miércoles, 23 de julio de 2008

Clase Nº 1-Parte 2

13-05-2006

Seminario Psicoanálisis Eficaz
¿Qué psicoanálisis existe y va existiendo? ¿Existió alguna vez el psicoanálisis individual?

Sergio Rodríguez: Esta segunda clase se ocupa de la pregunta ¿Qué psicoanálisis existe y va existiendo? ¿Existió alguna vez el psicoanálisis individual?
Es muy común escuchar, especialmente en los ámbitos que tienen que ver con la Asociación Psicoanalítica Internacional, APA, APDEBA, pero también entre los colegas de instituciones lacanianas, hablar de psicoanálisis individual en oposición al psicoanálisis grupal.

Justamente comentaba con un colega hace un ratito sobre esta cuestión del psicoanálisis grupal como yo lo observo que no es que lo rechace de plano. Antes le di algunos ejemplos de trabajos míos con grupos. Si no que lo que me parece es que no es de demasiada utilidad el agrupar artificialmente a gente para supuestamente psicoanalizarlas. Distinto es cuando se los agrupa por crisis ocurridas en los grupos a los que pertenecen. Puede ser la pareja, la familia, una institución, un trabajo. Pero otra cosa es agruparlos para analizarse. Son dos cosas completamente distintas.
Dejando eso de lado, que no es el tema de la clase de hoy, quiero ir a lo otro, a lo que se plantea siempre como oposición que es el psicoanálisis individual. Inclusive eso tiene una pregunta que ocupa a diversos autores psicoanalíticos a través de la historia y la verdad que es muy interesante trabajarla alrededor de esta cuestión, sobre si existe el psicoanálisis individual. Es lo que algunos autores llamaron el autoanálisis de Freud. Es todo un tema no sólo en referencia a que la neurosis del maestro fundador puede haber incidido luego en el desarrollo del movimiento psicoanalítico y la práctica analítica sino porque en sí plantea dos o tres temas que son nodales a la teoría y a la práctica del psicoanálisis. Ustedes saben que hay autores que han hablado del autoanálisis de Freud.

Está el libro de Didier Anzieu, un psicoanalista francés muy conocido que no es lacaniano. Me acuerdo que cuando terminé mi segundo análisis fui corriendo a una librería a comprarme ese libro y creo que lo tengo sin abrir todavía. Evidentemente en ese análisis que fue el segundo y que supuestamente terminado con alta y todo, algo restaba. Entre otras cosas busqué el libro porque planteaba el tema de la fundación del psicoanálisis a través del autoanálisis de Freud.

En el seminario I, si no recuerdo mal, se planteó ese debate cuando estaba exponiendo Leclaire en el seminario y hubo una intervención de Mannoni que Lacan retomó y a partir de ahí se transformó en una especie de sentido común de nosotros los lacanianos. Es la cuestión de que Freud no se autoanalizó sino que se analizó con Fliess. No obstante Lacan planteó en ese y otros seminarios, casi me acuerdo la frase porque era tomándole el pelo a Fliess, decía: ¿Cómo Freud, el maestro, pudo analizarse con ese cosquilleador de narices?. Fliess tenía toda una teoría sobre que la sexualidad estaba depositada en puntos de la nariz. Es muy divertido, porque los que saben algo de acupuntura sabrán que la acupuntura trabaja sobre ese lugar con las agujas en relación a la sexualidad.

Tengo a esta altura una idea que va más allá de esa que se generó en ese momento entre Laclaire, Mannoni y Lacan. En primer lugar, me parece que el supuesto autoanálisis de Freud es muy interesante porque nos muestra, en relación al propio maestro, cuestiones que después el maestro va a teorizar. Yo cambiaría una palabra pero nada más en esa teorización que es la cuestión de las series complementarias. Está en las conferencias de introducción al psicoanálisis, si no recuerdo mal en la conferencia Los caminos de la formación del síntoma, donde Freud plantea que en la aparición de cada neurosis hay una relación que se establece entre la filogenia, la ontogenia y el trauma.

De paso, ahora que Freud estuvo de moda por el aniversario, es muy divertido porque Laplanche le discute a Freud porque hablaba de genética en la filogenia. Por otro lado ustedes saben que Laplanche no sólo no es lacaniano, fue cercano a Lacan en algún momento pero después se abrió y abrió su propia escuela, pero en el movimiento lacaniano van a encontrar también fuertes impugnaciones a que Freud haya metido la filogenia o interpretaciones que adecuen el planteo de Freud a las teorizaciones posteriores de Lacan. Lo que dicen es que la filogenia está referida a lo que se transmite por medio de lo simbólico. Lo cual no me parece mal, por supuesto comparto, pero justamente en este momento del siglo, cuando se arma el mapa genético y cuando se están haciendo experiencias verdaderamente interesantes en cuanto al tratamiento de enfermedades genéticas, suponer que la genética no tiene nada que ver con el funcionamiento psíquico me parece una necedad, volviendo a lo que decía Lacan sobre las neurosis. En todo caso lo que sí va a ser interesante va a ser ir determinando la relación entre los avances actuales en la investigación genética con los avances en el terreno del psicoanálisis. Probablemente eso puede llegar a lograr hasta trabajos de cooperación transdiciplinarios que redunden en beneficios importantes para la gente.

Planteo esto de la filogenia y la ontogenia porque la serie que lleva el psicoanálisis en verdad fue iniciada antes y así se lo planteó Freud en la autobiografía por ejemplo con la historia del movimiento psicoanalítico. Recuerden el viaje que hace Freud ya cuando se decide a dedicarse a la psiquiatría y va con una beca a La Salpetriere, el efecto que en él produce la observación de las clases de Charcot sobre la histeria y de la inducción del ataque histérico por vía de la hipnosis. Son cuestiones que lo hacen pensar, tal es así que luego se va a Bélgica para formarse con Liebault en hipnosis. Más adelante cuando él descarta la hipnosis, la descarta dando una serie de razones psicoanalíticas pero además dice: Yo nunca fui bueno para la hipnosis. Esas cosas también son interesantes porque es como el tema del diván ¿Por qué se sigue usando tanto el diván como si fuera un reglamento? Freud cuenta que es una herencia de la hipnosis, justamente, donde hacían reclinar al paciente, bajaban la luz, hacían una serie de ritmos, etc. No con todos los pacientes es conveniente el diván.

Hay entonces abuelos del psicoanálisis, podemos ubicar a Fechner, a Charcot, a Liebault. Inclusive si nos remontamos más allá, si alguno de ustedes tuvo la paciencia de leerse toda la interpretación de los sueños, no sólo los capítulos sexto o séptimo que es lo que se lee habitualmente, se encuentran con la investigación bibliográfica de Freud y encuentran la famosa interpretación de Aristandros a Alejandro Magno. Alejandro Magno tiene un sueño. Sueña con un sátiro danzando, justo cuando están rodeando la ciudad de Tiro y el onírocrítico, como le dice Freud, le interpreta Tuya es Tiro = sátiro. Es la primera interpretación lacaniana de la historia. Ocurrió unos tres mil años antes de que apareciera Freud.

