10-06-2006
Seminario Psicoanálisis Eficaz.
Subversión de los sujetos. O: ¿masas, corporaciones, individuos?
Sergio Rodríguez: Lacan en sus comienzos como maestro, cuando se da cuenta la relación que hay entre la teoría de las representaciones de Freud con la teoría del signo y el significante en Saussure y con la propuesta estructural de Levi-Strauss sobre las relaciones de parentesco, entra a repensar en relación a lo que ya estaba bastante pensado a esa altura en el psicoanálisis, que era lo referente al narcisismo y lo que no estaba desarrollado, que había quedado en los mejores en lo de Freud, la cuestión de lo simbólico. Ahí se tuvo que plantear no sólo el tema del significante, las representaciones, etc. Sino también de cómo eso funciona en relación a los mensajes. Va entonces a la primer teoría de la comunicación, lo que se llamaba la célula básica de la comunicación. Estamos hablando de otras épocas, si ustedes hablaban con un comunicólogo, un semiólogo, actualmente no sostendría esto que les estoy mostrando, pero en esa época era sencillo. Un emisor emite su mensaje hacia un receptor.
MensajeE---------R
La primer modificación que le hizo Lacan a eso fue decir: sí, señores, pero ocurre que ese receptor entiende de alguna manera lo que emitió el emisor y por lo tanto el mensaje queda constituido no sólo por lo que emite el emisor sino por como lo significa el receptor.
MensajeE-----------R
Ahí se le empiezan a armar una serie de cuestiones a Lacan que a través de los años ustedes las van a ir observando en las modificaciones de los significantes que fue utilizando. En los comienzos, por ejemplo en los primeros seminarios, él va a hablar de emisor y receptor. En determinado momento va a hablar de lugar del código. Después en La subversión del sujeto se va a corregir y va a decir no, el lugar del código no, porque si fuera así hubiera quedado reducida la comunicación entre los humanos a lo imaginario. Habría códigos donde a tal palabra correspondería tal significado y ya está. Entonces nomina al lugar del Otro como del tesoro de los significantes. Lo mismo le pasa con la cuestión del emisor donde él termina desembocando en plantear en vez de emisor agente. Lo cual no es pequeña cuestión, no lo voy a desplegar porque si no recuerdo mal lo desplegué bastante en las primeras clases. A esa altura además está empezando a conjeturar hasta desembocar en articular de un modo determinado a los tres registros. Hasta ese momento él hablaba de los tres registros sostenía la primacía de lo simbólico. Pero a esa altura capta que en realidad hay una equivalencia entre los tres registros. No hay un registro “mejor” que el otro, no hay un registro prevalente sobre el otro. Todos equivalen entre sí. Entonces ¿todo es lo mismo? Me guío no por una explicación que haya dado Lacan, sino por lo que sostuvo hasta su final. Él hablaba de equivalencia de los tres registros, pero hasta el final sostuvo la primacía del significante. Hasta los últimos seminarios siguió hablando de la primacía del significante. Me hizo pensar. El significante es del orden de lo simbólico y él dice que hay equivalencia entre los tres, ¿Cómo es esa cuestión? esto tampoco lo pensé yo por mi cuenta. Me ayudó a pensarlo en las últimas veces que nos vimos, lamentablemente después las cuestiones de la política psicoanalítica nos separaron y lamentablemente él después se murió, Javier Aramburu. Después de una charla que yo había dado en la Freudiana de Buenos Aires centrando la cuestión en que la base fundamental es el significante, etc. etc. en una charla de café él me dijo: lo que a vos no se te ocurre pensar es que el significante tiene tres efectos. Un efecto de sinsentido si no hay al menos otro, un efecto de sentido si hay al menos otro y un efecto de lo que queda por fuera del sentido se diga lo que se diga. Ahí tenés el objeto a como resto. Me di cuenta que tenía razón. Fíjense entonces que Lacan va a plantear el nudo Borromeo bastante más adelante en su investigación, en el 74, donde articula de un modo particular el anudamiento con una propiedad fundamental que es que si se desata una de las arandelas se desatan las otras.
Si tengo un nudo olímpico, que es el escudo de la bandera olímpica.
En él, si suelto una de las arandelas, las otras dos quedan ligadas. Esto que parece una pequeña cosa no es pequeña, porque en el trabajo nuestro con nuestros pacientes y si lo pensamos en relación a nosotros mismos inclusive, si se nos suelta una de las arandelas, -simbólica, imaginaria o real, les puedo asegurar que se viene un lío descomunal. Se podrá resolver de una manera o de otra, pero tienen asegurado un lío descomunal.
