17/9/02
El analizante...
“¿Qué se nos dice del placer? Que es la menor excitación, lo que hace desaparecer la tensión, la atempera más, por lo tanto aquello que nos detiene necesariamente en un punto de alejamiento, de distancia muy respetuosa del goce. Pues lo que yo llamo goce en el sentido que el cuerpo se experimenta, es siempre del orden de la tensión, del forzamiento, del gasto, incluso d la hazaña. Incontestablemente hay goce en el nivel donde comienza a aparecer el dolor, y sabemos que es sólo a ese nivel del dolor que puede experimentarse toda una dimensión del organismo que de otro modo aparece velada” /....../ “Este cuerpo no se caracteriza simplemente por la dimensión de la extensión: un cuerpo es algo que está hecho para gozar, gozar de sí mismo”.
J. Lacan - Psicoanálisis y medicina en”Intervenciones y Textos I.
Sergio Rodríguez: Bueno, vamos a empezar. Esta clase, que es la 18, se llama “Del goce de los ideales al ser de gózase, a través del reconocimiento y acercamiento de deseos”. La próxima clase que es la del 24 de septiembre la va a dar Laura, sobre la lógica del fantasma entre el deseo y el goce. Y, trabajosamente nos vamos acercando al final del seminario. Recién comentábamos con algunos, que ya se nota el cansancio. Terminamos el 22 de octubre.
“¿Qué se nos dice del placer? Que es la menor excitación, lo que hace desaparecer la tensión, la atempera más, por lo tanto aquello que nos detiene necesariamente en un punto de alejamiento, de distancia muy respetuosa del goce. Pues lo que yo llamo goce en el sentido que el cuerpo se experimenta, es siempre del orden de la tensión, del forzamiento, del gasto, incluso d la hazaña. Incontestablemente hay goce en el nivel donde comienza a aparecer el dolor, y sabemos que es sólo a ese nivel del dolor que puede experimentarse toda una dimensión del organismo que de otro modo aparece velada” /....../ “Este cuerpo no se caracteriza simplemente por la dimensión de la extensión: un cuerpo es algo que está hecho para gozar, gozar de sí mismo”.
J. Lacan - Psicoanálisis y medicina en”Intervenciones y Textos I.
Sergio Rodríguez: Bueno, vamos a empezar. Esta clase, que es la 18, se llama “Del goce de los ideales al ser de gózase, a través del reconocimiento y acercamiento de deseos”. La próxima clase que es la del 24 de septiembre la va a dar Laura, sobre la lógica del fantasma entre el deseo y el goce. Y, trabajosamente nos vamos acercando al final del seminario. Recién comentábamos con algunos, que ya se nota el cansancio. Terminamos el 22 de octubre.
Bueno la clase la empiezo con dos citas de Lacan, que están escritas en el pizarrón y que Uds. pueden encontrarlas en “Psicoanálisis y Medicina”, en la edición de Manantial, en “Intervenciones y textos I”. Empiezo con esta cita, porque sobre el tema del goce que a esta altura es un tema muy llevado y muy traído en el psicoanálisis lacaniano y a mi modo de ver, muchas veces tomado de un modo con el que algunos casi han llegado a construir una ideología. Entonces, me pareció mejor empezar por lo mas sencillo. Que no por sencillo deja de ser verdad. Esta cita es algo que Lacan jamás corrigió. Después fue sí complicando la cuestión, más que complicando, acomplejándola, pero la base es ésta. Como si estuviéramos entre gente que habla diferentes lenguas y buscamos un lenguaje común, partamos de esa cita, de ahí iremos viendo algunas otras cosas. Tengan en cuenta además que como es una conferencia que el dictó para médicos se ocupó de hacer algo mas o menos sencillo. Bueno, ahí Lacan se pregunta: “¿Qué se nos dice del placer? Que es la menor excitación, lo que hace desaparecer la tensión, la atempera más, por lo tanto aquello que nos detiene necesariamente en un punto de alejamiento, de distancia muy respetuosa del goce. ( ahí, con sus propias palabras, está mas o menos dando la definición del principio del placer en Freud, casi en los inicios, cuando Freud al Principio del Placer lo planteaba como el cuidado de la homeostasis.) Y entonces Sigue: Pues lo que yo llamo goce (subrayo esta parte, porque goce y placer son dos palabras que en el lenguaje vulgar se intercambian habitualmente, entonces eso ha traído bastantes líos en la cabeza de la gente, como si hubiera una palabra que tuviera una verdad y otra, otra. En realidad lo que Lacan hace ahí es lo que suelen hacer los teóricos, que en el momento en que tienen que producir un nuevo concepto lo tienen que nominar con algún viejo significante y entonces lo que él hace es aclarar “pues lo que yo llamo goce”...) en el sentido que el cuerpo se experimenta, es siempre del orden de la tensión, del forzamiento, del gasto, incluso de la hazaña. (Fíjense que ahí hace una cuestión descriptiva de esta cuestión del goce, y en esa cuestión descriptiva parte de una cuestión que es básica: en el goce el cuerpo se experimenta. Después van a ver en una parte mas adelante, como inclusive a esto se lo puede observar muy prácticamente. En ese sentido podemos afirmar que es imposible no gozar. Seguramente que todos los que están acá en este momento, están experimentando de un modo o de otro su cuerpo. En algún lugar tienen alguna tensión, en algún lugar tienen algún dolor, en algún lugar andan pensando que tendrían que ir al masajista, en fin... dice, “Del forzamiento”, gran diferencia con el placer, en el placer no se fuerza, al contrario, “del gasto”, el goce significa gasto. Hay algo que se pierde, “incluso de la hazaña” fíjense que él sale allí de la sola descripción del goce en el cuerpo y de golpe lo pasa al orden simbólico imaginario, en el sentido en que la hazaña es una determinada realidad con que el sujeto se expresa. Especialmente los hombres somos muy adictos a creernos héroes de hazañas. Los obsesivos particularmente. Siempre tenemos que mostrar que podemos un poco más. Laura me mira y se ríe cuando digo esto, ni la estoy mirando, pero seguro que se esta riendo...) Incontestablemente hay goce en el nivel donde comienza a aparecer el dolor, (bueno, quiero detenerme un poquito en esto porque fíjense que él dice “donde comienza a aparecer el dolor”. Digo esto porque se ha instalado una especie del saber vulgar en el lacanismo, de que goce es dolor, y puede serlo o no serlo. En todo caso lo que advierte es que cuando comienza a aparecer el dolor, es justamente cuando el cuerpo se empieza a experimentar. Dice: “y sabemos que es sólo a ese nivel del dolor que puede experimentarse toda una dimensión del organismo que de otro modo aparece velada” (este es el punto que les decía que venía más adelante. El ejemplo es muy sencillo: Uds. no se dan cuenta que tienen cerebro hasta que no les duele la cabeza o les pasan totalmente inadvertidos los intestinos hasta que se producen retorcijones, en fin cuestiones de ese estilo. No advierten la existencia de la musculatura lisa hasta que no duele en algún punto o en algún punto entra en tensión. Está refiriéndose a esas cosas así de sencillas... Lo que trato de rebatir en este inicio, es que no siempre el goce es dolor, lo cual no quiere decir que a veces no lo sea. Trato de aclarar el peligro de que nos transformemos en una especie de marketing publicitario del dolor. Lo que pongo a renglón seguido, que en realidad es una cita previa en el trabajo de Lacan, pero a mi me sirvió ponerlo en este orden, dice...) “Este cuerpo no se caracteriza simplemente por la dimensión de la extensión: un cuerpo es algo que está hecho para gozar, gozar de sí mismo”. Esto también es interesante, porque la frase “sí mismo” no es común en Lacan. La frase es mucho más común en Freud, ni que decir en Winnicott, en Helene Deutsch, pero en Lacan no es común. Una de las veces que aparece es esta. Y fíjense que aparece de entrada centrando la cuestión del goce como un goce de sí mismo. Este es un punto clave que va a tener que ver con muchos de los desencuentros que se producen entre la gente, ni que decir entre los amantes....