Hay una filogenia que, como muchas cosas de la cultura, se va transmitiendo de las maneras más diversas y más impensadas. ¿Cuánto de la cultura se transmite vía la etimología? Nosotros no tenemos ni idea. Un día yo de golpe dije ¿Qué estoy diciendo? Porque había dicho: “Me voy a resignar a tal cosa”. De golpe me di cuenta que estaba formado por re-signar, colocar bajo otro signo.

O la cultura se va transmitiendo por la Biblia o por el Tao o por el Corán o por Aristóteles. ¿Por qué esos libros han conservado lectores a lo largo del tiempo? Porque esos libros fueron interpretados de maneras muy distintas en diferentes generaciones. O sea que esos libros se han transmitido por su valor significante, no por su significado. Justamente uno de los debates dentro de la religión musulmana en este momento, - y es grave por las consecuencias que tiene en el terreno práctico - , es entre los fundamentalistas que dicen que el Corán no es interpretable, que lo que dice es lo que dice y los que plantean hacer una interpretación del Corán. En todas las religiones pasan ese tipo de cuestiones pero ahí ustedes tienen toda una filogenia que va a darle insumos a Freud. También tienen una ontogenia.

Hay otra cosa interesante que me parece que nunca nos la preguntamos a fondo, casi la dejamos pasar como un toque de falsa modestia de Freud. Sin embargo creo que hay que pensarla un poco más. Freud dice que el fundador del psicoanálisis fue Breuer. A mí me parece que lo dijo en serio. Por un lado porque la experiencia que Breuer le contó que había hecho con Anna O, lo marcó fuertemente y le disparó un reposicionamiento en cuanto a la relación con el enfermo mental,. Además de eso yo creo, (esto es evidente en muchos trabajos de Freud :Tótem y Tabú, Trastorno de la memoria en la Acrópolis) que él como buen judío tenía una fuertísima relación con la función del Nombre del Padre. Como buen judío donde la familia funciona bien o más o menos bien. Él era hijo de un padre dificultoso, era el hijo mayor de un segundo matrimonio del padre que había enviudado y se volvió a casar ya grande. Freud tuvo una serie de experiencias no de las más positivas con el papá. Sin embargo siempre lo tiene presente y ocupa un lugar muy importante en La interpretaciones de los sueños. Es más, si no recuerdo mal, él publica La interpretación de los sueños a la muerte del padre. Creo que inconscientemente Freud buscó no sentirse un fundador sin padre, un fundador sin fundador. Lo que quiero decir es que Freud como fundador del psicoanálisis buscó ubicarse en un linaje y que creo que por eso le dio ese lugar a Breuer y no sólo por el efecto imaginario que pudo haber producido en él el trabajo de Breuer con Anna O, sino por algo del orden de lo simbólico y de lo real muy fuerte. Lo interesante de Freud es que esa relación con el Nombre del Padre no le impidió, sino que lo ayudó a descubrir la transferencia ahí donde el “padre Breuer” había huido. Ustedes conocen la anécdota – muchas veces puesta en cuestión - de que en determinado momento del tratamiento de Anna O., ella empieza a fantasear embarazos de Breuer. Entonces Breuer decide interrumpir el tratamiento y se va con su señora de vacaciones. Según dicen, ahí se engendra un embarazo en la señora. La discusión es en relación a si efectivamente el embarazo de la esposa de Breuer tiene alguna relación con el tratamiento de Ana O. La hija que nace de ese embarazo termina volviéndose loca. En ese punto donde Breuer se asustó e interrumpió el tratamiento, es el punto donde Freud se apoya como uno de los puntos nucleares que van a desarrollar al psicoanálisis que es el tema de la transferencia. También aparecen mujeres, así como para cada uno de nosotros aparecen madres, que en Freud en cierto modo, a pesar de que eran más jóvenes que él, creo que tuvieron algo de la función materna. Una es la propia Anna O. que cumplió la función nutricia en el terreno informativo para Freud. Otra fue, si no recuerdo mal, Lucy R. que fue la que le dijo: déjeme hablar porque cuando Freud acata la orden de Lucy de R. ahí se funda la atención libremente flotante que él después la va a conceptualizar en Consejos al médico, etc. Cuando él - ante el dicho de la paciente - decide callar, también recibió un insumo nutricio. Anotemos también en esta pequeña historia de Freud los síntomas de Freud y ciertos rasgos de su persona. Entre ellos, por ejemplo, las vacilaciones vocacionales que tuvo que indicaban un deseo que no encontraba su escena de realización. Saben que Freud pensaba ser abogado, después decide estudiar medicina. Cuando termina de estudiar medicina decide dedicarse a la investigación histológica. En medio de la investigación - supuestamente por cuestiones económicas - se pasa a la medicina clínica y ahí se va inclinando para la psiquiatría. Si uno compara todos esos pasos que él fue dando con lo que luego fue su producción teórica y práctica uno va a ver que esos pasos eran como preanuncios de lo que andaba buscando. Por ejemplo esta cuestión de la investigación histológica aparece muy fuerte en todo el Proyecto de psicología para neurólogos donde él imagina un funcionamiento neuronal que recién se lo va a verificar años más tarde con la aparición del microscopio electrónico. Inclusive describe las dendritas y la vacuola neuronal. El esquema del yo que él plantea en el Proyecto de psicología para neurólogos - que a mí me parece que es el mejor esquema del yo que planeta en toda su carrera - está muy basado en supuestas conexiones entre neuronas y lo va a acompañar en todo el desarrollo teórico.
Características de Freud como, por ejemplo, las fobias a los viajes en tren que en esa época eran tan importante como debe ser para muchos ahora la fobia a viajar en avión. Freud tenía una fobia importante a los viajes en tren. Tenía conflictos importantes con su propia sexualidad. En el programa que hicimos en la radio en homenaje a Freud pasamos unos reportajes breves que le hicimos a Ulloa y a Rodrigué a partir de una pregunta mía sobre si era cierto que Freud había dejado de tener relaciones sexuales después del nacimiento de Anna Freud. Rodrigué, que no quiere saber nada de que haya algún hombre que no quiera tener relaciones sexuales, por supuesto decía que eso no podía ser y daba argumentos. Ulloa se pregunta si Freud no era un pajero. Lo que es evidente es que aparecen una serie de indicios que hacen interrogarse sobre la vida sexual de Freud.