A Lacan se le ocurrió plantear lo del nudo Borromeo, ya que hacía tiempo que venía buscando figuras topológicas que le permitieran salir de las figuras planas. En una noche de vinos, se le aclararon las cosas. Como suele ocurrir, no hay nada mejor que el vino para producir ciencia. Había ido a cenar a la casa de unos aristócratas parisinos descendientes de la familia de los Borromeos en las épocas del feudalismo. Tenían en su gran comedor el blasón de los Borromeos, y en el blasón, había dibujado un nudo Borromeo. Lacan se encontró con eso, le resultó interesante y la hija de los dueños de casa le contó de qué se trataba. Lacan fue al otro día al seminario y les habló a sus muchachos del nudo Borromeo. A esta altura hay un montón que se han especializado, hacen viajes internacionales y otro montón de cosas con el nudo Borromeo. Pero la verdad, que yo sepa, mucho más de ahí no se pudo ir. Lacan dijo inclusive: ustedes se darán cuenta que yo de lo real hice una línea recta o sea que no se cierra, y cualquiera que sepa geometría sabe que las líneas rectas se cierran porque no pueden tener otra forma que la comba del universo. Es interesante porque lo que eso plantea, es qué lo obsesionó hasta los últimos días de su vida ¿Cómo hacer para encontrar un verdadero agujero? Se que acá hay algunos que han estado últimamente con un topólogo tratando de enterarse que es un agujero en topología. Lacan llegó hasta el final de sus días diciendo que buscaba el verdadero agujero y no lo encontraba. Creo que Lacan lo que buscaba era tratar de mostrar la castración, porque la topología en psicoanálisis sirve para mostrar. Este es el punto nuevo del psicoanálisis. Freud planteó con toda razón lo del descentramiento y la subsiguiente herida narcisista. Él produjo un nuevo descentramiento, pero a mi modo de entender, el descentramiento que produjo el psicoanálisis no es tanto por el descubrimiento de la sexualidad infantil sino por el descubrimiento de la castración. Que empezó por el lado de lo que charlábamos con respecto a Juanito. Empezó por el lado absolutamente imaginario, porque no es que los hombres tienen y las mujeres no tienen. Los hombres tienen pene y las mujeres tienen vagina, pero para el inconsciente los hombres tienen pene y las mujeres no tienen, habría quienes no tienen nada. Lacan lleva las cosas mucho más allá, inclusive para alguna feminista que pueda haber entre ustedes y que suponga que Lacan era tan machista como Freud, Lacan dice que la castración está instalada en el lenguaje. Al estar instalada en el lenguaje, está instalada en la Cultura. La castración nos afecta a todos. La castración es la paradoja en acto ya que como único universal que se pueda plantear verdaderamente, niega la existencia de lo universal. O sea, la castración es un universal que dice: no existe lo universal. Los psicoanalistas y los seres parlantes en general, nos la tenemos que arreglar con eso. Antes de la llegada de Lacan, los psicoanalistas contaban sus casos clínicos, hacían sus observaciones, sus conjeturas y luego trataban de hacer teorías con eso. Con lo cual el psicoanálisis se llenó de teorías que se contraponían unas con otras. Sin embargo cuando se los leía se encontraba que tenían muchas cosas en común y que tenían razón en cuanto a tal debate o tal otro. Pero era muy difícil hacer algo con eso, que no fuera empaparse y que después eso le funcionara a uno en el trabajo clínico. Creo que la obsesión de Lacan por la formalización, fue porque eso le permitió presentar generalizaciones, (no es lo mismo que universalizaciones, lo general se confronta con lo particular y lo universal con lo singular) que no dejen a la gente apegada imaginariamente a determinados significados. O sea generalizaciones que al mismo tiempo que permiten entendernos entre nosotros sobre que hay una serie de generales de la ley que nos implican a muchos, no evite que cada uno de nosotros sea tratado en su singularidad. Ese es el gran mérito de toda esa “locura” que nos plantea Lacan. No toda esa locura que puse en el pizarrón es de Lacan, hay parte de esa locura que es mía. Son tres matemas, el resto son de él, además de sus nudos y un gráfico de Freud.
Esto como introducción para que ustedes se den cuenta que estas cosas tienen una importancia práctica, clínica, de primera dimensión. Cuando se los explica como enunciados generales y no se explica todo esto, la gente piensa: -me están llenando la cabeza con un montón de cosas que no entiendo y que no entiendo además para que me las explican. No sirven para nada. Pierden de vista, que justamente para lo que sirven, es para ir evaluando la práctica que uno va produciendo. Ir retrosignificando, ir corrigiendo, ir mejorando, ir terminando, ir llevando adelante los análisis. El amigo Freud que no tuvo la suerte de haber leído a Saussure y menos de haber conocido o leído a Levi-Strauss, se las tuvo que arreglar solito el pobre, inventó la teoría de las representaciones sobre la que ya he hablado en otra clase. Ahí ustedes pueden hacer, por lo menos mínimamente para entendernos ahora, una equivalencia entre representación cosa que no es lo mismo que la cosa, representación palabra y representación objeto. La representación objeto, decía Freud, es la que articula la representación cosa y la representación palabra. Dicho de otra manera, si yo digo árbol, árbol es la representación palabra, el dibujito del árbol es la representación cosa. Si yo articulo la palabra con el dibujito, entonces obtengo la representación objeto. Es muy parecido a la teoría del signo en Saussure. Freud llega hasta ahí. Saussure y los que lo siguieron, especialmente Jacobson, con el trabajo que él hace sobre afasias que en parte está apoyado en un viejo trabajo de Freud también sobre afasias, pueden pescar la cuestión del significante funcionando en discurso. Se lo dejan servido a Lacan, para que empiece apoyándose en eso. Ahí también hay toda una historia de Lacan. Primero, está pegado primero a la definición saussureana de significante. Recién en 1964 en Los cuatro conceptos del psicoanálisis él pasa a decir que “un significante es lo que representa a un sujeto para otro significante”. Ahí se abre de Saussure, pero se abre no porque lo critique. Hay cosas muy curiosas. Por ejemplo, el diccionario que probablemente es uno de los mejores diccionarios de lingüística, el de Ducrow y Todoroff tiene todo un apartado que debe ser un sexto del diccionario, dedicado a Lacan. Porque los lingüistas lo tomaban para la lingüística. Lacan en una serie de países como por ejemplo Estados Unidos, ha entrado en los lingüistas y no tanto en psicoanalistas. Colegas me contaban que, curiosamente, algo de eso pasa también en Brasil, Chile, etc.
