Clarín, el miércoles 21 de
marzo, publicó un reportaje a éste vivido y experimentado filósofo. Se crió y
desarrolló en el país, probablemente, más católico militante del mundo. Vivió
el desmembramiento de su terruño, Polonia, a manos de las tropas nazis y las
estalinistas. Luego, se asentó en las democracias capitalistas. Utiliza, para
caracterizar antropológica y metafóricamente esta época, el significante sociedad líquida. Por respeto a esa
trayectoria, es un analista social al que vale la pena analizar en sus
conceptos.
Dice de él
Ima
Sanchís periodista del diario español La Vanguardia. “Tirando del hilo de su concepto de modernidad líquida,
que define los rasgos característicos de nuestra época, ha escrito sobre la
vida líquida, el amor líquido, los miedos líquidos.” Bauman, usa todos esos
términos. Una primera pregunta que surge es, si es una buena metáfora. También,
si una sola metáfora puede representar totalmente
a una época de la Cultura. Creo que el reportaje en su diversidad, nos muestra
desde su comienzo, que no.
Transcribo: “¿Cuál es su descubrimiento
más reciente?
Con un pie en la tumba intento hacer balance, y mi constatación es que acabaré donde empecé.
¿Buscando una sociedad perfecta?
Sí, hospitalaria para los seres humanos.”
Con un pie en la tumba intento hacer balance, y mi constatación es que acabaré donde empecé.
¿Buscando una sociedad perfecta?
Sí, hospitalaria para los seres humanos.”
Podemos advertir que a pesar de todas las experiencias
atravesadas, religiosas, marxistas, yugo nazi y estalinista, el ideal de Bauman
será hasta su tumba, el de una humanidad bondadosa. Enternece, pero evidencia
una dificultad muy grande para analizar al objeto humano en sus imposibilidades y contingencias. Sólo haciéndolo, se puede aportar alguna pobre luz
sobre el presente para tratar de hacer posible
un futuro un poco mejor, que la
miserabilidad que no cesa de acuciarnos
como género humano[1].
Ante otras preguntas continúa: “Cuanta más libertad tengamos
menos seguridad, y cuanta más seguridad menos libertad. En la sociedad, la
conquista de libertades nos lleva a una gran cantidad de riesgos e
incertidumbres, y a desear la seguridad. /…/
Sí, conseguimos que no nos atraquen por la calle, que si caemos enfermos
nos atiendan, pero nos volvemos dependientes, subordinados, y eso nos hace
sufrir. Así que volvemos a evolucionar a una mayor libertad.” Observemos la
sabiduría proveniente del análisis de su experiencia en las historias que le
tocó vivir, que expone con simpleza envidiable. Siendo filósofo y no psicoanalista,
capta lo que muchos idealistas utópicos no advierten. Que mientras más servida
encontremos la mesa y la seguridad, menos independencia e iniciativa tendremos.
Fue uno de los hábitos más estupidizantes, que implantó el socialismo real y de
otras maneras, la social democracia en sus diferentes versiones. ¿Esto quiere
decir qué hay que dejar todo cómo está? No. Pero hay que ir elaborando en la
marcha de los acontecimientos sociales, cómo se promueve mejorar las
condiciones de vida de cada uno de nosotros y de nosotros cómo masa, no sólo
económica, social y psicopedagógicamente. Hay que ir probando e inventando,
para tratar de atenuar el efecto que produce sobre los sujetos, su no cesar de
funcionar como parte subordinada o jefaturial en los fenómenos y organizaciones
de masa. Tal vez sorprenda, que incluya a los efectos que se producen sobre los
jefes. Sin embargo es notorio, que los precios los pagan no sólo los esclavos,
sino también los amos. Por supuesto, precios que no se miden en dinero. Así
cómo los integrantes de la masa se tornan dependientes de sus jefes, estos,
pasan a depender de su masa. Si a los primeros los empuja a la esclavitud, el
goce de “qué decidan otros”. A los jefes los empuja la necesidad que no cesa de
escribírseles -es su síntoma gozoso- de que sus masas no dejen de seguirlos. En
consecuencia para mejorar estos rasgos, se trata no sólo de cooperativizar,
sino de estar atento a que en esas formas de lazo social no se pierda también, el
imprescindible giro de discursos que devendrá en pasaje de cada persona por
diferentes lugares[2].