Entonces si hubo síntomas es porque el trauma también tomó su lugar en la fundación del psicoanálisis. Había algo que no se lograba - los lacanianos diríamos - simbolizar y Freud diría hacer entrar en las magnitudes de excitación interna (o sea, hacer pasar elementos de la magnitud de excitación externa a la magnitud de excitación interna) que producía sus síntomas. La gran diferencia a mí modo de ver es que en vez de cerrarse a la queja en respuesta a sus traumas, que es lo que hubieran hecho muchos en esa época, trabajó para resolverlos y hacer algo con ellos. Una gran parte del trabajo de Freud consistió en estar permanentemente analizando sus sueños, sus actos fallidos, equívocos, chistes, recuerdos encubridores. Si ustedes piensan que eso lo hacía sólo para darnos clase a nosotros estarían errados. O sea que los síntomas de Freud también generaron el psicoanálisis.

Teniendo en cuenta estas cuestiones, lo que yo supongo a esta altura es lo siguiente: Mannoni tuvo razón con Fliess, Freud desarrolló la transferencia imaginaria necesaria para escribirle las cartas y las cosas a las que él iba llegando en el análisis de sus sueños. Pero era una transferencia que no salía del campo imaginario porque Fliess no lograba hacer nada con eso. ¿Cómo hubo análisis entonces? Si no hubo transferencia simbólica imposible hacer análisis. Yo creo que la transferencia simbólica fue a su escritura. O sea Freud le escribía a Fliess y leía lo que había escrito. Cuando él leía lo que había escrito se producía un clivaje, ya Freud no era Freud eran dos Freud, el que había producido la formación del inconsciente y la había escrito y luego el que la leía en el sentido analítico del término. Ahí aparece la transferencia simbólica. Pero aunque haya sido una sola persona es de una persona dividida, escindida. De entrada el psicoanálisis se fundó como la relación entre el analizante y su o sus partenaires, mediada por las letras y los significantes consiguientes.

Así prosiguió. La mayoría de los discípulos fueron siendo analizados o se “autoanalizaban” siguiendo el método del maestro. Si ustedes leen las cartas que van circulando van a ver eso en Rank y en varios de ellos.
El encuadre, fue más producto de las costumbres, las urgencias y las disponibilidades dinerarias de los analizantes. Esto tiene su importancia porque que se haya ido pasando del análisis de cuatro veces a la semana - que era la norma cuando yo entré al movimiento psicoanalítico acá en Argentina -, a la laxitud actual de una vez por semana, a veces una vez cada quince días, a veces dos o tres veces al mes, básicamente ha sido efecto de la presión de dos elementos: la masificación del psicoanálisis y el empobrecimiento de las masas. Santiago Dubcovsky justamente hace ese análisis en el período de las inflaciones donde él toma en cuenta qué pasó con la hiperinflación en Israel y que pasó con la hiperinflación en la Argentina y como saltaron los encuadres por los aires. En esa burguesía rica de Viena, de Berlín, de Budapest, las señoras tenían tiempo y guita. Los maridos más bien se las sacaban de encima, le tiraban unos mangos para que fueran al analista. También eso me parece que envició a los analistas porque les quitó agudeza, se transformó más en una rutina burocrática, llamémosle así.

Luego la IPA, en vida de Freud, lo reglamentó pero sin embargo en Consejos al médico, que se escribe después de la reglamentación de la IPA, Freud mantuvo su consejo de que así como el mango del martillo tiene que ser adecuado a la mano del que lo use, de la misma manera debe serlo el encuadre que se establezca.

El “setting” clásico resultó efecto también de la limitación de las herramientas de que se disponía, producto de la juventud de la experiencia y del análisis de ésta, que devenía en teorizaciones sobre la estructura y la dinámica del Inconsciente. Tengan en cuenta que la primer ruptura importante que se produce es cuando Freud produce el corte entre conciente, reconsiente e inconsciente. Desde el punto de vista teórico esas eran las grandes herramientas propuestas en sus tres primeros libros. Desde la práctica, se instalaba la interpretación de los lapsus, los actos fallidos, los equívocos y los chistes. Actualmente disponemos de mucho más. Tengan en cuenta que, ya avanzada la vida de Freud, él produce algunos saltos de acróbata que lo llevan a establecer dos tópicas, la de Conciente, Preconciente e Inconsciente y después más adelante, la tópica de Yo, Super yo y Ello. El movimiento psicoanalítico tiene que entrar a situarse ante eso.

Tuve un equívoco mientras escribía que se los leo porque me resultó muy interesante. Yo iba a decir: primera y segunda tópicas que se suplementaban y daban a ser interpretadas. Y el equívoco fue interprestadas. Parece una pavada sin embargo marca mi posición en la práctica del psicoanálisis donde en mí opinión no hay que elegir por una o por la otra sino que más bien a lo que hay que atender es a cómo se articulan. Creo que en buena medida ése es el trabajo que hace Lacan con el nudo Borromeo. Por ahora quedémonos con esta cuestión de imaginario, objeto a, cuerpo (en realidad superficie corporal), simbólico serían los representantes (lo digo a propósito así) y real, lo que queda por fuera de toda representación. Vamos a ir viendo con más detalle como dentro de eso podemos ir encontrando diferentes formas y diferentes cuestiones donde estas tópicas de Freud se articulan.

Melanie Klein centrándose en la fantasmática encontrada en las producciones del Inconsciente e interpretándolas como de generación “natural” - por ejemplo defusión de los instintos, proyección, introyección e identificación proyectiva - da un nuevo paso en el movimiento psicoanalítico para bien y para mal. Melanie Klein ya era producto de lo que se suele llamar la segunda o tercer generación de psicoanalistas. Se había analizado y supervisado con Abraham y Ferenczi. No sé si saben que ella no era médica y creo que no tenía ningún título universitario, no recuerdo bien actualmente.

Participante: No tenía.

Sergio Rodríguez: Que además fue empujada al psicoanálisis por sus dificultades de pareja y por sus dificultades con sus hijos o sea que también intervino el síntoma en la producción de la teoría. Abrió la puerta al mundo de las fantasías inconscientes de una manera que ningún psicoanalista ni inclusive el propio Freud lo había hecho hasta ese momento. Pero también redujo los análisis a la lectura de las fantasías inconscientes cuando los análisis van bastante más allá. Ahí me hice la siguiente pregunta: ¿no habrá sido esto producto de que los dos primeros análisis que condujo fueron empujados por la desesperación de madre y llevados a cabo sobre sus hijos? Si se puso a analizarlos es porque seguramente como madre estaba desesperada. Ahora, a una madre analizando a sus hijos ¿le puede resultar fácil suponer que todo lo que le pasa a sus hijos no es un producto del interior de ellos y nada más? Creo que no debe ser fácil. La dificultad de hacerse cargo de cuál había sido su propia imago en la neurosis de su hija y en la neurosis grave de su hijo tendría sus consecuencias. Por ejemplo, se habla de una muerte dudosa del hijo quien se cayó escalando una montaña. Algunos dicen que fue accidente y otros que fue suicidio. Melitta Schmiedeberg, su hija, terminó furiosamente enfrentada a su madre en discusiones psicoanalíticas. No sólo eso, si no recuerdo mal, la madre le robó el marido a la hija además. No es por chusmear, sino para que advirtamos como la producción psicoanalítica es un efecto de lo real del psicoanalista en relación con su simbólico y su imaginario. La producción psicoanalítica no nace de un repollo de Freezer absolutamente. Nace de ese volcán que somos cada uno de nosotros.