Freud contaba con su teoría de las representaciones en función de las inconscientes y de las concientes pre concientes para desarrollar su teoría relacionando deseo y goce al que Freud lo nombró pero quedándole muy cercano, solamente al placer. Tal es así que cuando habló de pulsión de muerte, él la habló, como más allá del principio del placer. No encontró un nombre para designar eso que queda más allá del principio del placer. En medio de ese barullo, Freud estaba tranquilo atendiendo en su consultorio, cuando las tropas alemanas se van a “liberar” a Europa en 1914. Fue a despedirlas, contento. Le mataron un hijo en ella, la guerra se muestra en todo su desastre, entonces, se le da vuelta la cabeza. En medio de eso, no mucho tiempo después se muere también una de sus hijas queridas. Entra a repensar la cuestión. Estamos alrededor de 1920, dos años después de la guerra, él ya escribió lo siniestro, escribió Más allá del principio de placer y empezó a observar dos fenómenos: el comunismo instalado en la Unión Soviética y el nazismo instalado en Alemania. Empieza a observar el ascenso de esos fenómenos de masa. Para nosotros hoy, son medio impensables. Serían medio comparables con el fundamentalismo islámico, pero habría que hacer un gran esfuerzo para hacer esa comparación. En esa época el mundo estaba dividido entre esos dos polos y en el medio estaban las naciones democráticas que tampoco eran demasiado respetables, porque eran las que habían conquistado gran parte de Asia, de África y de la misma Europa y transformado a un montón de países en sus colonias. Me estoy refiriendo a los señores ingleses especialmente y a los señores franceses. En medio de eso a Freud se le ocurre estudiar la psicología de las masas. Lo está haciendo porque le pica el traste, porque a él se le viene encima el nazismo. Como está centrado en eso, arma este gráfico.
Lacan dijo que no tenía nada que agregarle ni quitarle a ese gráfico, porque explicita perfectamente la psicología de las masas. Después va a decir otras cosas ¿Qué podemos decir nosotros sobre eso? Podemos decir que el gráfico está absolutamente estructurado, como ustedes ven, en las relaciones entre un objeto exterior, el objeto otro del Yo y el ideal del Yo. Freud dice que los Yo depositan el ideal en el objeto exterior, se identifican entre ellos vía identificarse a ese objeto exterior en el cual han depositado el ideal y eso recae sobre el ideal de ellos, produciendo una identificación también en el terreno de los ideales del Yo. De eso estábamos hablando al terminar la clase anterior. Eso explica esos cambios tan radicales a veces, en los ideales del Yo y que aparecen como inexplicables. Pasar de no matarás a tu obligación es matar, no es sencillo de explicar, pero se lo puede entender desde esa base.
Creo que Lacan dice que no tiene nada que agregar ni quitar a esoporque además Freud no sé si a conciencia o porque funcionó su inconsciente, a ese trabajo y a ese gráfico lo llamó psicología de las masas. Fíjense que no lo llamó psicoanálisis de las masas, lo dejó en el terreno de la psicología y tiene razón. ¿Por qué? Porque ahí Freud está analizando la cuestión en función de la identificación. Lacan, que retoma ese trabajo en La proposición del 9 de octubre de 1967 que pivotea sobre el tema del pase, de la organización de la Escuela, etc., desde el punto de vista conceptual va a desplegar la problemática de la transferencia. En ese trabajo aparece el último gráfico que lanzó acerca de la transferencia.
Fíjense que la barra termina antes de Sc, después vamos a volver sobre eso pero se los hago notar para que lo vayan teniendo en cuenta.
Ahí es donde él plantea lo que yo les recordaba en la clase anterior, la transferencia como transferencia a quien se le supone que va a saber hacer con lo que a uno lo afecta. Ahí dice que eso es, con lo que tiene que ver el amor. El amor surge de lo que nos falta. De ahí, ese aforismo de Lacan: dar lo que no se tiene a aquel que no lo es. Es muy importante porque solemos suponer que nos atrae, la belleza, la inteligencia, etc. del otro. Pero en verdad lo que nos atrae es lo que a nosotros nos falta que suponemos que el otro lo tiene. Pero que por supuesto, el otro tampoco lo tiene ni lo es. Al otro, le pasa lo mismo. Ahí está lo real que instala el amor. Justamente por lo que decíamos antes de que nada se instala si no es en los tres registros, eso va a tener una recubierta imaginaria que es esa belleza del otro, la inteligencia, la plata, lo que fuera que le toque a cada uno. Luego si hay suerte, va a entrar en funcionamiento lo simbólico. Obviamente el enamoramiento dura x tiempo, más, menos y con una característica interesante, en Psicología de las masas y análisis del Yo Freud cuando analiza el enamoramiento adolescente dice al pasar: ese estado de psicosis transitoria, y sigue hablando. Tiene razón, porque el enamoramiento es la paranoia, nada más que es una paranoia amante. Cuando eso cae, lo simbólico debe entrar a funcionar, sino lo que cae es la pareja. Si funciona, la pareja subsistirá o no de acuerdo al efecto que las significaciones vayan produciendo en esa relación entre los respectivos nudos. Ricardo Estacolchic lo hubiera llamado también, “engarces fantasmáticos”.
Otra cosa interesante de esto que les hago notar, y que después lo tomaremos mejor, es que en el nudo, en ningún lugar aparece el sujeto. Lo que en cambio no va a dejar de estar es el objeto a, como él dice, atrapado en el centro del nudo. Fíjense la palabra que usa. A mí modo de ver lo que nos transmite es que no somos nada más que objeto, todos los que estamos acá, afuera y en todos lados, no somos más que objeto. El sujeto es un efecto evanescente del deslizamiento de la cadena de cadenudos, diría ahora saliéndome de la Instancia a la letra en el Inconsciente[1] y yendo a utilizar productivamente la topología del nudo Borromeo, el sujeto aparece y desaparece. No es el sujeto de la filosofía ni de la psicología. No somos capaces de sujetar nada, somos sujetos en tanto sujetados, como decía en los comienzos de su enseñanza Lacan, antes de arribar a la cuestión del nudo.
