03-10-1984
-"A máquina, dos carillas oficio a doble espacio"-. Poco, para resumir el 3' Encuentro Internacional del Campo Freudiano", realizado en Buenos Aires, del 18 al 22 de julio de 1984. Así que elijo los que considero puntos claves.
Muerto Lacan, a sus seguidores se nos plantea, transmitir su enseñanza y encontrar nuevos caminos que desplieguen el descubrimiento freudiano y su prosecución lacaniana.
Miller dijo el 29 de julio de 1983: "La cuestión es si nosotros, los lacanianos, estamos condenados o no a repetir el discurso de Lacan".(1) Recoge en esa frase la inquietud universal de los discípulos a la muerte del Maestro. En París, es sabido, varios grupos lacanianos, discuten con el conducido por Miller. Por la estructura convocante, ninguno de ellos concurrió al "Encuentro". Algunos psicoanalistas, principalmente argentinos, desde sus propios puntos de reflexión plantearon polémica o sostuvieron un discurso no idéntico, al de los seguidores de Miller.
Atenazado por el espacio, presentar con excesivo reduccionismo, el nudo de uno de los principales debates. Debate que tiene una enorme implicancia clínica. Por ella empezaré. Miller dice: (2)"...y no hay que olvidar que Lacan situó el fin del análisis en relación al fantasma y no en relación al síntoma". El trabajo defendido en plenario por Isidoro Vegh dice: "Fin de análisis, de un síntoma al que el sujeto se identifica, (se identifica tanto como de él se advierte), hay objeción que nos enfrenta:(no era del fantasma el terreno adecuado para una operación de corte, atravesamiento también llamada? /.../ "De tropiezo en tropiezo, de síntoma en síntoma, el sujeto avanza en la dialéctica de su verdad: escansión que despliega la demanda, interpretación que al síntoma extingue, corte que disjunta en el fantasma su relación al objeto".
La discusión por lo tanto, en un primer movimiento, abarca nada más y nada menos, que los criterios que definen el fin de análisis, pero desde ahí se despliega a cuestiones claves de la conducción de la cura. El sustento teórico de la misma reconoce diferencias en la conceptualización de la articulación entre signo, significante y letra y por lo tanto entre sujeto y objeto. Está en juego la concepción del nudo Borromeo, de la articulación entre lo real, lo simbólico y lo imaginario que Lacan, según dijo en Venezuela, dejó en lugar de la tópica estructural freudiana de: Yo, Superyo y Ello.
En ciernes, como de algún modo Miller lo admite, esta polémica comenzaba en el primer "Encuentro", en vida de Lacan, pero cuando un cáncer ya anunciaba su muerte. Desde ese evento se manifestó un criterio organizativo autoritario que, por ejemplo, exigió a alguien que sería luego uno de los principales organizadores del tercer encuentro, testar cierta parte de su ponencia, o que hizo que, en cada mesa de discusión, Miller o Laurent, hicieran el "cierre", subrayando que les parecía bien, y que criticaban, imponiéndole así, una dirección interesada y tendenciosa a las discusiones. Creo que eso, y no sólo la crisis económica, hizo que fueran relativamente pocos los argentinos que concurrieron al Segundo encuentro en París.
El 2º y 3º, los organizó nuevamente la "Fundación del Campo Freudiano" entidad privada presidida antes por Lacan y desde su muerte por Judith, hija de aquél y esposa de Miller, siendo estos sus atributos mayores para relacionarse con el movimiento psicoanalítico, ya que su interés intelectual apunta en cambio a la sociología y la economía. Los autores de los trabajos a leerse en los plenarios, fueron designados personalmente por Miller. Él por supuesto, no leyó ningún trabajo. Y esto no es un exceso interpretativo. En el diario "Tiempo Argentino", 26-VII-84 Miller dice: "Los informes técnicos acaban de aparecer en una publicación cuya seriedad y amplitud son sorprendentes. En cuanto a las exposiciones clínicas, son más de ciento veinte...". Es clarísimo, los informes a plenario, para él eran técnicos y los otros clínicos. La teoría, le quedaba reservada. Preparado de esta manera, el "Encuentro..." transcurrió por los carriles de las "preferencias" de los organizadores, lo que se manifestó en el manejo del tiempo y de la atención para con los expositores según fidelidades y jerarquías.(3)
A esta altura de la nota, habrá lectores que se estén preguntando: ¿por qué hacer tanto hincapié en el estilo organizativo y de funcionamiento? Pues, porque considero que en eso, se está jugando el futuro del movimiento lacaniano y no aún, en si ya están saldadas las polémicas y en quién tiene razón. Y en esta postura creo que soy lacaniano. Cuando Lacan disolvió la Escuela de París no lo hizo contra tal o cual posición teórica, sino para oponerse a que el psicoanálisis vire hacia el sentido, y el efecto de grupo se sobreponga al discurso haciendo de la "Escuela", Iglesia. Disolvió entonces: "Con vistas a un trabajo, como ya he dicho que, en el campo por Freud abierto, restaura el surco tajante de su verdad, y reconduce a las praxis original por él instituida con el nombre de psicoanálisis al deber que nuestro mundo le corresponde- y que, mediante una crítica asidua, denuncia las desviaciones y compromisos que amortajan su progreso, degradando su empleo".(4)
Liberarse del sentido, es el concepto psicoanalítico de libertad. Instituciones psicoanalíticas fundadas en la función de la libertad, y no en la "custodia" de un grupo, estarán en mejores condiciones, para no deslizarse hacia "el sentido que es siempre religioso"(5), para no repetir la experiencia de la Asociación Psicoanalítica Internacional y sus filiales.
NOTAS
(1) "Dos dimensiones clínicas: síntoma y fantasma
(2) Idem.
(3) En ese esfuerzo, Eric Laurent cometió la hazaña, alabada por Miller de leerse en 5 horas, según informó el plenario, 120 trabajos concebidos cada uno para 20 minutos de exposición, o sea un trabajo cada 2 minutos y medio. Probablemente haya tenido que ver con ese esfuerzo que, por ejemplo, haya caracterizado a los trabajos de Juan Torrisi y mío, "como interesante trabajo sobre el psicótico en las instituciones", cuando en realidad discurrían sobre pacientes atendidos en consultorio privado.
(4) Jacques Lacan: "Carta de disolución de la Escuela Freudiana de París". 5 de enero de 1980.
(5) Idem.
No hay comentarios:
Publicar un comentario