Anna Freud, que también fue analizada por su padre durante siete meses, prolonga uno de los descubrimientos claves en Freud cuando escribe El yo y los mecanismos de defensa. Es un libro lamentablemente dejado de leer dentro del psicoanálisis lacaniano a partir del planteo de Lacan de que hay que interpretar el deseo y no las defensas. Pero que haya que interpretar el deseo y no las defensas no quiere decir que no sea útil, cuando uno está escuchando un paciente, captar qué defensa esta funcionando. Eso facilita establecer con qué estrategia moverse en relación a esa situación. En ese sentido el libro de Anna Freud es una perla. Mientras Melanie Klein inventa el análisis de niños a través del juego, Anna al centrarse en la segunda tópica y suponer al Inconsciente (nunca lo planteó así tan brutalmente como lo voy a decir yo, pero era la idea) como una enfermedad de la que había que liberar a sus esclavos haciendo consciente lo inconsciente (frase que era de Freud) apuntala la Psicología del yo que se hace fuerte en EE.UU. También por consecuencia de la negación de la pulsión de muerte fuertemente impulsada por freudo marxistas. La Psicología del yo ponía todas las fichas a reforzar el yo y su función adaptativa.
Les cuento todas estas cosas porque nos permiten observar también cómo el psicoanálisis es producto de una serie de idas y vueltas al interior (aunque esto plantee una topología esférica no conveniente) de cada analista que produjo en ese terreno pero también en relación a con qué reales ese analista se iba encontrando y de qué manera iba logrando dar cuenta a su modo de eso.

Esto tuvo su resultado, por ejemplo, Melanie Klein se opuso a la expulsión de Lacan de la IPA. Dentro del comité directivo fue la analista y la teórica más importante que se opuso. Mientras que Anna fue la impulsora. Esto no es pequeña cosa porque no es un problema político de por sí sino que apunta a un modo de concebir el movimiento psicoanalítico. Si se lo concibe como un movimiento de iguales entonces los diferentes tienen que irse. Si se concibe un movimiento psicoanalítico donde la diferencia dispara el trabajo para investigar, para elaborar y para ir llevando el psicoanálisis a otro tipo de resultados, entonces, la posición ante los diferentes, es otra.

Por otro lado Melanie Klein llevó el análisis de niños a una expansión impensada. Antes de eso la única experiencia de análisis de niños importante había sido la que había hecho Freud con Juanito. Aunque junto con la expansión del análisis de niños, aportó un dogmatismo no achacable tanto a ella como a los efectos del imaginario sobre los psicoanalistas estimulados por la sobre dimensión dada a las fantasías inconscientes y por la creencia en un Inconsciente auto generado. Sin citarla pero aparecen cuestiones que tienen que ver con esa idea pedagogizante que tenía del psicoanálisis Anna Freud.

Los otros días conversaba con colegas y observábamos que es curioso porque en general los que han llegado a jefes en la APA y en la IPA son personas que en general no han tenido trascendencia en el movimiento psicoanalítico. Hay algunas excepciones como puede ser Otto Kernberg dentro de la Psicología del Yo pero son muy pocos. En general la gente que ha llegado a puestos directivos no ha legado elaboraciones demasiado importantes para el psicoanálisis. Esto no quiere decir que por no estar en puestos directivos se puedan hacer elaboraciones interesantes sino que las elaboraciones interesantes suelen venir de gente que no se ha enredado en los entramados burocráticos de las instituciones. Han estado por fuera o por dentro no importa, la mayoría han estado por dentro porque psicoanalistas que estén por fuera de las instituciones es un fenómeno moderno, del año setenta y pico para adelante. O sea que no se enredaban en esas luchas de poder que eran como telas de araña que los paralizaban.

Pero los buenos y malos efectos de ambas corrientes encuentran su origen en las idas y venidas de un Freud investigador y no dogmático. Ésta es otra cuestión interesante porque todas estas corrientes para fundamentar sus posiciones, al igual que lo hizo después Lacan, van a citar a Freud y tienen razón. Si ustedes van a las citas que ellos hacen van a encontrar que son textuales. Lo que pasa es que a Freud no le asustaban las diferencias ni aún a su propio pensamiento y entonces iba y volvía. El yo y el Ello es una gama de contradicciones en sí mismo, ni qué decir si ustedes comparan un libro con otro, van a encontrar muchas. No le importaba porque el tema no está justamente en bajar una línea coherente sino en exponer los conflictos, las dificultades, las preguntas, los obstáculos.

Luego hubo psicoanalistas (acá en la Argentina, José Bleger) que desde sus creencias materialistas dialécticas y su experiencia psicoanalítica e interesado en hacer del psicoanálisis una ciencia protocolizable como las ciencias duras, escribe su teoría sobre el encuadre fijo. La pueden encontrar en Simbiosis y ambigüedad donde él plantea que el encuadre fijo es imprescindible para evitar la arbitrariedad y el esoterismo, a la vez que para tener una variable invariante que facilitará la interpretación sobre la base de leer las variantes que se produjeran al interior del encuadre. Es era la posición clave de Bleger. Pesaba también en él, una epistemología (actualmente con pocos adherentes) que creía en la posibilidad de un experimentador que funcionara como observador no participante. Tomo esto de Bleger primero porque le tengo un gran respeto y la verdad que tiene trabajos clínicos que a mi gusto son maravillosos. Particularmente todos los que tiene sobre ambigüedad y además porque ha tenido un enorme peso acá en la Argentina. Bleger fue presidente de la Asociación Psicoanalítica en el momento de la fractura. Él estaba políticamente más del lado de irse con los que se iban y sin embargo decidió quedarse. Yo creo que por su función de presidente y lo pagó al año con un infarto que se lo llevó, lamentablemente. Quiero decir con esto que lo que digo críticamente no empalidece para nada la figura de él, todo lo contrario. En todo caso lo que Bleger buscaba era investigar y precisar las cuestiones del psicoanálisis. Pero yo creo que todo eso respondía a una causa. Al haberse desplazado el psicoanálisis del psicoanálisis de las primeras épocas de Freud que estaba totalmente centrado en la interpretación de lo que después nosotros llamaríamos formaciones del inconsciente hacia la interpretación icónica y no a la interpretación de la letra, verdaderamente se les hacía difícil poder seguir el trabajo del inconsciente. Buscaron algún instrumento, - en ese sentido Bleger fue ejemplar - que le permitiera poder detectar indicios que le permitieran interpretar. El encuadre fijo en ese sentido los ayudaba porque seguro que iba a ofertar una serie de fisuras que se iban a dar a la interpretación. A mi modo de ver, funcionaba como un parche y ustedes saben la función de los parches, en el momento arreglan pero a largo plazo es peor.

