Entonces allí se trata de dos dominancias diferentes. Por otra parte hay otra diferencia fundamental que sea lo que sea es una neurosis y no es el lugar de la neurótica el lugar a donde... el analista, tampoco se trata de ocupar como lugar un lugar paralelo u homogéneo al de la neurosis. Por otra parte hay una diferencia fundamental entre el deseo de la neurosis y el deseo del analista, son dos deseos que no se definen en los mismos términos.

Sergio:- Sobre lo que trajo Miguel del arquitecto y todo el debate que se formó alrededor, yo diría ¿Qué se hace con la memoria en relación a determinados hechos políticos? A mí me parece que pone en la escena de la sociedad la neurosis y que en ese sentido los psicoanalistas debemos tomar una posición, yo por lo menos la tomo, donde prefiero tratar de confrontar al sujeto con lo real. Por un lado una cita de Lacan: la estética es el último límite antes que el horror.
Les cuento una experiencia personal, estando por ciertas cuestiones caminando por determinados lugares de Europa, me tocó estar en París en el lugar donde está el monumento a los Maquís, los resistentes franceses, era una simple pared sinuosa con los nombres y que tenía una cierta forma de túnel sin techo, nada más. Por otro lado ustedes conocen el majestuoso monumento al soldado desconocido que está en los campos Eliceos, ese sale en todas las fotos. Por otro lado fui al Pere Lachaise el cementerio de París que es donde libraron sus últimas batallas los comuneros de París y fui hasta donde estuvo la última resistencia de ellos, ahí los fusilaron finalmente. El único monumento es nada más que la pared donde los fusilaron con los nombres. La verdad que cuando posé frente al monumento del soldado desconocido no me pasó nada. Cuando pasé frente al panteón de Bonaparte, en realidad pasé a dos cuadras porque me molestaba tanta ostentación. Cuando pasé por los otros dos lugares me agarró una angustia, unas ganas de llorar que no les cuento.

Cuando se produjo acá lo de la AMIA me llamaron para preguntarme que monumento haría yo en el lugar del edificio que había porque existía toda una discusión interna en el movimiento judío sobre qué hacer. Yo plantee que dejaría el agujero, a lo sumo plantearía un árbol. En lugar de eso, ustedes han visto, que han construido un edificio monumental, hiper moderno. No creo que a nadie ese edificio le recuerde las pérdidas de la AMIA. Lo que yo creo es que tanto al movimiento político, como al Estado, como al movimiento de los derechos humanos (al cual he pertenecido en una época) les resulta insoportable reencontrarse con la pérdida permanentemente. Entonces en realidad lo que se busca es velar la perdida. Uno al ... tiene ganas de volver cada vez que puede pero a ese monumento a los Marquís la verdad no me quedaron ganas de volver pero jamás me lo olvidé.

La próxima vez es entonces taller, les van a hablar los coordinadores o les mandarán un mail para darles la dirección. A las colegas de La Plata que me miran con cara de pregunta a un consultorio que está por Almagro.

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