La otra cuestión que quería tomar antes de entrar a la cuestión de la paciente, es el tema de la causa del goce. Esto se los repaso brevemente, insisto, para ubicarnos en relación a lo que podemos hablar en relación a la paciente.
En el momento en que Lacan toma a fondo la cuestión del goce, que es en el Seminario “Encore” traducido como “Aun”, los lacanianos estábamos habituados a colocar en el campo de la causa, nada mas que el objeto como perdido, pero en realidad Lacan en lo que se había centrado hasta ese momento era en desarrollar el tema del deseo. La particularidad que tiene a esta altura es que al meter el tema del goce ya mete un tema que obviamente esta articulado al tema del deseo, pero que es otro tema. Es otra cuestión. Y en ese sentido reconoce una causa que no es la causa que reconoce el deseo. Si en el deseo la causa esta en la perdida del objeto, en el goce la causa va a ser el significante, lo cual recuerdo que nos desconcertaba en aquellos primeros tiempos en que trabajábamos estos temas: significante: causa del goce; significante: algo absolutamente del orden de lo simbólico; el goce es algo absolutamente de lo real, de lo real del cuerpo...¿cómo es esta cuestión? Entonces ahí también, simplifiquemos, lo que no quiere decir quitarle riqueza al término. Lacan va a plantear el significante como causa del goce, particularmente en relación a: como causa material, y como causa final. En el medio como causa eficiente, en el sentido del despliegue. Y Lacan da una explicación muy sencilla “¿cómo saber con qué gozar y dónde gozar si no disponemos del significante?” dicho en términos sencillos, cada pedazo de nuestro cuerpo esta nominado por algún significante y cada pedazo del cuerpo del otro, también esta nominado por algún significante. Y, justamente es la disposición de eso lo que nos permite saber que hacer en el momento en que nos disponemos a ejercer el goce. Ahora, la otra cuestión importante porque tiene que ver con la causa material, es que también es muy importante saber ejercer el final del goce. Si no se supiera ejercer el final del goce, obviamente el final del goce sería la muerte o cualquier variante invalidante. Hay una película, que suelo recomendar cada vez que hablo sobre este tema, que además de ser hermosa como película, es muy interesante para pensar y desarrollar esta cuestión, es “El imperio de los sentidos”. Una película japonesa que en su momento fue divulgada y calificada (bueno, acá en la Argentina) como película pornográfica, pero en realidad actualmente sería calificada como “de sexo explícito”. Es muy interesante observar todo el movimiento que se produce en relación al goce en los dos protagonistas, y como justamente (bueno, les cuento el final...pero no me queda otra) en determinado momento en que el significante pierde la función de funcionar como causa final del goce, en ese momento se accede a la muerte.
La otra cuestión es cómo Lacan fue discriminando a través del tiempo (empieza en “Aún” pero sigue), diferentes tipos de goce, lo cual tiene importancia. Y tiene su importancia especialmente observarlos en su variación, a esos tipos de goce.¿qué quiero decir? Por ejemplo, él plantea el Goce Fálico, y dice que el Goce fundamentalmente es goce fálico ¿por qué? Porque el goce fálico, en primer lugar, es el goce que está limitado por el significante. Justamente en esa película al no estar limitado por el significante hasta lo que toma el lugar de encarnadura del falo, se pierde (en esa película). Pero Lacan hace un juego, un péndulo, entre el falo como significante y el falo como real (o sea toma el pene) y hace un desarrollo fuertemente metafórico y fuertemente retórico en relación a la cuestión del goce fálico, porque así como va a plantear que es el goce principal, va a plantear que es el goce que tiene relación con el significante, y por lo tanto con el establecimiento de una realidad. También va a plantear que es el goce de la masturbación, donde obviamente lo que entra en juego en los varones es el pene y lo que entra en juego en las mujeres (o al menos en determinado tipo de masturbación en las mujeres) es el clítoris, que es el resto de pene (según dicen los embriólogos) que queda en la mujer. Pero entonces, a partir de ahí también lo va a articular a que es el Goce del Idiota, con lo cual juega además con las fantasías infantiles. Acá hay muchas mujeres, pero también hay algunos varones... y sabemos que era el dicho mas común en el barrio aquel de “no te hagas tanto la paja porque te vas a quedar idiota” o “te van a crecer pelos en las manos”, que era la otra variante. Bueno, pero fíjense al mismo tiempo que en el seminario donde desarrolla el tema del goce, que es en “Aún” es donde más peso le va a dar al tema de la necedad, donde va a plantear que el significante es necio, lo cual obviamente está muy relacionado a que el significante es el que va a permitir mantener la relación imaginaria entre la gente, que es la relación predominante que nos vuelve necios, efectivamente, en el sentido en que hay muchas cosas a las que perdemos la capacidad de verlas, de observarlas, de captarlas, de trabajarlas y de producir algo nuevo con eso.
