jueves, 22 de mayo de 2008

El Malestar en la Cultura en vísperas del 2000

Sección: Boyando
54 líneas, incluido el pie de página

Volanta:
Freud lo analizó medulosamente, el malestar es inherente a la Cultura, lo que no quiere decir que sin La Cultura viviríamos mejor. Hechos de este fin de siglo provocan al psicoanalista a preguntarse por algunas razones, de algunos, ocurridos últimamente.

Suicidios colectivos. Aumento en la tasa de suicidios infantiles. Homicidios seriales. Pérdida de la “profesionalidad” del delincuente urbano. Asesinato rápido y fácil de su parte, y de quienes debieran mantener el orden. Atentados en masa, seguidos de auto –inmolaciones. Catástrofes del ecosistema: Chernobyl, arrasamiento de bosques, derrames de petróleo. Guerras de exterminio sin ocupación de territorios. División de la sociedad entre los que sobre- trabajan (12-14 hs diarias) y los desempleados. Emigraciones masivas, desde las irónicamente llamadas economías emergentes, hacia los países creídos centrales.
Estas, serían noticias innecesarias de publicar en una revista como la nuestra, que es de análisis y no de información, y que sólo se ocupa de la inactualidad al instante. Pero el Inconsciente se empeña en repetir por boca de comunicadores sociales con llegada mundial, como los de la CNN en español, algunas frases que nos convocan a reflotar al instante, lo inactual: la interpretación (y en consecuencia intervención) sobre el síntoma, en este caso, social, por la rotura de lazos sociales y exasperación del individualismo.
Las frases son: evitar una catástrofe humanitaria y oponerse a la limpieza étnica. En otros contextos discursivos, dichos conductores utilizan esas palabras con total pertinencia. Por ejemplo, hablan de la llegada de medicamentos a alguna población, calificándola de ayuda humanitaria.
En consecuencia, cuando dicen catástrofe humanitaria, su inconsciente enuncia que las catástrofes traen resultados favorables a la humanidad. Cuando repiten que las tropas de la OTAN combaten en oposición a la limpieza étnica, dicen que se oponen a lo que ellos también consideran limpiezas. Se pueden dar muchas interpretaciones sobre estas insistencias significantes, desde la economía, la política, etc. La psicoanalítica es verdaderamente inquietante. Ella lee, que ambos significantes trasmiten que en el lugar del Otro[i], de los jefes de la política y la guerra en la aldea global, está la idea de que hay un exceso de población y el deseo de que los genocidios resulten humanitarios y limpien.
Entre otros, hay dos campos del goce que el significante causa (en el sentido que indica de qué y como gozar), pero en estos casos, no pone los límites necesarios. Uno, es el de la multiplicación de las fortunas por vía de operaciones financieras inescrupulosas y de la expulsión de los trabajadores de sus puestos. Para lo cual, aprovecha intensivamente lo que el desarrollo científico y tecnológico le sirve en bandeja, gracias también a la existencia de los significantes y las letras. Es otro campo de goce, causado por estos últimos, pero sin los límites debidos. La Ciencia, el nuevo dios. Diciéndolo como lo estoy haciendo, parece que la “culpa” fuera del significante y sus incapacidades.
Nada de eso. El significante puede ponerle límite al goce, cuando así lo decide el sujeto. Por lo tanto, lo que está ocurriendo, es responsabilidad de los sujetos en tanto se sigan manteniendo encandilados por los brillos de La Ciencia y La Tecnología, sin advertir ni oponerse a los efectos oscuros de ellas. Lo simbólico, por defecto, por lo que no logra resolver o lo que produce inesperadamente y sin significación avizorable, manejable, engendra a lo real, no a la naturaleza que siempre estuvo. Cada paso por nuevos descubrimientos y nuevas aplicaciones tecnológicas útiles, puede producir un resto, que inquietante, se vuelve sobre nosotros. Como diría la canción: a veces bien, a veces mal. Es responsabilidad de cada uno de nos, que en relación a los Otros, hagamos trabajar al significante y la letra sobre esos restos que mientras se mantienen irrazonables, amenazan con arrasarnos.
Más, en tiempos como estos, en que el desencadenamiento de La Ciencia y de La Técnica trajo un efecto maníaco con connotaciones perversas en los amos corporativos, por el cual someten todo, a su pura voluntad de goce. Expulsan masas de trabajadores. Incendian países. Inflan y pinchan economías. Destruyen el ecosistema.
Idiotizados por su Imaginario ensoberbecido, no advierten que no sólo condenan a los que por más débiles caen primero, sino que se están condenando ellos mismos, a llenarse de chicos de negro (Denver), o de las inmigraciones masivas a sus territorios centrales. O a que les devuelvan sus gentilezas enviadas en misiles o en F 117, con armas biológicas o químicas, fáciles de transportar como lo mostró el filme 12 Monos.
Si insisten, la catástrofe humanitaria será tal, porque los incluirá.
[i] Lugar de los significantes reprimidos, de la ley y del deseo

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