Esto nos lleva a otro tema que también es un tema muy en discusión en el psicoanálisis. Hay muchos colegas que plantean que la transferencia se da sólo en las condiciones que plantea el análisis. No es así, no hay relación entre seres humanos que no se soporte en transferencias. Los comunicólogos en ese sentido, los más primitivos ya entendían más que estos colegas. Lacan va a armar ese esquema donde el significante de la transferencia que es el significante que como representación de la falta que lo lleva al consultorio al consultante, se transmite a través de enunciados y enunciaciones del consultante. No es: vengo acá porque no aguanto más a la bruja que tengo en casa, eso es un enunciado pero cuando uno escucha un largo rato tal vez capta que ese hombre en todas sus repeticiones se ha encontrado con una bruja. Entonces uno se pregunta ¿qué hay de bruja en este hombre? Ese el significante de la transferencia, representa la carencia que está originando la ida de él a ese consultorio. Se dirige a un significante cualquiera, verdaderamente, porque por más recomendaciones y por más que le hayan hablado del analista es un significante cualquiera ese analista. Lacan dice: es un significante cualquiera que no es cualquier significante. Eso también es cierto porque al mismo tiempo justamente por que fue recubierto de representaciones previas y por estar encarnado en esa persona que va a funcionar de algún modo que no va a ser cualquiera, funcionamiento que va a tener que ver con esa persona. Recuerden la clase anterior y el padre de Juanito funcionando de analista y Freud trabajando como analista con el padre de Juanito. Ven que hay una cantidad de cosas muy diferentes que van apareciendo según quien esté en ese lugar. Esto es muy importante.
Una discusión fuerte que hubo en el psicoanálisis se relacionó conque en todo un período del psicoanálisis se consideraba al analista como “observador no participante”. Encajaba con el neopositivismo de esa época, estamos hablando la década del 50. Los kleinianos mismos se dividieron en dos sectores, los que tomaban la contra transferencia y los que decían que la contra transferencia había que dejarla afuera. Los que tomaban la contra transferencia a su vez se vuelven a dividir en dos sectores, los que toman la contra transferencia como una información unívoca de código y los que toman la contra transferencia para preguntarse que está pasando en ese análisis, que le está pasando al analizante y al analista. Me acuerdo de haber ido a supervisiones, hablar de determinado paciente y que por ahí me preguntaran -¿cómo te sentiste? -La verdad que me angustié con ese paciente. -no ves? Es un perverso que te está inyectando la angustia. Yo lo conocía al pobre hombre, no era nada tan terrible ¿Por qué así? Completamente distinto a ¿Por qué me estoy angustiando en esta circunstancia? El psicoanálisis como práctica se ejerce entre significantes y el Inconsciente produce ahí, entre. El inconsciente de alguien no va a producir del mismo modo conmigo que, podría decirles para jaranear un rato, con Fernando Ulloa. Va a haber diferencias. Simplemente con que ustedes observen ahora en los talleres que están trabajando, las observaciones que se van haciendo sobre los casos, se van a dar cuenta que cada uno hace intervenciones en momentos diferentes del relato del caso, con respecto a escenas diferentes del mismo relato. Si uno saca un resumen, al final se da cuenta que más o menos todos acertaron el vizcachaso en cuanto al desarrollo de esa sesión. Fueron para el mismo lado pero desde diferentes lugares. Si hubieran intervenido en la sesión también hubieran intervenido desde diferentes lugares y se hubieran producido ciertos movimientos en el desarrollo de la sesión que no hubiera sido iguales a como la llevó tal o cual. Se que eso pone nervioso porque a uno le resultaría más fácil decir: no, el psicoanálisis es una ciencia exacta y por lo tanto todo tiene que ser rigurosamente igual. Si yo mezclo aceite y vinagre no se pueden combinar y entonces nos quedamos todos tranquilos, pero no es así. Pichón Riviere lo decía de una manera más divertida, decía: en un psicoanálisis siempre hay tres, el analista, el analizante y el que está abajo del diván. Lacan va haciendo un camino complejo porque en los comunicólogos, aún en los actuales, la cuestión no sale de locutor - locutario, emisor- receptor, todas esas variantes. Lacan en cambio cuando se decide a escribir con formas de matemática, aunque no sea matemática, los discursos hace un agregado, que entre los semiólogos y los lingüistas no entra, que es el lugar de la verdad y el lugar del producto. Además va a cambiar y en lugar de emisor va a poner agente y en lugar de receptor va a poner otro.
Agente otro
Verdad Producto
Va a agregar más adelante que el lugar del agente es siempre un lugar de apariencia, o sea que quiere precisar el concepto cuando lo llama así. Efectivamente yo me puedo creer hoy que soy el agente de esta reunión, es un lugar de apariencia. Acá lo que está pasando por la cabeza de ustedes yo no tengo la menor idea, después vendrán preguntas, comentarios, seguramente aparecerán matices, cosas donde yo me vea obligado a aclarar o a apoyar o a decir sí, en realidad lo pensaste más allá que yo.