El otro goce que va a plantear es el Goce del Otro. Ahí el va a plantear por lo menos dos o tres cosas fundamentales que no hay que perder de vista. Empieza en “Encore”, y va a terminar por lo menos en “El Sinthôme” con esta cuestión, porque por un lado lleva a la cuestión radical de que no hay acceso al Goce del Otro, lo cual se engancha con el comienzo, el goce de sí mismo, el goce del cuerpo, del que hablábamos al principio ¿se acuerdan?. De lo que le pasa al otro, por supuesto vamos a hacer mil interpretaciones, vamos a creer mil cosas, vamos a querer creer (además) mil cosas, etc. ¿Qué le pasa? Por lo general ni el otro mismo sabe que le pasa....especialmente si son mujeres.... Pero después va a aparecer el tema del Goce del Otro como fantasma neurótico. Lamentablemente uno de los fantasmas neuróticos más graves para las sociedades, porque buena parte del tema del racismo, de las guerras, de las luchas o encontronazos sociales, tienen que ver con esa ilusión neurótica de que mientras uno no goza el otro sí goza. Lo que pasa a ser una fuente de enfrentamiento permanente.
Y finalmente, el delirio sicótico, donde el sicótico se siente gozado por el Otro, las voces, las alucinaciones de diferente tipo, a lo cual finalmente le da una forma delirante, pero que en esa forma delirante siempre de algún modo está gozado por ese Otro.
Después, más adelante, en el “El sinthome” el va a hablar de el Goce del Otro que no hay. Inclusive se enoja con los que lo escuchan porque cuando planteó el Goce del Otro no le dijeron, que en realidad es un goce que no hay. En ese sentido el goce del Otro que no hay, tiene relación con aquello de que no podemos saber como el Otro goza. Esto es como la culminación de ese viaje que él hace en relación al Goce del Otro. Es curioso, porque colegas que inclusive si uno los escucha explican bien esta cuestión, pero después cuando hablan, se les cuela fácilmente decir que fulanito (del cual están hablando, de un caso clínico), es gozado por el padre, por ejemplo. Ese es el fantasma de fulanito, o es el delirio de fulanito, que el padre o la madre o quien fuera pueda gozar de fulanito no cabe la menor duda, pero el tema no es ese. El tema es cómo fulanito vive esa cuestión.
Y finalmente, lo que el llama el Otro Goce, y que también a veces lo llama el Goce Femenino, al que describe como no limitado por el significante. Lo que se hace evidente en el sentido en que las mujeres lo sienten, lo viven, especialmente cuando más han logrado salir de la posición histérica, que es un obstáculo para el Goce Femenino, porque en la posición histérica en definitiva goza de su cuerpo como falo o goza de su clítoris, y ahí las mujeres tienen un obstáculo parecido al que tiene el hombre para el goce (a lo que luego me referiré brevemente), pero en la medida en que van saliendo de esa posición, van sintiendo un goce que abarca todo el cuerpo de ellas, pero del cual no pueden dar cuenta, es un goce inefable, no lo pueden transmitir, no lo pueden poner en palabras, en ese sentido no está limitado por el significante. En el varón, en cambio el goce fálico (y eso para las mujeres debe ser tan difícil de advertirlo como para nosotros el goce femenino. Las mujeres muy fijadas al goce clitoridiano tal vez puedan darse idea de eso) pero para el varón es cierto que el pene es un órgano tan exquisito de goce que hace de obstáculo a que el varón goce del resto del cuerpo. Realmente tiene que haberse producido un movimiento importante en el varón en cuanto a la posibilidad de que se le libidinice el resto del cuerpo y pierda cierto peso el goce del pene, para que el varón pueda tener cierto acceso al goce femenino que Lacan plantea en varios lugares de los “Cuatro conceptos”, de que es un goce mucho mayor. Lo cual también tiene una lógica simple y sencilla. Piensen que no es lo mismo gozar de un pedazo que gozar de todo el cuerpo. Lacan utiliza la alegoría de Tiresias, de que para averiguar sobre el goce femenino se transformó en mujer y que cuando vuelve y le habla al rey, dice “donde el hombre goza 1, la mujer goza 9”.
Bien, hecha esta introducción, vamos a la paciente. Y vamos a tratar de ir tomando una serie de escenas donde a pesar de que me dicen que no, las he ido hablando en el seminario. Ahora supongo, que podremos sintetizarlo más. Para ir tratando de descubrir en cada una de esas escenas que pasaba en el terreno del goce en esta mujer.
Empecemos por El recuerdo de la ventana. Era chiquita, tenia 4 años. La madre la lleva de contrabando a vivir en la casa donde ella trabajaba de mucama, y por eso mismo la tiene que dejar en la habitación que tiene para ella, que era un altillo en la casa. La tiene que dejar sola la mayor parte del día y esta criatura juega a los saltos sobre la cama y a balancearse en el borde de la ventana. Fíjense que ahí aparecen.... es obvio, aunque ella no lo recordaba con la fuerza con que lo voy a transmitir ahora, pero es obvio que una chiquita aburrida, sin relación con nada más que ella misma, pasa a gozar del riesgo, porque no es que ella no supiera que había un riesgo, tal es así que ella lo cuenta (después, ya de adulto) como que era una situación riesgosa.