Es en ese momento lógico, (no me estoy refiriendo a cronología, Bleger escribía esto en el sesenta y pico y ya ahí Lacan andaba en su seminario de Los cuatro conceptos) que irrumpe Lacan.
Ubiquémonos en algunas cuestiones que pasaban en el mundo que ahora a la distancia yo creo que nos arrojan cierta luz sobre eso. En lo que había sido el imperio de los Zares y en ese momento era la Unión Soviética, se había producido el stalinismo, el nazi fascismo había ocupado durante un largo tiempo una parte importante de Europa, Alemania, Italia y una parte importante de Asia como era Japón. Piensen en Japón no sólo como una isla sino como la isla poderosa que era ya desde esa época a diferencia de los otros países que eran sumamente atrasados desde el punto de vista productivo. Freud ya había dado uno de los más grandes saltos de acrobacia que él dio en su teoría que fue Más allá del principio de placer. Donde ya se da cuenta de que en el ser humano no funciona sólo el principio de placer. No sólo funciona la pulsión de vida sino que también funciona la pulsión de muerte. Lo cual le facilita escribir algunas otras cosas como Psicología de las masas y análisis del yo donde él, evidentemente, está analizando qué es eso que está pasando en el imperio de los Zares, qué es eso que él esta viendo pasar en Alemania, en Austria, en Italia donde las masas que se subsumen a un grupo de liderazgo. Escribe El malestar en la cultura. Afinó la puntería, acentuó el giro copernicano en su teorización, no sin vacilaciones mostradas en algunos planteos en algunos capítulos de El yo y el ello. Ocurrió la Segunda Guerra Mundial con la más grande matanza que recuerde la historia, la repetición de barbaries por parte de ambas partes en conflicto, aunque según la ley de que la historia la escriben los triunfadores, haga hoy que se recuerde mayormente sólo lo hecho por uno de los lados. Ocurrió la diáspora de los psicoanalistas del Centro Austro - Húngaro - Berlinés, el american way of life y las condiciones de posibilidad que generó para el nacimiento y fortalecimiento de la Psicología del Yo. Ocurrió también el desarrollo del surrealismo, el dadaismo, el neorrealismo italiano, y el existencialismo. Eso ya en la Europa de Francia y llamémosle, la nueva Italia.

Ocurrió también en ese período la experiencia de Winnicott de atender a chicos desplazados del entorno familiar, como resultado de la guerra. Es muy importante esa experiencia por los efectos que produjo en Winnicott y cómo esos efectos fueron llevados a la teoría. Hizo que su capacidad de observación y análisis lo fueran alejando de sus orígenes kleinianos para introducir la función del ambiente y sus efectos sobre el inconsciente lo que le facilitó no quedar encadenado a la exclusividad del “setting”. O sea, si para Melanie Klein todo ocurría en el bebé, para Winnicott la función del ambiente, el ambiente suficientemente bueno, la madre suficientemente buena, la deprivación o sea el pasar de un ambiente suficientemente bueno a una caída de ese ambiente, reinstala la relación de la construcción del inconsciente con la cultura.

El centro de la Cultura en arte y ciencias sociales se trasladó a Francia e Italia. El alumbramiento del estructuralismo en antropología a través de Levi Strauss (austriaco arraigado en París) y a caballo del producido por Saussure a comienzos de siglo en lingüística.
Ahí aparece Lacan, freudiano ingenuo en su tesis doctoral: De la psicosis paranoica de la que - en general - los lacanianos suelen leer el caso Aimeé y el de las hermanas Papin. La verdad que es lo más rico del libro pero también es interesante leer el resto porque ahí uno encuentra las raíces en las cuales se fue formando Lacan y qué tipo de freudiano era Lacan en el año 1934, momento en que presenta esa tesis. Era un freudiano ingenuo (como puede ser acá cualquier estudiante de primero o segundo año de la facultad de psicología), analizado por Lowenstein uno de los tres integrantes de la troika que había heredado la dirección de IPA y seguía los barquinazos del movimiento psicoanalítico del que formaba parte.

Había presentado su primera versión del Estadio del Espejo en un Congreso internacional de IPA, en 1939 justo antes de la guerra, con muy escasa repercusión y había vuelto profundamente impresionado por la manipulación y militarización de masas atontadas en Alemania. Había asistido a un desfile en Munich, si no recuerdo mal. A pesar de que el Estadio del espejo, en consonancia con el sobrepeso de la teoría de las identificaciones en ambas alas del movimiento psicoanalítico se centraba en un riguroso y preciso estudio de los orígenes del narcisismo y sus funciones positivas y negativas, no fue atendido. ¿Por qué? Primero, como lo dije al pasar lo quiero subrayar, hay algo que algunos de los que están acá lo han conocido por edad pero la mayoría de ustedes no, que es que el movimiento psicoanalítico estaba y en cierta medida está, mucho más centrado en las identificaciones que en las cuestiones del deseo y del goce. El psicoanálisis se había salido del terreno de la sexualidad inconsciente y de lo inconsciente, para ir al terreno fértil para la enseñanza como es el terreno de las identificaciones. Lacan escribe la primera versión del Estadio del espejo contando ya con una cierta formación. Luego va a escribir otra mucho más depurada que es la que ustedes conocen en los Escritos que la escribe en el 46, 47. Allí, toma la cuestión de la identificación pero al centrarlo en la cuestión del estadio del espejo le permite hacer una crítica, justamente, a centrar el psicoanálisis en las identificaciones. Por lo tanto cambia el centro de gravedad del psicoanálisis. Creo que por eso fue que no fue atendido. La teoría de las identificaciones ubicaba al psicoanálisis como resistencia al deseo en cambio él – volviendo al primer psicoanálisis - lo reubica en relación al deseo. De esta manera, polemizaba fuertemente con la Psicología del Yo y abría espacio a la futura embestida contra la práctica de interpretar primero las defensas y luego lo reprimido, que llevaron a la resistencia kleiniana al psicologizar al psicoanálisis, a una práctica que Lacan definiría de “endoctrinamiento” (condensación que alude a la internalización de una doctrina).

Los que de ustedes hayan tenido un análisis kleiniano van a recordar que esto era así y eso que justamente si había alguien que intentaba sacarle el cuerpo a lo de adoctrinar, en su creencia, a los pacientes eran los kleinianos. Sin embargo cuando uno repasa esos análisis se da cuenta de que en realidad estaban adoctrinando permanentemente. Que la depresión del fin de semana, que la depresión de las vacaciones, que la externalización del instinto de muerte. Había una enseñanza más que un análisis, por supuesto que había excepciones sino no habría psicoanálisis ahora. Se inició a partir de ahí un largo camino al cual yo me incorporé cuando él se acercaba a su finalización.