La palabrita agente se las trae, no es cualquier palabra la que puso ahí. Poner otro en vez de receptor también, porque ya no está prejuzgando sobre que el otro recibe, al otro le puede rebotar. Piensen ustedes vuestras discusiones de pareja ¿Cuántas veces fue receptor el otro de lo que ustedes dijeron? Pocas, muy pocas. Lo otro que él va a sacar como idea, es que la verdad de cada discurso es siempre la que sostiene al agente, no es la del otro. El otro queda subsumido en las relaciones de discurso. Lo que va a estar sosteniendo al discurso como supuesta verdad, porque además él va a aclarar que es imposible llegar a la verdad toda, a lo sumo se llega a las medio verdades, la verdad se dice a medias, pero es la del agente. El que va a producir es el otro y el que depende es el agente, porque si el otro no recoge la indicación o la observación o el planteo o la conjetura del agente, lo que va a producir no va a tener nada que ver con lo que el agente buscaba que se produzca. Primer movimiento, sé que hay algunos de ustedes que están estudiando el seminario XVII, van a ver ahí que empieza planteando así (sin flechas) la relación entre los lugares, recién en Radiofonía Miller lo va a complicar a mí modo de ver bien, pero como toda complicación justamente por el efecto de la castración deja sus complicaciones afuera, con la cuestión de las flechas que indican el sentido de los discursos por un lado pero que al mismo tiempo indican que la verdad sostiene al agente, que el otro produce y que el discurso va en esa relación. Pero al cruzar las otras dos flechas va a plantear como la verdad del agente va a influir sobre el otro y como del producto del otro se va a apropiar el agente. En cualquiera de los discursos hasta que escribe el matema del discurso del capitalista. Esto no sé si ya se lo conté a ustedes porque son cosas que digo tantas veces que ya no sé cuando me repito, cuando no. Es un discurso que matematiza una sola vez en su vida que es en 1972 en una clase que le da a italianos en Milán, es decir que él tiene que irse fuera de París para animarse a largarse a eso. Él, primero, fue muy rotundo y decía que los lugares son siempre los mismos y giran las letras o sino que tendrían que ser las letras siempre las mismas y girar los lugares que están esos cuatro discursos. En El saber del psicoanalista da fundamentaciones, dice cosas interesantes como que lo más importante es encontrar el discurso que se va a “matematizar” circulando en la sociedad. Él había quedado encanutado en esos cuatro discursos. Cuando va a Milán, Milán estaba ardiendo todavía de luchas estudiantiles y él escribe el discurso del capitalista que vamos a ver que tiene una serie de cosas interesantes.
$ S2
S1 a
La primera, es que hace volar la flecha superior. Por supuesto invierte, pasa al lugar del agente a lo que sería la escisión del sujeto, o sea el sujeto como carencia y pone en el lugar de la verdad a lo que representa al amo. Pero lo pone de una manera que al hacer que la flecha vaya hacia abajo en vez de hacia arriba, le quita el valor de que la verdad está sosteniendo al agente, ¿qué está haciendo esa flecha ahí? A partir de ahí, ya empiezan las interpretaciones. Se han ocupado de estos discursos cuatro o cinco lacanianos en el mundo entre ellos, uno he sido yo. Cada uno lo ha interpretado de maneras diferentes, algunas concordantes, es interesante leerlos a todos y ver. El más taxativo fue Alemann de la Asociación mundial de psicoanálisis, actual agregado cultural en España. Dice que si no está esa flecha, no hay circulación discursiva. Si no hay circulación discursiva sería el discurso de la perversión. Es una simplificación, porque la circulación discursiva depende no de que haya o no flecha, sino de cuando lo real hace fracasar a un discurso. Lacan dice que el cambio de discurso es el signo del amor. Es interesante porque entonces si el amor, si es cierto lo que les decía antes que dice Lacan, tiene que ver absolutamente con una carencia, es cuando un discurso entra en carencia que aparece el signo significando algo para alguien. Ahí se empieza a producir el giro por lo tanto no depende de la flechita, todo discurso va a fracasar.
No hicieron falta muchos años, para mostrar como este discurso del capitalista también está fracasando. Es el discurso de lo que en cierto momento se llamó neoliberalismo.
¿Qué hace la flecha para abajo? A mí me deja la cabeza tocada, me cuesta entenderlo. Lo que si puedo entender, se los cuento y se van a dar cuenta enseguida la importancia que tiene, es que la no aparición de la flecha horizontal arriba, representa la desaparición de la relación directa entre el agente y el otro. ¿Sigue habiendo relaciones entre el agente y el otro? Sí, desde la verdad del lado del agente al saber del otro y desde la producción que se mantiene a la apropiación de la misma por la escisión del sujeto en el lugar del agente, pero deja de haber relación directa. A mí lo que me sorprende es que se le haya ocurrido esto a Lacan en el 72. Da pocas argumentaciones, da pronósticos, cosa rara en él. Dice que el discurso del capitalista (es la época en que la sociedad de consumo era el ideal en Europa y en Estados Unidos) dice que consuma y consume y que va a consumirse, reventar. No dice mucho más que eso. Está ocurriendo, no hay lugar a dudas. Lo que no da es una explicación de porque propone ese cambio de letras, esa liquidación de una flecha, ese cambio de flechas, etc. Lo que puedo leer por lo que ocurrió después en la década del 80 y el 90 es que pasó a tomar, en ese período, la hegemonía de la economía mundial el capital financiero. Cuando digo capital financiero no piensen simplemente en los bancos o en los prestamistas, piensen en un tipo de capital cuyo ejemplo más gráfico en la Argentina fue el de Yabrán en su momento y actualmente la corporación Excell. Su trabajo es comprar grandes unidades de producción en declive, reciclarlas y venderlas por precios mayores. Entonces el capitalista deja de ser el capitalista de la burguesía de la modernidad donde producía tal tipo de productos y su orgullo era si su fábrica no sólo le producía tal relación costo-beneficio y tanta cantidad de ganancia, sino si tenía la mejor marca de auto del momento, supónganse la Ferrari, o la gabardina inglesa en el terreno de las telas, o cuantas cosas así. O sea no estaba solamente la relación con el dinero que, como dice Lacan en La carta robada, es el significante que mata todas las significaciones. Efectivamente, el dinero como tal, a secas, no le da significación a nada. Es al revés, los otros significantes pueden darle alguna