Pasa a gozar del riesgo y pasa a gozar de la soledad. Y tomando esos dos elementos creo que está referido a dos goces diferentes. Fíjense que en lo del riesgo aparece esta cuestión de la hazaña que planteaba Lacan, y obviamente ahí había un contexto significante que al mismo tiempo que causaba ese goce, lo limitaba, donde ella imaginaba historias. En cambio en lo que se transforma en Goce de la soledad, que ella no lo puede transmitir de ese modo después en análisis, sino que lo transmite hablando de la soledad en la que ella se sentía, y como resolvía esa soledad a esa edad. Ya hay un goce menos limitado. Además lo vivía como un goce impuesto. Porque en realidad estaba sola porque, traduciéndolo ahora a nuestra lalengua lacaniana, había un gran Otro que eran los patrones de la madre, que la condenaban a esa soledad. O sea que ahí a ella le aparece el fantasma neurótico del goce del Otro, pero le aparece de esa manera tan conflictiva, porque hasta cierto punto ese fantasma está sostenido en un real, que es que efectivamente no podía salir de los límites de esa habitación. O sea que el péndulo de ella en ese balanceo (digo como alegoría lo del balanceo) estaba entre el goce del Otro que no debería haber y el Fálico limitado por el significante, en cuanto a la hazaña. Pero fíjense que interesante la cuestión, porque si uno lo continua pensando se da cuenta que ante ella, la que aparecía como Otro Primordial era la madre, la orden a ella en tanto criatura, le venía de la madre, pero la madre obviamente le explicaba, porque tenía que advertirla de que los patrones no la tenían que ver, en fin... esas cuestiones. Entonces los patrones, al mismo tiempo que la sostienen como gozada por el Otro (llamémosle así) a la piba, al mismo tiempo toman una de las formas del Nombre del Padre, en tanto aparecen como privadores. Hay un punto donde para la madre hay otra cosa que la criatura. Otra cosa a la que la madre tiene que responder. Es interesante, porque uno puede enchalarse en estas cuestiones en el sentido de “¡pobrecita! ¡Cómo no se volvió loca!” pero uno podría pensar que funcionaron más como Nombre del padre para esta criatura en esa época los patrones de esa mujer, que el padre de los documentos.
Pasemos a otra escena. El goce de la natación más el robo de sábanas, toallas y pollos, por parte de la madre. La natación de ella. Ahí aparece un primer acceso a goces causado por el significante, porque es obvio “andá y tírate en la pileta” “nada así” “anda para allá” O ella mirando lo que la madre se llevaba de esa casa. O ella y los hermanos festejando y riéndose de los pollos que la madre les robaba a los vecinos, de los cuales comían. Son todos goces que tienen dos características: una, la cuestión de que están limitados por el significante. Tienen un inicio, tienen un fin, tienen un despliegue. Dentro de esos límites vuelve a aparecer el tema de la hazaña, en el sentido de que la madre acometía hazañas por sus hijos. Pero al mismo tiempo ya aparece una marca allí, que obviamente a esta altura del Seminario sabemos que apareció mucho antes, pero que ahí tiene la oportunidad de tomar una forma recordable (lo diría de esta manera) para esta persona. Es una marca de goces transgresores. La madre transgredía cuando usaba la pileta para que la hija aprendiera a nadar. La madre transgredía cuando cometía cada uno de esos pequeños latrocinios.
Vamos a otra escena. La escena de columpio en la plaza donde el padre de los documentos le daba caramelos, sobrepuesta a la escena del velorio de Luciano, como primer recuerdo de pérdida sin retorno equivalente a un goce doloroso (primer duelo, para quien en ese momento era una criatura) y por lo tanto precipitación del deseo de tener un padre. Me parece que esto es importante por varias cuestiones. En la plaza, la combinación de ser hamacada con comer los caramelos que le daba el padre, tienen algo de goce, pero al mismo tiempo muy cercano al placer. Es obvio que esta chica experimentaba su cuerpo, porque cualquiera de nosotros que haya subido a una hamaca sabe que ahí se experimenta el cuerpo. Experimentaba su lengua, en tanto los caramelos producían un determinado gusto en las papilas linguales. En ese sentido hay goce, pero no es un goce ni del orden de la hazaña, ni del orden del dolor, ni del comienzo del dolor, ni nada por el estilo. Es un goce placentero. Pero es un goce. Lo que a ella se le contrapone luego a la escena del velorio, que si recuerdan, mientras el velorio transcurría algunas casas más allá, ella estaba solita sentada en el umbral de la casa de una vecina, observando esa escena que ella no podía dilucidar bien, no podía entender que pasaba ahí, y que luego se transforma en el relato para ella. A ella le relatan, porque ella no entra al velatorio, de que ahí habían velado al padre, y empieza un proceso de desprendimiento doloroso donde también hay goce. Porque cuando Lacan habla del cuerpo no deja por eso de hablar del espíritu. Los que venimos de la neurosis obsesiva, sabemos cómo muchas veces el goce del obsesivo se experimenta en estar acosados por las ideas obsesivo-compulsivas. No hay dolor de cabeza, no hay tensión muscular, no hay dolores de tripas, pero hay una serie de ideas que no se pueden parar y donde uno siente “eso”. Igual, quien haya atravesado un duelo importante sabe qué se siente.
Bueno, esa muerte a ella le precipita el deseo de tener un padre, aun sin saber que en realidad no lo había tenido coincidente con el registrado. Es en ese campo que se está armando que aparece Santiago, como suplencia del padre muerto, ofertándole blasones paternos. Y, en la adolescencia, inconscientemente abre la puesta en duda de la paternidad. Subrayo lo de inconscientemente, porque la duda inconsciente estaba evidentemente transmitida por el juego entre el nombre y apellido. Uds. recuerdan: Lucia Lucia(no). La aparición de Santiago es recordada placenteramente en su vida (porque a partir de ahí aparece y no desaparece más, hasta que muere el hombre). Evidentemente en muchas de esas escenas de placer se entrecruzó, se entretejió con escenas de goce, de diferente índole.
En el a posteriori, en esa adolescencia y juventud, la duda es dejada en stand-by. No es que no está, sino que queda en stand-by. Y queda en stand-by porque queda facilitada la renegación. No diría que ahí hubo represión de la duda, sino renegación apoyada en la identificación a los ideales revolucionarios que la llevaron a enfrentarse a funciones patenas como las de los gobiernos. Y a identificarse a un lugar paterno en relación al proyecto revolucionario y a la atención a su madre. Uds. recuerdan que esta chica, había sido tomada por su madre como la hija que le iba a asegurar la vejez. Entonces, ahí hay un Goce de la identificación al falo que se juega en el terreno de la hazaña. Esta mujer fue una de las abogadas que se ocupó del asunto de la Base Comandante Zar en Trelew, el 22 de agosto de 1972, donde participó como abogada y se jugó el pellejo en esa historia. Entonces, allí, el goce era de identificarse al falo. Goce que pasa a ser sostenido casándose con un hombre que no le disputaba ese lugar de falo, a la vez que le daba letra para sustituir con identidad de pensamientos, la brecha que había en ella en la identidad de percepción, en relación a la cuestión paterna. Es un período en que sustituyó el goce sexual por gozar de la acción en pos de ideales. Reforzado por el nacimiento de dos criaturas con valor fálico, particularmente el niño. Uds. recuerdan que este hombre “de coger ni hablemos” y ella estaba allí lanzada a plena militancia revolucionaria....