¿Por qué mi interés en relatarles esta historia? Porque ella muestra claramente, ya desde el mismo “caso Freud” y desde el “caso psicoanálisis” que el análisis nunca fue individual. Les leo la definición que en lo que nos interesa da el diccionario de la real academia española. De individuo, dua. Del lat. Individuus, individual. Que no puede ser dividido. La propia persona u otra, con abstracción de las demás. Si fuera así, el analista estaría demás en un análisis y además no habría inconsciente si la persona no estuviese dividida. Por eso empecé por el tema del autoanálisis y también por eso, Lacan dice en chiste en La tercera que el único síntoma social es el individuo.
El autoanálisis de Freud se desarrolló desde sus síntomas y su responsabilidad para con su relato a Fliess, relato que le facilitó leerlo en sus letras, vehiculizado por el desdoblamiento entre el lector y el escritor. Culminado en Lacan con un trabajo continuado a partir de la adquisición de la convicción de que el inconsciente está estructurado como un y por el lenguaje que produce desde la lengua en una sola palabra. Para quienes son muy exteriores al lacanismo o a los escritos de Lacan, piénsenlo como el lunfardo acá en la Argentina, esa lengua de todos los días que no sólo deja de ser la lengua originaria, obviamente si hablan con gente chilena o gente porteña van a ver que el español es muy diferente, no sólo eso sino que es una lengua que va cambiando permanentemente. Lacan ahí plantea la idea de que esos cambios se producen justamente en relación a lo que se va depositando en el inconsciente colectivo, fíjense que casi toma un término de Jung. Lacan no dice textualmente “inconsciente colectivo” pero usa un término parecido. Habla de las formaciones del inconsciente que van incorporándose a la lengua en una sola palabra.

¿Por qué se van incorporando? He tenido durante muchos años en análisis a una lingüista muy inteligente y muy capaz. Era muy interesante cuando conversábamos sobre este tema, porque los lingüistas más simplotes de otra época planteaban a “lalengua” como una necesidad de ocultar lo que decían ante los demás. Tomaban como ejemplo el lenguaje carcelario que efectivamente es una jerga sumamente complicada. El detalle que se les escapaba es que el lenguaje carcelario lo hablan tanto los presos como los carcelarios. Por lo tanto, su supuesta función de ocultamiento, no es eficaz porque es una jerga compartida. Yo sé que acá hay unas cuantas personas hijas de extranjeros. Es muy común que los padres cuando quieren hablar entre ellos cosas que no quieren que los hijos entiendan lo hablan en el lenguaje extranjero y siempre van a terminar encontrándose con la sorpresa que los hijos entendieron. Es más suelen aprender la lengua de los padres a través de la curiosidad de lo que le están ocultando los padres al hablar en otra lengua. Todo eso lo que muestra es que en hablar hay un profundo goce que es a lo que Lacan llamó goce del significante. En esos niñitos que están parando la oreja mientras los padres que hablan en otro idioma y están descifrando para entender, hay un profundo goce cada vez que entienden.

En ese sentido lo que plantea Lacan es que si hay formaciones del inconsciente que se depositan como sedimento en algo del orden del inconsciente colectivo, llamémosle así, y va produciendo la lengua es como efecto del deseo y del goce de los sujetos que integran o que van a pasar a utilizar esa lalengua.
Eso se ve diariamente, por ejemplo está muy de moda ahora entre los pibes decir: tengo quemada la cabeza. De algo trágico que es el efecto que les produce el paco terminan haciendo un blasón. En ese pasaje del goce del cuerpo con la sustancia tóxica al goce del significante con la utilización de la nueva palabra "tengo quemada la cabeza" se está gestando un nuevo integrante de la lengua en una sola palabra. Así se gestan nuestros lunfardos, etc. Pero es muy importante para nosotros como psicoanalistas estar muy atentos a eso porque en general yo he escuchado a muchos colegas decir, “Tal persona repite mucho tal palabra pero vos sabés que esta de moda”. Ahí el psicoanalista lo que se tiene que preguntar es por qué repite justo esa que está de moda y no otra y entonces se van a encontrar con sorpresas sumamente interesantes. Produce desde la lengua a la que abona y lo hace en lazos sociales que para articularse exigen de discursos. O sea de relaciones de discurso donde hay al menos un agente y al menos otro, intermediados por los significantes. Todo lo cual hace que el sujeto sea el efecto evanescente y deslizante de los significantes que lo representan para otro/otros significantes y dividido por lo que queda sin significar en eso y que es lo que más radicalmente Lacan va a llamar objeto a. Ustedes ven que el objeto a aparece atrapado en todo nudo Borromeo entre los tres registros y que producido como resultado de esas pérdidas va a dividir al sujeto que también está dividido por estar tensado entre al menos dos significantes, el que emitió el agente y que busca que lo represente y aquel que desde el lado del otro lo significa. Ahí también va a haber siempre una diferencia y sino piensen en las parejas. El deseo inconsciente que emerge de esa falta estructural y estructurante va a buscar hacerse escribir por las letras que intentan enunciar nuevos significantes más cercanos a esos deseos o a esos goces y son las que se dan a analizar por los psicoanalistas. Son las expresiones de los litorales entre lo real y lo simbólico.

Yo repito ahí la palabra de Lacan: "litoral". Cuando él define la letra dice litoral entre lo real y lo simbólico. ¿Por qué la repito? Podría decir otra, límite, frontera, etc. La repito porque me parece que es muy precisa. Un límite o una frontera es producto de lo simbólico. Por ejemplo el lío que hay en este momento entre los uruguayos y los entrerrianos por las papeleras, es en relación a una frontera establecida por un convenio simbólico entre argentinos y uruguayos en relación al río Uruguay. Pero las costas del Río Uruguay de cualquiera de los dos lados no están establecidas por lo simbólico sino que son el efecto de la relación entre el río y la tierra. En ese sentido son lo real, lo simbólico no lo muerde. Uno por supuesto puede decir las costas pero el hecho en sí de la costa no es un efecto del significante, es un efecto de la coalición entre el río y la tierra. La letra tiene esa función, no es ni puramente del orden de lo simbólico ni es puramente del orden real sino que aparece como una respuesta a ese lugar donde real y simbólico no logran recubrirse.