significación al dinero. Pero si los otros significantes desaparecen del juego, si a mí deja de interesarme que tipo de producto produzco y lo único que me interesa es que ganancia obtengo, queda en el lugar del agente un puro corte, un significante sin sentido. Eso es terrible, porque como la psicología de las masas sigue funcionando, lo que se produce es una identificación al puro corte y esa identificación al puro corte, al absoluto sin sentido, es la causa fundamental en este momento del desarrollo de las drogadicciones en el mundo y de la delincuencia sin códigos. Fíjense que el crecimiento, el gran desarrollo de la drogadicción es un fenómeno mundial, no es sólo argentino, es más, acá llegó tardíamente. Cuando aquellos que proponen puramente la abstinencia, le sacan la droga al drogadicto, lo vuelven loco. En el mejor de los casos los tipos denuncian a los gritos una sensación de vacío terrible, los que no, se hacen cargo de su propia psicosis y hacen esquizofrenias o paranoias o lo que fuera. Cuando Lacan escribió ese discurso, dándose cuenta o no, preanunció, lo que lamentablemente estamos viviendo, una sociedad que va cada vez más a la disgregación y a un puro goce sin sentido. Al ser un puro goce sin sentido, -volvemos al nudo-, es el goce del Otro que no debería haber. No es goce fálico, que juega entre lo simbólico y lo real, por ejemplo el goce del investigador, el de nosotros los psicoanalistas que Lacan se burlonamente dice que es el goce del pajero. Sí, pero el goce del pajero se limita ahí. El goce del Otro que no debería haber, el que se establece entre lo real y lo imaginario, es ese goce venido desde otro lugar, que se impone y que en el psicótico aparece como alucinación o en el drogadicto, no digo consumidor ocasional ni consumidor de fin de semana ni consumidor social, en el drogadicto: aparece como la imposibilidad de liberarse del goce del tóxico. Ni que decir que a esta altura podríamos agregar varios otros, como algunas relaciones con Internet, con la televisión, adicciones al trabajo, etc. Lo interesante a preguntarse es ¿qué está pasando que la adicción en sus diversas formas está tomando la dimensión que está tomando en el mundo y qué está pasando que lo que llega al consultorio en vez de ser las histerias y las neurosis obsesivas de los fines del siglos XIX y principios de XX son las esquizofrenias, las paranoias, las melancolías, las depresiones etc.? Lo que está pasando señores, creo que está ligado a la hegemonía y presión del discurso del capitalista. Tomó predominancia durante, por suerte, veintipico de años nada más porque por lo menos ha empezado a encontrar su talón de Aquiles con América del sur, en algunos países europeos, y con lo que está pasando en Estados Unidos mismo, con la acumulación de deuda externa, deslocalización de industrias y necesidad de atraer capital financiero. Aunque no sabemos lo que va a pasar porque ahora aumentan las tasas de interés los norteamericanos, aumentan las tasas de interés los europeos también, y muchachos empecemos a hamacarnos otra vez, porque empezó de nuevo algún bolonqui. Fíjense por que lado empieza otra vez, por el lado del capital financiero y el aumento de tasas.
El problema es quien se queda con el dinero, porque ellos aumentan las tasas para que los capitales se vuelvan a reinvertir no en industrias norteamericanas o europeas sino en los bancos de ellos. Las industrias al revés, se están yendo a los países marginales como el nuestro, o como los del sureste asiático, porque es donde la mano de obra les resulta sumamente barata.
No les recorrí todos los discursos porque sino los mataría, pero por lo menos les hice este medio recorrido, donde lo que les quería mostrar es este lodazal donde siempre patinamos los psicoanalistas y no hay otra posibilidad de que ocurra eso. Patinamos entre la psicología de las masas y el análisis singular del ser parlante para que devenga lo más posible en sujeto, en sus relaciones de objeto. Por lo menos tratar de mostrarles que estas “porquerías” que armó Lacan no son sin valor. Es otra cosa que les va a ocurrir, pueden leer muchos libros de lacanianos que lo han dejado de lado, inclusive hacen ostentación de que ellos dejan de lado las formulitas y esas boludeces como si fuera una gran virtud. Creo que lo que les está pasando, es lo que les pasó a los posfreudianos cuando dejaron de lado la teoría del inconsciente como el eje del psicoanálisis.
Esta cuestión de que el agente no es más que agente y no puede ser otra cosa que apariencia de agente tiene que ver con que en verdad, la libertad del agente tiene los límites de la estructura en la que opera. En ese sentido no es más que agente.
Roberto Vechiarelli: respecto de los discursos, no sé si lo expusiste ahí pero creo que sí, el discurso de universitario, es un discurso que parte de un saber. El saber está en el lugar de agente. El amo está en el lugar de la verdad, trabaja sobre un objeto y produce una división, da un producto de división subjetiva.
S2 a
S1 $
Me estaba acordando de cuando hablamos tantas veces de porque fracasó el ideal de algunos posfreudianos o algunos analistas de la primera mitad del siglo pasado de encuadrar el análisis dentro del modelo científico. Si vamos a tener siempre en cuenta la singularidad de cada caso y no hay universales (lo que digo va a parecer un chiste entre nosotros) no hay manera en psicoanálisis de hacer como en ciencia al estilo kantiano, juicios a priori. No hay manera de hacer juicios que siendo sintéticos, reuniendo datos de la experiencia, puedan tener carácter de universalidad.
Sergio Rodríguez: exactamente, tan es así que curiosamente algunos científicos, tengo un amigo que su obsesión es la divulgación científica y es muy buen divulgador científico, insiste mucho en el tema de la cientificidad. Yo le digo, pero si me hubieras discutido eso hasta el ochenta, me lo podías discutir con más razón lógica. Pero después de los noventa donde los grandes paradigmas científicos de las ciencias duras cayeron, donde por ejemplo la propia teoría de la relatividad está siendo puesta en cuestión, no tiene lógica. Lo que vos decís es así, justamente porque al estar castrado el lenguaje sólo a posteriori se puede saber que se dijo, desde el último punto. Eso es puesto nuevamente a prueba. Ese es el gran golpe de visión que tuvo Lacan y eso es lo que hace que Lacan diga que se habla antes de pensar. Más de uno de ustedes que son pacientes míos saben que más de una vez digo: ves, ahora que te lo dije en vos alta me doy cuenta de tal cosa. Es así. Es absolutamente imposible, prveer, ni aún tema por tema.