Ahora, eso lleva a través del tiempo a que se produzca una Crisis del goce a la identificación fálica por agobiador y por frustrante ante la ausencia del goce erótico. Esa es la base que va a llevar a la separación del matrimonio. Se abrió un nuevo período sostenido en la acentuación del goce revolucionario que le facilitaba renegar de lo perdido (o sea la ilusión en el que había sido su marido) y mantenerse identificada al falo de una manera renovada, distinta ahora. Para decirlo en términos sencillos, ya no tenía que mantener al marido. En todo caso, daba su vida por la Revolución.
Luego de eso hay un pasaje a la crisis de la derrota de sus ideales y creencias. Crisis que abre un hiato en los goces previos por el que se mete el deseo causado por la pérdida temprana de padre y que comienza a tomar forma con la vestidura de Rudoni (o sea de quien va a pasar a ser su segundo marido). Ahí se produce una conmoción del fantasma, en tanto la fuerte pregnancia fálica de él, muy sobre impresa por las marcas barriales barriales en común. No se si recuerdan que les contaba que habían sido de barrios cercanos. También pesaban marcas de Santiago y de los amigos de Santiago, (Uds. recuerdan que Santiago era un hombre honrado, trabajador, etc, pero rodeado de maleantes, a los cuales ayudaba.) Expulsada de la predominancia fálica a la vez que no de su identificación al falo sostenida por el enamoramiento de él, en el sentido de que si él estaba enamorado de ella, ella tenia valor fálico. Bueno, ahí esta el goce del enamorado. Uds. deben haberlo probado varias veces...¿verdad?... Esa sensación de que se está en las nubes, pero nubes tumultuosas, conmocionantes, donde....por ejemplo tengo un paciente que viene y me dice “tengo taquicardia!”....y le digo “no, tiene palpitaciones!”...y dice “cual es la diferencia doctor!” ... “la cantidad!”...(risas). Bueno, pero todo esto que se los digo medio en broma, es en serio. Esas palpitaciones son una forma de sentir el cuerpo como no se siente en situaciones habituales. Es Goce.
Ahí, consultó conmigo y se tornó evidente que no entraba en crisis solamente con sus ideales de entonces, sino con su lugar de ideal fálico para la madre, la familia originaria y el ex marido. Se produce una redistribución de goce en ella. Evidentemente se erigió un falo más alto y fuerte que ella, que pasa a nombrarse como Lucía de Rudoni, con lo cual pasa a Gozar de la castración, que si recuerdan se los relaté en los comienzos, como goce de la angustia. O sea pasa a gozar de la angustia. La angustia también es una forma de sentir el cuerpo. O tomando las palabras de Lacan, de “experimentar el cuerpo”. Se dice así....como que me aprieta, que me duele... Tengo otro paciente que esta convencido que en cualquier momento “hace” un infarto ...dice “me duele el pecho!!”....
Bueno, el análisis recorre ese primer conflicto y le facilita arribar a un nuevo matrimonio, no sólo por el cambio de hombre sino de estilo matrimonial. O sea, cuando digo nuevo matrimonio no me estoy refiriendo sólo al cambio de esposo, sino que se genera un matrimonio de estilo muy diferente al que ella había tenido. Accede a un goce más placentero, más cercano al otro goce, el goce femenino. Esto si era relatado. Ella en el matrimonio anterior, hasta las postrimerías de ese matrimonio, no se había planteado como un problema el que las actividades sexuales, las pocas que había con ese hombre fueran gozosas. Vieron cuando las mujeres dicen....”siiii...” y uno allí se siente el pelotudo de la historia. Bien, así las contaba. En cambio cuando empezó las relaciones con este hombre y a medida que avanzó la relación de pareja entre ellos, ella las contaba como fuego, como algo que ella sentía con todo y por todos lados. Era evidente que no había significante que le hiciera obstáculo al goce en ese momento. Por supuesto que no me enteré en que consistía su goce femenino, pero era evidente que no había parte de su cuerpo que no gozara.
Esto no ocurrió sin conflictos, que la acercaron más a una posición histérica en tanto la “otra” incidía, la otra era la ex esposa de Rudoni con sus demandas, sus líos, en fin...así como la hija de Rudoni, que también interfería. Pero se acentúa en ella el goce erótico con ese hombre y se van aflojando también los antiguos ideales políticos. Con lo cual, esto que les digo del aflojamiento de los antiguos ideales políticos en ella, no tiene relación solamente con su enamoramiento de ese hombre y que entonces ese hombre la convence de sus posiciones, sino que también tiene que ver con esa redistribución de goce que se arma en esta mujer. Era evidente a esa altura que sus antiguos ideales políticos tenían mucho una función de suplencia en el terreno del goce. Van tomándola más, ideales pragmáticos y limitadamente transgresivos, mucho más cercanos a los que animaban a su hogar originario. En ese período también pierde peso la pregunta de “por qué no se enternecía con la madre”, que si recuerdan era una pregunta obsesiva que la torturaba. Deja de sentirse responsable por el destino del hermano, de estos que suele haber en las familias, de estos que fracasan, que se ocupan de fracasar permanentemente y convocando a que todos los hermanos acudan a salvarlos... A partir de determinado momento ella se desprende de eso, a la vez que no pierde su relación de amor y camaradería con la hermana. Que es la que va a morir más adelante, después de terminado el análisis. A esa altura está más centrada en su ser de gózase. Como plantea Lacan en “La Tercera”, donde luego que hace todo un recorrido desde “el pienso, luego existo” de Descartes, pasando por el “pienso donde no soy, soy donde no pienso”, termina en “La tercera” planteándose “pienso donde no soy, soy donde se goza, donde gózase”...hay una traducción especial del francés allí, que ahora no recuerdo, pero que se refiere a esta cuestión de que “se es el goce, nada mas”.
Construye junto con su hombre un nuevo hogar en el cual a la vez que reconoce la función directiva de él no renuncia a tener una participación activa e influyente. Por ejemplo en los inicios lo empujó a él a analizarse cosa que éste llevó a cabo consecuentemente. Pero no sólo eso. Influyó en el encare de conflictos de él con su hija, por ejemplo, donde ella influía, y lo hacía bien.