La letra intenta fundar a un nuevo significante que de cuenta de ese real, Lacan diría que horade a ese real. Un ejemplo que me impactó y el otro día me lo discutían en un seminario que estoy dando en otro lado, lo dijo la hija de Alicia Smolovich, Manuela Mateo, en ese programa de radio que llevamos nosotros[1]. Manuela trabaja en La Vereda que es una institución que trabaja con los chicos de la calle del Once y del Abasto, esta institución tiene sede. Trabajan en conexión con otra institución que trabaja directamente en la calle, que no tiene sede, que se llama Huellas. La llevamos al programa para que nos cuenten cómo hacían el trabajo y el reportaje fue realmente muy interesante. Ellos logran dejar de lado la actividad asistencialista y en cambio entran por el lado de los juegos y por el lado del arte y van incorporando a esos chicos tan deteriorados en general a nuevos órdenes del mundo de lo simbólico. Lo cual va produciendo un efecto en ellos mucho más importante que darles un pedazo de pan en determinado momento. Refiriéndose a los planes jefes y jefas de hogar, Manuela cuenta que en una ocasión, un chico, en vez de decir que recibió el “subsidio” por ese plan dijo que recibió el “suicidio”. A partir de ahí se rieron todos y dejaron de llamarlo subsidio y pasaron a llamarlo suicidio. Ahí tienen un ejemplo interesantísimo de la lengua en una sola palabra. El goce que produce en esos chicos que su inconsciente descubra la función mortífera de esos planes para su ordenamiento simbólico a nosotros nos lleva años de psicoanálisis estudiarlo, teorizarlo y ahí lo dijo simplemente con un cambio de dos letras.

Estamos en ese momento del psicoanálisis. Ya no es el momento de Freud, tampoco de Anna Freud y Melanie Klein sino que es el momento en que disponemos de todas esas herramientas, esos instrumentos. En este momento seguir tratando de utilizar como instrumento el encuadre clásico, el encuadre rígido, va contra el psicoanálisis, va a favor de la resistencia al inconsciente, al deseo. Cada uno elegirá su destino. Sabemos que a la inmensa mayoría de la masa le encanta ser burócrata, tener jefes en los cuales resguardarse, a los cuales echarles la culpa y mientras tanto ver cómo se las rebuscan para hacer menos. A los que eso no les guste y les guste en cambio crear, verdaderamente trabajar en el sentido de crear, me parece que tenemos que renunciar a ese encuadre clásico y hacer de nuestro consultorio y nuestro trabajo otra cosa que es la que trataremos de desplegar en el seminario.
Tienen la palabra.

Alejandro Del Carril: Con el tema de los encuadres. Estuve leyendo hace poco el libro de Otto Kernberg que hizo famoso a los borderline. Me parecía lo siguiente: que lo que ellos llaman los borderline son los pacientes que no se adaptaron a trabajar en los encuadres reglamentados. El problema que se plantean ellos es a estos tipos no se les puede aplicar el encuadre. Terminan diciendo que entonces no se puede hacer psicoanálisis, hay que hacer psicoterapia y en el mejor de los casos psicoterapia psicoanalítica. Con lo cual le dan letra a los cognitivos y a cualquier otra corriente que, apoyados en las propias afirmaciones de los psicoanalistas, dice “acá entramos nosotros”. Obviamente estos tipos no pueden atender a estos pacientes que son muchos y ahí entran a jugar los cognitivos y demás. Digo por la cuestión de Miller y la guerra contra los cognitivos porque me parece que los psicoanalistas mismos han abonado en gran parte el nacimiento de los cognitivos. Hay un libro de Roudinesco sobre el terapeuta y el estado y que sé yo y un dato interesante que aparece ahí es que en Francia los líderes de todas las terapias más variadas salen de los divanes de psicoanalistas renombrados.

Roberto Vecchiarelli: Algunas ocurrencias y una pregunta. En la primera parte de la clase vos mencionabas algo así como el poco imaginario que tenía Lacan y que lo llevaba a tener que trabajar mucho con lo simbólico. En ese momento me produjo una asociación con lo que se habló anoche del monje que hablaba de la etapa ideal en la cual el universo se nos volvía totalmente extraño o ajeno, no sé si uso bien la palabra. Esto lo estaba relacionando con el tema de si psicoanálisis, si terapia breve y todo eso que vino después. Me parece que justamente una posición a la cual podemos tender como psicoanalistas es a trabajar con lo simbólico y si bien no desconocemos obviamente lo imaginario, por lo menos que nuestro imaginario quede entre paréntesis, lo más posible en la sesión. Esta es una cuestión. ¿Por qué lo relaciono con las terapias breves y todo eso? porque en ese comentario que vos decís que yo hice sobre la obra social a la cual felizmente ya no pertenezco, justamente quedaron muy confrontadas las psicoterapias con el psicoanálisis como si fueran unos compartimentos en confrontación como decía Alejandro. Justamente se produce una cuestión de dualidad imaginaria y quedan como opciones. Me parece que la posición que uno tome desde un lugar de escucha analítica, eso va a estar relacionado con lo que vos vas a desarrollar después en el “discurso de apertura de la partida”, es lo que va a permitir que a lo mejor en un momento, de alguna sesión de corta duración o de más tiempo se produzca un analizante. No todo el que demanda un tratamiento es un analizante.

Con respecto al tema de la Psicología del Yo, me acordé de una frase de cuando yo empecé a estudiar con vos allá por el 96. Se hablaba de los analista nostálgicos del confort. Yo he venido de una institución que tenía algo de eso, de nostalgia de la época dorada. Me parece que justamente en la medida en que estaban trabajando muy en el eje de lo imaginario, sobre todo en la Psicología del Yo y algunos kleinianos también, a los pacientes se les vino la tensión de lo real por ejemplo a través de crisis económicas, se encontraron que no supieron qué hacer con eso. Apareció o sobre forzó un tema que es la imputación de intencionalidad, imputación de resistencia al paciente negando lo real y apareciendo la nostalgia de las épocas buenas.
Por último una pregunta, cuando hablabas de si hay una ambigüedad normal en la constitución del sujeto ¿puede ser que un momento de corte de esa ambigüedad sea cuando el objeto deja de ser real para convertirse en simbólico?

Sergio Rodríguez: Si no te entiendo mal vos te referís a esa parte del Seminario de las relaciones de objeto (Sem. 4) donde Lacan plantea que la madre primero es simbólica y los objetos son reales y que luego la madre es real y los objetos simbólicos. Ahí también tenemos que seguir a Lacan a través de la historia del desarrollo de su pensamiento. Si ustedes leen la primera conferencia de Lacan: Real, Simbólico, Imaginario (1953) y la comparan con El Sinthome (Sem. 23) por ejemplo, van a encontrar precisiones y diferencias en relación a cómo definir real, simbólico e imaginario. Ni que decir que hay un momento donde el planteaba abiertamente la primacía de lo simbólico y hay un momento donde él va a plantear la equivalencia de los registros. Esto ha traído interesantes discusiones dentro del lacanismo. Lo que él nunca va a dejar de plantear hasta el final de su vida, es la primacía del significante. Él va a plantear la equivalencia de los tres registros pero la primacía del significante. Digo esto porque aquello que es muy interesante dentro de lo que podríamos llamar el Lacan más inmaduro tal vez ahora habría que revisarlo, ahí todavía hay un concepto de confrontación de lo real y lo simbólico, me parece a mí, donde lo real tiene bastante los visos de lo material. No es estrictamente así porque tanto el alimento como la madre son materiales pero me parece que hay algo de eso. Algo de eso pero hasta cierto punto a la vez porque la lógica básica que él plantea ahí es fácilmente reconocible y uno va a estar de acuerdo en el sentido de que en el primer tiempo el chico lo que tiene es hambre y después de la segunda o tercer mamada cuando ve aparecer a la madre se le representa que le van a calmar el apetito, en ese sentido la madre es simbólica. En cambio más adelante que la madre le traiga o no el alimento le va a simbolizar qué está pasando con esa mamá, si está enojada, si lo quiere o no lo quiere, entonces el objeto es simbólico y la madre es real. De fondo lo que aparece es la incognosivilidad de lo real pero todavía no con la precisión con lo que la va a plantear especialmente a partir del Seminario 11 sino que aparecen más confundidas ambas cuestiones.