Adriana Lambruschini: te voy a hacer una pregunta para quedar como la tonta del barrio y vos sabés que eso de los dibujos, lo matemas, me complica la vida.
Sergio Rodríguez: las tontas del barrio suelen ser las que más complican la vida. (Risas)
A.L.: la última parte no te entendí, cuando vos decís esto del dinero no lo entendí. Cuando dijiste adicciones hablabas de consumo ¿no?
Sergio Rodríguez: sí
A.L.: entonces ¿el dinero ahí queda como representante del agente siendo el agente? ¿Se entiende?
Sergio Rodríguez: lo que pasa es que este discurso capitalista, es el hegemónico, en lo que hegemoniza al conjunto de la sociedad. El adicto justamente es el producto de ese discurso, no es el agente del discurso ni tampoco es el discurso como tal. El adicto es el resto.
$ S2
S1 a (adicto)
Es más, productos hay muchos y de eso se encarga Lacan de explicarlo más de una vez, una cosa es una mercancía como producto y otra cosa es lo que los cartoneros buscan en el fondo de nuestro tacho de basura como producto, que es un desecho transformado luego en mercancía. Ambos son productos, pero mientras unos son de una determinada jerarquía digamos así, otros son nada más que desechos. En ese sentido los drogadictos y los adictos en general son el desecho, a mí modo de ver, del discurso capitalista.
Alejandro Del Carril: me estaba acordando justo de un paciente que es adicto y está tratando de zafar un poco y la relación con el dinero. El tipo tiene mucha suerte para conseguir buenos trabajos y ha ganado bastante plata, vivió en el extranjero y demás. Una de las cosas que aparece es que él no soporta tener dinero. El tipo recibe el dinero y automáticamente lo tiene que gastar y una de las cosas en que lo gastaba era en las drogas. Pensaba, ahí no funciona el dinero como significante, uno podría decir, no circula ni puede remitir a distintas significaciones o sea para comprar distintas cosas ni tampoco retenerlo. Lo que aparece es como si lo convirtiera rápidamente en positivisaciones del objeto a para tapar justamente esa barradura del sujeto que implicaría si el dinero empezara a funcionar como significante.
Sergio Rodríguez: yo les recuerdo que el parrafito donde Lacan plantea, en el seminario de la carta robada, que el dinero es el significante que mata todas las significaciones, él lo plantea en relación a que Dupin le cobra a la reina por sus servicios. Y Lacan dice: así como nosotros los psicoanalistas les cobramos a nuestros pacientes por nuestros servicios. Es también, para quedar por fuera de todo circuito de significación. Lo hice por dinero, que es distinto a lo hice por amor o a lo hice por sumisión a usted señora reina o lo que fuera. No sé si se acuerdan que además la carta robada feminizaba a aquel del lado del cual, quedaba la carta. Dupin toma la carta y rápidamente se la da a su destinataria y le cobra por eso. En ese sentido es que dice que el dinero mata todas las significaciones, uno podría agregar afectivas, y sólo toma significación en tanto se lo articula a mercancías objetos. Las publicidades de autos en ese sentido son muestran maravillosamente ese juego. Hay una última, no me acuerdo de que auto que dice es el más largo, al final dice es el más largo. Tiene que ver con esto, lo que mata el dinero son todo tipo de significaciones afectivas. No la planteé, pero una de las cosas que me di cuenta es que en el discurso del capitalista, al sacar la flecha horizontal, sacando lo que representa la relación directa entre el agente y el otro, en este caso el amo con el trabajador; lo que se produce es la eliminación todo tipo de relación afectiva entre el amo y el trabajador. Esto se ve muy claro en los períodos de cesantías donde, en las grandes corporaciones, los jefes de recursos humanos cuando manejan la planilla de a quienes cesantear, “sólo manejan números. Me acuerdo algo que me impresionó mucho en los comienzos de Menem”. Atendía a una chica que el padre había estado en un campo de concentración nazi y que en ese momento era, junto con otro tipo, jefe de recursos humanos de una de las empresas grandes que se había instalado en Ushuaia por excepción de impuestos. En ese momento, ni con la excepción de impuestos era viable y entraban a levantar campamento. Estos dos personajes, tenían que marcar a quienes iban a cesantear. Mientras el que estaba al lado lo hacía con una cierta sonrisa de goce este hombre, el que había estado en el campo de concentración, tuvo un infarto. Después cuando hablaba con la hija le contaba que a él le había venido el recuerdo de los kapos del campo de concentración marcando quienes iban al horno. Ahí tuvo el infarto. Ese es el tipo de vínculo que al desaparecer y hacer que todo se transforme en dinero, mata todas las significaciones.
La verdad que es horrible, nosotros no nos damos cuenta el horror que estamos viviendo. Nos daríamos cuenta si para nosotros en vez de que se transforme en una postal que nos da pena, se nos encarnaran en el cuerpo de alguna forma esos chicos hambrientos de las tribus africanas que aparecen de vez en cuando en la televisión, tirados en el suelo con las moscas rondándoles. Desechos, puros desechos, los africanos no tienen ninguna importancia para el capital porque total no sirven para nada, no tienen utilidad económica.