Es por entonces que inadvertidamente empieza a presentarse con el apellido del marido: Rudoni. O sea no es algo que ella se propuso, al modo de: a partir de ahora no soy más Luciano, soy Rudoni. No, empezó a aparecer como Fulana de Rudoni. O sea que se apropia del apellido del marido y sustituye al trucho del padre. Obviamente había un recorrido en el análisis sobre esa cuestión. Y se apasiona por el armado de su nueva casa. Era evidente que estaba mucho más tomada por el goce femenino. Vieron cuando las mujeres se ocupan de esos detalles, esas cuestiones donde uno ve a la mujer en la casa...cuestiones de estética, una serie de intervenciones de la mano femenina, que en cambio en el matrimonio anterior de ella no había existido. No obstante en la queja sobre el ex marido y sus enojos con el hijo como efecto de desplazamiento, subsiste la rivalidad imaginaria y cierto goce sádico.
Finalmente, la articulación del dicho de la madre con el recuerdo de la sonrisa de Santiago, cuando la madre le dice “éste es tu padre” distendió al yo, des-alienó más al sujeto de los significantes del Otro, haciendo más estable al placer y al goce femenino. Ahí se acabó el análisis y siguió toda otra historia que ya les he contado en otro momento.
Bueno, interrumpo acá.
Público: ....goce místico en Lacan. Si lo podrías poner en este cuadro....
Sergio R: si, él lo articula mucho al goce femenino, o toma como prototipo del goce femenino, el goce místico. El da para leer el asunto de Santa Teresa y San Juan de laCruz. En la época en que estaba en la Freudiana de Bs. As., me acuerdo que Alejandro Ariel trajo un par de monjas a hablar sobre su goce en la relación con Dios. Y realmente era muy impresionante escucharlas hablar, porque estaban absolutamente lanzadas, no tenían problema.... Ellas se consideraban efectivamente esposas de Dios. El relato no aparecía como uno podía escuchar en otras monjas, un relato masoquista de su goce...¿cómo se llama el cinturón ese?.... ese de espinas que se colocan..? Silicio! ....
Ethel G:............no se escucha
Sergio R.: bueno, no vamos a hacer una discusión religiosa....! en las de clausura esta lleno!!!.....(risas).... Pero estas monjas no, en la medida en que ellas iban relatando escenas y cuestiones en relación a eso, era notable como iban entrando en una especie de trance, que no era el trance histérico de las que practican el culto Umbanda .... No, no, ...uno las veía como trasladadas a un goce inefable, del cual ellas lo único que podían ir contando eran los rezos, las escenas... pero evidente que el goce se les notaba en los ojos....para decirlo de alguna manera. Bueno, creo que por eso Lacan toma al goce místico. A veces eso se lo puede observar también los psicóticos.
Alejandro del C.: a mi me llama el atención, por algunas veces que he escuchado hablar a los lacanianos del goce femenino. Y...parece un fantasma neurótico.... Una idealización...al que parece que todos acceden tan fácilmente... La historia de Tiresias, 9 a 1. La tengo 9 veces más larga que vos...mas o menos...Esa medida (risas). A veces, cuando uno oye hablar un obsesivo en su momento de mayor impotencia sexual te habla de la mujer de esa forma. Después, lo que me resultó interesante es lo del Goce Fálico modificándose, cambiando de lugar, redistribuyéndose. Aparte esta dificultad que está en el Goce, me parece que está en el hombre... está en la mujer... me parece que pueden llegar a acceder ambos. Hoy, estaba atendiendo una chica y le estaba interpretando un sueño que me parece que tenía que ver con esto, con su deseo de gozar sexualmente como mujer y eso... y me dice “no, pero no te vayas a creer, yo soy re liberada, no tengo obstáculos, me permito todo. Fijáte, (me dice) que a la mayoría de la mujeres no les gusta el sexo anal...y a mi cuando me lo piden.... generalmente...aunque no me causa mucho placer...igual lo hago...para complacer...! Claro, lo hace para complacer, no lo hace con-placer. Y ella se presentaba así...totalmente gozadora!.
Sergio R: coincido en la cuestión básica que planteas. Siempre que teóricamente se recortan campos de este estilo, no se puede hacer otra cosa que esquematizar, así el recorte lo haga Lacan o Freud. Sino esto sería contradictorio con el planteo de Lacan de que “la verdad sólo puede ser dicha a medias” De que no hay nada más que medias verdades. Entonces en ese sentido coincido, y creo que entre los psicoanalistas lacanianos se hace una idealización del Goce Femenino y del Goce Místico. Idealización que creo tiene que ver con que verdaderamente tienen el fantasma neurótico del goce del Otro. Eso no quita lo que uno observa en el decurso de los análisis, especialmente cuando atraviesan un largo período, tanto en las mujeres como en los varones. Y en ese sentido, (hoy no lo tomé) recuerden que Lacan en ningún lugar les va a hacer un matema ni una topología, ni un grafo del goce homosexual... que yo sepa, en ningún lado. Y si alguien sabe, que me avise porque voy a ir a leerlo. Sino que lo que él plantea es la sexuación. Y cuando plantea las tablas de la sexuación él plantea un lado mujer y un lado varón, y aclara con toda precisión de que el macho y la hembra pueden estar ubicados en cualquiera de los dos lados, o en los dos lados. Entonces, lo que pude experimentar en la medida en que he visto avanzar análisis dirigidos por mi, e inclusive (lo confieso sin vergüenza) mi propio análisis, es que se va expandiendo la posibilidad de Goce, no por el lado de “yo me permito cualquier cosa” porque ahí esta limitado por el significante, ni que decir cuando dice “me presto al sexo anal para satisfacer al otro”....ya está en plena posición masoquista la dama....
Público: (no se escucha)
Sergio R: falicizado el ano y además se halla en posición masoquista, y no porque practique el sexo anal. Muchas mujeres lo practican porque les gusta el sexo anal. Pero en tu ejemplo la cosa es que “lo hace por el otro”. Pero lo que uno observa es lo que pude observar en esta mujer, donde realmente hubo un movimiento en el terreno del goce de su cuerpo muy importante, donde ella arribó a una modalidad de gozar completamente distinta y que...ya que lo planteas así.... Pensemos en la escena post-análisis, esa donde ella se despierta orinándose, él protesta y ella le dice “es lo menos que te merecías”. También es una escena de goce. Evidentemente es una escena de goce. Ella de un modo absolutamente inconsciente, porque estaba soñando. El ponerle intencionalidad vino después. Accede a una zona que jamás.....y no me refiero solamente a la zona uretral, sino a una modalidad de goce, a una zona de goce que no es que sea fálica...porque uno podría pensar en que es fálica, es vengativa, es rivalizadora... es todo eso, no es que no lo sea.... pero me parece que hay algo mucho mas importante por ahí, y que es que a ella no le haya dado vergüenza esa escena, ni ante el marido ni ante mí, porque viene y me la cuenta. Entonces ahí, ha pasado algo de otro orden.... Pero concuerdo con vos. Separar y....no sirve, porque nunca es así. Uno lo hace para explicar y nada más.