Respecto a tu pregunta: Lo que plantea Margaret Mahler, yo dije ambigüedad porque es una cualidad ahí, pero lo que ella plantea es la existencia de un autismo normal y una simbiosis normal. La ambigüedad es una cualidad de la simbiosis, eso sí. En ese sentido creo que en el autismo normal que son esos dos primeros meses, el mundo es un caos para el chico. Después Lacan lo va a estirar hasta el estadio del espejo y ya ahí es distinto, incluso él va ir dando idas y vueltas. Pero a partir de que empieza a reconocer la sonrisa de la madre empieza a reconocer un indicio que él no sabe si es de afuera o es de adentro y no sabe si él está adentro o está afuera de ese indicio. Lo que sabe es que ese indicio es indicio de que un sufrimiento se va a calmar, para decirlo de un modo sencillo. En ese período que es el período pre especular y post autismo primordial, normal diría la Mahler, efectivamente estamos en el tiempo de la simbiosis. Ese tiempo se va prolongar bastante. Recuerden que el chico de dos años todavía está jugando con sus chiches al lado de la madre que está estudiando, me refiero a ustedes, y la madre se para y se va a cocinar y el chico agarra todos sus chiches y se va a jugar a la cocina al lado de la madre, es una forma de simbiosis todavía. No puede estar solito jugando en el estudio de la madre y la madre cocinando en otro lugar, hay todo un movimiento ahí. En ese movimiento el estadio del espejo va a jugar una función muy importante en el sentido de instalar un más allá de sí y un más acá de sí. Es muy interesante. Si ustedes siguen la sección “Palabras Mayores” en la revista “Viva” de Clarín, observen a qué edad pertenece cada una de las anécdotas infantiles y ahí van a ir captando estas diferencias en el lenguaje de los chicos. No es que tenemos primero lo real, después lo imaginario y después lo simbólico sino que real, simbólico e imaginario se van instalando hasta desde antes del embarazo, les diría, en el sentido de los sueños de esa madre, los sueños de ese padre, las conversaciones de esa madre con su panza, etc. Hay muchos indicios de que hay una vida intrauterina que percibe, no digo que significa, pero percibe. Donald Meltzer hizo un estudio muy interesante hace muchos años siguiendo desde el proceso de un par de mellizos desde la gestación hasta que terminaron el jardín de infantes. Son muy interesantes algunas cosas que cuenta Meltzer sobre eso. Por ejemplo, que desde la panza de la madre la nena era muy pacífica y el nene era muy quilombero y eso siguió siendo así después. De paso volvemos a la genética porque ahí había algo que tiene que ver con la genética y no con lo simbólico. Tampoco es que no tenga nada que ver con lo simbólico. No es lo mismo la relación de la madre con su panza cuando está contenta con su embarazo que cuando el embarazo le cayó del cielo y hubiera preferido abortarlo y no lo hizo por un motivo x y eso produce efectos en las criaturas. Digo esto porque volviendo a tu pregunta ¿Podemos establecer límites, en tal época pasa más una cosa? Sí, pero siempre y cuando no dejemos en cada una de esas épocas de observar los diversos fenómenos en la relación entre los tres registros. No sé si más o menos te respondí.
Es la hora, ¿alguien quiere hacer alguna otra pregunta u observación?

Intervención inaudible en relación a la intervención sobre el caso de la madre que no podía acercarse a su bebé, comentada en la primera clase.

Sergio Rodríguez: La pregunta es muy buena. Ahí tenés el valor del acto porque yo lo que hice es un pasaje al acto. Desde mi saber teórico previo y posterior yo podría pensarla como una intervención silvestre, así la plantearía Freud en su trabajo sobre el psicoanálisis silvestre. En el sentido de que no había establecida en apariencia para mí una lógica de transferencia que diera lugar a una interpretación de tal orden. Sin embargo los efectos de la interpretación después me devuelven que lo que yo le dije bestialmente, en realidad fue una interpretación acertada. Pero me enteré por el a posteriori. A dios gracias me salió bien. Las interpretaciones silvestres que originan una interrupción en un tratamiento en una neurosis dan lástima porque ese análisis podría haber ido más adelante, pero determinadas intervenciones silvestres con una prepsicosis o con una psicosis puede originar que la persona no se vaya sólo del análisis sino que se vaya de la vida por ejemplo o que mate al chico efectivamente. Es el filo sobre el que nos movemos los psicoanalistas siempre. No es un filo que evite el encuadre clásico, no vayan a creerse eso. El mismo Bleger da ese ejemplo donde lo induce al analista a que obligue al paciente a tratarlo de usted, supuestamente para volver a una lógica más relacionada con lo que sería el psicoanálisis no silvestre y sin embargo origina un brote. Por eso no hay reglamento que nos arregle a nosotros nuestra actividad. Lo que hay es observación, conjetura y luego valor y bancarse la que venga. Bleger decía una cosa interesante: ninguna interpretación mata, ninguna interpretación cura. Eso también es cierto. En ese sentido, en lo que no tiene razón Kernberg es en decir, - es lo que me enseñó Ulloa a mí- que esos casos no son para análisis sino para psicoterapias. Justamente, hay que utilizar todas las herramientas del análisis para proceder lo mejor posible. Se logran cosas interesantes con los psicóticos si uno eso lo sabe hacer. Pero uno siempre está navegando sobre ese filo entonces cuando está frente a uno de estos casos graves que Kernberg llama borderline, otros llamaron fronterizos, el psicoanálisis lacaniano se opuso hasta después de la muerte de Lacan a entrar en alguna de esas nominaciones y cuando empezó la década de los noventa y empezó a apretar el cinturón empezaron a buscar la forma de acercarse sin decir lo mismo que Kernberg. Decían “patologías de borde”, “patologías de fin de siglo”. Cuando uno está frente a esos casos yo lo que utilizo son suaves interpretaciones experimentales. Una especie de globos de ensayo, para ver cómo reacciona. En ese sentido sí, tal vez, podría decir que esa interpretación fue brutal a pesar que el resultado después dijo que no. Tal vez yo tendría que haberme manejado con mayor cautela.



[1] “Descolagados en Palermo” Sábados de 18 a 19 hs. FM 99.5

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