Participante 2: me preguntaba si justamente por el efecto del discurso capitalista si lo que se genera ahí no es justamente una ruptura. Estoy creo que contrariando algo que habías traído vos la clase anterior donde lo que entra en juego allí, justamente porque hay una ruptura del lazo social, no es la caída del ideal o los ideales del yo que generan un lazo social y hay una preeminencia del yo ideal donde lo que está privilegiado más es, por vía de lo materno, el goce sobre el cuerpo.
Sergio Rodríguez: entiendo la observación, conversémosla, no sé si estoy de acuerdo. En realidad el yo ideal es su majestad el bebé, es el brillo y la perfección que la madre y el padre ven en el bebé. Es el goce, en el cuerpo del padre y de la madre, de la mirada. Lo que le está pasando el pobre pibe a esa altura es otra cosa totalmente distinta. Entiendo a donde apuntas, creo que lo terrible es que han transformado al dinero en el ideal del yo y que entonces han puesto en el lugar del ideal del yo a un significante que mata las significaciones en el sentido que lo plantaba antes. Como eso les complica un poco la cuestión, por ejemplo Webcam[2], empiezan a largar algún otro significante. Pero que no los saca de ahí porque los deja en el terreno simplemente de la rivalidad y la competencia como winner y loser, los ganadores y los perdedores. Son significantes que llevan a un aumento de la agresividad y de la degradación. Pero en el lugar del yo ideal creo que no queda nadie excepto si te referís, ahí estaría de acuerdo, al adicto en el momento de que su cuerpo está tomado por el tóxico y entra en alguna forma de megalomanía. Es el gran problema que tenemos los psicoanalistas para trabajar con los adictos. El adicto te dice vos porque no la probaste, y tiene razón. En el momento que el adicto está tomado por el tóxico ahí sí, él se cree que es el yo ideal. Aunque se pasajeramente. No sé si te respondí.
Participante 2: en realidad lo que me estaba rondando la cabeza es: hace treinta años atrás la figura del Che tenía una serie de representaciones para aquel que la sustentaba que eran desde valores, ideales, lo imaginario, lo simbólico, estaba sustentado sobre esas cuestiones. La figura del Che sigue estando ahora hasta en las tribunas de futbol. Hay un pariente que tengo que tiene el Che y abajo el logo de la Chevrolet en el mismo registro y él no tiene la menor idea del Che Guevara ni le interesa nada del socialismo ni mucho menos. Es una marca simplemente donde no hace lazos con otros en eso, en sí. Es una marca para mostrar, sólo eso.
Sergio Rodríguez: en eso estoy completamente de acuerdo y es más, le hago un agregado. La palabra marca en el psicoanálisis, especialmente en el psicoanálisis lacaniano tiene una pregnancia muy fuerte porque en definitiva las primeras marcas, presencia ausencia de la madre por ejemplo, son lo que genera el terreno para la construcción de todo el lenguaje. Pero las marcas a las que nos estamos refiriendo ahora por lo que decís, son justamente marcas que no dejan marca. Esa es la particularidad. En ese sentido hay algo que ya no tiene que ver simplemente con el capital financiero sino con la explosión que ha habido en el terreno científico tecnológico que produce una feroz aceleración de los tiempos. Lo que hace también que no haya marcas que subsistan, las grandes marcas con cierta regularidad van siendo sustituidas por otras. Eso produce marcas en nosotros. De paso les confieso un delirio mío, estoy ocupado hace un tiempo de seguir algo que cuando le empezó a pasar a gente cercana mía me sorprendió, cuando me empezó a pasar a mí creí que era mi edad, después empecé a escuchar en el consultorio que no. A partir de los cuarenta años empiezan a aparecer los síntomas con respecto a la memoria que antes aparecían después de los sesenta, por ejemplo el olvido de nombres propios, la dificultad para recordar determinadas palabras. Y donde se hace evidente que no tiene que ver con la represión y donde la reconstrucción es como la planteaba Jacobson en relación a las afasias, vía la metonimia. -Lo que quiero decir es, te acordás de aquel negro que tenía los pelos enrulados que jugaba para Boca, hasta que se llega más o menos al nombre. Tuve además la oportunidad de observar algo que después con eso sí escribí un artículo. Se trató de mi madre. La habían operado de cadera, la habían internado y cuando salió de la anestesia mientras estuvo en el sanatorio estuvo demente. Yo para ella era el padre, era el teniente coronel que era su padre, cada vez que entraba a la habitación.
Así cada uno de nosotros, no teníamos nada que ver con lo que ella había vivido en el a posteriori. Cuando la llevamos de nuevo a la casa, entró la camilla al lobby de la casa de su departamento, yo iba al lado. Dijo -¡ay! Sergio, estoy en casa otra vez. Recuperó la memoria. Es una mujer de noventa y cuatro años se dan cuenta que tiene problemas serios en la memoria anterógrada pero pudo armar un discurso símil neurótico. Lo que se me ocurrió es que en realidad el acto de memoria es una construcción entre las huellas mnémicas y contexto. El acto de memoria relaciona esas dos cosas. Si el contexto te lo están cambiando constantemente, las huellas mnémicas no tienen con que arreglárselas. Entonces es lógico que empiecen a aparecer los olvidos mucho más temprano. Eso es lo que está pasando, lo que pasa es que como estamos adentro no nos damos cuenta pero es muy impresionante la vertiginosidad de los cambios de contexto que se están produciendo.
Participante 2: pensando en eso, justamente la proliferación de marcas en el cuerpo.
Sergio Rodríguez: Los tatuajes, claro, intentan detener el tiempo, no se me había ocurrido, pero creo que sí. Siempre pienso: pero estos no piensan en cuando sean viejos. Los otros días una paciente me estaba hablando de alguien que estaba tratando de sacarse dos tatoos.
Gracias y será hasta la próxima.
[1] Lacan en Los escritos
[2] Corporación norteamericana fundida por una estafa de sus directivos
No hay comentarios:
Publicar un comentario