Laura L: estoy de acuerdo con lo que dicen Uds., pero me parece que hace a la cuestión de estructura en relación al goce. No hay forma de hablar del goce si no es con significante, con lo cual cualquier descripción o intento de aprehensión del goce femenino pasa a ser automáticamente un goce fálico. Esto de que Tiresias dice 9 veces por 1, el poner una cifra es limitado. Pero además Tiresias dice esto cuando ya es hombre de nuevo. Tiene 7 años de mujer y prostituta, y luego había vuelto a ser hombre, que fue un castigo de los dioses por no se que cosa. Ahora, es ese sentido fíjense que es un fantasma neurótico y de bastantes hombres también. Pero si se piensa como Lacan lo plantea, sin ponerle el nombre de Goce Femenino, sino como el Goce de la Falta, entonces allí se abre la posibilidad de pensar en términos lógicos, que se puede gozar de aquello que no esta. Otro Goce distinto a ese y que en ese sentido Lacan lo que dice es que está más facilitado en la mujeres por el hecho de la privación. Mas facilitado, nada más. Pero que de ninguna manera es privativo, ni siquiera me parece que se limita al orgasmo femenino, que es el ejemplo que el da, sino que da como un instante de caída del sujeto, de vacilación fantasmática, de caída del sujeto. Lo que me parece es que lo da como ejemplo, y no que es ese el goce femenino. Pero si se trata de un Goce mas amplio y de otro orden y que cuando uno trata de decirlo es esto...Pero no se trata de que las mujeres no pueden decir, sino que muchas veces los hombres ante determinada situación tampoco tienen palabras para describir lo que pasó ahí, en equis situación.
Alicia S: en relación a lo que dice Laura, también pensaba en (lo voy a llamar así) en el Goce del creador, que se pone en juego, que tiene que ver con este Goce en Falta, que también no es sin significante porque también algo de esto se toma, porque sino sería caer en una idealización pensar que es sin significante. De hecho, pensaba en los movimientos de goce de esta paciente y el movimiento en relación al nombre del padre. Y por otro lado te quería preguntar lo de la hazaña que tomás al principio de este juego de riesgo trasgresor, como recuerdo, o reconstrucción de este recuerdo en relación a las hazañas de la madre con los robos y luego también en relación a esta posición fálica en tanto la hazaña en lo de los Partidos...y esta cuestión...
Roberto V: se me había ocurrido, al principio algo que me parece que tiene relación con algo que hablaba Laura recién. No se porque estabas hablando del goce nombrado por el significante, localizado, en algún lado ordenado, que decimos desde la panza y todo eso... y ahí se me cruzó una frase, no se porque, pero se me cruzó esta frase que es “pero el bebé no sabe anatomía”, pero el bebé ahí goza, y el bebé no sabe anatomía, después vamos aprendiendo y lo llamamos intestino, estomago, y le vamos poniendo conocimientos que intentan nombrar. Pero el bebé goza aunque no sabe de qué, goza. Entonces si el deseo esta fundado por el deseo del Otro, desde la madre que nombra el deseo, no hay forma de apresar el goce a través del significante, porque en cuanto se lo toma por un significante, ya va quedando dentro del territorio del deseo. Esa es la impresión que tengo. Eso por un lado. Ahora, en relación a los creadores que decía Alicia, esto de que en la poesía actual, aunque no soy muy entendido en esto pero sobre todo en la poesía surrealista y otras corrientes, hay como un intento de ruptura de sentido. Es decir de buscar el goce estético, justamente en la ruptura del sentido, en aquello que abre a lo inesperado. Me parece que por ahí puede haber un acceso al goce creador, es decir por aquello que en el significante lleva a la ruptura de eso, y que puede abrir a otra cosa.
Sergio R: bueno, brevemente porque veo que empiezan a agarrar las carteras. Realmente esta última parte de las intervenciones es muy rica, léanla con atención cuando salga la desgrabación. A ver si puedo referirme a las 3 cuestiones...es complicado, pero efectivamente, es el goce de la falta. Ahora, Lacan va a diferenciar en ese sentido el Goce de la Falta del Goce de la Vagina, porque Lacan plantea que el goce de la vagina es una forma fálica del goce en la mujer, en tanto la vagina hace como el dedo del guante al dedo, por lo tanto no es en sí el goce de la falta. Ahí creo que se enlaza a lo que planteaba Alicia y que después retomaba Roberto sobre el tema del goce creador, porque en realidad en el goce creador, el goce se produce en relación a hacer algo con eso que no estaba. Es una cuestión que es interesante para pensar en relación a la practica psicoanalítica porque un tema donde creo que Lacan se enloqueció los últimos años de su vida, fue cuando se encontró con que el goce del significante le obstaculizaba en la principal herramienta que es el trabajo de análisis, que es la palabra del analizante. Empezó a buscar modos de resolverlo, especialmente las sesiones cero, donde el tipo llegaba, le cobraba y lo mandaba de vuelta. Uno lo puede pensar por varios lados. Lo puede pensar como lo piensa la Roudinesco, porque “a Lacan le gustaba acumular lingotes de oro”, me parece que es la parte más tonta para pensar la cuestión. Yo lo pensaría mas bien preguntándome por qué él trata de arreglárselas con ese tema. Pero en ese sentido, vos traes algo en relación al arte, que efectivamente en los surrealistas estaba muy claro, pero que ahora también, porque en las canciones del Indio Solari...¿cómo haces para producir un sentido? Pero sin embargo te producen un goce, y un goce que sentís en algún modo cercano a un sentido que no sabes cual es. Eso es lo que tiene de impresionante el Indio en sus letras. Y, donde lo que hace jugar, me parece que es el significante, significante ya marcando el lugar de goce (me acordaba ahora de una canción...esa que dice “vivimos en una ciudad donde hasta la Cruz Roja te fusila”, digamos, no hay un sentido claro...no hay ninguna Cruz Roja que esté fusilando.... pero logra producir una metáfora que mas allá del sentido, produce un efecto de goce en quienes lo escuchamos y donde no esta acabado el sentido. Me parece que esto que trajeron Uds. es muy importante y tiene que ver con esta cuestión que planteaba Laura, del Goce de la Falta. Después...en la paciente... ella fue desplazando a mi modo de ver, una identificación al goce trasgresor de la madre en el terreno de la hazaña (porque ella contaba como los hijos festejaban cada vez que la vieja traía un pollo y lo metía a cocinar), y lo fue desplazando (para lo que es la política actual, la verdad que un goce menor) hacia un goce trasgresor. De lo que observo, aquellos artistas que están buscando la hazaña para la producción de su objeto, en general terminan inhibidos. Es un goce muy fálico.