Lo que dependerá también de las cualidades que vaya demostrando. Como dice el
refrán criollo, “en la cancha se ven los pingos”. Para eso es imprescindible
dejar de lado todo asistencialismo, con la excepción de situaciones extremas, y
promover el trabajo deseante de cada quién. En los fines del siglo XIX
comienzos del XX hasta promediarlo, era lo que hacían los sindicatos,
sociedades de fomento, partidos políticos progresistas. Lo hacían, sin estas
elucubraciones analizadoras. Pero producían los efectos referidos, en la
circulación de discursos. La combinación de algunos idearios políticos de
diferente pelaje, con el fenómeno “Alien” televisivo, invirtió lo que ocurría y
fue llevando hacia esto que Bauman llama sociedad líquida. A lo que contribuyeron
tecnologías que potencian comunicaciones virtuales que en una de sus facetas
negativas, también las tienen positivas, propician disgregaciones. Considero
que para calificar lo que está ocurriendo cultural y socialmente, es mejor
nominarlo disgregación, que licuefacción. Lo líquido, según la experiencia de
los vasos comunicantes, tiende a estabilizarse en niveles iguales. Nada más
alejado de lo que está ocurriendo en las sociedades y culturas actuales. Las
diferencias económicas, sociales y culturales se están acentuando, aunque eso
quede encubierto por la multiplicación de objetos electrodomésticos y de juegos
y por la ampliación de la enseñanza primaria, secundaria, de tecnicaturas y
hasta de universidades. Lo dice muy bien
Bauman cuando afirma: “Estamos asustados por la fragilidad y la vacilación de
nuestra situación social, vivimos en la incertidumbre y en la desconfianza en
nuestros políticos e instituciones. Estudiar una carrera ya no se corresponde
con adquirir unas habilidades que serán apreciadas por la sociedad, no es un
esfuerzo que se traduzca en frutos. Toda esta precariedad se expresa en
problemas de identidad, como quién soy yo, qué pasará con mi futuro.” Es lo que
escuchamos habitualmente en nuestros consultorios, y lo que nos enteramos de y por
amigos y familiares. La diferencia con otras épocas está, en que es un fenómeno
que no afecta sólo a capas determinadas de la población, sino que la atraviesa
horizontal, perpendicular y longitudinalmente en todos sus estamentos. Bauman,
a partir de esos registros dice “No se da el tiempo
para que ninguna idea o pacto solidifique. Este enfoque ya forma parte de la
filosofía de vida: hagamos lo que hagamos es de momento, por ahora./…/
Hoy nadie construye catedrales góticas, vivimos más bien en tiendas y moteles.” Creo que por un lado exagera. Quienes forman pareja y se entusiasman con formar una familia, particular y mayoritariamente las mujeres que casi siempre acunan el deseo de hijo, no tienen esa idea de provisoriedad. Aunque luego, distintos devenires desemboquen en diferentes formaciones y desavenencias. Mientras duran los entusiasmos, surgen los planes de casa propia como en otras épocas, o aún más. Pero además. ¿De dónde la idealización de las catedrales góticas y su “para siempre”? ¿Olvida que son monumentos a las matanzas de grandes masas en guerras inter religiosas, llevadas a cabo para el beneficio de los “señores” feudales?
Hoy nadie construye catedrales góticas, vivimos más bien en tiendas y moteles.” Creo que por un lado exagera. Quienes forman pareja y se entusiasman con formar una familia, particular y mayoritariamente las mujeres que casi siempre acunan el deseo de hijo, no tienen esa idea de provisoriedad. Aunque luego, distintos devenires desemboquen en diferentes formaciones y desavenencias. Mientras duran los entusiasmos, surgen los planes de casa propia como en otras épocas, o aún más. Pero además. ¿De dónde la idealización de las catedrales góticas y su “para siempre”? ¿Olvida que son monumentos a las matanzas de grandes masas en guerras inter religiosas, llevadas a cabo para el beneficio de los “señores” feudales?
Continúa: “Objetos y personas
son bienes de consumo, y como tales pierden su utilidad una vez usados.” En
esencia: ¿Alguna vez fue distinto? “La vida líquida conlleva una autocrítica y autocensura
constantes; se alimenta de la insatisfacción del yo consigo mismo.” Mientras no
tome contornos melancolizantes, ¿qué tiene de malo? Por el contrario, puede
llevar a la búsqueda por mejorar.
“La felicidad ha pasado de aspiración para todo el género humano a deseo individual.” ¿Alguna vez fue diferente? Cuándo se ilusionaba o declamaba, “instalar el paraíso en la tierra”[3] ¿no se lo hacía desde el deseo de cada uno? Las “realizaciones” posteriores, lo mostraron acabadamente. “Se trata de una búsqueda impulsada por la insatisfacción en la que el exceso de los bienes de consumo nunca será suficiente.” Otra vez. ¿Alguna vez fue diferente? Lo quisieron ignorar los experimentos comunistas, y así les fue. Las consecuencias en dichos países, lamentablemente, están a la vista.
“La felicidad ha pasado de aspiración para todo el género humano a deseo individual.” ¿Alguna vez fue diferente? Cuándo se ilusionaba o declamaba, “instalar el paraíso en la tierra”[3] ¿no se lo hacía desde el deseo de cada uno? Las “realizaciones” posteriores, lo mostraron acabadamente. “Se trata de una búsqueda impulsada por la insatisfacción en la que el exceso de los bienes de consumo nunca será suficiente.” Otra vez. ¿Alguna vez fue diferente? Lo quisieron ignorar los experimentos comunistas, y así les fue. Las consecuencias en dichos países, lamentablemente, están a la vista.
Continúa así, hasta finalizar con la siguiente
afirmación: “Se resume en hacer que la sociedad sea
más benevolente, menos hostil, más hospitalaria a las opciones más humanas. Una
buena sociedad sería la que hace que las decisiones correctas sean las más
fáciles de tomar” Estuve tentado de poner Amén (así sea), como coronan
las bendiciones los curas. Y decidí ponerlo, porque advertí que discursos como los de Zygmunt Bauman,
formalmente parecido al de Bernardo Klisberg el múltiplemente galardonado por
la ONU, Página 12 y otros “bien
intencionados”, indican que la crisis actual de la Cultura, convoca nuevamente
a las “buenas intenciones” de toda religión. Hayan sido teístas o ateas. El
inconveniente está, en que la experiencia histórica indica, que fueron últimas
formaciones reactivas, antes de grandes descalabros incluidas guerras.
¿Estaremos en alguna antesala así?
[1] Uso las categorías modales, según como las reordenó Lacan en Encore. Pueden ayudarnos mucho, en la
crítica que propongo hacer, para que no resulte destructiva y en cambio
propenda a mejorar el estado de cosas.
[2] Tomo la matematización de discursos que hizo Lacan y algunos de los
que tratamos de continuarlo.
[3] Letra de La Internacional,
cantada por anarquistas, socialistas y comunistas.
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