Roberto V: en relación a esto de la cuestión creadora, me acordaba de un ejemplo. Mas o menos todos conocemos las poesías de Neruda, las mas conocidas, aunque tuvo varias etapas...los poemas de amor, los 100 sonetos de amor, 20 Poemas y una canción desesperada, donde fácilmente uno puede identificarse y si uno anda medio enamoradito ese día, llorará un poco...porque a todos nos toco un poco eso...mirar las estrellas y esas cuestiones. (Risas) No se rían que a todos nos tocó....! Pero en un poeta surrealista, Enrique Molina (que a mi me gusta mucho) hay un poema de él que habla de la mujer en la poesía de Neruda. Y es muy lindo, pero hay algo que ocurre ahí, es algo que se escapa, se escapa, que parece que va a apresar algo de todas esas cosas que habla Neruda y que sin embargo se escabulle. Lo hermoso me parece que esta ahí, en eso que no se alcanza a apresar, y en eso me parece que esta lo creador.
Sergio R: compacto lo que decís. Y es más, en la medida que vas hablando se me ocurrieron algunas cosas. Neruda es un poeta que leí mucho en otras épocas, y una cosa era Neruda cuando escribía por indicación del Partido, y otra cosa era Neruda especialmente en los comienzos. Yo me acuerdo de una serie de odas a las verduras que no se si conocen (risas) sí, dejando de lado el significante de ver-dura, claro. (risas) Era peor que entrar a una mala función de circo el leer esa poesía, pero en cambio hay un verso de él que si me parece viene muy a cuento, que por ahí es el verso mas recordado o el que yo mas escuché....cuando dice “me gustas cuando callas porque estas como ausente” Ahora, fíjense si no es una referencia significante a lo que estamos conversando...
Graciela: voy al dolor yo. A mi me llamÓ el atención en la frase cuando dice “hay goce cuando empieza a aparecer el dolor”, porque si uno la corta ahí parece que tendría que haber dolor para haber goce. Vos decís que puede haber dolor o no. Esa frase....
Alejandro: en relación al goce y a la cuestión de esto del placer y el dolor, a mi me viene siempre el articulo de Freud “mas allá del principio del placer”. Generalmente se ubica esto del placer, y entonces el goce sería el dolor, y en realidad Freud en este artículo habla de placer y displacer. Igualar goce-dolor, entonces seria meter al dolor en el principio del placer....me parece que el goce tiene que ver con el más allá del principio del placer, y el mas allá del principio del placer no es el displacer ni el dolor. Es otra lógica. En todo caso, no se si no adquiere cualidad o... no se bien de que se trata.
Alicia S.: me quedé con esto del sin sentido y retomo lo que se estuvo hablando bastante que tuvo que ver con la clase de Alejandro y algunas tuyas, en relación a la interpretación en análisis. Y pensaba en relación al goce, no solamente del analizante sino también del analista...
Sergio R: bueno, con respecto a esta cuestión y a la cuestión de placer-displacer. Efectivamente en el “Proyecto de psicología para neurólogos”, Freud lo va a plantear en la articulación placer-displacer. Tal es así que lo primero es el displacer, aparece en el tema de los bebés que traía Roberto. Ahora me pregunto si no estaba anunciando ahí la contraposición de dos lógicas pero que se significan justamente porque ambas se contraponen. En realidad el principio del placer en Freud, desde el punto de vista de la formalización de Freud, desde lo estructural, el principio del placer lo centra en la homeostasis, en el equilibrio, en eso que no se siente en definitiva. Que no es el principio de Nirvana, que ese es el del grado cero. Me parece que lo que se confronta es placer-goce, y en ese sentido cuando Lacan dice “Incontestablemente hay goce en el nivel donde comienza a aparecer el dolor “no dice “sólo” hay goce en el nivel donde comienza a aparecer el dolor, sino que no hay porque dejar el comienzo del dolor por fuera el goce. Forma parte del goce. El dolor también forma parte del goce. Pero no se reduce, ese es el punto. Lo que me interesa recalcar es esa cuestión, de que no se reduce. El tema de la drogadicción, por ejemplo. ¿Qué es una de las cosas que mas nos dificulta resolver el problema de los drogadictos? Que han accedido al conocimiento de un goce placentero, muchas veces, a “lo que no hay con que darle”. Ellos lo dicen muy claro. Dicen “vos porque no probaste” Te lo dicen así desafiantemente. Entonces, me parece que es alrededor de toDas esas cuestiones.
En cuanto a la Interpretación, allí hay toda una interpretación. Si el psicoanalista debe decir o no algo alrededor del goce en las sesiones. Lo que encuentro, ......estoy analizando a una muchacha que se analizó varios años con otra colega, una muchacha neurótica, pero una neurosis muy asentada en el goce masoquista, pero neuróticamente asentada en el goce masoquista, no es una perversa en ese sentido. Y, toda la interpretación de la anterior analista se reducía a decirle que ella ahí gozaba, y con eso me parece que barren todo el entretejido que la sostienen en toda esa posición de goce, con lo cual no digo que no hay que decirle “mira, vos ahí estas enganchada con ese goce..” pero agregar el cómo, de qué manera, en qué, para qué, en que situaciones, en qué ocasiones, que tiene que ver con su historia, en fin... una cantidad de cosas que se juegan ahí, porque sino hablar de goce se transforma en una especie de jocker, de comodín.
Bueno, y ahora si, dejemos aquí por hoy.
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